Nowaki estaba sentado en la sala de espera mientras tenían a Hiroki en urgencias.
Se tardan mucho. ¿Cómo Hiro-san pudo haberse sacrificado así… por mí? Yo soy el culpable. Mi Hiro-san casi muere y todo por que yo estaba distraído. No debo si quiera estar en su presencia. Soy un tonto. ¡Un completo tonto!
Nowaki puso sus manos en su nuca y comenzó a llorar desenfrenadamente. Tenía el corazón destrozado. Por primera vez, Nowaki quería morir. Quería que fuera él el que estaba dentro de esa sala y no Hiroki. Nada podía hacerlo sentir ni un poco mejor. No le importaba que su Hiro-san fuera un egoísta todo el tiempo; eso no importaba en lo absoluto. Sólo porque lo amaba y porque era lo más maravilloso que le había pasado en la vida no quería que se fuera. Y menos por su culpa. Nowaki estaba en un hoyo del que ya no podía salir.
- Hiro-san… - Dijo apenas audible por el llanto. ¿Y si Hiroki muere? Estaba seguro de que terminaría suicidándose si eso pasara.
Por mi culpa. Todo esto es mi culpa… Ya no puedo soportarlo más…
- No puedo… Mi Hiro-san… Mi Hiroki…
El llanto era incontrolable. Sus ojos estaban rojos completamente y sentía un nudo en la garganta que no lo dejaba respirar.
- ¿Nowaki Kusama?
Nowaki rápidamente reaccionó al escuchar su nombre.
- ¿Cómo está? Dígame que está bien… ¡por favor!
- Él está estable. Tiene el hueso de la pierna izquierda fracturado y una costilla rota. Tuvo mucha suerte.
¿Suerte? ¡Pudo haber muerto!
Nowaki se calmó un poco después de escuchar que estaba estable. Pero quería verlo, quería hablar con él, quería disculparse de alguna manera, después de sacrificarse así…por él.
- ¿Puedo verlo? - Preguntó el chico esperando con muchas ansias a que la respuesta fuera ‘’sí’’.
- Err…por ahora no…está dormido.
- Por favor… - Dijo Nowaki con lágrimas en los ojos - Déjeme verlo… Sólo quiero verlo de nuevo.
- Está bien…pasa. Pero no hagas ruido.
- ¡Sí! ¡Gracias! - Dijo Nowaki con algunas lágrimas en los ojos.
Nowaki entró a la habitación lentamente viendo de reojo a Hiroki acostado en la cama con cosas conectadas a él. La habitación era fría. A Nowaki casi se le sale el corazón al verlo con un yeso en la pierna izquierda y algunos golpes en el cuerpo. Se escuchaban tenues ‘‘bips’’ que revelaban los latidos del corazón del mayor.
Hiroki…te ves tan indefenso…tan vulnerable…
Una solitaria lágrima se coló por la mejilla de Nowaki.
Hiro-san…
Quería estrecharlo en sus brazos y besarlo hasta morir, pero no podía. Estaba demasiado débil y frágil. Sólo se acercó a él y tomó delicadamente su mano derecha.
Hiro-san…gracias, por sacrificarte…por mí…
Nowaki no paraba de llorar.
Yo sé que no me lo merezco…pero salvaste mi vida…te amo Hiro-san…
- Te amo… - Dijo débilmente, casi inaudible.
Hiroki parecía que se movía un poco, Nowaki quería con todas sus fuerzas que despertara y que le dijera ‘‘te amo’’ de vuelta, pero sabía que eso no iba a pasar. Las lágrimas no dejaban de fluir de los ojos del menor. Sólo quería que todo eso fuera un horrible pesadilla y que todo volviera a ser como antes, se sentía en un agujero sin salida, quería tener a Hiroki entre sus brazos y ninguna cosa lo haría mas feliz en ese momento. Pero, se repetía en su mente que eso no iba a pasar. En ese momento, no quería soltar la mano de su Hiroki…de su Hiro-san.