Danny despertó de su profundo sueño provocado por el cansancio de la noche anterior; estaba un poco fuera de órbita, sus pensamientos eran transparentes, aún no daba crédito a lo sucedido la noche anterior creyendo que había sido un sueño, pero al sentir que solo traía encima la sábana que lo cubría y ver que aún estaba recostado sobre el cuerpo desnudo de su novio comenzó a asimilarlo, ahora Dash y el eran uno solo. Corroboró con éxito que los sentimientos de Dash eran puros y sinceros; que no eran otra trampa para humillarlo como lo creyó al principio; Danny se volvió a acurrucar en el bien formado pecho de su Baxter, quién seguía profundamente dormido, abandonado completamente en los brazos de Morfeo y con una sonrisa dibujada en su rostro.
El chico mitad fantasma se sentía como un pequeño a salvo en los brazos de Dash, por primera vez alguien lo hacía sentir amado, valorado, seguro sentía que todo lo malo que había pasado en el pasado era recompensado, que se lo merecía, Cuantas veces había sobre volado el cielo buscando algo o alguien quien lo hiciera sentir así de bien y quién lo diría, la persona quién menos esperaba era quien le traería esa paz que el necesitaba.
De pronto Danny sintió sobre su espalda una mano que lo acarició lo cual causó un ligero sobresalto en el menor que se encontraba disfrutando de una tranquilidad inimaginable.
-Buenos días Daniel- saludando a su novio
-Dash, despertaste – lo miro contento.
-claro pequeño, ¿dormiste bien? – continuaba sonriendo a su pequeño.
-¡Sí! digo, cualquiera que durmiera contigo pasaría una noche perfecta – lo miro con un poco de pena y un hermoso sonrojo en las mejillas.
- me alagas, sabes, me encanta sentirte así, en mi pecho, cuando te olvidas de todo y te quedas así, a mi lado.
-Es que cuando estoy contigo, realmente nada importa y siento que todo está bien.
-creo que debería darme una ducha, para luego comer algo y ver que haremos en lo que queda de este ultimo día juntos.
-Me has dado el mejor fin de semana de mi vida – la sonrisa del pelinegro estaba a par de sus mejillas, realmente lo que decía era cierto y se sentía como nunca en la vida.
-Y tú a mi Daniel – lo miro a los ojos mientras se acercaba lentamente a él y… – ¡Toma esto! – Dash hizo una maniobra acelerada y repentina cambiando lugares, dejando a Danny bajo su cuerpo, volvió a clavar su mirada azulina en la azabache de su novio.
-¡Dash no hagas eso!
-¿Por qué?, ¿te asustó acaso? – pregunto burlón con una sonrisa de medio lado.
-No, es solo que me tomó por sorpresa – dijo sonrojado.
-Me encanta ver esa expresión en tu cara, sorprendida o asustadiza – rio por su propio comentario.
-mmm… - al pelinegro solo hizo un pequeño puchero en desacuerdo, repentinamente Dash rompió toda distancia entre sus labios, uniéndolos en un cálido beso; sus labios jugaban y Dash acariciaba la mejilla de Danny quién rompió ese contacto labial.
-¿Qué tal si nos duchamos juntos? – propuso el capitán de futbol.
El pequeño Danny solo se sonrojo por la propuesta – Si, será divertido.
Pasado de un rato, después de salir de la ducha entre un mar de besos y caricias, los chicos se vistieron y desayunaron los Hot-Cakes que Dash preparó.
-No sabía que cocinaras tan bien Dash.
-Hay cosas de mí que aún no conoces, pero con gusto irás sabiéndolas poco a poco.
-Creo que antes de irnos debemos limpiar un poco la casa de tus padres ¿no lo crees? Digo, me parece algo grosero dejarlo así de sucio.
-Lo que a ti te parezca mejor Daniel.
Dash y Danny limpiaron la casa completamente. No dejaron nada fuera de su lugar. Todo en orden como lo encontraron al llegar, después de eso, tomaron sus cosas y emprendieron el camino de regreso a Amity Park, en el camino discutieron muchas cosas mientras Dash conducía.
-¿Entonces qué pasará cuando regresemos Daniel?
-No lo sé, me imagino que seguir con nuestra vida juntos.
-¿Sé lo dirás a tus amigos?
-No lo sé….no creo que sea lo más prudente, por ahora, tu sabes cómo son Sam y Tucker ya que no te adoran precisamente a ti.
-Lo sé y perdón por ello.
-No te preocupes, de todos modos no creo que tú quieras decírselo al equipo de futbol.
-Ni hablar, ellos sí que jamás lo entenderían, pero no sé, me imagine que tus amigos nos podrían ayudar.
-Si lo harán, pero aún no es el momento de decírselos.
-Sabes, me hiciste pasar la mejor noche de mi vida ayer.
-Tú….a mí también- contestó un Danny apenado y sonrojado por la situación, realmente era un poco bochornoso hablar del tema aún y cuando el que hiciera el comentario fuera el autor de la noche más perfecta de ambos.
-¿Qué pasa, es acaso que no te gustó lo que pasó anoche?
-No es eso, solo que siento que fue demasiado rápido, es decir, no llevamos mucho tiempo como pareja, solo es eso – Danny se acurrucó al pecho de Dash, el cual paso su brazo sobre los hombros del chico para extenderle el abrazo.
-Tal vez tengas razón, tal vez fue demasiado pronto, pero tarde o temprano iba a demostrarte cuanto te amaba ¿no?
-Solo que me hubiera gustado esperar un poco más.
-¿Quieres decir que te arrepientes de lo que pasó anoche?
-Claro que no tonto, aunque para ser sinceros me dolió un poco – hizo un pequeño pucherito – Dash soltó una risa ligera a lo que Danny contestó molesto.
-No te rías, no es gracioso, realmente me dolió.
-Pues yo escuchaba tus gemidos y me decían otra cosa ja, ja – se agarró a reír ante su propio comentario.
A lo que provocó un súbito sonrojo en la cara del pelinegro y junto a esto un silencio un poco incómodo, Dash, al percatarse de esto no dudo en preguntarle ¿qué era lo que tenía?
-No es nada, solo que me apena que digas eso.
-Oh por Dios Daniel, no puedes ser más tímido de lo que creo, te apenas por casi todo.
-Mira, casi llegamos a Amity Park
-¿Vas a querer que te deje en tu casa?
-No, mis padres podrían sospechar que no pasé el fin de semana con Vlad
-¿Quién es Vlad? – inmediatamente la pregunta ano se hizo esperar ni tampoco los celos que le provocaba ese nombre.
-Tranquilo Dash, no te pongas celoso, es un amigo de la familia que está más que enamorado de mi madre, y está obsesionado con que un día lo llame Padre.
-Pobre tipo, bueno; entonces… te dejaré en tu casa, no puedo dejarte en otro lado, quiero asegurarme que llegaste con bien a tu casa y pues mejor yo te dejo.
-mmm… bueno, sí.
Dash siguió conduciendo para dejar a Daniel en su casa pero este no tenía un semblante precisamente de felicidad en su cara; a pesar de haber pasado el fin de semana más maravilloso de su vida su cara no denotaba ese sentimiento, sino más que nada nostalgia, el cual el capitán del equipo de football logró notar.
-¿Te pasa algo Daniel? – pregunto preocupado por su novio.
-No es nada, solo que el paraíso llegó a su fin y desde ahora volveremos a la vida de antes – dijo con un semblante triste.
-Lo sé, pero créeme esta vez será diferente – le dedico una sonrisa para darle esa seguridad de que de ahora en adelante todo cambiaría para bien.
Danny le robó un beso a Dash el cual ya se había detenido frente a casa de Danny. El beso fue corto pero con mucho sentimiento, el contacto labial que ejercían era máximo pero el oxígeno les hizo falta y tuvieron que separarse.
-Bueno creo aquí nos despedimos. Pase los mejores días a tu lado, gracias por todo Dash.
-Aún no te vas y ya te estoy extrañando – dijo el rubio algo sentido.
-Dash, no seas cursi – Dany sonrió ante el comentario de su novio, le gustaba que Dash demostrara lo que en verdad sentía.
-¿Qué? Creí que sería lindo decirte eso.
-Y lo fue. Hasta mañana Dash.
-Hasta mañana Daniel.
Danny tomó sus cosas de la parte de atrás de la camioneta de Baxter
Antes de entrar a la casa fue interrumpido por la voz de su novio
-Daniel.
Dany volteo –Dime -.
-Te quiero.
Ante tal confesión no pudo evitar sonrojarse y sonreírle, se giró y entró a su casa con una sonrisa en su rostro.
Lo que sentía por ese chico se incrementaba día con día, instante a instante, eso ya no era un enamoramiento solamente, eso ya se llamaba amor, tocaba sus labios con los dedos, como si los labios de su rubio amante siguieran ahí, sus ojos cerrados recreaban todo lo vivido en ese fin de semana maravilloso, hasta que una voz lo sacó de sus profundos pensamientos.
-Hijo, por fin llegaste, ¿Por qué no respondiste ninguna de las llamadas que hicimos a tu celular?
-ah, eso Mamá. Es que lo olvidé aquí en casa.
-¿Cómo está tu tío Vlad Danny? – su padre se les unió a la platica.
-Bien Papá, te manda saludos a ti y a mamá, nos la pasamos bien, ahora quiero descansar un poco.
-Está bien hijo.
Danny subió a su habitación y se recostó, aún no asimilaba lo ocurrido la noche anterior, ahora ya era de Dash, ya eran uno, habían consumado ese amor que se tenían.
-¿Me pregunto si el piensa en mí como yo en él?
Danny se estaba quedando dormido cuando su celular sonó.
-Hola, ah, Sam, ¿Cómo estás?
-Bien, ¿ya llegaste de ver a Vlad?
-Sí, ya estoy en casa.
-Y bien, ¿Qué averiguaste, como te fue?
-Genial, fue tan genial – sin percatarse de su tono de voz ensoñador, el pelinegro se dejó llevar por sus emociones.
-¿Qué? ¿De qué diablos hablas? – pregunto extrañada su amiga gotica.
-Ah… Que no encontré nada, disculpa.
-Danny…. ¿seguro que fuiste a ver a Plasmius? – pregunto con desconfianza.
-…Si, eso hice.
-Estas completamente seguro ¿No habrás ido a otro lugar con otra persona?
-Por Dios Sam, no encontré nada con Da… Vlad – rio algo nervioso.
-mmmm, de acuerdo, estás muy extraño Danny, ¿estás bien?
-Lo siento, es que estoy muy cansado y solo quisiera dormir un poco, por eso ya ni se lo que digo, Mañana les contaré a Tucker y a ti todo. Adiós.
-Adiós Danny.
Danny se quedó pensativo porque Sam le haría todas esas preguntas, después de todo era su amiga, tal vez estaría preocupada por algo que Vlad le haya podido hacer.
Después de darle vueltas al asunto por fin se quedó dormido.
Pero Sam tenía sus motivos para sospechar, había decidido esperar a Danny cerca de su casa, aunque ya no estuviera enamorada de él aún seguían siendo amigos, pero a lo que no dio crédito fue a ver como Danny bajaba de la camioneta de Dash y tomaba sus cosas de la parte trasera, por eso sospechaba algo.
-“¿Tendrán esos dos algo que ver?, no lo creo, Dash siempre está molestando a Danny, ¿por qué ofrecerse a traerlo a su casa? Y ¿porque se despidieron como si fueran tan cercanos, por qué?” – Termino de meditar las cosas – Danny me está ocultando algo.
Esa noche Sam llamó a Tucker para decirle lo que había visto, Tucker reaccionó de una manera poco exaltada alegando que probablemente fue un gesto de amabilidad de parte de Dash como la última vez que se portó gentil con Danny y le dijo a Sam que no se preocupara por nada, que si Danny tuviera algo que decirles ya lo hubiera hecho.
Todo transcurrió normal hasta al amanecer, Danny miró su celular y en el había un mensaje.
“No he hecho nada desde ayer más que pensar en ti, quiero verte, ojalá puedas llegar temprano para vernos antes de clases. Dash”
Danny no dudó en lo más mínimo en ir temprano a la escuela así que sin perder más tiempo se arregló para estar listo lo más pronto posible, se duchó sin demorarse, se dirigió a su armario – “Este día quiero lucir diferente, pero toda mi ropa es similar, la mayoría de mis playeras son blancas”- Pensaba Danny mientras veía su guarda ropa, hasta que por fin encontró algo que le pareció diferente, Se vistió con unos Jeans negros los cuales le quedaban algo ajustados y decidió usar una playera color rojo vino que no recordaba que tenía – curioso, la playera es nueva – se dijo a sí mismo. Era la primera vez que Danny salía de sus típicos pantalones azules y las playeras blancas con diferentes estampados que siempre lucía.
Sin perder más tiempo se despidió de sus padres y al salir de casa se convirtió en fantasma cerciorándose que nadie lo miraba y llegó a la escuela lo más rápido que pudo.
La preparatoria lucía muy sola a tempranas horas en la mañana, no había nadie en los pasillos, a excepción de un chico rubio el cual estaba de pie junto al casillero de Danny.
-Creí que no vendrías – miro a su novio, se veía diferente pero le gustaba y mucho como se veía vestido, iba a decir algo como que sensual pero fue interrumpido por su novio.
-Mientras pueda pasar tiempo contigo estará bien – el pelinegro se acercó a su rubio y lo besó tiernamente, al principio era un saludo pero el beso se intensifico, haciendo que ambos se olvidaron completamente del mundo hasta que una voz femenina los perturbo de su mágico mundo.
-¿Danny y Dash? No lo puedo creer – arrastrando las palabras, la chica había dicho aquello lo suficientemente fuerte para que sus interlocutores la escucharan.