Capitulo 2
Esa noche ambos chicos conciliaron el sueño con dificultad pero cuando lograron hacerlo soñaron el uno con el otro, los acontecimientos de estos últimos días habían influido demasiado rápido, jamás hubo entre ellos una amistad, entonces por que una muestra de amabilidad se había convertido en algo de suma importancia para ellos, no había explicación aparente; ambos pudieron dormir cuando concibieron el pensamiento de decir “No pasa nada, únicamente pasó y no se volverá a repetir”.
Las horas pasaron pronto el sol volvió a salir de nuevo en Amity Park, ese día en la escuela estuvo de lo más extraño. Primero Danny y Paulina pasaron la mayor parte del día juntos, todo parecía sacado de un sueño, pero por otra parte no todo era perfección, ya que, Dash se acercó en numerosas ocasiones para hablar con Danny, pero este ultimo con tal de huir de cualquier paliza posible lo evadía a cada rato, todo hubiera sido perfecto si no fuera por el último intento de Dash por hablar con Danny.
En el salón de clases, Dash se acercó a Danny y le dijo en voz baja.
-Fentonto tenemos que hablar.
- Lo siento Dash ahora no.
-¡¡¡Fentonila, hablarás conmigo!!! - dijo Dash gritando.
-Señor Baxter, creo que no le importará dar unas 20 vueltas a la cancha después de clases. Danny soltó una risa discreta pero audible para el profesor y fue reprendido por ello -Y no le importará hacerle compañía con unas 15 vueltas señor Fenton.
-Genial, ves lo que has causado por tu cobardía Fentonto – replicó Dash.
Danny aún seguía con miedo de que Dash le fuera a cobrar la amabilidad.
- Son 5 vueltas menos que las de él - pensó - Si las termino rápido y me ducho lo más rápido que pueda no lo veré.
Y su castigo comenzó. Ahí estaban corriendo los dos, Dash se sorprendió al ver la agilidad de Danny quien a pesar que siempre lo considero como un debilucho vio que en realidad si tenía agilidad, pues él terminó de correr sus 15 vueltas cuando él apenas llevaba 13; el clima que los envolvía en realidad era incómodo, un silencio perturbador invadido por el rechinido de las suelas de los zapatos al contacto con la duela de la cancha, cada que Dash cruzaba su mirada con la de Danny este no podía evitar sentirse nervioso y apresuraba más su paso, mucho menos intercambiaron palabra alguna, realmente era algo incomodo estar ahí, pero el pelinegro pudo zafarse una vez más, así que estuvo a punto de poner en práctica su plan.
-Aún le faltan 7 vueltas a Dash así que, si me ducho lo más rápido posible podré zafarme de él – pensó el azabache.
Danny corrió a los vestidores donde procedió con su plan que, el cual se vio ligeramente saboteado cuando se dio cuenta de que el vestidor estaba cerrado por limpieza, pero para su ligera suerte en un par de minutos estuvo de nuevo disponible, así que Danny hizo lo suyo, se despojó de su ropa y entró a la ducha. Cuando sintió el agua tibia en recorrer su piel se relajó por completo, se olvidó de todos y de cada uno de sus problemas, el baile, Dash, Paulina, los fantasmas, de todo… en su mente solo estaba relajarse, disfrutar ese momento, cada gota que caía sobre su piel desnuda lo tranquilizaba; y así se fue el tiempo, pero a unos pocos metros de distancia, estaba él, Dashiel Baxter, quedó atónito, viendo a Danny ducharse, siempre había visto a Danny ducharse, pero esta vez se sentía extraño, por alguna extraña razón no podía dejar de observarlo, las sensaciones que Danny le hacían despertar en él eran extrañas e iban aumentando conforme el chicos fantasma enjabonaba su piel. Danny estaba muy relajado así que ni siquiera se percató de la presencia del rubio pues había permanecido todo el tiempo con los ojos cerrados disfrutando de esa ducha refrescante, pero su tranquilidad se fue junto con el agua y el jabón al drenaje cuando Dash intento decirle algo a Danny sin mucho éxito.
-fff… Fenton???
-¡Dash! – dijo Danny asustado – ¿Qué pasa? – pregunto con desconfianza.
-Pp..po..Por fin puedo hablar contigo – al final dijo seguro.
-¿Y bien qué pasa Dash? – Preguntó con un tono leve de miedo – Ya no puedo evadirlo, ¿¡qué haré!? – pensó el pelinegro.
-Necesito… No… ¡Quiero que sepas algo! – dijo exaltado.
-Escucho… - no muy seguro, aun así el cazador de fantasmas dijo con tono tembloroso.
-Yo… Fenton, yo… veras…
-Vamos Dash, apresúrate, me incomoda estar desnudo frente a ti – medio avergonzado y con un ligero tinte rojo en sus mejillas.
Ese comentario en lugar de acelerar el momento solo lo hizo más penoso pues provocó un sonrojo en ambos que solo tensó más la situación.
-Dash, yo, podríamos dejar la paliza para después no quiero lucir mal frente a Paulina esta noche.
- Fenton no vengo a golpearte solo quiero que sepas algo.
Danny empezaba a sentirse nervioso, lo que Dash tenía que decirle lo hacía sentirse presionado, alterado, ansioso, un silencio incomodo de pocos segundos, que le parecieron eternos Dash, quería hablar, quería quitarse esa presión, pero no encontraba las palabras para hacerlo hasta que torpemente ligó frases que formaron una oración poco convincente.
-Sabes Fenton, yo se cosas, muchas – fue todo lo que al final se atrevió a decir sin mucho sentido.
-A ¿Qué te refieres Dash? – pregunto un poco asustado.
-Yo…yo sé que tú… ¡eres el chico Fantasma!
-No, te equivocas – dicho esto de una manera nerviosa y rápida, Danny dio la vuelta, cerró el grifo, tomó una toalla que se enrolló en la cintura y salió de la ducha.
-¡Fenton espera!
Pero Danny ya estaba lejos de ahí. Dash se quedó atónito ante la reacción de Danny, quien había salido corriendo del lugar, Dash tomó una toalla y se la enrollo en la cintura pero cuando vio que el ojiazul no había desaparecido se dio la vuelta y regresó al lugar.
-Gallina- Replicó el rubio.
Danny había sido descubierto, el chico había tomado sus cosas y había desaparecido literalmente del lugar no importándole en el estado en el que estaba, pues en cuanto escuchó de la boca de Dash “Yo sé que tú eres el chico fantasma” su mundo se vino abajo ¿sería posible que fuera descubierto? no cabía ninguna duda, Dash le había dicho quien era, así que no tenía muchas esperanzas; pensó por mucho tiempo como decirle a Dash que guardara su secreto pero no, de alguna manera sabía que el rubio usaría eso para su propio beneficio así fuera divulgando su secreto u obligarlo a hacer algo humillante para que no hablara, Danny no quería imaginar si quiera que haría Dash a cambio de proteger su secreto.
-Esto es malo – se decía así mismo sin creerlo – ¡Demonios! ¡Paulina! ¡El baile!
Ahora esta nueva preocupación tocaba a las puertas de su vida, debía lidiar con cumplir como pareja de Paulina y por otra parte también debía cerciorarse de que no sería descubierto por ningún motivo.
Aun se mantenía en la escuela, diviso un lugar donde pudiera cambiarse de ropa porque aun corría con su toalla puesta. Entro a un salón vacío y a la velocidad que pudo se terminó de vestir y partió volando hacia su casa, mientras por su cabeza solo pasaba la frase -¿¡QUE DIABLOS HARÉ HORA!?
-Cálmate Danny – intento tranquilizarse a sí mismo – probablemente lo hizo solo para molestarte, es lo más seguro… si, si lo piensas bien ¿cómo Dash sabría que eres el chico fantasma Danny Phantom? – y con esa idea Danny se tranquilizó por completo, después de todo Dash era un tonto y si se lo dijo solo fue para molestarlo.
-No tiene importancia- se dijo una vez más a sí mismo- dicho esto, el chico mitad fantasma se dispuso a cambiarse de ropa, pues el baile seria en pocas horas, y el seria la pareja de Paulina, la chica por quien su corazón latía bailaría con él así que nada podría salir mal esa noche, todo seria perfecto.
Danny se vistió con su mejor traje, y elegantemente se dirigió a casa de Paulina pues irían juntos al baile, a ese baile que traerían demasiadas sorpresas.