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Investigando tu corazón por Meyko

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Sábado a las 23.25

 

-Ahora todo cobra mucho sentido- murmuró el moreno mientras jugueteaba con un cigarro en su boca y yacía acostado sobre su cama. Por una parte, saber eso le calmaba, sin embargo justo en ése instante recordó el beso y entonces se planteó ¿Qué es lo que pasaría con ellos desde ahora? Aquello lo enervó a tal extremo de sentirse ansioso y seguir planteándose cosas al respecto-… ¿Y si sólo está confundido o experimentando? Después de todo tiene doce años…- al concluir dicho pensamiento se sintió realmente deprimido, devolvió el cigarro a su caja dejando esta sobre su velador y luego apagó la luz, creía que lo mejor era dormirse, pero para su mala suerte los recuerdos del día no dejaban de bombardearle en la mente. Constantemente volvía al recuerdo del beso y con él revivía la sensación del momento, intentó buscarle explicación a su reacción, pero ninguna le convencía lo suficiente, ninguna resultaba ser precisa, entonces entre tantas vueltas llegó a la conclusión de que lo había disfrutado, pero entonces ¿Eso significaba que le gustaba el menor? De ser así ¿Cuándo había empezado específicamente y por qué no se había manifestado antes? Sus dudas sólo traían más dudas y aquello le hacía sentir enfermo, sentía su estómago contraerse y dolerle, creía que lo único que podría sacarle de ese estado sería hablar, pero pensaba que llamar al menor tan luego para referirse al tema, era contraproducente, si que decidió esperar hasta verse en clases, aunque sintiera que en proceso iba a morir.

Por otro lado, Kazuma había salido del baño ya con el cabello seco y el pijama puesto, entonces al ver que ya todo había acabado, se lanzó a la cama y con mucha alegría y alivio recordó los sucesos del día. Se abrazó con fuerza a una almohada y se puso a reír satisfecho de sus logros y que al final todo resultase como lo maquinó…hasta que de pronto “el tema” abordó sus pensamientos ¿Qué pasaría ahora con los dos? O peor ¿Qué pensará el mayor de él? ¿Esto influiría en la relación con los demás? Volvió a abrazar su almohada, pero esta vez en busca de consuelo, de alguna forma pensó que algo muy importante había escapado de sus planes, se sintió sucio y tras un denso suspiro deseó profundamente que las cosas se dieran de manera más simple.

Al día siguiente el más joven despertó de muy buen humor, a pesar de los pensamientos negativo que tuvo antes de dormir. Su mañana transcurrió sin ninguna novedad, sin embargo creyó buena idea gastarse el resto de su mesada en más ropa y algunos accesorios, puesto que creía que si de verdad enfrentaría su verdadero ser, no podía tener sólo un conjunto de ropa. Entonces pasada la hora de almuerzo fue hasta el centro y se paseó por todas las tiendas, con mucha felicidad y orgullo, sin importarle que por fuera luciera igual que siempre. Luego de visitar los locales independientes que yacían en la larga avenida central, fue hacia el mall, total tenía toda la tarde para pasear y buscar algo que realmente amara y le representara. Luego de dar vueltas por todo el edificio y de haber comprado dos tenidas completas, fue hasta la tienda específica de maquillaje. Algunas personas no dejaban de mirarle extraño, sin embargo cada vez que alguien se atrevía a inmiscuirse el joven se limitaba a responder con naturalidad que buscaba algo para regalo.

 

En ese mismo instante caminaba alguien por afuera de la tienda y casualmente vio al interior y se encontró con el curioso y analítico castaño
-¿Ese es Kazuma?- pensó- Sí todo indica que lo es- concluyó luego de tomar en cuenta varias cosas, como el estilo de ropa, estatura, peinado y color de cabello y postura. Entonces sin más se acercó con sigilo para sorprenderle, lo que no fue muy difícil dado que el más bajo estaba completamente ensimismado en sus comparaciones de productos -KA ZU MA~ - alzó la voz con alegría mientras se cargaba en su espalda

El joven se sobresaltó y volteó desconcertado para encontrarse con la persona a quién podría atribuir esa voz, sin embargo ésta se veía algo distinto a lo usual -¿Megu?-preguntó retóricamente -Qué sorpresa verte aquí ¿En qué estás?- continuó con amabilidad sin embargo el trémulo de su voz representaba nerviosismo, sabía lo insidiosa que podía ser su amiga, si que tendría que ser discreto y lo más natural posible

-La sorpresa es mía, no se suelen ver muchos hombres solos por acá ¿Acaso ya tienes novia?- Soltó, en tono juguetón, su teoría sin ningún escrúpulo la chica que esta vez llevaba su cabello suelto  -Ah pues, sólo vine a pasear ¿Te molesta si me quedo contigo?- agregó

-Ehehe no te confundas, estoy buscando un regalo para mi prima- respondió entre risas ingenuas y nerviosas -No, para nada, quizás me puedas ayudar a elegir entre estas dos marcas-

-Qué tierno eres al confiarme eso~ ¿Qué estilo lleva ella?- preguntó a fin de conseguir información que le sirviese para creerle

-Hum algo bastante natural, es un poco tímida, si que no le gusta destacar mucho, pero está en esa edad que quiere empezar a verse más atractiva, si que creo que es un buen regalo, para empezar- le explicó

La pelirosa se ahorró cualquier comentario respecto a los detalles - Entonces los de esa marca- señaló los que yacían a su derecha- son específicos para esa etapa- aconsejó

El chico agradeció su ayuda y compró los mismo productos que había usado de su madre, pero en tonos más pasteles. La vendedora los puso en una adorable bolsita y se los entregó. Al recibirla simplemente se dispuso a salir de la tienda

-¿Por qué no lo guardas en tu mochila?- insinuó la mayor

-¿Hum? Porque creo que la bolsa de por sí es un lindo detalle y dentro de mi mochila se puede estropear- respondió elocuentemente, sabía que si lo hacía se arriesgaba a que la chica fisgoneara con la mirada y pudiese ver las demás bolsas, si eso ocurría, se pondría insoportable con sus teorías y preguntas

-Ah bueno sí, sería una lástima…- comentó y acto seguido se aferró con fuerza del brazo izquierdo del joven, como si se tratasen de las personas más cercanas en la vida. El menor no objetó y continuaron paseando así, conversando de un montón de cosas. Aproximadamente a las seis de la tarde salieron del recinto, caminaron hasta la plaza colindante y se detuvieron a comprar crepas, sin notar que bastante cerca de ellos se encontraba  una pareja conocida

-Hey ¿Acaso esa no es Megu?- preguntaba con cierta emoción, Kyu, quien se contorsionaba con esfuerzo para verle mejor la cara y asegurarse de que en verdad lo fuera, dado que creyó buena idea en ese instante ir a saludarle -Parece que está con alguien ¿Quién será?- agregó mientras aún intentaba encontrar el ángulo perfecto

-Si está con alguien es mejor ignorarle y marcharnos- aconsejó el peliceleste, cruzado de brazos en su clásica postura de indiferencia y frialdad, que solía llevar en lugares públicos

-Tienes razón… pero aún así tengo mucha curiosidad de saber de quién se trata- respondió con un toque de berrinche cómico. Fue entonces que para su suerte aquella persona cambió de posición y se dejó ver. El gesto del chico bicolor cambió drásticamente, se volteó y dejó ver a su pareja una expresión de sorpresa desconcertante -Es Kazuma…- pronunció aún sin poder creerlo

-No tiene que ser una salida con fines románticos, necesariamente- agregó con parsimonia, el más alto

-Ah, lo sé- suspiró- pero me hace mucho sentido, al menos por lo que se ve…- hizo una pausa dramática como si de pronto hubiese entendido todo -¿Y si esa es la persona imposible de la que hablaba el otro día? Digo, tiene sentido porque ambos tienen intereses y formas de ser muy distintas- intentó justificar- Arghhh- se desordenó el cabello- mañana hablaré con él- Aunque no tuviera la aprobación de su pareja, lo haría de todas formas, necesitaba conocer detalles y hacerle advertencias a su amigo, de ser necesario.


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