Capitulo 05:
Lo que yo percibo.
Cuando empecé a ir al kínder recuerdo que me llamaba la atención que algunos niños los iban a dejar o buscar un adulto masculino al que llamaban “papá”. Yo no tenía a ningún miembro de mi familia al que llamara así, estaban mamá, mi abuelita y mi abuelito, pero nada más. Sin embargo no me dio la suficiente curiosidad para preguntar enseguida. El día que mi maestra nos pidió que lleváramos una foto conde saliéramos con mamá y papá me quede callada (ni de pequeña fui una niña expresiva o preguntona), pensando de donde sacaría una foto así. Cuando llego mi abuela por mí al kínder le pregunte “abuelita ¿yo tengo un papá?”. Aun recuerdo la expresión triste de su rostro y su intento de sonrisa. Mientras conducía a casa me dijo que yo no tenía papá, pero si tenía una mami y abuelos que me amarían siempre y me hizo prometerle que no le hiciera esa pregunta a mi mamá o se pondría muy triste. Aunque mi mamá no siempre pudo estar al pendiente de mí por sus estudios, su poco tiempo libre lo dedicaba a jugar conmigo o sacarme a pasear. Mis abuelos siempre fueron unas personas cariñosas y me consentían bastante. Yo no tenía papá pero si era cierto lo que me dijo mi abuela en aquella ocasión, ellos me amaban.
Algunos años después cuando mi mami termino la universidad nos mudamos a una casa nosotras dos solas. Me costo mucho trabajo al principio acostumbrarme a no estar con mis abuelos, los extrañaba, pero a esa edad comenzaba a comprender como estaba realmente compuesta una familia. Nunca fue necesario preguntarle a mi mamá, con el paso de los años yo sola pude sacar mis propias deducciones, y aunque si quería saber los motivos por los cuales mi padre no estaba conmigo, tampoco quería hacer llorar a mi mamá.
La peor época de mi vida sin duda fue mi último año de primaria y los primeros de secundaria. Mi mamá empezó a salir con varios tipos, que solo la querían por su físico, por su posición en el trabajo, solo por cosas superficiales y terminaran haciéndola sufrir. Entonces llegue a la conclusión que si yo podía evitar que saliera con alguien ella no sufriría más. Antes de Darian le ahuyente a tres sujetos. Si bien mi mamá se ponía triste con eso, se le pasaba rápido. En el proceso del primero de los que le ahuyente y el segundo en la escuela había estado todo muy tenso, de por si no le hablaba a nadie pero por mi físico muchas personas se acercaban a hablarme y yo no tenia el mas mínimo interés en relacionarme con nadie. Al notar mi negativa se ponían a hablar cosas de mi, cosas hirientes y me trataban como si no tuviera sentimientos y fuera mala persona.
Había salido del salón para marcarle a mi mamá durante una hora que habíamos tenido libre, estaba preocupada por ella ya que el tipo con el que tenia una relación en ese entonces la estaba presionando mucho para que le dedicara mas tiempo a el y menos a mi, pero mi mami nunca me dejo por pasar tiempo por alguien mas. Estaba por entrar al salón cuando escuche a varias chica riendo y diciendo cosas de mi “es como una muñeca” “inexpresiva” “sin sentimientos” “¿quién querría hablarle a tan horrible persona?”. Me molestaba y hasta cierto punto me dolía escuchar esas cosas, pero aun así no se los pensaba demostrar. Apreté la manija de la puerta del salón iba dar un paso para irrumpir en el salón y cortar sus insultos y risas cuando la voz de alguien mas las hizo callar.
–Que ella no les hable no significa que sea una mala persona. –abrí un poco la puerta del salón para ver a la persona que me estaba defendiendo– Y tampoco significa que no tenga sentimientos.
–¿Qué dices? –pregunto molesta una de las chicas que habían dicho cosas de mi.
–Que todos tenemos nuestros propios motivos para hacer y decir las cosas. –era Helen quien me defendía– Y no somos nadie para juzgar o criticar las acciones de los demás si nosotros cometemos errores también. Y tampoco conocemos sus razones para ser como es, es muy fácil juzgar, pero en lugar de hacerlo con los demás deberían hacerlo con ustedes mismas, ustedes si están realmente mal.
Ellas se quedaron calladas y yo… era la primera vez en toda mi vida que alguien me defendía y me sentía muy feliz. Mi corazón estaba agitado y sentía calor en mis mejillas. Aquella chica sin conocerme me había defendido.
Desde ese momento comencé a ponerle atención. A todo lo que hacia durante clases, sus expresiones, su falta de interés en las clases, en que se la pasaba observando a las personas y no poniendo atención en clase, a veces nuestras miradas chocaban.
Al principio podía sostenerle la mirada, pero después simplemente sentía el calor en mis mejillas y terminaba desviando la mirada. Poco después hicimos juntas un exposición en el salón de clases, no hablamos de nada personal, ni intimo, nuestra primera conversación fue sobre trabajo escolar, aun así yo me sentía feliz de pasar tiempo con ella. Cuando ella se percato de eso pude ver cierto brillo en sus ojos y una adorable sonrisa en su rostro. Como si hubiera descubierto el secreto de algún truco de magia o abierto un kínder sorpresa con un juguete raro de colección. Luego de ese incidente le conté a mi mamá que me gustaba alguien de mi salón, nunca le había ocultado nada a mi mami, por lo que con algo de pena y nerviosismo le dije que era una chica la que me gustaba. Ella pareció recordar algo y se empezó a reír, me dijo que me tranquilizará, que no era nada del otro mundo y que podía pedirle consejos si en algún momento quiera decirle como me sentía a esa chica. En algunas ocasiones Helen salía de la nada para hacerme comentarios bochornosos, preguntarme cosas o simplemente saludarme, intentaba contestarle con monosílabos ya me trababa mucho al hablar con ella.
Las cosas siguieron así por varios meses hasta que un día mi madre me dijo que saldría con su novio en turno, le hablaría de mí por lo que estaba nerviosa. Yo sabía que por lo general eso marcaba el final de sus relaciones por lo que me senté frente a la tele a esperar a que regresara. Pero me lleve una enorme sorpresa cuando al volver tenia una enorme sonrisa en su rostro. Cuando le pregunte como le había ido con su novio me dijo que termino con el. No comprendí por que si había terminado con el se sentía tan feliz.
A partir de ese momento empezó a salir mucho con una “amiga” como yo no le creía mucho me dedique a ejercer la misma presión de siempre. Fue en una junta de boletas que empecé a sospechar quien podría ser la “amiga” de mi mamá. Era la primera vez desde que estaba en la secundaria que el trabajo de mi mamá le permitía ir a ver mis calificaciones. Recuerdo la cara de todos al ver a mi mamá, decían que era bonita y muy joven para serlo, que era mi hermana o algo así. Yo reí por dentro aunque me mantenía inexpresiva hasta que se acerco Helen.
–¡Lo sabia! Por eso me parecías tan familiar. –le dijo a mi mamá.
–¿Conoces a mi mamá? –le pregunte.
–¡Claro que la conozco!
Mire a mi mamá. Veía totalmente sorprendida, una risita nerviosa se le escapo y saludo tímidamente a Helen. Yo no comprendía nada de lo que pasaba hasta que el celular de Helen sonó.
–¡Oh! Es Darian. –dijo viendo la pantalla de su celular.
–¿Darian? –pregunto mi mami preocupada.
–Si, ella no pudo venir, supongo que se le olvido. Le marque hace rato pero no me contesto –su teléfono dejo de sonar– Ups. Bueno volverá a marcar.
–¡Hermana olvidaste que había firma de boletas hoy! –contesto rápidamente y le soltó eso en cuanto se puso el teléfono en la bocina.
Mientras le decía algo Darian pude observar el rostro pálido de mi mamá. En ese momento me pareció muy rara su actitud, pero no quise decir nada en ese momento.
–En fin… No te imaginas con quien estoy. –Helen miro a mi mami sonriendo, pero entonces ella le dijo bajito que no quería que Darian supiera aun que tenia una hija, que se lo diría pero con el tiempo, necesitaba primero ganar algo de confianza para podérselo decir. Yo pensé que esa reacción de su parte era muy extraña. ¿Por qué ocultarle a su amiga la existencia de su hija? No quise cuestionarla por lo que deje pasar ese incidente.
–N-no nadie solo quería ver que me decías. –se empezó a reír Helen de una manera nerviosa. Su hermana le dijo algo más y ella respondió rápido–No, ya voy para la casa. –colgó.
–Gracias. –fue lo que dijo mi mami.
–¿El papá de Renee? –Helen hizo la pregunta, esa que yo nunca le había hecho a mi madre, observe el rostro triste de mi mamá y me asuste, pero no lloro, volteo a verme y le respondió.
–No lo conoce, nunca lo ha conocido y la verdad no creo que en algún momento lo haga. –se acerco a mi y me abrazo, entonces me susurró al oído– Llegando a casa te lo diré, es el momento de que sepas la historia.
No se que debí haber sentido en ese momento. Lo que si puedo decir es que sentí mucho miedo de lo que podría enterarme al hablar de mi padre. No tardo mucho aquella junta, Helen se fue a casa en taxi y mamá y yo hablamos durante el camino.
Me hablo un poco de mi padre, como se conocieron, como se gano la confianza de mis abuelos y sobre como se embarazo lo resumió todo a “me obligo a hacerlo con el, después naciste tu”. Me sentía muy molesta por eso, no me sentía decepcionada, solo triste de que mi padre solo embarazara a mi mami por la calentura y luego solo se fuera. Ya tenia 15 años por lo que no me costo trabajo comprender la situación. Quizás más pequeña hubiera sido más difícil para mí el digerirla.
En parte el que me contara la historia de mi papá provocó que yo me olvidara de lo qué le había dicho a Helen de que no le dijera a su hermana sobre mi, y no lo recordé hasta el día que ella llego llorando a casa de una manera desesperada y dolida, era la primera vez que yo la veía así, me solio verla asi.
Por mas que le preguntaba que tenia o si podía ayudarla, ella no me decía absolutamente nada además ya no salía con su “amiga”. Pasaron algunos meses y ella seguía igual, yo estaba muy preocupada por ella, entonces Helen se acerco a mi en la escuela diciendo que tenia algo muy importante que hablar conmigo.
–¿De que se trata? –le pregunte mientras ella cerraba la puerta de la azotea. Mi corazón estaba acelerado como siempre que la tenía tan cerca y me sentía muy nerviosa.
–¿Cómo esta Mel?
–¿Mi mamá? –pregunte confundida.
–Si… ¿ella esta triste?
–¿Por qué me preguntas por mi mami?
–Renee… ¿Mel esta triste?
Me quede en silencio por varios segundos, al final le conteste sinceramente que si, que llevaba así un tiempo. Helen sonrió tristemente y me dijo algo que me dejo totalmente sorprendida. Mi mami y su hermana tenían una relación. Pero por culpa de algunos malentendidos estaban peleadas, su hermana Darian no quería saber nada de mi madre, y mi mami no dejaba de llorar por todos los rincones de la casa. Me sentí terrible al saber que una de las llamadas que acostumbraba hacerle a mi mamá habían sido la causa de la “casi ruptura” por la que pasaban. Cuando Helen me dijo que su hermana estaba tan deprimida como mi mami decidí que debía intervenir y explicarle quien era yo, ya que según Helen, Darian creía que yo era hombre, el novio o esposo de mi mamá.
Cuando conocí a Darian me lleve una enorme sorpresa. Era una Helen adulta, pero con el cabello corto y lentes de aumento. En cuanto le dije como eran las cosas en realidad fue a buscar a mi mamá. Y después de eso continuaron con su relación por varios meses mas, pero ahora sin tantas llamadas de mi parte, intentaba darles su espacio y que disfrutaran de su tiempo juntas. Helen y yo seguíamos siendo distantes en la escuela, aunque ella de vez en cuando me sonreía o saludaba, a mi eso me ponía nerviosa, seguía siendo inexpresiva con ella (según yo) pero le hablaba un poco, no como antes que no le hablaba para nada. Cuando mi mami me conto que Darian le había pedido que vivieran juntas, por su felicidad me pareció que estaba bien y eso quería decirle, pero de mi boca salió un “no”. Aunque mi mami lo entendió pude notar que estaba triste por mi decisión, aun así me dijo que no me preocupara que Darian entendería. Al final termine cediendo ya que Helen en la escuela se la pasaba diciéndome lo divertido que seria vivir juntas, que podría conocerme más y saber todo de mí.
El año que llevábamos viviendo juntas había sido el mejor de mi vida. Mi mamá siempre se veía feliz, Darian era atenta y amable conmigo, no por que fuera hija de su novia, podía notar su sinceridad en las acciones y detalles que tenia conmigo, Helen y yo hablábamos mas, a veces me evitaba, a veces cortaba nuestras conversaciones, pero eso no me importaba, solo me importaba que Helen en casa se portaba de una manera diferente a la escuela, se portaba igual con Darian, con mi mami y conmigo por eso pude darme cuenta que no fingía conmigo.
El problema que estaba teniendo con Ed me parecía completamente estúpido. No podía creer que su amigo de toda la vida se portara como idiota con ella y la traicionara revelando sus secretos. Alana y las otras chicas la habían agredido físicamente y eso era algo que nunca les perdonaría, ni a ellas, ni a Ed. Estaba tan aliviada de haber llegado a tiempo para protegerla que no pensé, solo la abrace y dije lo que salió de mi corazón teniendo en mi mente lo que me había dicho el día anterior mientras caminábamos a casa, que yo era suya. Yo la protegería como fuera y se lo exprese. Ella alarmada volvió a huir de mí y mientras caminábamos a casa no dijo ni una sola palabra de lo sucedido…
Pero no importaba… de igual manera iba a protegerla, aunque mis sentimientos no fueran correspondidos.