Del tequila pasaron al vodka, del sofá a la alfombra y sin darse cuenta ya Shaka se encontraba semidesnudo, no sabía cómo habían llegado a ese punto y para ser honesto tampoco le importaba solo sabía que en ese momento las caricias del escorpión se sentían muy bien y que tener sexo sería la mejor manera de sacarse el susto por lo sucedido con Afrodita.
Recordaba que después de la botella de vodka se termino y mientras buscaba la otra Mu había salido de la habitación del peli celeste, le avisó que el sueco dormiría hasta tarde y se marchó. Shaka solo alzo los hombros y volvió a su búsqueda, hasta que de repente griego se acerco y lo beso, al principio molesto por el atrevimiento intento separarse pero pronto la lengua del peli-azul le convenció de que valía la pena esperar unos minutos para ponerlo en su lugar, le rodeo el cuello y le mordió ligeramente los labios, Milo gimió separándose para tomar aire, miró esos ojos empañados de deseo y le volvió a besar.
Al griego le encantaba el cuerpo que tenia debajo, siempre creyó que poseer Shaka sería más como acariciar el cuerpo suave y delicado de una mujer, pero no, aquel debajo suyo si bien tenia la piel suave y tersa, los músculos se sentían marcados y firmes, cuando bajo su mano por el abdomen le complació sentir lo bien marcado que estaba, de pronto sintió como las piernas largas se enredaron en su cintura y los brazos hicieron presión para acercar su boca a la del rubio, el beso fue demandante, excitante.
Nunca imagino que Shaka sería tan sensual, estando encima suyo con las pupilas nubladas de deseo, el cabello rubio pegado en las mejillas y la respiración agitada, parecía más un demonio sexual en busca de energía que el ángel puritano que Saga describía y al que su compatriota le encantaba pervertir. Shaka tomo sus manos con fuerza y uniéndolas con las suyas por encima de su cabeza le hizo ver quien mandaba, esa actitud dominante del rubio le empezaba a fascinar a Milo
-Mío, serás mío – declaró mientras movía sus caderas sintiendo el miembro duro que evidenciaba la excitación de Milo, junto las manos del griego en una de las suyas y con la otra acarició el torso bajando lentamente hasta que llego al cierre de los pantalones, Milo movió las caderas provocando así que la palma del rubio lo rosara, dientes blancos mordieron el labio rosado mientras que las pupilas celestes atraparon su mirada, Milo contuvo el aire.
Dedos agiles desabrocharon el cinto y poco a poco el cierre fue bajando pero los ojos turquesas seguían perdidos en los cielos celestes, una mano hizo presión y Milo exhalo el aire en un suspiró, los labios se unieron nuevamente en un beso más apasionado que los otros mientras la hábil mano de Shaka liberaba el falo griego, su dueño gimió roncamente negándose a separarse, los movimientos comenzaron, lentos y apenas existentes acariciaban el miembro de arriba abajo deteniéndose por momentos y presionando puntos específicos, Milo gimió nuevamente algo consternado, esa forma… esa técnica él la conocía y solo había en el mundo otra persona que la ejecutara también como lo estaba haciendo Shaka, la presión aumento y al griego le estaba costando respirar, el beso se rompió.
Sabía que si el rubio angelical se enteraba de lo que estaba pensando en ese momento nunca más le permitiría acercarse, pero le era imposible comparar la técnica de los hermanastros, los roces se volvieron más precisos y los dedos finos le rodearon por completo y los labios que antes lo besaban ávidos descendieron a su clavícula y después a su pecho dejando pequeñas marcas allí donde se posaban, marcándolo como suyo mientras le brindaba placer.
Eso nunca lo había hecho Cam, su ex no era de los que daban si no de los que recibían, Camus nunca tomo el papel activo durante sus sesiones de sexo, era demandante, oh!!! claro que lo era, pero el francés nunca recorrió su cuerpo como lo Shaka lo hacía en ese momento. Una lengua paso por su tetilla una y otra vez hasta que la boca aprisionó y succionó sus ya de por sí sensibles pezones pasando de uno a otro.
Lamiendo
Mordiendo
Succionando
Y él gimió, ya no roncamente sino con fuerza, mientras que aquel Adonis encima de él le daba un placer que nunca antes había sentido a pesar de sus innumerables amantes; un calorcito bastante agradable se alojaba en su pecho. Nuevamente esa sensación nunca la había tenido con Cam, el sexo nunca había sido tan bueno y eso que no iban ni a la mitad, las manos de Shaka no dejaban de moverse una ocupada en su miembro ya demasiado duro y la otra recorriendo sus piernas, el diseñador alzo la vista y con ella fija en sus pupilas bajo hasta su entrepierna.
Un soplido, un beso, una lengua tibia recorriendo la extensión de su falo y de nuevo un soplido. Escalofríos recorrieron su cuerpo de la nuca a las rodillas cuando la cálida boca lo tomo por completo y los segundos pasaron, interminables, intensos. El griego conoció el nirvana mientras que Shaka subía y bajaba, su lengua delineando las venas que palpitaban y los labios presionando su grosor.
No pudo evitar descargar su esencia en la boca de su amante, las sensaciones fueron demasiado fuertes y ya ebrio Milo no tenía demasiado control, grito.
-ahhhrr, Cam… Camus-
El nombre equivocado escapo de sus labios, por desgracia las divagaciones terminaron por cobrar factura y si bien Milo estaba demasiado aturdido como para notarlo, Shaka lo escucho perfectamente.
Todo término, no supo como llego a la puerta del edificio pero había salido corriendo ante la mirada cargada de rencor del rubio, apenas con el pantalón en la cintura y sin zapatos ni camisa, aquello no había terminado nada bien. Y Milo lo sabía, prácticamente perdió toda oportunidad de que Shaka participara en su venganza, aunque eso no le importaba tanto como el hecho de que el rubio lo quisiera asesinar.