Danny estaba ahí parado, con esa nota en las manos, se preguntaba a si mismo quién había tenido el odio suficiente hacia él para mandarle ese tipo de notas ¿Quién podría estar lleno de odio cómo para mandar esa nota. Dash miró a su pequeño compañero, estaba realmente turbado, sus ojos estaban encendidos en coraje pero hundidos en el desconcierto.Preguntarse quién había sido el autor de esa nota, sería fácil deducirlo, pero no quería darse cuenta de quién pudo haber sido. El coraje cada vez iba en aumento mermando la felicidad producida por la buena noticia de el equipo de basquet ball, el enojo estaba provocando en él reacciones extrañas, esas sensaciones negativas subieron por su cabeza hasta que no supo que hacer, solo bajó la mirada para ocultar las lágrimas producidas por la rabia pues no quería preocupar a su novio, quién no tardó en notar el silencioso llanto del menor.
-Hey, no te pongas así Daniel, no dejaré que te hagan daño.
-No Dash, esto no es por mí, es por tí; me preocupa demasiado que te puedan hacer algo - Danny levantó su cara, su voz sonaba distinta, había odio en ella, en sus ojos aún mostraban rastros de lágrimas pero la diferencia ahora era que el color cerúleo característico de sus ojos se había esfumado y se había transformado en un color verde brillante y fosforescente. Eso solo pasaba cuando alguién le hacía algo muy personal o algo lo hacía enojar de sobremanera como para que sus poderes fantasmas tomaran el control sobre él. La fuerza con la que apretaba sus puños era demasiada; Dash trató de calmar a su chico pero fue en vano, el chico estaba decidido.
-Daniel, cálmate, no vale la pena.
-No Dash, no dejaré que nadie dañe lo que más amo en esta vida.
-Daniel, cálmate.
-Es que... yo... no sabría que hacer si te hacen algo…
Y dicho esto el coraje se esfumó y se convirtió en llanto, se quebró completamente, bajó la mirada para que el rubio no notase su llanto pero era más que evidente, era realmente curioso ver como el chico pasaba del enojo al llanto en menos de 1 segundo. Pero ahí estaba Dash, estaba para protegerlo, darle más que palabras de aliento; su completo apoyo, su cariño y eso debía ser suficiente para él; pero no era así, Danny se sentía en desventaja, pues él ya había deducido quien era el autor de esa nota y no iba a quedarse cruzado de brazos, tenía que arreglar esto a como diera lugar; sus lágrimas eran una fusión de Rabia y miedo, pero cada una iba expresado en gran coraje y sus ganas por mantener a Dash a su lado, ¿Por qué, si había decidido ser feliz por fín con alguien llegaba ahora esta persona a querer separarlo? Simplemente no había ningún motivo.
-Tranquilízate Daniel, ahora que estás conmigo nada ni nadie te hará Daño -
Y dicho esto el rubio lo estrechó en sus brazos para darle calor, darle esa fuerza que él estaba necesitando, esa calma que tanto añoraba su ser, ¿Podrían estar juntos? Realmente se amaban y eso era suficiente para que el amor entre ellos floreciera.
-Gracias Dash… sabes, no se que haría sin ti. Qué lástima que muchas personas se nieguen a verlo.
-¿De que hablas?
-Que esta es la última vez que Sam Manson se atreve a interponerse entre tú y yo.
-¿Ella fue la que dejó eso en tu casillero?
-No encuentro peor candidato para tal acción tan vil y cruel.
-Ni yo, pero vamos ella no es tan agresiva.
-No más que tú. Y dicho esto soltó una ligera risa que esfumó por completo sus lágrimas. A Dash le encantaba ver ese gesto, ver en él esa sonrisa después de alguna rabieta, simplemente esa cara angelical le daba motivos para seguir apostando todo por esa relación no importando el equipo de futbol, ni sus padres, ni sus maestros, ni sus opositores, afortunadamente las dos personas que lo sabían les daban todo su apoyo incondicional, Paulina se encargaba de encubrirlos frente al equipo y Tucker siempre estaba ahí para ellos.
-Pierde cuidado Daniel, no importa si les gusta o no, o si les parece bien o no, tú eres mío, y yo no dejaré que nada te aparte de mí. Danny interrumpió al rubio ojiazul con un tierno beso para demostrarle que estaba satisfecho con él, que no necesitaba nada más para ser feliz, que este bache los superarían juntos y que no había individuo humano o fantasmal que los pudiera separar.
Dash llevó a Daniel a su casa, después del entrenamiento era lógico que ambos quisieran descansar. Danny esperó a que Dash diera vuelta en la esquina para emprender lo que en silencio había estado planeando. Danny se transformó en fantasma y voló directamente a la residencia de la señorita Manson. ¿Cómo se atrevía ella a amenazarlo de esa manera?, ¿era acaso motivo suficiente para atentar contra él? Por supuesto que no, no tenía ningún privilegio con él, desde que ella misma se destituyera como mejor amiga del fantasmagórico jugador, no era la primera vez que ella le demostrara su antipatía por andar de novio con el capitán del equipo de americano, quien anteriormente les habría causado muchos problemas, pero si Tucker había podido aceptar esa relación ¿Por qué diablos ella no?, Danny tenía que parar esto cuanto antes. Se escabulló con sus poderes hasta la habitación de la chica gótica, el cuarto estaba adornado con todo tipo de accesorios de estilo medieval y obscuro, las arañas y el color morado predominaban, los detalles color negro no podían faltar, al estar ahí Danny sentía una especie de miedo... ¿¡pero qué diablos!?, si algo necesitaba esa habitación era un fantasma listo para asustar o en este caso para reclamar el porqué de una nota indeseable, ella no era la indicada para decirle lo que debía hacer o con quién debía estar. Ahora si había tocado fondo.
De pronto la puerta se abrió y la chica gótica entró y por instinto encendió la luz y se encontró con su ex mejor amigo sentado en su cama.
-Danny ¿Qué Diablos haces aquí?-
La voz de la chica gótica sonaba distinta ya no denotaba esa amargura y enojo que sentía contra el fantasma; sino todo lo contrario, sabía que Danny había hecho mal, pero ya lo había perdonado, incluso esa misma mañana había tomado la determinación de pedirle una disculpa y arreglar todo.
-¿Qué? ¿Qué hago yo aquí?, Samantha Manson, eres… eres imposible, sabía que estabas enojada conmigo por lo de Dash, pero has llegado demasiado lejos, yo te pedí perdón y no lo aceptaste, eres tan…
-Espera Fantasmita, no sé de estas hablando -
-Conmigo no te hagas la inocente, se muy bien hasta donde eres capaz de llegar con esta locura -
-Por segunda vez Danny, no se de que demonios me estás hablando -
-Esto te parece suficiente-
El peliblanco le arrojó la nota y Sam la tomó y la leyó detenidamente, sí, era vil, ruin, cruel y cualquier otro adjetivo despectivo que encontraran y digno de su autoría pero era una manera cobarde de expresarse cosa que jamás se atrevería a hacer.
-Danny, estas completamente equivocado si crees que yo voy a estar desperdiciar mi tiempo con eso -
-Entonces ¿quién? Sam, tú eres de las únicas personas que saben de mi relación con Dash y la única que se manifestó en contra, tu no tenías ningún motivo, entonces ¿por qué hacerlo? -
-Terco Daniel, se supone que eres mi amigo -
-¿Tu amigo? No me gritaste acaso que ya no me querías volver hablar? -
-Pues si pero yo... -
-Pero nada, tus intenciones fueron claras, dijiste nunca más, y me atacaste en cada oportunidad que tuviste, me heriste en más de una ocasión, ¿Cómo quieres que tome eso? -
-Pues tómalo como quieras, pero yo no escribí esto -
-Samantha eres la persona más cruel, ruin y despreciable que haya visto en toda mi vida -
-Daniel, cálmate -
-No, no me puedo calmar, sé que fuiste tú, tiene casi toda tu maldad impregnada en cada letra escrita -
-Daniel, me estás acusando de cosas de las cuales yo sería incapaz de hacer -
-Lo cierto es que ya ni siquiera te conozco -
-Tú precisamente no fuiste el más sincero conmigo -
-Aléjate de él y de mi -
-No te preocupes yo no los volveré a molestar, es más dile a Tucker que si no le vuelvo a hablar que te lo agradezca a ti -
-Solo déjanos tranquilos - Y dicho esto Danny salió volando por la ventana. Tranquilidad, por fin había encontrado; no cabía la menor duda, se sentía de lo mejor, sentía que había quedado igual. Pues no ganó nada, ni tampoco perdió pues la amistad de Sam la había perdida desde hace ya semanas. ¿Por fin podría disfrutar de su relación con Dash a gusto?, si, o al menos mientras se presentase otro obstáculo, por lo pronto solo le quedaba ir a su casa y descansar. Descansar y disfrutar lo que quedaba de la tarde, tal vez leer un poco y dormir, estaba hasta cierto punto inquieto, pues algo muy dentro de su ser le anunciaba que pronto vendría algo, ¿sería bueno, sería malo? ¿Quién lo sabe? por lo pronto solo le quedaba terminar ese día normal.
Después de algunos días de arduo entrenamiento Danny estaba listo, su primer juego como titular, estaba ahí calentando, haciendo estiramientos y portando el uniforme que vestiría para el juego, al lado de el estaba Patrick, que como buen capitán animaba a su equipo en todo momento, en especial al pequeño pelinegro, pues para ser su primer juego se notaba que estaba algo nervioso.
Leonard se acercó por detrás de él y comenzó a propinarle un reconfortante masaje en los hombros - Hey Dan, tranquilízate se que lo harás bien - le dijo para animarlo.
-Yo…gracias Leonard- dijo el chico ruborizado por lo que acababa de pasar.
-Tranquilo, vamos a ganar - En ese momento Dashiel, que estaba en las gradas y le tocó presenciar esa escena que lo terminó poniendo Nervioso y celoso, por un segundo se sintió amenazado, pero después vio de quién procedía el abrazo así que perdió completo cuidado.
Después de un rato el árbitro hizo sonar su silbato, dando inicio al fin el partido de basketball. El equipo contrario no era un contrincante fácil, pero el equipo de Casper High no se iba dejar ganar tan fácil. Leonard dirigía con inteligencia las jugadas que el equipo hacía todas y cada una dirigida hacia la canasta, pero de alguna manera los jugadores del equipo contrario bloqueaban todas y cada una de las jugadas, evitando a toda costa que el equipo de Casper High se acercara tan siquiera a la línea de tres y seguían directo al contra ataque con lo que cayeron más de 4 canastas aprovechando los errores de cierto jugador novato.
-Bien equipo esto es lo que haremos - dijo Leonard decidido -Pasen el balón a Fenton, el se encargará de llevarlo.
-Pero yo, Leonard.
-Pero nada, amigo yo creo en tu talento.
-Está bien.
Danny siguió con la jugada, moviendo el balón por toda la cancha, pasando el balón a Leonard, dando un contragolpe que emparejó el marcador, Y así se pasó la mayor parte del partido, 3 de los 4 cuartos del partido ya habían transcurrido, y era cuestión de minutos para que el jugo terminara y Casper High estaba en desventaja, el tablero marcaba Visitantes 100, Casa 99, pero aún así el equipo no se desanimaba, sabían que no había de que preocuparse, solo su racha de 13 partidos sin ganar se vería rota, y tal vez perderían su título de primer lugar como favoritos al campeonato, y Danny se sentiría con una culpa en sus hombros muy pesada pues sabía que muchas de las canastas anotadas en contra fueron en su contra y en todo el partido no había encestado y había dejado ir muchas oportunidades… Si, sin duda la culpa sería suya.
El reloj marcaba 45 segundos y un guardia del otro equipo tumbo a propósito a Danny, el árbitro sonó el silbato. Aún había esperanza.
-Bien equipo – dijo Leonard -Ahora dependemos de Fenton, tú puedes - lo ánimo a seguir.
-Yo…
-Vamos, 2 puntos que nos llevarán a la victoria. Ahora ve - Danny se sentía más que presionado, tenía a todo el equipo sobre de él, también toda la tribuna… No podía fallar.
-Bien aquí vamos.
Desde las gradas un rubio lo apoyaba incondicionalmente, veía con pasión lo que pasaba; sabía que Danny podría ganar, pero también sabía que podía perder y el estaría ahí dándole su apoyo cualquiera que fuese el resultado.
-Bien Fenton, no te pongas nervioso...- Danny se puso en posición, Tomó el balón y lo lanzó; el balón en el aire, golpeó el tablero y entró, entró sin problemas, Danny festejó junto a toda la tribuna, había empatado el juego, pero de pronto todo quedó en silencio, aún quedaba un tiro…
-Bien, solo uno más...-
El nerviosismo se apoderó del lugar, ambos equipos se reunieron en la cancha, todo quedó en silencio, Daniel se puso en posición y arrojó el balón, el reloj seguía corriendo, 13, 12, 11, 10, 9… El balón tocó el aro, dio vueltas sobre el, estando a punto de caer y…. ¡Entró! el balón había entrado y todo el lugar se regocijó, 6, 5, 4, No había nada que el otro equipo pudiera hacer y de pronto sonó el silbato. El partido se había terminado, todos los jugadores corrieron hacía Danny, Leonardo lo abrazó con especial afecto y acto seguido lo cargó en sus hombros, Danny estaba demasiado feliz, todo el equipo coreaba su apellido, el había conseguido su primera victoria en su primer juego…Todos trataban a Daniel de manera estupenda pero era Patrick quién lo traía cargado, de pronto hizo una maniobra y el pequeño fantasma terminó en sus brazos…frente a la mirada furiosa de Dash, quién a pesar de estar feliz por el triunfo de Danny ardía en celos por ver como lo trataba ese güerito. ¿Quién se creía él para tratar así a su novio? O peor aún ¿Qué sentía Danny para permitírselo?. Dash enfadado solo se dio la vuelta y salió del recinto.
-¡Ganamos Tuck!, ¡ganamos!
-Felicidades hermano, eres genial.
-Fenton, ganamos y todo gracias a ti.
-De nada Leonard…gracias al equipo.
De pronto una chica morena de tez hermosa se acercó al chico ganador
-Danny. Dash no está.
-¿Qué?
-Dash se fue de aquí enojado -
-¿Enojado?
-Sí, no me quiso decir porqué, solo sé que se fue de aquí, tenía junta con el equipo de Football.
-Entonces tal vez esté en los vestidores.
-Corre tal vez lo alcances…- Danny corrió en dirección a los vestidores pero al llegar fue recibido con un fuerte golpe en la espalda que lo dejó medio-consiente.
-Con que ganaste en tu primer juego ¿verdad fengusano?
- Daash…- Danny perdió el conocimiento y no supo de si mismo hasta tiempo después que la recobró. Pero donde estaba, escuchaba voces, el lugar estaba oscuro y el estaba amarrado y amordazado. El lugar apestaba a calcetines sucios, podía usar sus poderes fantasmales y librarse pero no podía. Si los usaba sería descubierto por quien sea que estuviese afuera lo descubriría. Así que intentó moverse y sin querer se golpeó en la cabeza con las frías paredes de metal. Pero eso fue suficiente.
-¿Qué fue eso?
-¿Qué fue qué Dash?
-Eso que sonó en el casillero de la ropa sucia.
-Nada, no es nada.
-Kwan, te lo advierto - el coreano No tuvo opción y abrió la puerta del casillero.
-¿Qué significa esto Kwan? -
-Yo Dash…creí que cuando lo vieras te alegrarías.
Lo que salió del locker y fue a dar directamente al piso fue Danny, amordazado y amarrado, estaba solo en ropa interior, Danny se quedó mirando a Dash y este procedió a desatarlo.
-¿Cómo pudieron hacer esto?
-Pero es que como siempre molestamos a Fenton.
-Creí haber dicho que dejaríamos eso de molestarlo, ¿No? Ahora largo, vayan con el entrenador.
-No te entiendo Dash, ¿Desde cuándo te interesa este gusano?
-Dije largo, no quiero problemas con el equipo de Basketball -
-Tienes razón.
-Dije largo….
Los demás integrantes del equipo de football se fueron dejando solos en el recinto a Danny y a Dash, el rubio se acercó para desamarrar al pequeño pero este utilizó sus poderes fantasmales para deshacerse de sus ataduras y su mordaza, y quedó únicamente en paños menores en frente del capitán del equipo.
-¿Por qué no hiciste esto antes?
-Por qué no quería ser descubierto.
-Descuida me encargaré que te dejen en paz.
Danny se acercó a Dash para besarlo en señal de agradecimiento pero el rubio le respondió negándole el beso y aludió.
-Sin embargo no debería.
-¿A qué te refieres?
-A que ese tipo de tu equipo se sobrepasa mucho contigo.
-¿Eh?, ah Leonard, no, él no es así.
-Pero mira como te trata.
-Dash, no tienes por qué ponerte así, sabes que mi corazón es tuyo.
-Pero no estoy seguro de que él lo sepa- dijo el rubio mientras golpeaba uno de los casilleros, estaba lleno de rabia, los celos se habían apoderado de él, tenía miedo de perder a su chico y Fenton podía percatarse de ello, sin embargo, no tenía en mente un plan para convencerlo de que solo Lo amaba a él y que nadie más ocupaba su corazón.
-Dash, tú… tú confías en mi verdad?
-Sí.
-Entonces, creerás que solo tú eres el indicado para mi, ¿cierto?
-Sí
-Entonces te darás cuenta de esto-
Danny juntó sus labios con los del rubio, transmitiéndole todo lo que sentía por él, emitía sensaciones que solo una pareja entendería, descifraba sus mensajes ocultos con llenos de ese sentimiento que era el motor para que ambos corazones latieran, emanaba cinco letras que les daban a ambos motivos para vivir: Te amo.
-¿Ahora entiendes por qué no puede haber nada entre Leonard y yo?
-Si, Realmente quiero estar contigo, tú me haces sentir mejor, no cambiaría esos labios de ángel por nada.
-Te lo dije, si fue amargo el principio, es más dulce al final…ahora, necesito encontrar mi ropa, no puedo deambular por los corredores de la preparatoria en este estado.
-Tienes razón, no imagino donde pudieron haber escondido tu ropa.
-No importa, la buscare más al rato, lo que quiero ahora es darme una ducha para que se me quite este olor a pies que predomina por aquí.
-je, je, je. Lo sé Daniel, bueno, yo regresaré al entrenamiento, te veré mas tarde para llevarte a tu casa.
-Si, nos veremos más tarde.
Mientras tanto en otro lugar cerca de ahí, en la casa de los Fenton.
-Maddie, Jack, que bueno que los veo amigos míos.
-Vlad, sabes que siempre es un placer tenerte en casa.
-No era para menos, no podía dejar olvidados a mis amigos y colegas.
-Pero pasa, ¿te quedarás mucho tiempo?
-No lo creo solo estoy aquí para cerrar un negocio y pasar más tiempo con mi sobrino Daniel…