Capitulo 14:
¿Y ahora?
–Helen.
Me separe bruscamente de Renee al escuchar la voz de mi hermana aproximándose, observe a mi pelirroja acompañante, se veía realmente sorprendida por mi acción. Me di la vuelta y salí de la casa de campaña para encontrarme con Darian.
–¿Qué sucede? –le pregunte.
–Quería saber si van a salir, si no para apagar la fogata.
–N-no ya no. –le respondí.
–Ok. –se dio la vuelta y dio un paso antes de decirme– ¿Qué tienes?
–Nada… –me acerque a ella y caminamos hasta la fogata.
–Te ves algo nerviosa. –me comento.
–No, es eso, es solo que no se que hacer…
Mi hermana se me quedo viendo de una manera que no pude descifrar, tomo una cubeta con agua y apago el fuego con ella. Se acerco a mí y puso el balde metálico en el pasto. Me abrazo y acaricio mi cabello, yo correspondí su abrazo, y permanecimos así por un largo rato. Al separarse de mí me sonrió y dijo:
–No te preocupes por Mel y por mí.
Y tras decir eso regreso a su casa de campaña. Suspire pesadamente y regrese donde Renee me esperaba, antes de entrar pensé en las palabras de mi hermana, no creía que fuera tan obvia, había sido cuidadosa para que mi hermana no se diera cuenta, al menos por mi parte ya que a Renee si se lo nota demasiado. Metí mi mano en el bolsillo de mi pantalón y saque el relicario, me lo puse y entre a la casa de campaña. Renee ya estaba dentro se de su bolsa de dormir con los ojos cerrados, me metí al mio y la observe un largo rato antes de quedarme dormida.
A la mañana siguiente fui la primera en despertarme y lo primero que hice fue ir a la cabaña a hacer el desayuno, al tener todo listo tome una mesa plegable y la puse cerca de donde habíamos cenado la noche anterior, volví a la cabaña por la charola redonda donde había puesto los hotcakes que había preparado, los puse sobre la mesa y mire hacia las casas de campaña, Renee estaba saliendo de la nuestra. Nuestras miradas se encontraron y nos quedamos viéndonos unos segundos, luego bajo su vista al la mesa en la que había puesto el desayuno.
–Voy por los platos y algo de tomar. –camino hacia la cabaña.
Se veía tranquila, por alguna razón creí que se había molestado por dejarla sola la noche anterior, no tardo mucho en regresar con platos y cubiertos en una mano y una bolsa en la otra. La ayude con la bolsa, traía algunas botellas de jugo en ella. Nos sentamos en las mismas piedras que usamos durante la cena, y permanecimos en silencio, parecía ser que si estaba molesta después de todo. Solté un pesado suspiro y estaba por disculparme cuando mi hermana salió de su casa de campaña y al ver que estaba el desayuno listo casi corrió hacia el.
–¿Hambre? –le pregunto Renee.
–Si, tengo que reponer energía. –dijo mi hermana fingiendo seriedad.
–Ahmm… –comencé a reír al darme cuenta de un par de marcas rojas en su cuello– se nota el motivo. –dije señalándole el cuello.
–No me digas que… –se puso pálida y se puso la mano en el lugar que le señale y salio corriendo hacia la cabaña.
–Buenos días. –saludo Melissa saliendo de la casa de campaña, se veía contenta. –¿Y Darian?
–Fue al baño supongo. –respondí.
–Ya veo. –vio la mesa– ¡Oh! Prepararon el desayuno. –sus ojos se iluminaron, al parecer mi hermana no era la única que había perdido energía durante la noche.
Renee y yo nos servimos primero y cuando Mel estaba por hacerlo también regreso Darian, con todo su rostro rojo y se veía algo irritada.
–¿Cómo voy a cubrir esto? –le pregunto a Melissa mientras señalaba su cuello y esque el lugar donde se lo había hecho solo podría cubrírselo usando ropa que tuviera cuello de alto.
–¿Y como te paso eso? –pregunto de manera inocente.
–Si quieres lo digo con lujo de detalle frente a tu hija. –ese comentario le provocó un sonrojo a Renee y mucha risa a su mamá.
–Sabes Darian, yo no escuche en ningún momento que te quejaras anoche. –le dijo Mel.
–Bueno… –puso su mano en su cara cubriéndosela– Ya, olvídalo…
Luego de eso desayunamos animadamente, parecía ser que el haber ido ahí había sido buena idea, Mel ya no se veía tan estresada como días atrás, al igual que mi hermana. Renee parecía estar pasándola bien a pesar de lo de anoche, pero ya vería la manera de hablar con ella sobre eso, quizá era el momento de que pasáramos a ser algo mas, mi hermana me había dicho que no me preocupara, significaba que estaba bien si pasaba algo entre Renee y yo…
Ordenamos un poco el campamento y luego preparamos un par de mochilas para dar una caminata, la idea era que fuéramos a la cascada ese día. Mi hermana y Melissa platicaban alegremente, mientras que Renee y yo permanecíamos en silencio participando en la conversación cuando nos pedían nuestra opinión sobre algo, pero entre nosotras no hablábamos, en días anteriores habíamos podido platicar bien, me sentí cada vez peor por lo de la noche anterior.
Luego de un rato de caminar por fin llegaron a la cascada y una parte del rio donde la corriente estaba algo rápida. Mel tomo de la mano a Darian y caminaron hasta la orilla, donde ella se agacho soltando a mi hermana y metió su mano para sentir el agua.
Observe a Renee quien se encontraba buscando algo en la mochila que habíamos preparado para nosotras dos. Volví mi vista a mi hermana y Melissa, la pelirroja pareja de mi hermana ya estaba en traje de baño de dos piezas mientras intentaba quitarle en pantalón a mi hermana quien ya no traía playera puesta. Solté una ligera risita por la escena que estaban haciendo. Cuando me gire para ver a Renee estaba poniéndose bloqueador en los brazos al parecer no pensaba quitarse su ropa mostrar su traje de baño. Me quite la playera que traía y el short dejando ver mi traje de una sola pieza y mi relicario el cual al principio no pensaba quitarme, pero al recordar que la foto que tenia era una impresión solo cubierta por un cristal delgado en el cual se podría filtrar el agua decidí quitármelo.
Me gire hacia Renee para preguntarle si no iba entrar al rio para dejarle mi relicario, ella me estaba viendo sonrojada y no se si era consiente de que tenia la boca abierta, me reí un poco y camine hacia ella y delicadamente cerré su boca con mi mano provocando que se pusiera mas roja.
–¿Vas a nadar? –le pregunte aun si retirar mi mano de su rostro.
–N-no, yo no se… –me respondió evidentemente nerviosa.
La observe por varios segundos y pude notar que decía la verdad, metí mi relicario en la mochila y busque con la mirada a mi hermana y Mel y pude verlas besándose de una manera que hizo que me sonrojara. Les dije que iríamos donde la corriente estuviera mas tranquila, ellas solo se separaron para decirnos que estaba bien y siguieron con lo suyo, la verdad es que ella había hecho eso apropósito para que nos fuéramos a otro lado. De la mano la lleve hasta un lugar mas tranquilo, en cuanto me detuve ella me soltó y se acerco a ver el rio.
–¿Quieres que te enseñe a nadar? –le pregunte.
–No. –me observo por unos segundos– Así estoy bien.
–¿Estas molesta por lo de anoche? –me acerque a ella.
Ella no me contesto solo me miro unos segundos a los ojos para luego desviar la mirada al suelo y fruncir el seño. No tenia que decir nada eso respondía mi pregunta. No supe que decirle, sabía que tenía que disculparme, pero creía que un “lo siento” no seria suficiente. Estuvimos el resto de la tarde sin decirnos ni una sola palabra, yo me puse a nadar un rato, hasta que mi hermana y Mel fueron a buscarnos, ya era tarde y era hora de comer, en cuanto llegamos a la cabaña Renee subió a la habitación que compartíamos mientras mi hermana y Mel se bañaban, últimamente se habían olvidado de la discreción, al principio de su relación trataban de no hacer ese tipo de cosas mientras Renee y yo estábamos en casa. Me daba gusto, porque se veían muy felices. Fui a la cocina a preparar la comida ya que imagine que Darian y Melissa tardarían, y así fue. Cuando yo ya tenia todo listo para comer ellas apenas estaban saliendo, Renee bajo al poco rato y nos sentamos a comer, y una vez mas las únicas platicando son mi hermana y Mel. Por las miradas de Darian me di cuenta que ella ya se había percatado de que algo andaba mal, terminando de comer busque en la mochila el relicario para volver a ponérmelo cuando apareció mi hermana en la habitación.
–¿Qué sucede con Renee? –me pregunto.
–Esta molesta conmigo. –le respondí mientras me ponía el regalo que me había dado la antes mencionada.
–¿Y porque? –se acerco y tomo el relicario y lo examino.
–Pues… –no quería decirle a mi hermana exactamente lo que había sucedido– digamos que no le agradecí correctamente las atenciones que ha tenido conmigo.
–¿Ella te lo regalo? –lo abrió y vio la fotografía.
–Si…
–Es lindo.
–Lo se…
–Discúlpate con ella, Helen. –se alejo un poco de mi– En serio no tienes que preocuparte por mi relación, nosotras estamos bien, y si lo de ustedes no funciona no hará que lo que Mel y yo hemos construido desaparezca… –creo que noto mi cara de incomprensión por que agrego– digo… si es que es eso lo que te esta deteniendo.
–No es eso. ¿Desde cuando lo sabes?
–¿Qué se gustan? –asentí con la cabeza– Hace como un mes, y pues tuve tiempo para analizarlo y aceptarlo.
–¿Aceptarlo? –me empecé a reír ante el comentario de mi hermana.
–Oye, para mi es difícil –confeso ella– eres mi única familia. Pero, Mel tiene razón.
–¿Por qué lo dices?
–Por que ella dice que lo mejor que podría pasar es que ustedes estuvieran juntas, así no tendríamos que preocuparnos de que tenga una buena persona de pareja.
–Supongo que tienes razón –me acerque a mi hermana y la abrace–¿Qué debería hacer? –le pregunte sin separarme de ella.
–¿Ya fueron al lugar favorito de mamá? –me pregunto, al ver que no sabia de que me hablaba continuo– ya sabes, a mamá le gustaba ir a cierto lugar por las noches.
–Anoche… –dije recordando que mi hermana me había señalado una dirección y pregunto si ya habíamos ido– No hemos ido ahí –dije sonriendo.
Tras decir eso ella regreso con Mel y yo me puse a leer un rato mientras esperaba la puesta del sol, al ver el cielo volviéndose naranja corrí a buscar a Renee, quien estaba buscando algo en la casa de campaña que volveríamos a usar esa noche. La tome de la mano y antes de que me dijera algo comencé a correr arrastrándola conmigo, cuando por fin llegamos se separo de mi y me pregunto:
–¿Qué sucede? –se veía un poco molesta.
–Espera un poco. –dije señalando el cielo.
El cielo comenzó a oscurecerse y apareció la primera estrella seguida muchas más entonces un brillo llamo mi atención y me gire para ver a Renee, tenia una cara de sorpresa y sus ojos brillaban al igual que todas las luciérnagas que volaban a nuestro alrededor dándonos un espectáculo increíblemente hermoso. Me acerque a Renee quien seguía viendo con una gran sonrisa los destellos de las luciérnagas al sentir como tomaba su mano me presto atención.
–Este era el lugar favorito de mi mamá. –le conté.
–Y noto el porque. –me respondió.
–Lamento mucho el haberte dejado sola anoche. –le dije sinceramente, ella no me dijo nada– yo quería…
–Esta bien Helen. –se veía triste– ya entendí que no es posible.
–Que tonta eres. –comencé a reír.
–Oye… –susurro molesta.
–Renee…
–Dime.
No dije nada simplemente me acerque a ella y en medio de aquel espectáculo de luces que nos ofrecían la luna, las estrellas y las luciérnagas elimine la distancia que había entre nosotras he hice lo que debí haber hecho la noche anterior. No tenia idea si lo estaba haciendo bien, pero, como pude y expresándole lo mejor que podía mis sentimientos…
La besé.