Jueves, tercera parte.
"Buenas tardes, Edward." Rei dijo con una sonrisa que podría superar a la de Roy. Ed dejó escapar un gritito de asombro, al ver que el mayor caminaba hacia él. El azabache acarició sus orejitas gatunas con ternura.
"Tienes que replantearte ese plan tuyo, ¿Verdad?",Rei dijo secamente. "Estos rasgos felinos te sientan bien." Ed abrió la boca para hablar, pero sus ojos se abrieron cuando el mayor posó su boca sobre la suya. Inmediatamente, Edo le apartó con brusquedad.
"¿Q-qué crees que estás haciendo!.?" -preguntó, corriendo hacia la puerta, tratando de abrirla. No se podía abrir.
"Al igual que mi hermano, soy un Alquimista” Le sonrió Rei. "Ese es un cerrojo que solo yo puedo abrir."
"Maldita sea ..." Edward gruñó.
"No trates de transmutarlo", entonces el mayor puso cara de sorpresa. "!Oh espera, no puedes!"
El rubio golpeó la puerta, intentando pedir ayuda.
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Roy se preguntó que habrá sido ese golpe en la puerta, asi que secándose las manos, se volvió atrás.
Algo estaba mal allí. Muy mal.
El hombre miró a su alrededor, buscando indicios de error. No derramó nada… no perdió nada… todas las cosas estaban en perfecto orden. . . Ahora, ¿qué diablos era. . .?
"!Mierda!" Roy gritó tan pronto como se acordó de que Edward iba a estar con él en todo momento. Recorrió todas las habitaciones y buscó con angustia en los armarios a su querido neko, al no encontrarlo en esos sitios decidió asomarse por debajo de las camas, solo en caso de que Edward se haya convertido en un gato, pero uno de verdad. No, ni aún asi ._.U
Corrió escaleras arriba, en dirección a su cuarto que tenía la puerta cerrada.
Alli oyo una voz familiar, un grito. “S-suéltame”
"Por Dios, Edo-kun, si no soy diferente de mi hermano ¬¬U."
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"!Bueno, resulta que tú no eres Roy!" Ed gritó furioso, cerrando los ojos. "!Estoy enamorado de él, no de ti!" Rei sonrió.
"¿Has oído eso, Nii-san?" -preguntó, mirando a la puerta.
Roy, que estaba detrás de ella se puso en estado de shock. ¿Acaso Fullmetal sabía lo que estaba diciendo?
Ed se quedó sin aliento cuando se dio cuenta de lo que había dicho, y miró a Rei, cuya risa torcida se había convertido en una cálida sonrisa.
"¿Q-qué hice ..." el rubio no sabía que preguntar.
"Como mi hermano, podría decirte muchas cosas, de las cuales primero tengo que cerciorarme", Reise mantuvo sonriendo. "Puedo leer tu rostro como un libro abierto."
Edward se ruborizó. Rei se acercó a la puerta, y transmutó la cerradura. La puerta se abrió y allí estaba Roy, en estado de shock e incredulidad. Rei le dio una palmadita a su hermano en la espalda, y le metió en la habitación, cerrando la puerta y transmutando la cerradura.
"!!Que se diviertan ustedes dos! HAHAHAHAHAHAHA!!" La risa del Mustang más joven se hizo eco a través del pasillo.
Roy y Edward se quedaron mirándose el uno al otro durante mucho, mucho tiempo.