Capítulo 8: Bizarro pensamiento.
Una y otra vez, con las gotas color carmesí esparcidas por su rostro y manos, otra vez, calvando ahora más profundo en su pecho, escuchando un “crack” de una costilla romperse, el cuchillo perdía su filo. Unos ojos muertos reflejaban su cara iracunda, mientras en su ser un bizarro y asqueroso placer se apoderaba de su ser, otra puñalada más, su brazo estaba cansado, estaba llegando al “clímax” de su crimen, clavo en lo más profundo su cuchillo, atravesando por 6ta vez el corazón de su víctima.
-Agh…-respira agitado, estaba cansado, muy cansado. Su cuerpo estaba bañando de la sangre de tres personas diferentes, las cuales se había defendido hasta la 3era o 5ta puñalada, luego se habían quedado quietos. Miro su alrededor, a su lado izquierdo estaba el líder del grupo, su pecho era un mar de sangre, pedazos de musculo y hueso se asomaban por los espacios que había dejado su cuchillo. A su lado derecho estaba Lean, su cara estaba irreconocible, había apuñalado 7 veces su cara, su rostro no era más que musculo y hueso molido.
Debajo de él, sentado justo sobre su vientre, estaba Mary. Con ella se había tardado un poco más, prolongo más su muerte que con los otros dos, hizo que sus puñaladas fueran más lentas y certeras, para provocarle un intenso dolor hasta que dejara de respirar. Vio sus ojos, estaban abiertos, las pupilas muertas de esa joven lo miraban fijamente, como si aún suplicaran piedad, su rostro manchado de sangre fue reflejado en esas pupilas sin vida. Tomo una gran bocanada de aire y por fin recupero todo su aliento.
-¿Qué…?...-susurra apenas puede hablar- ¿Qué he hecho?...-se pregunta, mirando los cadáveres a su alrededor, todo en su mente era confuso, un mar de recuerdos sin conexión con el otro, gritos de tres voces distintas, una sensación de placer y otra de ira pura, cansancio y dolor. Se levantó lo más rápido que pudo, contempló su “obra” ante él, debería sentirse arrepentido, asqueado y avergonzado de sus actos, más no lo estaba.
Aquellos seres ante el eran un desperdicio de la sociedad y no lo decía solo por él, Lean repetía por 5ta vez el bachillerato e iba por la 6ta, Mary era un chica de notas regulares, pero debido a su mal comportamiento jamás salía de la sala del director y el líder de esos “primates” era un desperdicio total, no tenía ambiciones, ni obligaciones y tampoco sabía hacer nada, solo molestar a la gente más débil que él. Eran 3 casos perdidos para la sociedad, el pequeño llego a pensar que había hecho algo bueno y que había librado al mundo de gente que no valía nada.
Una sonrisa, si una sonrisa de satisfacción se curva lentamente en sus labios finos y delgados, una sonrisa muy sutil, pero notoria. Una sonrisa que venía acompañada de una fuerte sensación de poder, sentía tan alegre y feliz como nunca lo había estado en su vida. Pero su sonrisa desapareció unos momentos, en su nunca, como una daga clavada estaba una mirada, una mirada que lo tenía preso, una mirada que él conocía perfectamente, se dio la vuelta y ahí estaba, su demonio mirándolo fijamente.
Yami…-dice en un susurro, sus ojos ya no detonaban temor al ver a ese ser, ya no. Ya no era ese niño inofensivo de antes, nunca más lo sería
-….-El demonio guarda un profundo silencio, un eterno y largo silencio, se inclina ante su amo, con su cabeza en lo alto, mirando a su amo a los ojos.
-Si aún soy tu amo…-dice el chico caminando hasta el demonio encarándolo, con una mirada tan firme y feroz que hizo que el demonio se echara un poco hacia atrás- obedéceme en esto…-dijo con una voz firme- entierra esos cuerpos, ocúltalos lo mejor que puedas o si deseas hazlos desaparecer, que no quede nada de ellos, ¿has entendido?-pregunta alzando una ceja, mirando al demonio, esté asiente con la cabeza sin responderle-perfecto…-dice fríamente el chico, mientras pasa de largo al demonio y comienza a caminar hacia su casa.
Caminaba apresuradamente, pues sus ropas y su piel estaban cubiertas de sangre, no quería ser visto por nadie, gracias a la oscuridad de la noche nadie pudo verle bien, suspiro aliviado cuando llego a su casa, entre por la puerta y agradeció a los dioses ver que nadie estaba ahí. Entro a su baño y se despojó de sus prendas ensangrentadas, abrió la ducha, el agua fría arrastró la sangre, el agua se tiñe de carmesí, el niño hecho para atrás su cabeza, cerro sus ojos y dejo que el agua corriera por su cuerpo desnudo.
Salió a la sala vistiendo solamente una toalla blanca que se amarraba a su cadera, al darse vuelta siente como un “par” de miradas lo seguían persistentemente, esas miradas lo tenían atrapado en sus pupilas y él lo sentía perfectamente, se dio la vuelta. No había nadie, absolutamente nadie, solo los muebles de la sala de estar. Suspiro y volvió a caminar hacia su cuarto, tal vez su mente que ya había colapsado y las ilusiones se habían vuelto aún más reales.
Cayo de espaldas en la cama, sin nada más que esa toalla que tapaba su intimidad, acomoda su cabeza en la almohada de su cama, sonrío. Se sentía bastante cómodo y relajado, sus músculos estaban sueltos, suspiro con un aire aliviado, pero su sonrisa se desvanece, una mirada penetrante y severa cayó sobre su cuerpo, la mirada de Yami. Dio vuelta su cabeza y ahí estaba, aquel demonio, mirándolo fijamente desde la esquina de su cuarto. El niño se sienta en su cama y mira al demonio sin inmutarse, lo mira fijamente de manera desafiante.
-¿Qué haces aquí?...-pregunta el niño mirando al demonio con el ceño levemente fruncido.
-….-El demonio no le responde, se acerca a él, quedando frente a frente, sus miradas chocan, amatista y carmesí se cruzan y combinan, los ojos del niño no se inmutaban ante los ojos del demonio, ya no había temor en él. Yami se arrodilla ante el pequeño, quedando a su altura, el niño miro fijamente a su demonio, con una mirada severa y fuerte- Amo…-dice el demonio en un tono firme pero suave.
-¿Qué?...-pregunta con una voz firme y fuerte
-…..-las manos frías del demonio toman la cara del niño, apretándola sutilmente con sus largas uñas negras, el demonio junto sus dos frente, quedando bastante cerca, el niño se sorprende ante esto, pero no se dejar inmutar, seguía firme, no iba a dejar que ese demonio lo dominara nuevamente, no lo permitiría. El demonio acerco lentamente sus labios hacia los labios del niño, esté intento alejarse, pero el demonio lo tenía bien sujeto, maldijo nuevamente su debilidad, pero aun así intento alejarse de ese ser que se acercaba cada vez más.
-Aléjate…-dice el niño en tono firme- ¡¡aléjate!!
-Amo…-susurra- amo…-repite con una voz fría y alejada- amo…-se acercó más y más, rozo sus labios con los del niño, un beso. Un beso gélido y frío, el niño se quedó totalmente paralizado y frío, aquellos labios tan fríos que estaban sobre los suyos hacían que su corazón se detuviera por varios segundos.
-¡¡Mmmg…!!-con las fuerza que no tenia se aparta del demonio, caminando varios pasos hacia atrás, mirando al demonio con sorpresa e indignación- ¿¿Por qué…??-atina a decir el niño mirando al demonio firmemente-¿¿¿Por qué hiciste eso???.....
-Ningún humano se ha atrevido…-dice el demonio mirándolo fijamente- se ha atrevido a levantarme la mirada ni a gritarme, ni siquiera se habían atrevido a levantar su mano ante mí, pero…-dice fríamente, con su flequillo tapando sus ojos- usted no solo se enfrentado a mí, sino que me ha golpeado, me ha alzado la voz y me ha mirado con firmeza y dureza…-alza su mirada, sus ojos frío y lejanos, tenían un ligero brillo- se ha ganado mis respectos….
-….-El niño se quedó mudo, mirando a ese demonio con mucho sorpresa.
-Amo…-dice suavemente- usted no es lo que yo pensé, no es otro miserable humano…-se inclina- perdóneme mi insolencia, amo… perdone mi falta de respecto, prometo que jamás, va a suceder otra vez.
-...-Se mantuvo en silencio un rato más, luego cerró sus ojos y suspiro- acepto sus disculpas…-dijo firmemente- pero no me has respondido…-dice de forma firme y gruesa-¿Por qué… me has besado?
-….- El demonio sonrío y bajo su mirada- no lo sé.
-…..-Mira al demonio en silencio, con una mirada fría y severa- Sal…-susurra- sal de aquí…
-…..-El demonio bajo la mirada, asintió levemente y salió de allí, en un eterno y profundo silencio.
El niño se queda en silencio, lentamente saca sus ropas de su armario, se puso una camisa manga corta negra y unos jean azul oscuro largos y ajustado, con algunos agujeros en ellos, se miró en el espejo de su cuarto y vio aspecto decaído y miserable, entrecerró los ojos un poco, toma de su estante una tijera y sin vacilar, comienza a cortar su pelo, mechón tras mechón cae lentamente al suelo. Ve su pelo cae ante sus ojos, tras varios cortes, deja la tijera a un lado y se ve en el espejo. Corto su pelo hasta la nuca, su pelo estaba tan corto que le llegaba a la nuca.
-Nunca más…-dijo sonriendo de lado- nunca más seré el de antes….