Kim Jongin llegó al aula, con la actitud cool de siempre y se sentó junto a Oh Sehun, su amigo desde que eran niños que se encaprichaban por cualquier cosa y solucionaban todo a golpes, saludándolo con una sonrisa de lado.
Sehun estaba mirando el techo, pensando en que tenía que copiarse la tarea de inglés porque no había tenido ganas (ni conocimiento suficiente) para hacerla antes. Miró a su amigo recién llegado y le sonrió de regreso.
—Qué raro que no llegues tarde.
—Hice todo más rápido que de costumbre, también a mí me sorprende. ¿En qué pensabas? —Le preguntó, apoyando uno de sus codos en el banco y situando su cabeza sobre su mano.
De repente, Sehun pareció emocionarse y su sonrisa de amplió considerablemente.
—Hoy tengo que salir con Lulu, vamos al cine y después a su casa. ¿Te das cuenta de todas las posibilidades que hay? —suelta una risa, codeando a su amigo.
La garganta de Jongin se secó. Realmente odiaba el hecho de que Sehun le contase todas sus experiencias con otras personas, pero ese era el trabajo de ser un mejor amigo, ¿no? A pesar de sus sentimientos, sonrió como si nada.
—Bueno, aprovéchalo entonces —le devolvió el codazo de manera amistosa.
—Obviamente.
Se callaron cuando entró el profesor, alto y eternamente de mal humor. Sehun pensó en lo que le esperaba ese día: en Lulu, su novia, y en la cita que arreglaron. Sinceramente amaba a su pareja, pero se sentía un poco ansioso porque Lulu era misteriosa. No sabía si era por timidez, pero raramente deja que la tocara demasiado y nunca hablaba sobre presentarlo a su familia. Lo dejaba pasar, aún así. Pensaba confrontarla si eso se mantenía unos meses más, de la forma más sutil posible.
La mirada de Jongin se encontraba perdida en medio de la pizarra y hasta olvidó ponerse de pie en el momento donde el profesor ingresó al salón, siendo observado por todos y regañado de una manera exagerada por parte del mayor. Al terminar el sermón todos se sentaron pero el profesor le dijo a Jongin que se mantenga parado un momento más.
Sehun no sabía si reírse, suspirar o enojarse al ver a su amigo parado ahí.
Honestamente, era demasiado exagerado del docente castigarlo así, pero por otra parte Jongin ya sabía como se ponía aquel amargado.
—Tienes que aprender a ser más inteligente —le susurró en cuanto vio que no les prestaban atención.
Jongin le hizo una mueca de fastidio, levantando su labio superior.
—Estaba distraído, nada más.
—Deja de pensar en chicas en mitad de clase —Sehun le sonrió con burla. —Ahora vas a tener que estar parado toda la clase, pobrecito Jongin-ah~
Al aludido le dieron muchas ganas de vomitar, pero tuvo que disimular, sonriendo nuevamente.
—Sh —dijo, volteando el rostro hacia adelante.
—Que aburrido —Sehun volvió a concentrar su vista en el profesor, aunque su mente volaba lejos de ahí. Cuando terminó esa clase y Jongin volvió a su asiento, llamó su atención tocando su costado con uno de sus dedos.
—¿Un día de estos tendríamos que volver a juntarnos para pasar tiempo como antes, no te parece? Hace bastante que no vienes a casa.
Jongin lo miró y soltó un suspiro irónico.
—¿Quién es el que está muy ocupado con su novia y no tiene tiempo para estar con su amigo de toda la vida…?
—Aw, Jongin. Me haces parecer un mal amigo, yo no te dejo de lado a propósito. Lulu es la relación más larga que tuve hasta ahora. —le tiró de la manga del uniforme. —¿No estás enojado conmigo, verdad? —sonrió tratando de hacerse el inocente
Jongin miró su rostro de bebé y se estremeció por dentro. ¡Cómo le gustaba que pusiera esa cara! Le agarró la nariz entre sus dedos índice y mayor.
—No, no voy a enojarme si tú estás feliz —le dijo, mostrando una expresión neutra.
Sehun cerró los ojos, quejándose y tirándose para atrás para liberar su nariz del agarre del otro.
—Bueno, mejor entonces. Tú seguís siendo mi mejor amigo, Jongin, no me gustaría que nos peleáramos por algo así. —le apoyó su mano derecha en el hombro. —¿No pensás conseguirte una pareja, eh?
Jongin miró hacia el frente nuevamente.
—No, siempre me gustó gente que no se interesaba en mí de esa forma, digamos que sólo tuve relaciones de una noche o dos, prefiero eso.
—Siempre tan 'cool' —Sehun rodó los ojos y rió. —Dudo que se sigan resistiendo a ti, que no se te suba a la cabeza pero pienso que eres un chico muy atractivo. —le dio unos golpecitos en el hombro
—No hace falta que me lo digas —Jongin se rió con aire engreído. No le servía de nada que Sehun le dijera lo atractivo que era, después de todo, por más atractivo que se tornase, podría apostar que sería su amor secreto y no correspondido hasta que la tumba los separe.
—¡Una vez que estaba diciendo algo bueno! —Sehun lo golpeó. —Para pagarme, nos vamos a juntar el viernes y tu vas a poner tu casa y la comida.
Sonó la campana del recreo y Sehun se levantó de su asiento.
—Yes, sir~ —Jongin sonrió por dentro. Tendría que comprar la comida favorita de Sehun y limpiar toda la casa. Se puso de pie también, metiéndose las manos en los bolsillos y colocándose al lado del otro, dispuesto a seguirlo.
Sehun salió primero, estirándose e ignorando los reclamos de su profesor ("No pienses que no te vi hablando, Oh Sehun!") y decidiendo si tenía suficiente hambre como para ir a la cafetería junto al resto.
—¿Tienes hambre, Jongin? Si no podríamos ir a la terraza hasta que se termine el recreo.
El aludido lo siguió algunos pasos detrás. —Estoy bien, como tu quieras
Sehun rodó los ojos. —Podrías ser un poco más expresivo, Jongin. Bueno, entonces vamos arriba —lo agarró del brazo y lo arrastró.
Jongin sonrió levemente. —Estoy tan emocionado~ —dijo en tono sarcástico mientras se dejaba llevar por el otro.
—Mejor callate —Sehun hizo una mueca, abriendo la puerta de la terraza y poniéndose cómodo en el piso, mientras Jongin se sentaba a su lado, apoyando la cabeza contra la pared y mirando al cielo.
—Qué raro que no estás hablando con Lulu en este momento…
—La amo, pero no significa que tenga que estar pendiente de ella todo el tiempo —se dio vuelta para observarlo con curiosidad desde su lugar en el piso. —¿Te molesta mucho mi relación con ella?
Jongin desvió la mirada. —Te dije que no, mientras que a ti te guste... —Suspiró.
Sehun se humedeció los labios, notando la atmósfera incómoda que se arma entre ambos, aunque no entiende bien la causa. Decidió evitar el tema de su novia por el momento.
—Hace mucho que no me cuentas nada —se acerca a su lugar y apoya su cabeza sobre el hombro de su mejor amigo, relajándose. —¿Cómo está tu familia?
—Bien, supongo —Jongin se movió un poco, mostrando algún disgusto ante la posición del otro, aunque no lo sentía realmente. —Sabes que no hablo mucho con mis padres —Se tiró el flequillo para atrás, hacía calor y le molestaba en la cara. —¿Y la tuya?
—Ya sé, pero no pierdo nada con preguntar —le pegó un codazo para que se quedase quieto, demasiado cómodo en su actual posición. Sabía que Jongin no era tan enemigo del skinship y solamente lo hacía para molestarlo. —Normal. Papá trabaja mucho y está poco tiempo en casa. Mamá se la pasa mirando la tele y cocinando. —se tocó el estómago. —Seguro me hizo aumentar de peso ya.
Jongin lo miró y le tocó el estómago también, dejando su mano reposar ahí unos segundos más. —Y sí... sinceramente estás gordo.
El acusado lo empujó con fuerza, alejándose unos centímetros. —Nunca te pregunté.
—Qué insensible... —susurró Jongin con tono divertido mientras se acariciaba a sí mismo en donde el otro lo había empujado.
—Qué irónico viniendo de tu parte —Sehun lo miró con ojos entrecerrados y después se permitió reír.
El mayor sonrió de lado, desviando la mirada nuevamente. Se sentía tan bien al poder volver a estar así de cerca con Sehun, pero al mismo tiempo era lo peor. Quería tocarlo por más tiempo, le gustaría mucho poder pasar horas tan sólo hablando con él de otra cosa que no fuera su novia. Ya con sólo nombrarla sentía un hueco en el corazón, como si lo hubieran apuñalado. Sin embargo no podía expresar nada de lo que pasaba por su mente, prefería mil veces estar a su lado como amigo, que estar separado de él cuando Sehun lo eche u odie por haber confesado sus sentimientos. Sólo debía guardar silencio y tratar de disfrutar cada momento que pueda compartir con su amado mejor amigo.
—Vamos, Jongin~ —volvió a llevarlo del brazo. El recreo acababa de terminar hace poco y su próxima profesora era amable pero no le gustaba que nadie llegara tarde a sus clases. —Si fuera por ti siempre tendríamos problemas —se burló, atrapando su mano entre una de las suyas para verlo quejarse. Algunas de las alumnas que estaban en el pasillo lanzaron grititos ante su repentina acción. Rodó los ojos, ya estaba acostumbrado a la extraña fascinación que tenía el alumnado femenino por su amistad con Jongin.
Jongin entrelazó sus dedos con los de su mejor amigo. Haría parecer que lo hacía sólo para que sea el otro quien se moleste, pero mientras tanto disfrutaba de ese contacto con su suave piel, que nunca llegaría a más. Su visión del mundo se detenía cada vez que Sehun se acercaba por su propia cuenta más de lo que debería hacerlo un simple amigo, no le importaba lo que la gente que los vea pensara, se ensimismaba en la fantástica sensación de felicidad que el roce de su mano le provocaba, pero siempre actuando tan natural como si nada pasara.
—Sí, ¿no? Menos mal que te tengo cerca, sino ya me habrían expulsado —sonrió de lado.
—No puedo creer que lo estés reconociendo por fin. —Sehun le devolvió la sonrisa con engreimiento mientras ingresaban al aula, ubicándose en sus asientos. —Justo a tiempo. Comprame algo a la salida como recompensa —exigió.
Jongin lo miró alzando una ceja. —¿Perdón? —Soltó una risita. —¿Quién puede asegurarte que no me quería saltar la clase y tú me lo impediste con tu intuición nerd?
—Por favor. Nunca te salteaste una clase, ¿vas a empezar ahora a hacerte el rebelde?
—Yo sería rebelde si no me tuvieras castrado —apoyó su cabeza en su mano, mirando al frente.
—No soy tu novia ni tu mamá, Jongin. Nadie te obliga a hacerme caso —Sehun le frunció el ceño, mirando también en dirección al pizarrón, brazos sobre su pupitre.
Jongin fingió ignorarlo, después de todo tenía razón. Era él mismo quien decidía cada día seguirlo y estar con él. Abrió su cartuchera para jugar con alguna lapicera pero se encontró con un papel doblado a la mitad. Lo abrió para leerlo y, al terminar, lo hizo un bollo, dejándolo al costado del escritorio.
—¿Qué era eso? —preguntó Sehun, sin poder evitarlo. La curiosidad siempre era más fuerte que él.
—Nada —su mejor amigo sacó una birome y empezó a hacerla girar entre sus dedos.
Sehun soltó un quejido. —No puede ser 'nada'. ¿Qué era, Jongin? —tiró de su manga, intentando hacer que lo mirase. Como última opción, utilizó el infame aegyo, rezando porque nadie los estuviera mirando—. ¿Bbuing-bbuing?
Jongin lo miró por unos segundos y rápidamente giró la cabeza, temiendo algún estúpido sonrojo. —¿Podrías parar de hacer eso? Si querés saber leelo, no es nada interesante —le tiró el bollito, fingiendo desinterés.
El más joven de los dos se avergonzó también, bajando los puños que había subido hasta sus mejillas. Tomó el bollito de papel y lo desenrolló con cuidado. La letra dentro de él era prolija y muy femenina, dentro de la maraña de frases tímidas rescató un "Kim Jongin-oppa por favor acepta mi sentimientos" y contuvo una risa, guardando sus propios sentimientos de incomodidad y posesión que mantenía en una cajita muy profundo en su cabeza. Jongin siempre le dedicaba todo su tiempo a él y, por más egoísta que sonara, no quería que ninguna chica cambiara eso. —Aw, ¿no es adorable? Una confesión así, ¿no es romántico?
—¿Te parece romántico? —Jongin lo miró con curiosidad, realmente las confesiones a través de un papel le parecían totalmente estúpidas y sin sentido.
—No todo el mundo tiene el coraje de decir las cosas en la cara —rodó los ojos ante la densidad de su amigo. —Es tierno, porque está transmitiéndote sus sentimientos de la mejor manera posible para ella, y esa es por escrito. Igual, ¿no vas a corresponderla, cierto? —no agregó el 'te conviene no hacerlo' que resonó en su cabeza porque no quiere que Jongin lo malinterprete.
El mayor pensó que tal vez la alternativa que utilizó esa chica para confesarse ante él incluía mucho más coraje que lo que él hacía: Nada al respecto. Sonrió forzosamente —Mmh... Ahora que lo dices puede que pruebe —¿Afectaría eso en algo a su amigo? Lo dudaba, después de todo era su amigo y tenía su propia novia.
Todo vestigio de sonrisa desapareció del rostro de Sehun y se mordió el labio inferior. Quiso protestar, patalear como un nene al que no le dan lo que quiere y gritarle: "¡Jongin tú no puedes querer a otra persona!" porque realmente nunca compartió a su mejor amigo con nadie. —¿E-en serio?
Se quedó sorprendido al notar aquella expresión tan anormal en Sehun. Rió. —Veo que te molesta bastante. —le suministró un golpe en la frente con su dedo índice. —¿Por qué?
Sehun evitó mirarlo a los ojos, sintiéndose increíblemente infantil. —Soy egoísta pero no quiero dejar de ser la persona más importante en tu vida... Si te consiguieras una novia no podríamos pasar tanto tiempo juntos. Ya sé que es injusto, porque yo tengo a Lulu pero... Pero igual no me gusta.
Jongin sonrió para sí mismo, sintiéndose triste al mismo tiempo, ¿qué eran todas esas sensaciones opuestas que se formulaban dentro de su cabeza? No sufría de eso hasta que conoció a Sehun. —¿Acaso debería darte un beso ahora? —se carcajeó, bromeando por la cursilería que había soltado su amigo.
—No te burles —se quejó éste último, un mínimo puchero en sus labios. —Esto me pasa por ser sincero contigo.
—No voy a salir con ella —Jongin miró al frente. —Puedes quedarte tranquilo, no te voy a dejar…
—Hm —murmuró Sehun, para hacer notar que lo había escuchado. ¿Con qué cara lo miraba ahora? Después de parecer una novia desesperada. —No te olvides del viernes —le recordó de paso, sabiendo que para pasado mañana era capaz de olvidarse completamente de su arreglo.
—No me olvidé... —susurró, apoyando su cara en el escritorio y mirando para el lado opuesto a Sehun, cerrando los ojos.
—Eres imposible —dijo para sí mismo el más pálido, desviando la vista de vez en cuando hacia el único reloj en el aula. Los minutos pasaban demasiado lento.
Los ojos de Jongin le pesaban, los sueños que tenía por la noche no lo dejaban dormir plácidamente. El aula era un mejor lugar para descansar. Ahí podía poner su mente en blanco, ya que el ruido de las voces resonando en el salón impedían que su mente se activase recopilando imágenes de Sehun, logrando apaciguar su interior, pero sólo un poco. Lentamente se fue durmiendo hasta que terminaron las clases.
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Sehun soltó un suspiro de alivio en cuanto terminó la última de sus clases por ese día. —Jongin-ah —llamó, sacudiéndolo con cuidado por el hombro. —Despiértate, ya nos tenemos que ir.
—Mh... No me quiero ir... —Balbuceó entre sueños. —Acá puedo dormir tranquilo.
—¿Dormir tranquilo? ¿Desde cuándo tienes problemas para dormir?
Jongin despertó entonces y lo miró algo aturdido —¿Eh? Pero si duermo bien —tomó su mochila y va hasta la puerta de salida, algo apurado.
—¡Jongin, espera! —Sehun corrió detrás de su amigo, guardando sus cosas lo más rápido posible y tratando de alcanzarlo. —¿Por qué me evades? ¿Qué es lo que me estás ocultando acerca de tus sueños?
—¿Mis sueños? —Rió un poco. —¿Qué tienen mis sueños? Creo que sólo dije que no podía dormir y es verdad, los vecinos están haciendo arreglos en su casa y me perforan el cerebro con esos martillos cuando trato dormir siesta a la tarde. —procedió a pegarle en el hombro sin mucha fuerza. —¿Qué pasa? No te estoy evadiendo, ¿cuándo en mi vida te evadí?
Sehun parpadeó, confuso por los cambios de actitud del otro.
—Pero tú... —sacudió la cabeza, acomodándose la mochila y yendo hacia la salida. —Olvidalo, estás cada día más raro Jongin. A veces no te entiendo.
—Yo tampoco me entiendo —respondió, volviendo a correrse el flequillo para atrás y se adelantándose.
—Si fueras mujer diría que te vino —el más joven rodó los ojos y se desvió, saludándolo con uno de sus brazos. —¡Nos vemos mañana!
Jongin agitó su brazo, despidiéndose. Casi arruinaba todo. Algo que agradecía era tener dotes de actuación, de lo contrario se hubiera suicidado hace unos 5 minutos.