Era día domingo, mi día de descanso, el trabajo de un escritor nunca termina, no hay horario establecido ni una rutina q deba seguir, si no estoy inspirado puedo salir a buscar algo q me de ideas, q me haga crear pero últimamente había estado muy estresado, trabajaba en una novela de misterio q me tenia frustrado, sentía q no tenía ese algo q te atrapa desde la primera línea, ya había escrito cerca de 16 páginas pero estaba considerando borrarlo o cambiar algunas cosas, jinki me dijo q estaba bien, que tenía una trama interesante y debía dejarla como estaba, sin embargo para mí no era buena, no me satisfacía en lo absoluto y no sabía q hacer para corregirla.
Por todo eso decidí tomarme ese día para descansar, lejos de los libros, de la computadora, de la editorial y lejos de todos los problemas.
La convivencia con minho era buena, hasta divertida, sus ocurrencias me hacían sonreír y también me ponía nervioso pero me encantaba, a veces me intimidaba su cercanía pero fingía q no me afectaba en lo absoluto.
-minho, vístete hoy iremos de compras – entre a su habitación para informar mi idea, el estaba leyendo un libro recostado sobre su cama, las heridas ya estaban sanando, durante todo ese tiempo fui yo quien se encargo de curarlas y asegurarme de su recuperación.
-¿Qué? ¿Iremos? – cuestiono quitando su vista del libro
-si… iremos-
-iremos ¿Quiénes? –
-¿Cómo que quienes? Pues obvio q tu y yo babo –
-¿solos? – pregunto levantando una ceja con una media sonrisa
-ya deja de pensar tonterías y cámbiate. Te quiero listo en 20 minutos – dicho esto Salí de la habitación dejándolo ahí.
Justo como lo dije en 20 minutos estaba esperándome en el sillón de la sala, juntos salimos del departamento y caminamos hasta la parada del autobús, durante el camino nadie hablo, estuvimos como si fuéramos dos completos desconocidos, estuvimos así hasta llegar al centro comercial.
-ok vamos – comencé a caminar y el a seguirme
-¿adónde vamos? –
-¿no te lo dije? Iremos de compras –
-si pero…. –
-cállate y ven – tome su mano y lo lleve hasta una tienda de ropa, comencé a ver la prendas detenidamente, analizándolas con cuidado, yo siempre he sido muy detallista con ese tipo de cosas
-key, tu ya tienes mucha ropa ¿para qué quieres más? – pregunto aburrido, mientras movía las camisas del perchero sin verlas realmente
-esta ropa no es para mí tonto, es para ti. Y aunque así sea nunca es demasiada ropa, incluso si tengo mucha no puedo usar la misma todo el tiempo, necesito tener más opciones – explique sin dejar de ver la ropa – además ¿tú crees que yo usaría algo como esto? – dije señalando una chaqueta negra q tenía en la mano – este no es mi estilo, aunq sin duda me quedaría genial pero aun así, creo q a ti te va bien. Toma pruébatela – extendí la prenda en su dirección y la tomo algo dudoso
-¿entonces toda esa ropa es para mí? – pregunto apuntando todo lo q había escogido de la tienda
-por supuesto –
-¿no estás haciendo demasiado por alguien a quien ni siquiera conoces? –
-claro q te conozco, eres un hombre demasiado infantil y un desvergonzado sin remedio q le gusta molestarme – respondí sonriendo – no conozco tu pasado pero eso no importa ya, somos amigos ¿no? –
-si – lo vi bajar la mirada algo triste, seguramente se puso así al saber q no recuerda su vida, debe ser muy difícil estar en su lugar, así q para distraerlo le di todas las prendas q traía y lo mande al probador
Uno por uno se fue probando todos los atuendos q escogí y luego salía para modelarlos, le quedaban perfectos, yo lo veía y pensaba q pronto babearía, se veía jodidamente guapo con cada cosa q usaba, me encontraba devorándolo con la mirada cuando su voz me saco de mi ensoñación.
-key ya estoy arto, ¿no podemos irnos ya? Estoy aburrido –
-ya deja de quejarte –
-pero ya estoy cansado, ¿no podemos ir a comer algo? – me miro suplicante
-ash está bien – resople con fastidio
-gracias kibummie, eres el mejor – dio un pequeño salto y sonrió feliz, yo solo rodé los ojos pero por dentro me moría de ternura, es demasiado infantil pero me encanta ese lado dulce.
Fuimos a un restaurante de comida italiana, comimos, conversamos de tonterías y realmente me la estaba pasando bien a su lado. Salimos de ahí y caminamos un rato viendo los aparadores de las tiendas
-minho! Mira ¿no son hermosos? – pregunte ilusionado viendo unos ositos de peluche de una tienda
-umh si – hablo desinteresado
-vamos, quiero verlos –
-pero es una tienda de nenas – se quejo
-vamos – exigí tomando su mano para caminar a la tienda pero el no se movió
-no – se negó
-pero minho!! – lloriquee haciendo puchero, el sonrió y entrelazo nuestros dedos, sonreí como idiota ante su acción
-¿minho? – una voz nos advirtió de la presencia de alguien mas, ambos volteamos a ver a esa persona, era un chico, algo bajo pero musculoso, lo quede viendo y el alternaba la mirada entre minho y yo para luego ver el agarre en nuestras manos
-vaya, tiempo sin verte ¿Cómo has estado? Aunq a simple vista se ve q bastante bien – hablo el desconocido, viéndome al decir eso ultimo, volví mi vista al rostro de minho y el lo veía con enojo, no supe la razón.
-disculpa ¿tu quien eres? – pregunte algo tímido
-¿yo? Soy un amigo de minho, me llamo jonghyun ¿y tus eres? – pregunto enarcando una ceja
-lo siento, soy Kim Kibum, mucho gusto… asi que… ¿eres amigo de minho?- pregunte con una media sonrisa, el amplio mas la suya
-ohh ¿no le has hablado sobre mi? Esa no es forma de tratar a tu mejor amigo minho – el rostro de minho era serio, su mandíbula estaba tensa, creí q estaba desconfiado al no recordarlo así q quise aclarar su mal comportamiento
-disculpa a minho, es que el perdió la memoria hace poco por un pequeño accidente, es por eso que se comporta de esta forma contigo, seguro es porque no te recuerda – explique
-así que ¿te olvidaste de mi? – Rio algo irónico – eso es algo q no hacen los amigos minho, eres malo, ¿no quieres recordarme? Pero ¿Por qué? Si hemos pasado tantos buenos momentos juntos, es una lastima q no los recuerdes – rio socarrón, su tono no me agradaba para nada
- si tu eres su mejor amigo, supongo q sabrás algo sobre el ¿no es cierto? Sobre su vida – pregunte esperanzado
-por supuesto q si, se demasiadas cosas, ¿tu no sabes sobre su pasado? –
-mmm no – baje la mirada
-puedo contarte todo si lo deseas – su mirada intensa me dio algo de desconfianza pero se lo atribuí a no conocerlo mucho
-me gustaría –
-kibum, vámonos… – la voz profunda de minho me interrumpió. Seguido de eso tiro de mi mano alejándonos de aquel chico q solo nos veía a la distancia con un extraño brillo en sus ojos
-pero minho ¿Por qué? El nos podría decir de donde vienes – me solté de su agarre y lo encare
- no quiero nada que tenga q ver con el – respondió serio
-¿Por qué? el es tu amigo podría hablarnos sobre ti, tal vez recuerdes tu pasado – intente convencerlo
-no, no volveremos – corto
-pero minho… -
-no kibum. No vamos a ir con el, no vamos a preguntarle nada, y no vamos a hablarle mas –
-¿Por qué no? Es tu oportunidad de recuperar tu memoria, de recuperar tu vida –
-¡NO QUIERO RECUPERARLA! – respondió alterado sorprendiéndome – no quiero volver a mi vida, ni recuperar mi memoria, estoy bien ahora y no quiero dejar de estarlo, no pretendo vivir a expensas de ti toda la vida, pero apenas pueda buscare trabajo y hare mi propia vida, tal vez esta sea mi oportunidad de comenzar de nuevo-
-pero ¿y tu familia? ¿y tus amigos? ¿No quieres recuperarlos? – pregunte
-no me interesa, tu eres mi amigo, tu eres como mi familia ahora, no quiero alejarme, no quiero dejarte – sus labios se acercaron hasta atrapar los míos, su mano se dirigió a mi nuca para profundizar el beso, con mi mano libre me sujete de su camisa intentando sentir mas ese delicioso roce, nos separamos segundos después, yo tenia las mejillas calientes y una sonrisa de estúpido
El sujeto mi mano y caminamos para regresar casa.
Las cosas iban cada vez mejor, a veces me arrinconaba contra la cocina, o me sorprendía por el pasillo hacia las habitaciones, me pegaba contra las paredes o los muebles solo para devorar mis labios, sus besos necesitados me hacían quererlos, desearlos, me volvían loco.
Mi cuerpo empezaba a pedirlos, no pasaban de besos pero ya era como una adicción, succionar sus perfectos y esponjosos labios le daban esa pizca de felicidad y emoción a mi vida, eso q se había vuelto tan necesario.
Todo estaba perfecto, solo algo me inquietaba y era q habían veces q salía sin avisar adonde y regresaba algo tarde, yo me preocupaba y le insistía queriendo respuestas pero siempre decía q solo estaba conociendo la cuidad, que salió a caminar o a tomar aire, nunca me daba explicaciones de sus escapadas y eso me desconcertaba un poco y me preocupaba porque aun andaba ese animal atacando personas, no había parado, aun no encontraban al culpable y la policía estaba desesperada buscando señales q por supuesto no encontraban, yo me preocupaba q a minho pudiera pasarle algo en una de sus salidas, ya había sido atacado antes y sus heridas aun no terminaban de cicatrizar, aun no estaba del todo recuperado y me daba miedo pensar q algo grave le sucediera de nuevo
Ese día habíamos decidido ir a pasear al parque, el día era algo sombrío, con nubes cubriendo el cielo y hacia un poco de frio pero no nos importo, fuimos a caminar mientras comíamos un helado tomados de la mano, parecíamos una pareja de novios y solo pensarlo me hacia sentir tonto pero feliz
Nos sentamos en una banca y estuvimos tan entretenidos q para cuando nos dimos cuenta pequeñas gotas caían del cielo, el sonrió y como niño pequeño me tomo de la mano y corrimos juntos bajo la lluvia, riendo y gritando emocionados como dos completos idiotas, era una escena de película romántica adolecente de esas donde se besan bajo la lluvia y se declaran su amor, no hubo declaración pero los besos no faltaron.
Llegamos al departamento empapados, el me arrinconó contra la puerta, besando mis labios con desesperación, yo correspondí con las mismas ganas. Sus manos tomaron vida recorriendo mi espalda y mis costados, mis brazos alrededor de su cuello.
Rápidamente se deshizo de su camisa y la mía dejándolas tiradas junto a la entrada, comenzamos a caminar sin dejarnos de besar, llegamos al sillón y me recostó sobre el quitando mis pantalones con algo de dificultad, beso mi cuello, bajo por mi pecho dejando marcas de saliva en su recorrido, con su mano acariciaba sobre la tela de mi bóxer negro, mi respiración era pesada, tragaba con dificultad, sus carias estremecían mi cuerpo, sus dedos fríos delineaban mis costillas.
Sus labios atraparon mis tetillas mordiéndolas, dejando besos, dando succiones algo fuertes, mismas q se repartieron por mi pecho, seguro dejaría marcas pero eso era lo de menos.
No quería quedarme atrás asi q sentándome sobre el sillón lo ayude a quitarse los pantalones bajando sus bóxer al mismo tiempo, su miembro duro se alzo glorioso frente a mis ojos, relamí mis labios y deje un beso sobre la punta, sin esperar mucho me lo lleve a la boca, dando mamadas fuertes, el pedazo de carne salía y entraba de mi boca con rapidez creando un sonido hueco de mis mejillas al succionarlo, daba lamidas a toda su extensión mientras jugaba con sus testículos con mis manos, su mano acariciaba mi cabeza y me imponía el ritmo q mas placer le daba, movía sus caderas contra mi boca llegando tan profundo en mi garganta q me provocaba arcadas, pero no importo.
Bastaron unas cuantas succiones mas para q se corriera en mi boca, yo trague todo su liquido sin pensarlo, su respiración era agitada, me tumbo sobre el sofá posicionándose sobre mi, besando mis labios, introduciendo su lengua en mi boca, sintiendo su propio sabor.
Sus besos bajaron de nuevo por todo mi pecho jugando con su lengua en mi ombligo, se separo para sacar mis bóxer, acaricio un par de veces mi miembro y se lo llevo a la boca haciéndome dar un respigo, su cabeza subía y bajaba, sentía su lengua pasar por esa piel tan sensible estremeciéndome.
Se separo de mi entrepierna ganándose un quejido inconforme de mi parte, el sonrió pícaro y llevo tres de sus dedos a mi boca, los recibí gustoso, los lamí pasando mi lengua entre ellos, succionándolos de forma sensual sin despegar mis ojos de los de minho, note q su miembro estaba erecto de nuevo y sonreí.
Llevo sus dedos a mi entrada y los introdujo uno por uno, era un poco incomodo y dolía levemente, el los movía dentro mío, sacándolos para volverlos a meter, abriéndolos, sentía placer pero quería mas, lo necesitaba
-m-minho pporfavor, hazlo ya! – demande algo agitado.
El obedeció llevando la punta de su miembro a mi entrada, metiéndolo lentamente, era doloroso y mucho, sus dedos no eran nada en comparación, su gran trozo de carne abriéndose paso en mi interior era sumamente doloroso para mi, sentía mi entrada arder y unas lagrimas salieron de mis ojos, mismas q minho seco con su lengua.
Moví mis caderas indicándole que ya podía moverse y así lo hizo, moviéndose lentamente para no hacerme daño, pequeños quejidos salían de mis labios pero eran acallados con sus labios
Mis manos recorrían su espalda acariciando las líneas de su columna, acariciaba su pecho, delineaba su abdomen con las manos devorándolo con la mirada, mientras mi cuerpo se sacudía con las embestidas.
Sus brazos fuertes se envolvieron en mi cintura levantándome para dejarme sentado sobre el, mis piernas a sus costados y nuestros pechos juntos. Lo abrace por el cuello y empecé a saltar sobre su erección, el me ayudaba con sus manos, mis gemidos ya eran muy audibles, el sudor perlaba nuestros cuerpos, el frio q antes sentíamos había desaparecido por completo, nuestros cuerpo calientes, su tacto quemaba sobre mi piel, sus besos bruscos y sus mordidas dejaban un leve ardor en mis labios, mis uñas se encajaban en su espalda arañándolo.
Me puso de pie y me volteo contra el sillón, arrodillado sobre el y me penetro por detrás, mis manos se aferraron al respaldo de este sujetándome con fuerza, el sonido q producía su pelvis al chocar con mis glúteos me calentaba mas.
Sus manos se aferraron con fuerza sobre mis caderas azotando contra mi con mas fuerza, con desesperación, me sentía en el paraíso y a la vez en el mismo infierno, tan caliente, ardiente, quemaba.
-ahhhh m.minho, ahh… mas.. mas rápido – suplicaba agitado, gemía descontrolado, afuera la lluvia se había intensificado y ahora era una fuerte tormenta, los relámpagos iluminaban la sala q se encontraba un tanto oscura, pero aun asi me permitía ver el perfecto hombre q estampaba su cadera con la mía
-ahh, dios key!! – el gemía también, lo estaba disfrutando tanto como yo, podía sentirlo, lo escuchaba gemir mi nombre junto a mi oído
-ahh mhhhg minho ahí, ahí minho, mas… mas fuerte ahh, cógeme minho – había dado con un punto en mi interior q me estaba enloqueciendo, mis piernas temblaban, me hubiera derrumbado sobre el respaldo del sillón de no ser por el agarre q minho tenia sobre mi
-mmhh key –
-m-mas m-minho mas duro!! – sus estocadas eran erráticas pero profundas, arremetía con fuerza contra mi entrada, sus movimientos se volvieron mas enérgicos, mas desesperados, se acercaba el final, lo sabia, lo sentía.
Su mano agarro mi miembro y empezó a masturbarme al ritmo de las envestidas, me sentía morir de placer, no soportaba más
-ahh minho Mgg minhoooooo –un fuerte gemido salió desde el fondo de mi garganta haciéndome venir en su mano, el siguió envistiéndome un par de veces mas para finalmente correrse en mi interior.
Caímos rendidos sobre el sillón, el se recostó sobre mi, besándome con dulzura, con una paciencia infinita, disfrutando mis labios
-te amo- susurre sobre su oído para después dejar un beso ahí. El me vio sorprendido y algo contrariado, supuse q por la sorpresa de mi confesión, lo bese necesitado, quería demostrarle todo el amor q le tenia, cuando nos separamos vi un brillo diferente en su mirar, me veía con amor, me sonrió dulcemente
-descansa - dijo dándome un beso en la frente para recostarse a mi lado abrazándome, sonreí y me acomode sobre su pecho desnudo, escuchando sus latidos, era perfecto, todo con el lo era, escuche un suspiro de su parte y suspire ilusionado también, cerré los ojos y me deje vencer por el cansancio, ahí, en ese lugar nos quedamos dormidos, con una lluvia torrencial fuera pero no era problema porque el cuerpo del otro nos brindaba el calor q necesitábamos…