No sabía cuánto tiempo había transcurrido, ya que para él los días dejaron de contar como tal y se volvieron eternos y sin sentido. Y todo por una simple razón: Kibum ya no estaba.
Después de ese día en la fiesta de la madre de su ex-novia Gwiboon, si ya era oficial, era algo que no podía negar más y tuvo que terminar con ella, tarde o temprano lo haría y los constantes pleitos todos iniciados por ella y sus celos fueron el detonante perfecto a la relación “perfecta” que ambos tenían. Pero Jonghyun antes de terminar dicha relación se empeñó en lograr obtener información que le ayudara a saber a donde habían enviado a Kibum.
Lo único que logró conseguir fue una dirección que alcanzó a oír una vez que Gwiboon le dijo a sus padres días después de enterarse de la partida de su hermano. Aunque tardó muchas semanas en lograr saber exactamente en qué ciudad se encontraba tal dirección, no se dió por vencido fácilmente, por lo que se armó de valor y emprendió un viaje que sabía que no era correcto, pero para Jonghyun ya su vida no le importaba si era correcto o no, el solo quería una cosa, volver a ver a Kibum.
El jardín era inmenso y parecía muy bien cuidado, a decir verdad todo luciá tan acogedor que no pareciá como un internado.
-Gracias –agradeció mientras pasaba con su auto ese enorme barandal. Jonghyun aparcó su coche y se dirigió a la entrada principal donde se encontraba una recepcionista.
-Buenos días, he venido a visitar a un familiar –hizó una breve reverencia y mostró la mejor de sus sonrisas, esas las cuales nunca fallaban.
-Buenos días jóven –la recepcionista se ruborizó y tomó su libreta -¿a quién buscaba?
-A mi cuñado, su nombre es Kim Kibum y según tengo entendido se encuentra en esta institución –trato de sonar lo más convincente posible.
-Enseguida lo busco –dijo tomando un enorme libro y comenzó a buscar tal nombre.
-Aquí esta –apuntó las hojas –pero según aquí, el solopuede recibir visitas de sus padres y su hermana únicamente, así que lo lamento joven no podrá verlo –expresó con pena. Y ahora era cuando debía valerse de sus tácticas y mentir si fuera necesario.
-Lo sé, pero su hermana me envió –esbozó de nuevo esa sonrisa tan peculiar en el –es algo urgente.
-Pero… no creo que sea conveniente –dijo totalmente roja la recepcionista, al parecer las sonrisas de Jonghyun estaban funcionando.
-Claro que lo será –se acercó más a la mesa logrando poner más nerviosa a la chica –eres linda ¿lo sabias? Y además las chicas lindas saben entender una situación cómo la que tengo ahora –soltó sin más, debía hacer hasta lo imposible y si para eso debía coquetearle a la chica lo haría, así pensó Jonghyun.
-De acuerdo pero solo será un momento –dijo apenada y tomó el teléfono que se encontraba cerca -¿Cuál es su nombre? –pregunto curiosa con un brillo en los ojos.
-Kim Jonghyun, dígale que el novio de su hermana vino a traerle un mensaje importante.
La chica ansiosa asintió y de inmediato lo anunció. Pasaron un par de minutos y la chica seguía sonriéndole como toda una enamorada, por un momento Jonghyun sintió pena por lo que hizó, pero no tenía opción. Aun los minutos se le hacían eternos al ver que Key aun no llegaba, pero debía ser rápido y astuto ya que solo había logrado obtener un rato para verlo.
De pronto ese mismo palpitar apareció en él, esa aceleración en cada parte de su ser volvió, y solo una persona lo hacía sentirse así. Kibum.
Lucía mucho más delgado que la última vez que lo vio, su cabello está perdiendo ese dorado tono que antes traía, y se podía notar en sus ojos las ojeras profundas y el rastro de llanto en ellos, lucia triste, desolado. Jonghyun sintió que algo dentro de él se quebró abruptamente, como una punzada lo partió en dos sin piedad alguna, ver así a Kibum no solo era doloroso incluso quiso desquitarse por quien lo había puesto así, aunque sabía perfectamente el porqué de la situación del menor lo cual solo lo hirió más.
-Viniste –susurro Key, acercándose más a Jong.
-Sí, yo quería saber cómo estabas –quisó si quiera acercarse y abrazarlo pero sabía que no debía hacerlo, por eso se reprimió las ganas de hacerlo.
-¿podemos ir al jardín? –se dirigió a la recepcionista, la cual asintió algo molesta. Kibum lo tomo de ambas manos y lo arrastro prácticamente fuera del vestíbulo. Para Jonghyun sentir de nuevo ese contacto lo hizó estremecerse, a penas y movía los pies, solo sentía como su brazo lo empujaba lejos de ahí.
El mayor sintió unos brazos recorrerle y estrujarlo en ellos. Kibum lo había abrazado, en ese momento quería que por primera vez los segundos duraran años como lo hacían cuando estuvo lejos de él todo este tiempo. Su olfato se inundó de su aroma, era exquisito e único, un aroma dulce y embriagante.
-Sácame de aquí por favor –suplicó separándose solo un poco.
-Es lo que más quisiera, pero no está en mis manos hacerlo –respondió tembloroso, Jonghyun sabía que no podía hacer nada, pero si bien ya había llegado hasta ahí no podía solo verlo e irse como si nada, menos si le estaba pidiendo su ayuda.
-Por favor, te lo suplico –sus orbes se llenaron de lágrimas amenazantes de salir surcadas de sus ojos.
-Hare lo pueda te lo prometo –le aseguró apretando más su cuerpo contra él, como si quisiera evitar que se quebrara.
-¡Sácame! Por favor hare lo que sea pero sácame de aquí.
-¿Estás seguro? Yo no tengo un lugar que ofrecerte, aun así ¿me seguirías? –su voz casi se cortó al decir lo último, el temor que el rubio lo rechazara lo invadió por completo.
-Te sigo a donde quieras, al mismo infierno si es preciso, pero llévame contigo por favor –esa palabras fueron suficientes para darse cuenta de que Key no deseaba estar ahí y de lo mucho que lo necesitaba.
-De acuerdo –lo tomó de las mejillas y acerco su frente con la del rubio –diré que fuiste al baño en lo que salgo de aquí, mientras escóndete detrás de esos arbustos y cuanto pase tocare el claxon ¿de acuerdo? –su ingeniosa cabeza ideo todo eso en segundos, lo cual era mala idea, no lo había pensado pero era lo único que tenía en mente.
Kibum asintió y le dio un beso corto. –Gracias.
Después de eso salió corriendo tras los arbustos no sin antes asegurarse de que nadie lo hubiera visto y ahí permaneció tal como el otro se lo ordenó.
Jonghyun rápidamente salió con el móvil en la mano, fingiendo que hablaba y se despidió de la chica de la recepción no sin antes indicarle que Kibum se encontraba en los sanitarios y que le agradecía el permitirle pasar y darle el “mensaje urgente” a Kibum. Ya en su coche arranco de prisa y sintió de nuevo la ansiedad y adrenalina recorrerle el cuerpo. Cuando vio el punto exacto donde Kibum debía encontrarse, hizo sonar el claxon y espero por ver a esa figura que lo tenía metido en todo ese sentimiento.
La tierra comenzó a moverse de forma extraña, y de ahí salía Kibum, había tenido que escavar un poco para poder pasar entre los arbustos sin mucho problema. En cuanto estuvo de pie subió rápidamente el auto.
-¡¡Arranca!! Debemos irnos rápido antes de que se den cuenta que ya no estoy –Jonghyun solo asintió y puso de nuevo en marcha el motor.
-Pero Kibum no sé a dónde ir –dijo algo nervioso.
-No importa cualquier lugar es mejor que aquí créeme –lo miro unos momentos más –pero dime Key, no me gusta el Kibum –espetó con cierta molestia.
-Me gusta más Kibum –confesó, haciendo rodar los ojos del mencionado. Nadie más dijo palabra alguna durante el trayecto, que era sin rumbo alguno. Solo se detuvieron un poco en una caseta de seguridad en la carretera dándole así a Jonghyun unos momentos para poder pensar lo suficiente, hacia dónde debía ir, qué debía hacer y sobre todo ¿Qué era realmente lo que estaba haciendo?
Huyendo. Eso hacía, estaba huyendo del mundo entero para poder librar a Kibum de ese lugar. Volviéndolos así fugitivos de la vida. Fugitivos, esa palabra resonó fuerte en su mente.
-Te ves más lindo así de pensativo –dijo de pronto el rubio, sacándolo así de su burbuja de pensamientos.
-Es solo que… no sé qué debemos hacer –apretó mas el volante ante lo impotente que se sentía.
-Tranquilo veras que todo estará bien –esbozó una sonrisa y puso una mano sobre la pierna del mayor. –en ese internado aprendí muchas cosa que quizás te gusten.
Jonghyun solo sintió una oleada de placer recorrerle de pies a cabeza, Kibum le había hablado en un ¿tono juguetón?
-De verdad Key no sé de qué hablas.
-No te hagas Jjong, sé que te gusto y lo que has hecho me lo confirma –su tono tan seguro lo hizo temblar. Los limites y la poca cordura que le quedaba lo hecho todo a la mierda y solo siguió sus instintos. Jonghyun se aplasto contra esos labios que ya conocía bien y su cuerpo vibró de una forma exquisita.
-Ah ~ gimió entre dientes –lo sabía Jjong.
Sus lenguas chocaban y parecía que danzaran juntas armónicamente, sus movimientos eran más que coordinados como si hubieron nacido para estar juntas. Evidentemente el beso subió de intensidad conforme sus brazos se pegaban más y acariciaban ambos cuerpos simultáneamente.
-Espera… aquí no podemos –como pudo Jonghyun se alejó un poco, solo para tomar aire.
-Jjong ~ ronroneo de una forma muy seductora -¿acaso no te gusta la adrenalina? –pregunto acercándose y poder juntar de nuevo esos labios.
-Kibum espera –lo detuvó sujetándolo de ambas muñecas – Claro que me gusta, y tú me gustas demasiado, incluso tanto que aquí no es el lugar para tenerte como tanto quiero –susurro lo último con la mayor de las sinceridades. Quizás en otra situación jamás se hubiese confesado ante un chico, porque efectivamente él no era gay, el jamás había visto a otro chico de esa forma como solo veía a Kibum, solo él lo ponía así.
-Yo… creí que solo era un juego para ti –dijo en tono triste –como aun sigues con mi hermana, eso… quiere decir… que te gustan las mujeres.
-No para mí no eres un juego, además tu hermana y yo ya no somos nada –el mayor lo tomo de la barbilla haciéndolo mirarlo a los ojos. Esa mirada felina obtuvo un brillo nuevo, uno que nunca antes había visto Jonghyun, eso sin querer le alegro el corazón. Pero un ruido chillante los distrajo produciendo que se separaran rápidamente.
El auto que se encontraba detrás de ellos ya estaba furioso al ver que no avanzaban y comenzó a tocar el claxon desesperadamente. Jonghyun al darse cuenta de ello avanzó, pasando la caseta de vigilancia rápidamente ya que los oficiales se interesaron más por el conductor escandaloso que los había interrumpido.
La primera prueba la habían superado con éxito, nadie se dió cuenta que huían y mucho menos de lo que estuvieron por hacer en el auto, pero aun así seguían siendo fugitivos.