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Rumbo al 2013 por Ciel Phantom

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Notas del capitulo:

Mil perdon por la tardanza, y si se que no es el unico fic que necesita ser terminado, pero señoras y señores estoy intentando publicar algo original, no en la red sino en una editorial, algo que lleve mi nombre...

y al que pueda sacarle regalias.

ejemmm olviden eso ultimo, en fin, millones de disculpas y prometo aplicarme mas a mis fic.

Atte: Ciel Phantomhive.

Capitulo 2. Oliver

 

Oliver Atom, es joven con gran energía, reconocido casi en todo el mundo por su forma de jugar, con grandes expectativas sobre él; pero si hablamos con la verdad, este muchacho solo tenía en mente dos cosas: una, el futbol era un juego y como tal disfrutaba practicándolo, siempre con la plena conciencia de que era una fortuna que pudiera comer de ello; y dos, Tom Misaki, su mejor amigo y su mancuerna perfecta, ese chico de bellos ojos miel, de cabello castaño y de piel blanca y pura.

 

Viéndolo de ese modo podría casi jurar que era perfecto, “El Ángel Francés del Soccer”, cuando lo escucho por primera vez casi se atraganta, lo de ángel no lo discutía, pero, ¿francés? No es que Tommy tuviera rasgos tan definidamente orientales, no, al contrario, sus gestos y la redondez de su rostro de querubín lo hacían parecer extranjero, pero de ahí a que sea francés distaba mucho.

 

La hoja en blanco delante de él esperaba pacientemente a ser llenada, el bolígrafo en su mano picaba el escritorio creando un sonido monótono que casi funcionaba como somnífero, sus ojos se cerraban y no sabía que escribir, en sus cartas anteriores ya le había contado toda su vida, estas estaban puntualmente en el buzón cada tercer día, de 498 cartas, ninguna recibido contestación, pero rezaba por que  la número 499 tuviera más suerte que sus antecesoras.

 

El breve texto de solo cinco líneas tendría que bastar para que contara como carta, aunque pensándolo bien, tal vez era hora de usar el fax o el telegrama.

 

Con una pereza y melancolía, poco comunes en él, miro el buzón y dejo la carta, después regreso a su departamento, era domingo y no tenía práctica, así que tomo a su inseparable balón y salió a correr, debía despejar su mente.

 

Los días pasaban y las cartas pronto dejaron de ser mandadas, hasta que por fin cesaron, la única que recibió en todo ese tiempo era la que llevaba en su parte posterior el sello de la selección japonesa, él sabía que se la mandarían tarde o temprano, no porque fuera presuntuoso, sino porque estaba al tanto de que Adriano Fogartini planeaba usar el mismo cuadro de la selección juvenil para ese mundial en que Japón era anfitrión.

 

La leyó sin interés, decía cosas, como: teniendo conocimiento de sus habilidades nos complace extenderle una amplia invitación, esperando poder contar con su apoyo le agradeceremos su contestación en la menor brevedad posible; sí, decía muchas cosas, pero ninguna de ellas le interesaba.

 

Dejo la misiva sobre el primer mueble que encontró a su paso y tomo el teléfono, marco con rapidez el número de diez dígitos, el timbre sonó dos veces antes de que del otro lado de la línea una voz adormilada le contestara

 

 —Oliver. ¿Sabes qué hora es en Hamburgo? —El silencio le dio a entender que no. —Son las tres de la madrugada. En España no creo que sea medio día, así pues, ¿qué haces despierto tan tarde? y ¿molestándome a estas horas que es lo peor? —Seguramente del otro lado de la línea telefónica, Benji Price estaba intentando mantener la compostura para no despotricar contra su mejor amigo. Una disculpa triste le lleno los oídos al portero, la única explicación para que el prodigio del soccer se comportara tan egoísta, era que seguramente sentía una seria necesidad de hablar con alguien, alguien cercano. Exhalo serenándose. —¿Tan urgente es? ¿Qué ha pasado? ¿Tú te encuentras bien? —Las preguntas no eran apremiantes, más bien puro formalismo, ya que intuía el motivo de la llamada.  Oliver rio melancólico ante la preocupación del cancerbero, apresurándose a asegurarle que se encontraba en buen estado.  Benji inspiro profundo para soltar la siguiente aseguración. —Es Tom. ¿Verdad? —El portero sabia del mal que aquejaba a su capitán desde un par de años atrás, sino es que más, o tal vez desde la despedida en el aeropuerto de París al concluir el torneo juvenil, la  cual se acentuó aun mas después de una infructuosa búsqueda del ángel francés, por toda Francia. —No ha contestado. —Dijo adivinado lo tortuoso que debía ser eso para Oliver.

 

—No. tal vez pronto. —Trato de sonar optimista, no quería darle más problemas al guardameta.

 

—¡Si, claro! y los cerdos vuelan. —No era que quisiera echarle a perder las pocas esperanzas que tuviera, pero debían ser realistas, hacía dos años desde la última vez que vieron al castaño, y si después de tantas cartas no se molestaba en contestar, era obvio para el can cerberos de la selección nipona que el medio campista no tenía el menor interés. —Oliver olvídate de eso por ahora, estoy seguro que al igual que a mí también te ha llegado la invitación para participar en la copa mundial. Vele el lado bueno, él debió recibir una igual, lo veras dentro de poco. ¡Animo!

 

—Si tienes razón. Aunque eso es lo que más me preocupa.

 

—No entiendo. —Era como si lo tuviera delante suyo, podía ver el seño fruncido acentuado por esas frondosas cejas negras, seguramente estaba haciendo un puchero digno de un niño de diez años.

 

—Y si cuando lo vea solo me dice que no tuvo tiempo de contestar mis cartas, o si solo alega que se le olvido. Eso sería peor. Es como decirme que no soy lo suficientemente importante para que me dedique algo de su tiempo.

 

—Está muy susceptible. Duerme un rato. Te prometo que mañana a primera hora yo te marco, vale. —Sonaba tan desesperado, tan dolido. Oliver pareció sonreír levemente aceptando su propuesta y disculpándose por importunarlo.  —No tienes de que disculparte para eso estamos los amigos. — Y era cierto. Escucho su nombre ser pronunciado, espero paciente por la continuación.

 

— ¿Crees que es malo el amar a alguien?

 

— Oliver. No creo que lo que tú sientes sea malo, pero ten en cuenta que tus sentimientos son tuyos y los de Tom son de Tom, lo que él decida después de saber, claro está, la situación completa, dependerá de muchas cosas, pero al final la última palabra es de él y tendrás que aceptarlo, te guste o no. Pero en cualquier caso, estaré ahí para apoyarte. —Una onomatopeya fue la única respuesta. —No te mortifiques mas no hay nada que puedas hacer en este momento para cambiar el sentir de Misaki, descansa. —Esta vez con más animo acepto la orden dando las gracias por la paciencia del su amigo.

 

Benji meneo la cabeza, Oliver nunca cambiaria, podía ser un genio en el futbol pero en cosas sentimentales se dejaba abatir sin luchar.

 

Oliver corto la comunicación mirando el teléfono, como si esperara que en algún momento sonara, contestaría con voz desanimada, pero de inmediato recobraría las fuerzas, la voz de Tommy, dulce y amable como siempre le pediría perdón por no haber contestado sus cartas ni haber llamado antes, pero lo compensaría de la manera que él eligiera.

 

Si, era una bonita fantasía, una ilusión que sabía no se cumpliría jamás, a pesar de que en cada uno de los mensajes anexo su número telefónico nunca llego la ansiada llamada, y él no tenía el teléfono del castaño.

 

Con pereza se metió a la cama y sin darse cuenta se quedo dormido, Benjí tenía razón ya solo faltaban dos meses para que viajara a Japón, ahí lo vería, y solo Dios diría lo que el destino les deparaba.

Notas finales:

si el capitulo es corto para ser solo una mejora del que ya esta publicado pero denmosle tiempo al tiempo.


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