Hagane no Neko
En el anterior capítulo: Edward irrumpe en la casa de un hombre loco alquimista en el medio de una transmutación. El alquimista fue transmutando en un gato, pero nuestro querido Fullmetal cae en el círculo, y se transforma en un hombre-gato! Y ahora, él tiene que vivir con cierto coronel para poder mantenerse fuera de peligro, y también se gana el apodo de nuevo "Fullneko”.
NOTA: No, la piel de Ed no está cubierta de pieles. Sólo la cola y orejas de gato. Ya está. Ah, y también sé cómo Ed va a cambiar de nuevo, pero tendrán que leerlo para descubrirlo.
Sábado: Viviendo con el Taisa
Edward bostezó y se estiró hasta que sintió que sus músculos se relajaban.se rascó la mejilla y, aún entre sueños, sintió que alguien rodeaba con su brazo, su propia cintura. Y notó una suave brisa en su rostro, era la respiración de alguien. El alquimista abrió un ojo y vio algo negro y de aspecto suave. Abrió los dos ojos, y al ver una cara, los volvió a cerrar, invadido por el sueño. Que pereza…
El joven dio un salto, recordando de pronto que tenía que quedarse en "casa" del coronel para poder mantenerse fuera de peligro.
Ed estaba demasiado somnoliento y metido en sus pensamientos y no notó que una mano se levantó y, pasando por encima de su cabeza, llegó a la parte posterior de esta, acariciando suavemente sus pequeñas orejitas. El alquimista ronroneó.
"Buenos días Fullneko ". Roy murmuró, apretando su nariz contra el cabello de Edward. "Eres tan dulce ..." Ed al escuchar aquello, se puso de color rojo como un tomate, dándose cuenta de que el coronel estaba todavía medio dormido. Una vez más, Roy comenzó a acariciarla las orejas de neko.
"T-Taisa! Ya está bien, ahora basta ¿de acuerdo?" dijo el rubio, logrando empujar al hombre lejos. Y ya lejos ,al otro extremo de la cama, el coronel se quejó.
"No es mi culpa que seas tan abrazable, comestible, y que me gusten las cosas lind..." espera. Necesitaba volver a repetir eso. Abrazable?¿Lindo? ¿Acaba de decirle lindo a Fullmetal? ¡No se suponía que Edward debía escuchar eso!
Roy suspiró y se sentó en la cama. Se rascó la sien mientras se levantaba, y se dispuso a salir de la habitación.
"Hoy es sábado, ¿no?" el coronel se preguntó, lo suficientemente alto como para que Ed lo escuchara. Suspiró de nuevo. "Por lo general, salgo a comer fuera porque no me gusta cocinar." miró al niño-neko. "¿Y tú? ¿Puedes cocinar?" El rubio sacudió la cabeza, negando. El timbre sonó de repente. ¿Quién se animaría a venir hasta su casa tan temprano en la mañana?
Roy miró su reloj, para ver que no era tan temprano como suponía. Eran las nueve en punto.
El hombre salió corriendo de la habitación y bajó las escaleras, Ed contuvo una risa, era muy divertido ver cómo el coronel fue a tropezar con sus propios pies.
Roy abrió la puerta, así con pijama azul y todo. Riza estaba en la puerta, con algunas provisiones.
"Buenos días, Mustang-Taisa". ella dijo, entrando en la mansión sin esperar. "Sé que usted es horrible en la cocina, y no quiero ver morir al Elric mayor por intoxicación alimentaria, es por eso que decidí venir a cocinar". Roy gruñó y se dirigió al piso de arriba para cambiarse. Hizo esperar a Ed afuera mientras se cambiaba, por lo que el chico-neko decidió ir a ver lo que estaba pasando en la cocina.
"Oh, buenos días Teniente!" saludó cuando vio a Riza en la estufa.
"Por favor, no estamos en la oficina." la mujer puso una sonrisa amable. "Llámame Riza." El chico parpadeó.
"Bueno, entonces !Llámame como quieras!" dijo con una sonrisa feliz.
"Está bien. Ya casi he terminado. Llamarás al coronel por mí, ¿verdad, Neko-Chan?" Riza preguntó.
"¡Muy bien! Estoy en ello!" Edward salió corriendo de la habitación y se detuvo de repente. "Neko-Chan?"
*****
"Gracias por el desayuno, Riza!" Edward dijo después de que todos habían terminado de comer. Riza le devolvió las gracias, antes de alejarse. Roy se sentó en la sala de estar, bebiendo su café y leyendo el periódico.
Unos minutos más tarde. . .
Edward paseó por la habitación, y su cola se movía de manera silbante en el aire. Se sentía inquieto. Quería hacer algo.
"Hey, Taisa Baka!" llamó a Roy, quien no se veía como si estuviera haciendo algo productivo. El hombre levantó la vista. "Estoy aburrido. ¿No tienes nada bueno que pueda hacer por aquí?"
"Bueno ..." el hombre de pelo negro se llevó la mano a la barbilla. "En primer lugar, todos los libros de alquimia que tengo son… sin duda los que han leído, ya que también hay copias de los mismos en la biblioteca. Mis revistas son muy inapropiadas para ti. La televisión ni siquiera se ha inventado todavía. Dudo incluso que quieras mirar las fotos de Elysia que Hughes me obligó a pedirle prestadas ... " Pasó por todas las opciones que estaba pensado. Entonces, una idea vino a su mente.
"Quédate aquí un segundo." Roy se levantó del sofá y subió las escaleras hasta el dormitorio. Ed esperó.
Después de un tiempo, Roy regresó con algo rosa en sus manos. Algo rosado y suave.
"Eh ... ¿Qué es eso?" Ed preguntó.
"Una bola de hilo". el coronel respondió lanzando la bola hacia arriba y hacia abajo. Lo tiró al rubio, quien lo cogió, y luego le miró con desagrado.
"¿Qué te crees que soy? Un neko? ¬¬" le espetó. Roy volvió a sentarse en el sofá y cogió el periódico.
"Exactamente, Fullneko". el hombre pasó la página, ignorándolo olímpicamente.
Unos minutos más tarde. . .
Algo le golpeó en la sien. Roy hizo una mueca y miró al suelo, donde yacía el ovillo. Miró a la dirección de Ed, el chico-neko miraba a su alrededor mientras silbaba, fingiendo que no hizo nada malo.
"¿Qué?" el joven preguntó cuándo le devolvió la mirada a Roy. Dejó el periódico de la mañana abajo, y se levantó. Se acercó a Ed, y colocó una mano sobre su cabeza.
"Eh, Taisa?" el rubio le preguntó con confusión. "¿Q-qué estás haciendo?" le temblaron las rodillas cuando Roy le puso una mano en ambas orejas.
"Castigarte." El pelinegro respondió con una sonrisa, por donde asomaban dientes de tiburón. Siempre quise hacer esto.
El hombre empezó a acariciar la suave piel, por lo que Edward ronroneo. Roy sonrió aún más, una vez que vio que el niño había bajado la guardia.
"Tú ... aah ... llamas a esto ... uuuuummm ... castigar ...?" el adolescente le preguntó con los ojos cerrados.
"No, pero creo que a esto si le llamarías un castigo." Roy rápidamente tomó al niño entre sus brazos y lo abrazó, asustando a Edward. La sonrisa del hombre de pelo azabache de pronto se había transformado en una sonrisa.
"!Eres tan suave y tibiecito!" chilló, al mejor estilo Fangirl.
"¿T-TAISAAAAAA?" Edward gritó con la boca abierta. Roy no estaba bromeando cuando le había dicho eso de que le gustaban las cosas lindas y apachurrables. El muchacho perdió el equilibrio y cayó hacia atrás, cayendo Roy junto con él.
Unos segundos después, se encontraban en una posición incómoda.
"T-T-Tai ... sa?" Ed preguntó, tratando de quitarse al cuerpo más pesado de encima. Roy no se movió.
"¿Qué ocurre, Ed?" , le preguntó. Aquí, definitivamente el joven alquimista se ruborizó. El coronel lo llamaba por su nombre de pila. ¡No sólo eso, sino que una versión más corta de su nombre! ¡INCREIBLE!
"¿Podría por favor bajarse ... mi cola se está aplastando ..."
"Tonterías, Edward." Roy levantó la vista hacia él, con una sonrisa. "Tu cola está justo aquí." tocó con la mano la cola peluda que estaba al lado del niño (OMFG! Le tocó la cola! *¬*).
"Por lo menos podría dejar de hacer eso ..." Ed suspiró. ¿Qué hice para merecer esto?
Bueno, además de lanzar una bola de hilo en la parte posterior de la cabeza de Mustang.
"Taisa ..." dijo el rubio. "... Voy a hacer cualquier cosa para sacarte ..."
"Intercambio equivalente, ¿eh?" Roy dijo, con un tono extraño en su voz.
Oh. . . Mierda. . . Ed pensaba. Pensó que era un tonto ¡cómo se le ocurría decir eso!. Ed usó toda su fuerza para empujar al hombre mayor fuera de él, y se levantó para huir. Roy agarró al joven por las piernas, haciéndolo caer de cara al piso. Sintió que el hombre de cabello azabache estaba pasando por encima de su espalda.
"Harías cualquier cosa ... ¿eh?" , se preguntó. Alguien de repente irrumpió en la casa.
"Oye, Roy! Me enteré de que Edward tenía mi ... oh ..." Ed y Roy se volvieron hacia la puerta y vieron a Hughes con una sonrisa.
"Teniente Coronel! No es lo que piensas!" Ed chirriaba.
"!Oh, yo sabía que ustedes dos algún día iban a confesar sus sentimientos temprano o tarde!" el hombre de las gafas asintió con la cabeza. "No te preocupes, no voy a decir una palabra". Antes de salir a la calle y cerrar la puerta, Hughes añadió: "Que se diviertan, los dos!.!.!" seguido de una risa como la de un científico pervertido y loco, pero ante todo, pervertido.
"¿Cuántas veces le he dicho a ese hombre que llame antes de venir?" Roy gruñó. Miró hacia un enormemente ruborizado Ed-neko, suspiró y se levantó.
"Vamos," ayudó a que el adolescente se levantara. Acarició al muchacho en la cabeza detrás de las orejas, y se acercó al sofá para leer el periódico.
Edward decidió tomar una siesta, así que subió las escaleras hasta el dormitorio, donde se acurrucó en la cama como un gato, y se quedó dormido.
Continuará...