- Gracias –sonreíste sincero- Nunca alguien había hecho algo así por mi-
- No agradezcas…
-No tienes porque hacerlo… solo disfruta el momento, nada más –sonreí de lado-
- Está bien… -tenías un leve sonrojo-
Nuestra comida llego. Estaba disfrutando más a que nada en el mundo estar contigo, quería decir que mi mundo eras tú pero era muy pronto para hacerlo ya llegaría el momento.
-Estaba todo muy delicioso…-habíamos terminado-
- Lo mismo digo, ahora puedo corroborar lo que todos dicen…
- Que cosa?
- Que este es uno de los mejores restoranes –reí-
- Si que lo es!, por eso que me encanta este lugar –tu felicidad mi llenaba más a que a nada-
-Revise la hora 11:00 PM- es tarde ya, creo que deberíamos irnos, porque mañana nos toca un día muy agotador…
- Si tienes razón… -pague la cuenta y nos fuimos-
Íbamos de regreso te ofrecí ir a dejarte a tu hogar y aceptaste con gusto.
-Llegamos- estacione enfrente de tu edificio- Gracias por todo Kiseop…
- Ya te dije que no tienes nada que agradecerme, además que pude conocerte mejor –sonreí y acaricie tu mejilla-
- S-si eso fue lo mejor –te sonrojaste- ya me tengo que ir, nos vemos mañana, adiós-bajaste y me fui cuando te vi entrar a tu edificio, sabía que estabas seguro por eso me fui tranquilo-
Esa noche me dormí pensando en esa cena que tuvimos, fue lo mejor de todo mi día.
En la mañana llegue temprano a la empresa a decir verdad más temprano de lo que acostumbro a llegar. Mis pensamientos se esfumaron cuando te vi cruzar la puerta.
- Kiseop! –me saludaste animadamente-
- Hola Kevin! –Salude de la misma manera-
Ese día y los demás fueron cambiando, te fui conociendo más y más, incluso más de lo que tú mismo te conocías. Llevábamos dos meses y medio saliendo, conociéndonos. Pero desde hace ya varias semanas había decidido confesarte mi amor.
Fue ese 9 de octubre en el cual me confesé.
Ese día te tenía una sorpresa, tu lo único que querías era saber que era pero no te la dije hasta el final del día. Salimos de la empresa y te lleve al lugar, que era el más hermoso y fascinante de la cuidad.
-Kiseop… no puedo ver nada –te llevaba con los ojos vendados-
- Tranquilo, confía en mí no te pasara nada… además ya casi llegamos –seguíamos caminando- Aquí es –me detuve- espero que te guste tanto como a mí –desvende tus ojos-
Tu mirada decía más que mil palabras.
-Esto es hermoso… -tus ojos brillaban más de lo normal-
-Totalmente… -estuvimos un momento en silencio- Kevin…
-miraste hacia mi- Que?
- Tengo que confesarte algo… -deje mis nervios a un lado- Tu me gustas…me gustas demasiado…
- Kiseop… -tus ojos se llenaron de lagrimas y me abrazaste-
- ¿Por qué lloras?
- Es tan hermoso todo esto… y solo te lo puedo demostrar de una forma…
- Cual es? –me besaste-