Mis ojos observaban el movimiento de las olas donde el atardecer le hacía compañía. No sé exactamente por qué estoy aquí, solo sé que hoy me encuentro pensando en todo lo que sufrí desde que era un niño.
Mis padres nunca me quisieron, tuve amigos pero luego me di cuenta que amigos son quienes siempre están contigo en todo momento y no aquellos que se aprovechan de ti, siempre me llamaban “monstruo” solo por tener pequeñas marcas en mi rostro que sin embargo a mí me gustaban, fui tratado como basura por todos sin ni siquiera importarles el cómo me sintiera.
Diariamente sufría de bromas por parte de mis compañeros, vecinos, conocidos. Al parecer a ellos les daba igual que con sus “pequeñas bromas” me sintiera inferior.
Hubo varias veces en que me armé de valor y les hice hacer saber que ya no soportaría más sus bromas, pero solo obtenía como resultado tener múltiples moretones en mi cuerpo por los golpes que me daban. Sí, cualquiera se hubiera rendido pero yo no…. RENDIRME era una palabra que no deseaba que estuviera en mi vocabulario.
Día con día me esforzaba por tener en mi rostro una sonrisa que quien me conociera sabría que era fingida, pero ¿Qué podía hacer?, nadie me demostraba que era importante, yo mismo tenía que hacerme creer que tarde o temprano todos se darían cuenta de lo valioso que era, pero ¿cuánto tiempo más tenía que esperar para que eso pasara?
Seguí estudiando, no me importaban ya las bromas que los demás me hicieran. Mi intención era concluir con todos mis estudios para poder tener algo en que apoyarme y así demostrarles a los demás la clase de persona que era.
Siempre que intentaba pensar positivamente, había algo que me detenía y me derrumbaba, y eso era que me recordaran que mis padres jamás me quisieron y que me abandonaron tan pronto vieron la oportunidad, pero a pesar de ello yo no les guardo ningún rencor a quienes me dieron la vida ya que después de todo sí estoy aquí es por algún motivo que yo mismo voy descubriendo con todo lo que he pasado en el transcurso de mi vida.
Admito que llegó un momento en el que deseé con todas mis fuerzas no existir pero luego pensé que no les daría el gusto a aquellas personas que me odiaban de verme caer. Y todo por una razón….
— Naruto, es tarde…. – llamó un joven de ojos negros y piel blanca — Vamos a casa.
— Sí Sasuke – éste lo abrigó con su chaqueta y tomó su mano para empezar a caminar con destino a su hogar.
Sí, esa razón es por la que hoy me encuentro más vivo que nunca…. mi novio Uchiha Sasuke me sacó de la tristeza en la que día con día me hundía, apareció como si el destino lo tuviera ya deparado y en donde él me hizo darme cuenta que soy valioso y que teniéndolo a él hoy puedo decir que Uzumaki Naruto es feliz….
FIN....~