Capitulo 03:
Aclaraciones.
–Renee, espérame. –la llame antes de que abriera la puerta principal de la casa.
–¿Qué te espere? –se giro para verme– Creí que no debíamos ir juntas a la escuela.
–Eso ya no tiene importancia. –me puse a su lado.
–¿Por lo de tu amigo Eduardo?
Yo solo le sonreí como respuesta y comencé a caminar, ella iba atrás de mí. Por primera vez desde que vivimos en la misma casa íbamos juntas a la escuela. Sin decir ni una sola palabra. Renee no era la chica más expresiva y platicadora, pero el silencio entre nosotras no me parecía desagradable. Ya casi llegando a la escuela nos topamos con Ed, el me miro de una manera muy triste y después fulmino con la mirada a Renee.
–Ed, tenemos que hablar. –le dije.
–No tenemos nada de que hablar. –me respondió.
–Claro que tenemos de que hablar.
Miro a Renee durante varios segundos, ella solo lo veía de manera indiferente, no le importaba en lo absoluto lo que su amigo pensara de ella ni el motivo por el que la veía así.
–En el receso, por lo pronto, deja que ordene mis ideas. –la traducción de eso era “no me hables antes de que me calme o pelearemos”.
–Muy bien. –le respondí.
Continuamos camino a la escuela en silencio. Entramos al salón y el se fue directo a su lugar a leer sus apuntes de la primera clase que teníamos, la maestra había amenazado con ponernos examen. Renee solo observaba por la ventana sin decir ni una sola palabra, y yo, espere a que la clase empezara y las horas pasaran rápido. Y así fue, salvo por la primera hora en la que tuvimos examen las otras dos antes del receso se fueron rápido. Comí algo rápido y fui a buscar a Ed, que sabia muy bien donde estaba.
Atravesé la cancha de football rápido y llegue a las gradas, alce mi vista y me tope con Ed, tenia sus audífonos puestos pero me estaba observando seriamente. Subí y me senté a su lado.
–Hola. –salude.
–Hola. –respondió sin cambiar el semblante serio.
–¿Por donde debería empezar? –me pregunte a mi misma pero en voz alta.
–¿Desde cuando me lo ocultas? –me pregunto.
–Exactamente, ¿a que te refieres?
–¿Cómo que exactamente?
–Ed…
–Yo, estoy muy molesto Hel. –me miro dolido–Tu sabes perfectamente que me gusta Darian, y nunca me animaste.
–No había ninguna posibilidad Ed.
–¿Cuánto tiempo?
–… 8 meses salieron juntas, y empezaron a vivir juntas hace 1 año. –respondí.
–¿Tanto tiempo? –fijo su vista en el suelo. –No me dijiste nada, a pesar de saber de mis sentimientos.
–Ed, tu sabias que no tenias oportunidad. –suspire pesadamente– Para empezar la diferencia de edad.
–¿Diferencia de edad? Pero si eso por lo que vi es lo que menos le importa. –dijo molesto– Renee tiene nuestra edad.
–¿Renee? –eso me sorprendió ¿que tenia que ver Renee?
–Helen, no te hagas la que no sabes. –se levanto de las gradas– Sabes perfectamente que ayer vi a Darian besándose con Renee frente a tu casa.
–¿Qué? –eso no era así, eran Mel y Darian. ¡Oh! Renee y Melissa tienen la misma estatura, los rasgos de Renee son mas infantiles, pero a Mel no se le nota la edad se ve mas joven. El largo de cabello y color, tono de piel. Eran muy parecidas. Su más notoria diferencia es el color de ojos. Los de Mel son verdes, los de Renee son café claro. Pero ahora podía comprender más el enojo de Eduardo.
–No soy tonto Helen…
–Si lo eres, no era Renee a la que viste ayer.
–¿La defiendes?
–No. Yo… –me interrumpió.
–¡No soy idiota! –me dijo molesto.
–No pienso que lo seas, solo te confundiste.
–¿Confundirme? –se molesto mas– ¡¿NO ESTOY CONFUNDIDO?!
–Lo estas.
–¡NO LO ESTOY! ¡VI A DARIAN CON..! –le di un fuerte puñetazo en la cara para que se tranquilizara.
–Lo siento, tenia que hacerlo para que me pongas atención. –suspire– No viste a Renee con Darian. –iba a protestar pero seguí antes de que dijera algo. –El año pasado hubo una junta de entrega de calificaciones donde vino la mamá de Renee. Nos sorprendimos por su gran parecido.
–¿A que te..?
–Melissa, la mamá de Renee es la pareja de mi hermana.
–Oh…
–Ed, la realidad es que aunque mi hermana no estuviera con Mel no te haría caso.
–¿Solo mujeres? –me pregunto algo triste.
–Si…
Hubo un enorme lapsus de incomodo silencio. Yo seguía sentada en las gradas mientras el estaba de pie mirando como jugaban football en la cancha.
–Aun asi… No te lo perdono. –tiro un foto frente a mi y se fue.
Levante la foto y me percate de que era un pedido especial que le había hecho. Una mala acción de una de nuestras compañeras de salón, sonreí ya que no lo había olvidado. Quizás tardaría en volver a llevarme con Ed como siempre, pero sabía que no podría estar molesto para siempre.
Conocí a Ed mi primer día en el kínder. Al principio estaba el con varios niños y yo sola, por alguna razón me costaba trabajo socializar con la gente (aun ahora un poco) a pesar de haber tenido padres amorosos y una hermana protectora. Los niños solían meterse mucho con Ed por su ingenuidad, los primeros días yo veía como los niños mas abusivos le quitaban sus cosas o a la hora de jugar le daban los puestos mas insignificantes, aunque yo era muy pequeña comprendía que eso era un abuso.
Recuerdo que estaban jugando varios niños en el patio del kínder, yo me balanceaba suavemente en uno de los columpios mientras observaba lo que hacían. Ed tropezó y lo atraparon haciendo que perdiera su equipo y los tres integrantes de su equipo fueron a molestarlo por eso, lo empujaban y le decían cosas feas. Eso no me parecía para nada correcto por lo que me metí en la pelea, ellos también se metieron conmigo pero entonces le dije a uno que me empujo:
–¡Déjame en paz niño del chupón!
Todos se quedaron en silencio y lo voltearon a ver, ese niño se había puesto rojo. Entonces se empezaron a reír de el, eso tampoco me pareció justo por lo que los empecé a señalar.
–¡Tu todavía usas pañal! –señale a uno– ¡Y tu te comes los mocos!
Los tres se me quedaron viendo algo sorprendidos por mis (en aquel entonces) fuertes declaraciones. Solo se miraron entre ellos y luego procedieron a retirarse de la escena diciendo que no volverían a jugar con Ed.
–Gracias. –fue todo lo que el me dijo con una enorme sonrisa en su rostro.
Y desde ese momento no habíamos vuelto inseparables. Pero no solo eso, también me di cuenta del poder que tenía la información sobre las personas. Con el tiempo nuestras familias comenzaron a frecuentarse, hasta el punto en que nuestros padres también se llevaban muy bien.
El día que Eduardo conoció a Darian. Me dijo que cuando fuera grande se casaría con ella para que nosotros pudiéramos ser hermanos. En aquel entonces lo vi como un juego, pero al pasar los años y al darme cuenta de que seguía con esa idea en su cabecita comencé a preocuparme, sobre todo cuando Darian comenzó a trabajar y me platicaba de su pequeña aventura con una de sus jefas (la cual no termino en nada). Fue entonces que le comencé a decir a Ed que se olvidara de mi hermana.
–Pero las cosas nunca salen como lo deseamos. –dije solo para mi mientras guardaba la foto que minutos atrás había arrojado al piso.
Regrese al salón donde Ed estaba caminando hacia el lugar donde estaba Renee. Se quedo viéndola fijamente de una manera sumamente seria, mientras Renee lo observaba de la misma manera y esperaba a que le dijera o hiciera lo que fuera.
–Oye “muñeca” –comenzó a hablar Ed de una manera que no creía que fuera la indicada, aunque todos conocían el apodo de Renee no era lo correcto decirle así– creo… –continuo hablando– creo que te debo una disculpa.
Renee no le dijo nada solo arqueo una ceja. Comencé a caminar hacia mi asiento pero sin perder detalle de los movimientos de ambos por si la situación cambiaba.
–Yo tenía una idea equivocada de ti. –Ed puso la palma de su mano sobre su frente– Aunque no sabes a que me refiero, no me sentiré bien a menos que te pida disculpas, por eso…
–Muy bien. –lo interrumpió Renee– Es verdad que no se a lo que te refieres, pero, acepto tus disculpas.
La respuesta serena de Renee y su fingida falta de interés en lo que Ed llego a pensar de ella me saco una sonrisa. Ed no le dijo nada mas, se sentó en su lugar sin voltear a mirarme. Mire hacia el lugar de Renee, ella me estaba observando con una mirada de “me explicaras en casa” que solamente yo pude notar. Aunque la mayoría del tiempo Renee tenía la misma expresión facial yo si lograba notar las diferencias, y lo que mayor satisfacción me daba era saber que era algo que solamente yo podía distinguir. Asentí con la cabeza como respuesta a su silenciosa petición.
El resto del día, Eduardo no me dirigió la palabra pero lo entendía el necesitaba su espacio. Las clases se fueron volando. Casi no nos dejaron tarea por lo que comencé a planear como pasar el tiempo en casa, quizás le pediría a Darian que viéramos un película.
–¿Qué era eso a lo que se refería tu amigo Eduardo? –me pregunto Renee camino a casa.
–El creía que tú eras la pareja de Darian. –me empecé a reír.
–¿¡Que!? –hizo un gesto de repulsión– Eso no pasara nunca.
–¡Hey! Tranquila, mi hermana no es fea. –puse cara de drama falso– Yo tampoco debo gustarte entonces, me parezco mucho a ella físicamente.
–¡Yo no lo digo por eso! –contesto rápidamente.
–¿Entonces?
–Darian es de mi mamá. –me contesto Renee– Seria muy feo que fuera yo y no ella, ya sabes, ellas están felices juntas. Además yo…
–No te preocupes, lo entiendo –le dije interrumpiéndola, comencé a reírme– mi hermana es de Mel y tu eres mía. –me pare en seco cuando reaccione y me di cuenta de lo que había dicho “tu eres mía”.
¿Por qué rayos había dicho eso?
Me gire para ver a Renee, ella me observaba con cara de sorpresa y tenía sus mejillas del mismo color que su cabello. Entonces me di cuenta del error que había cometido al decir eso. Más que molestarme por haberlo dicho en voz alta, me molestaba el hecho de haberlo pensado.
Por que si eso pasó por mi mente fue por algo.
Quizás una parte de mi…
En verdad siente que Renee es de su propiedad.
Y si es así…
¿Desde cuando?