Cap nº 1: Su verdadera responsabilidad
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La mujer abrió la puerta con tranquilidad, y cuando vio el rostro de la señora que se encontraba frente suyo, quiso cerrarla, pero fue impedida por las fuerzas de unos guardaespaldas, los cuales la empujaron levemente, logrando que la dueña de casa retrocediera.
- ¡Váyanse! ¡ustedes no son bienvenidos en esta casa! – gritó alterada la mujer de castaños cabellos
- No tiene por qué ser grosera señora Solimar – le dijo pausadamente la señora de negruzcos cabellos mientras uno de los enternados hombres la sujetaba de ambos brazos
El joven rubio interrumpió su desayuno al escuchar los gritos de su madre en la sala, salió de la cocina y comprobó que había personas, que nunca había visto, forcejeando con su adorada progenitora.
- ¡Oigan! ¿¡qué rayos creen que hacen!? – se dispuso a tirarle una de sus potentes patadas al hombre que sostenía a su madre, mas fue inesperadamente acorralado por detrás y sujeto de ambos brazos, para luego ser inmovilizado en el suelo.
Un hombre de gran talla y rubios cabellos se hizo presente en la casa, entrando pausadamente en todo el ajetreo formado, mientras el menor gritaba y lanzaba maldiciones a todo aquel que se encontraba presente.
- ¡Usted! – la madre del joven miró juzgante al recién llegado
- Cuanto tiempo Solimar… - dijo sosegadamente el soberano
- Señor Zeff… ¿qué quiere aquí? ¿qué es lo que busca? Sabe muy bien que no es bienvenido a donde mis aposentos sean, por mas rey que usted se crea
- Mida sus palabras Solimar, no es con cualquiera con quien está tratando – espetó molesta la señora de negros cabellos
- Tranquila Evellen, no es para tanto en su caso… déjanos a solas… hay asuntos que es necesario tratar – dijo serio el mayor de los presentes
- No estoy dispuesta a escucharlo – interrumpió la oji azul – agradecería que soltaran a mi hijo y se retiren…
- Solimar… Daniel ha muerto… y no creo que a estas alturas… desconozcas aquello… supongo que imaginabas que en cualquier momento vendríamos… sabes que es importante… - miró de reojo al joven tirado en el suelo y luego rodeó con la mirada el lugar
La mujer desvió su mirada hacia su hijo, luego observó el suelo triste antes de asentir con expresión neutra y seria. Con un mudo gesto por parte del mayor, los hombres se llevaron al joven rubio a rastras, mientras la mujer de negros cabellos caminaba delante, todos tenían que salir de la casa – ¡Oigan! ¡No tienen derecho! ¡Suéltenme! ¡Mamá! ¡Que rayos! ¡No dejare a mi madre sola con ese viejo! – se quejaba el chico mientras pataleaba, pero aquellos enternados hombres eran por bastante mas musculosos y de echo, la posición en la cual lo acorralaron, no era nada favorable para él.
La pelinegra ingresó a la limusina junto con el chico, quien fue tirado dentro y sujeto por algunos hombres.
- No quisiera tener que ofenderla señora… pero no pienso dejar a mi madre allá dentro a solas con un desconocido – espetó serio Sanji
- Dentro de poco, ya no será un desconocido; y por si no estas informado jovencito… aquel es el soberano de Isnovia
- No me importa eso, mi madre es mi madre… no estoy dispuesto a… - cayó inconsciente, siendo recostado en el asiento, había sido adormecido al respirar un trapito, órdenes de la pelinegro, quien segundos antes había echo un ademán para que aquello se ejecute
- Mírate… estás grande… y pensar que yo te atendí junto con Daniel cuando apenas eran unos recién nacidos… - susurró con ternura la dama mientras le acariciaba los cabellos
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- Nosotros tenemos un acuerdo señor Zeff – dijo la mujer mientras lo miraba neutra
- Nunca vas a volver a decirme “Su Majestad” ¿verdad? – dijo con ironía el mayor
- Exacto señor Zeff… nunca más… usted no merece mi consideración…
- Entiendo…
- ¿Porqué dejo que Daniel muriera?... como es usted capaz… de decirlo sin más… tan… tan… neutro… -le reprochó- usted… usted no tiene corazón… - espetó antes de que su voz se quebrara
- Entiendo como puedes sentirte Solimar
- No, usted no entiende – musitó enojada mientras algunas lágrimas recorrían por sus mejillas- usted jamás… podrá entenderlo… porque a usted… señor… jamás le arrebataron un tesoro…
- Le recuerdo… que fue en mutuo acuerdo…
- ¿Mutuo acuerdo? –rió incrédula y molesta- ¿me dejaron opciones acaso?... yo cumplí con mi parte… nunca me acerqué a él… y él jamás supo que yo existía siquiera… mi hijo ha muerto… y yo jamás… tuve la oportunidad de demostrarle un verdadero amor de madre… – reprochaba mientras sus acuosos ojos observaban con resentimiento a aquel hombre sentado frente a ella
- Disculpa mi frialdad… pero…
- Lo sé… -espetó mientras se limpiaba las lágrimas – tú has venido… a intentar darle solución al problema de tu herencia ¿no?... como Daniel…
- Eres una mujer muy lista Solimar…
- No pienso entregarte a Sanji… no estoy dispuesta a alejarme de él…
- Entiendo tu posición… pero también debes entender la mía… nunca estuvo previsto que algo así sucediera… cambió los planes por completo…
- Si tú no pudiste proteger a Daniel… ¿Cómo crees que dejaré a Sanji a tu cargo? ¿Crees que te tengo confianza?...
- No lo creo, ni tampoco lo espero… solo quiero… que dejes que Sanji vuelva donde pertenece… es su obligación como hijo de Julian y mi nieto…
- No quiero…
- Solimar… no voy a alejarte de Sanji… solo… comprende… es el único a quien yo le cedería el trono… estamos hablando de un país…
- Si te lo llevas… yo hablaré…
- No te creo capaz de decirlo Solimar… tú muy bien sabes que eres también culpable…
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El soberano salió de aquella casa con expresión seria, se adentró en la limosina mientras observaba con parsimonia al chico ahí dormido.
- Su Majestad, que fue lo que sucedió… - preguntó la mujer pelinegra
- Ella accedió… viajará a Isnovia luego… nosotros nos encargaremos de este chico… a partir de ahora…
- Mi Señor… este chico… se llama Sanji… Savness Sanji…
- Dejará de ser Savness dentro de poco… llevará con orgullo el Kuroashi…
- Como usted diga Majestad…
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El imponente pelirrojo se encontraba leyendo un libro mientras bebía café y ticteaba uno de sus pies; una mujer mayor de marrones cabellos llegó hacia el ambiente donde aquel se encontraba, necesitaba informarle algo.
- Su Alteza… vengo a informarle sobre su nuevo secretario… - musitó sosegada la mujer
- Ha…… espera… ¿secretario?... ¿que esta vez será hombre? – interrogó dubitativo el chico
- Si Su Alteza… vuestro padre el Rey así lo consideró…
- Bueno… -alzó los hombros restándole importancia- solo espero que sea competente y sepa manejar bien los asuntos que se le confieran…
- De eso puede asegurarse Su Alteza… es un joven bastante competente
- Bien… ¿Quién es?
- Ho… Su Alteza… por ahora no se encuentra disponible… pero lo conocerá el día que viajen a Isnovia…
- Y aún no entiendo porqué tenemos que ir a ese país… si se supone que Daniel murió…
- Justamente de eso… vuestro padre va a informarle dentro de poco… lo está esperando… príncipe Kidd (madres! xD que extraño se me hace llamarle así .___.)
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Un peliverde jovencito se encontraba “paseando” por los pasillos de sus aposentos, caminaba sosegado y con expresión neutra.
- ¿Perdido? Jajajaja – se burló irónicamente una chica de azules cabellos quien le daba el alcance lentamente
- Tsk! ¿de quien te ríes Kuina? – espetó enojado el aludido
- ¿De quien mas será no? Jajajaja –lo miró irónica- 21 años viviendo aquí… y aún te pierdes en tu propio palacio jajajaja
- ¡Que no estoy perdido!
- Ajam... si claro… jajajaja que las plantas te crean
- Muy subidito tu ego está por estos días…
- Y no es para menos… seré la reina jajajaja –lo miró seria- seré… la reina…
- ¿Tienes miedo? – dijo acercándose a ella
- Algo… no es fácil tener miles de vidas dependiendo de tus decisiones ¿sabes?...
- Me lo imagino... je… lo harás bien… -colocó su mano sobre el hombro de la chica- eres mi hermana… confío en ti
- Ay Zoro… me vas a poner sensible….
Los jóvenes pasearon lentamente mientras observaban los jardines a su alrededor.
- Hey… e… ¿irás a Isnovia?... digo… papá piensa enviarte para eso de la fraternidad – preguntó la peliazul con una sonrisa
- Jajaja… ya me lo ordenó… así que es obligatorio mi asistencia…
- ¿Conseguiste un secretario o secretaria? – dijo con picardía
- ¿Qué insinuas? solo es la hija del duque…. Perona… dicen que es muy inteligente y vivaz… tenerla de secretaria será lo mejor…
- ¿Perona?... bueno… - miró el cielo- ¿Cómo crees que sea mi prometido?
- No lo sé… pero de antemano… ya me cae pésimo…
- Jajajaja ay Zoro… tu no cambias…
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Continuará... .3. ...