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LOBO CON PIEL DE CORDERO por crystalwall

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, solo me gusta hacerlos sufrir

 

 

 

Notas del capitulo:

Hola, les traigo un nuevo fic de mi equipo de criminalistas favorito, espero que les guste

Mi amiga May (Shun 4 ever) me hizo el dibujo de portada para este fic, es el primer dibujo que tengo para mis historias y no saben lo especial que es eso para mi, gracias May y este fic va dedicado a ti

Portada

 

Capítulo 1.- La mente de un asesino

 

Era tarde en la noche, la luna llena brillaba en todo su esplendor, en una casa antigua se podía ver a un joven de blanca piel recostado en su cama, dormía pero de la manera en que se movía todo agitado se podía presumir que tenía sueños vívidos y así era… así era…

 

La imagen no era muy clara, era como si fuera borrosa en los bordes, a veces los sueños se presentan de esa manera, pero lo que si era vívida era la imagen de un muchacho castaño con unos muy hermosos ojos cafés que estaba de pie en la cocina, el chico no podía tener mas de 18 años y solamente vestía una camisa de tela azul rayada que le llegaba hasta la mitad de sus muy bien formados muslos, el muchacho hablaba por teléfono y sonreía de una manera muy especial

 

La imagen cambió y ahora estaba el mismo muchacho castaño correteando por el césped de lo que parecía ser campo abierto, y jugaba a no dejarse atrapar por otro muchacho, la imagen de este otro muchacho no era muy clara, solo se podía distinguir su tamaño, era mucho mas grande que el muchacho castaño por lo que lo atrapó con facilidad y lo cargó juguetonamente mientras el castaño reía y se dejaba besar y abrazar

 

De pronto el escenario cambió y ahora se podía ver al muchacho castaño que estaba recostado sobre su espalda en una cama, estaba desnudo y hacía el amor con otro muchacho pero como en la imagen anterior no se podía distinguir mayores rasgos del amante del castaño, solo se podía ver como ambos se movían con cadencia entre gemidos y apasionados besos

 

Luego la imagen cambiaba y se podía ver al mismo muchacho castaño pero ahora estaba arrastrándose por el suelo tratando desesperadamente llegar hasta una puerta cercana, se podía ver el miedo en sus ojos, el dolor y la incredulidad cuando como una ráfaga de viento una afilada hoja metálica salió de la nada y con un certero corte en el cuello de la víctima lo dejó quieto… muy quieto

 

La siguiente imagen era del mismo muchacho castaño que estaba sentado en medio de un charco de sangre y arrimado a la pared, su cabeza gacha, sus brazos inertes que caían a los lados de su cuerpo, sus ojos inexpresivos…

 

Finalmente la imagen cambió y se podía ver al muchacho castaño sentado en la mesa de la cocina de una casa, estaba leyendo un libro de texto y mordía el lápiz de una manera muy sensual pero al parecer alguien le interrumpió y le sacó de su concentración pero eso no le causó molestia al joven que sonrió maravillosamente y extendió su mano al que sea que le haya llamado… en ese momento el joven de blanca piel despertó y tenía la respiración entre cortada, llevó su mano al pecho y volvió a hundirse en las almohadas y suspiró, cerró sus ojos y solo una palabra salió de sus labios antes de voltearse y abrazarse a si mismo en franca excitación: “Seiya…”

 

Una suave lluvia empezó a caer y en aquella casa que tenía un domo de cristal directamente sobre las escaleras se podía escuchar el suave golpetear del agua en los cristales, el muchacho de blanca piel se había levantado para ir a la cocina por un vaso de agua, sus sueños lo habían dejado inquieto, la piel le hormigueaba, la sangre le hervía, la necesidad lo invadía y le nublaba los sentidos, tenía que hacerlo esta noche, la luna… la luna era su marca, la luna lo guiaba, por lo que decidido fue a su habitación y se vistió, pantalones de mezclilla, camiseta y saco todo del mismo color, negro…, el joven buscó sus botas de escalar y se las calzó, también buscó un pasamontañas y se lo puso aunque no se cubrió el rostro, no era necesario en este punto, buscó sus guantes de cuero y se los acomodó en el cinto, fue al baño y salió con una bandeja que tenía varias cosas que habían sido preparadas con anterioridad, unas tijeras, una especie de posillo plástico, una brochita, un par de guantes de látex, una caja de tinte para el cabello

 

Con todo eso fue por la casa, era una casa antigua y muy grande, había pertenecido a su familia por generaciones pero ahora el joven vivía solo, había vivido solo por años, la casa estaba en unos terrenos en las afueras de Tokio, no había un alma por kilómetros, en la parte trasera de la casa había un granero y junto al granero estaba un huerto de manzanas

 

El dueño de casa caminó por el patio mojándose un poco hasta llegar al granero y encendió una luz, el destello amarillento alumbró una estancia bastante grande y descuidada, antaño ese granero servía para almacenar las cosechas obtenidas de los terrenos que ahora eran improductivos, hace años que la pequeña hacienda había dejado de funcionar como tal, solo el huerto de manzanas aún tenía algunos árboles frutales vivos, de cualquier manera el joven fue hasta el extremo opuesto a la puerta, dejó sobre una banquita todas las cosas que estaban en sus manos y se agachó, en el suelo apenas visible estaba una manija, había una puerta escondida que llevaba a un piso inferior, a una especie de sótano

 

El joven bajó al sótano con lo que había llevado, no era necesario para él encender las luces, conocía la casa de tal manera que podía caminar por ella en su totalidad con los ojos cerrados sin tropezar ni una sola vez, al llegar mas o menos al centro del sótano había un foco del que colgaba una cadenita, al jalarla la luz se encendió y dejó ver una habitación que habría helado la sangre hasta del mas fiero

 

En el centro del sótano estaba una mesa, era una mesa bastante vieja de madera pero se podía ver claramente manchas de sangre por toda su superficie, del techo colgaban varios objetos metálicos que hacían recordar la forma de una hoz, todos ellos relucían y brillaban a la tenue luz que iluminaba el salón, en uno de los extremos había una silla de hierro forjado que tenía amarras en sus brazos y en las patas, esa silla servía para mantener preso a alguien porque podían tranquilamente sujetar sus manos y pies, y en el otro extremo del salón estaba atado a las tuberías un joven de cabellos rubios y largos, ojos azules y pálida piel, este muchacho estaba amordazado y atado de pies y manos, no podía moverse y vio con terror como su captor disponía de algunas cosas en aquella mesa

 

El dueño de casa hizo caso omiso a las súplicas de su víctima, suplicas solo en gemidos porque el rubio no podía hablar y su corazón latió con fuerza cuando su captor se acercó a él y con una llavecita abrió las esposas de los pies, el joven algo intentó pero un vicioso golpe en la cabeza lo desubicó

- Quieto… ahora camina si no quieres que te castigue otra vez

El rubio con dificultad se puso de pie y caminó junto a su captor que lo llevó a rastras hasta esa silla y con violencia lo dejó caer en ella para sujetarlo con las amarras que ahí estaban, el rubio se resistía como podía pero no era mucho lo que consiguió, solo un par de golpes mas que le hicieron sangrar cuando su ceja se abrió, su captor seguía sin tomarlo en cuenta y cuando lo tuvo bien sujeto y sentado en aquella silla  sonrió perversamente al preparar una jeringa con un líquido ámbar, el rubio se intentaba mover en la silla, el pánico que se apoderó de él ahora, había estado en ese sucio sótano por cinco días en los que no había comido casi nada, solo había tomado agua en las noches cuando su captor venía a verlo y se compadecía lo suficiente de él para darle algo de beber

 

El rubio no entendía lo que su captor quería con él, no había pedido rescate a su familia, casi ni le dirigía la palabra, horas y horas el cautivo se había roto la cabeza intentando descifrar lo que su captor quería de él pero solo lo mantenía allí sin hacerle nada… hasta esta noche en la que a los pocos minutos de lo que le inyectó lo que sea que le haya inyectado en la vena se sintió aletargado y adormecido, ahí el captor preparó el tinte de cabello que había llevado y se tomó su tiempo en hacerlo, solo el golpeteo de la lluvia en el techo metálico del granero se escuchaba a lo lejos, el hombre de blanca piel primero cortó la larga cabellera rubia de su víctima, cada vez que hacía esto le quedaba mejor el estilo del corte que tenía en mente, luego de cortar el cabello lo cepilló y tomó la brochita con el pocillo que tenía ya preparado, esto lo hizo tomándose su tiempo, quería que le quedara perfecto, el tono café era el mas parecido que pudo encontrar al color que recordaba en sus sueños

 

El cautivo lo sentía todo esto como si lo viera desde fuera de su cuerpo, la droga que le habían dado era muy fuerte pero no lo noqueó completamente, él solo sintió como se aflojaban sus amarras, como le lavaban el cabello, como lo secaban y lo peinaban, luego lo jalaban haciéndolo caminar pero todo era muy confuso, vio unas escaleras, luego vio una especie de garaje, luego manzanas… habían muchas manzanas en el suelo, su aroma lo inundó todo por unos momentos para dar paso luego solo a oscuridad y piedras, el muchacho caminaba por donde le llevaban pero no tenía zapatos y solo vestía una especie de bata de una tela muy fina parecida a las bata de hospital, algo balbuceaba pero ni él mismo sabía lo que estaba intentando decir, sus ideas no eran coherentes en este punto y solo se dejaba llevar

 

La noche se iba aclarando, el amanecer se acercaba porque ya se escuchaba el cantar de los pájaros y aún él caminaba mansamente con su captor a su lado pero su mente se iba aclarando al igual que llegaba la claridad del nuevo día

- Déjame ir…

- No Seiya… no te acuerdas como solíamos caminar por el bosque?

- Mi nombre… no es… Seiya – dijo el joven con mucho esfuerzo

- Si yo digo que te llamas Seiya pues te llamas Seiya, entendiste? – súbita furia podía apreciarse en el tono de voz del captor

- Solo déjame ir… te juro… te prometo… que no le digo nada a nadie…

- Cállate y camina

- Por favor… por favor…

- No quiero amordazarte de nuevo, CA – LLA - TE

El rubio ya no pudo decir nada mas porque su captor le asestó un golpe en la base de la nuca haciéndolo caer, luego sin el menor reparo lo sujetó del brazo y lo levantó con violencia para para seguir su camino, luego de unos diez minutos mas se detuvieron, el captor lanzó al rubio contra un grueso árbol, la víctima no opuso resistencia, aún estaba débil y no pudo hacer nada cuando sintió como su captor se sentó en sus caderas y le empezó a arrancar la bata, pero no podía defenderse, sus músculos no respondían, parecía que hasta su voz lo abandonó porque no podía gritar, solo pudo sentir totalmente indefenso como aquel lo acabó de desnudar, le abrió las piernas sujetándole las rodillas y flexionándolas para luego penetrarlo con furia, el ex - rubio gritó solo para recibir un golpe en el rostro que le hizo escupir sangre

 

Los sonidos del bosque se vieron interrumpidos por una serie de jadeos y gemidos de satisfacción y de dolor, una sonrisa perversa podía verse claramente en los labios del captor que violaba salvajemente a su víctima, se movía con fuerza en su interior desgarrando sus tejidos y haciéndolo sangrar, el rubio estaba intentado bloquear lo que pasaba pero el dolor y la humillación eran demasiadas en especial al escuchar los gemidos de satisfacción de su verdugo

- Seiya… mi Seiya…

- No… no…

El captor tenía los ojos cerrados e imaginaba al objeto de su deseo, su castaño, su hermosa piel, sus bellos ojos, imaginaba que su Seiya le sonreía mientras le hacía el amor y lo llamaba por su nombre, por eso cuando abrió los ojos y vio el rostro contorsionado de su víctima se llenó de amargura y lo embistió con furia arrancando nuevos gemidos de dolor de él poniendo la mano en el rostro y volteándolo como para no verlo, en eso salió con violencia del cuerpo del indefenso muchacho y lo volteó sin ninguna consideración poniéndolo en cuatro en el duro suelo y penetrándolo una vez mas, ahora le jalaba el cabello y lo aplastaba contra el suelo sujetándole las manos en la base de la espalda

 

Con un hondo gemido de satisfacción el captor llegó a la cumbre del placer, al salir del cuerpo del joven que ahora estaba tirado en el suelo totalmente inmóvil, con cuidado se sacó el condón que había usado y lo puso en una funDita que estaba en su cinto, luego se acomodó la ropa y con un suspiro se agachó nuevamente para voltear a su víctima que se encogió con miedo y dolor, el captor le sujetó dolorosamente el rostro y el joven abrió los ojos pero deseó no haberlo hecho porque por última vez vio aquellos ojos con los que se había encontrado en el parqueadero de su edificio hace algunas noches, por última vez vio esa dulce sonrisa que confundiría a cualquiera, nadie creería la maldad y frialdad que escondía el alma de ese ser, en el supuesto no consentido de que tuviera alma porque ahora lo arrojó en contra del árbol para atarlo estirando sus brazos lo mas posible para dejarlo sentado con sus brazos tensos sujetos al grueso tronco, cuando el joven estuvo atado indefenso en aquella posición el captor se puso en cuclillas y sostenía un pequeño puñal en su mano…, los pájaros volaron de las copas de los árboles cuando escucharon el grito desgarrador que rompió el silencio del ambiente que luego de algunos momentos fue silenciado también

 

Cuando todo estuvo hecho el joven de blanca piel solo suspiró mirando su obra maestra, esto era arte, su víctima estaba atada al árbol, desnudo, sus ahora cortos cabellos castaños se mecían suavemente al compás del viento, la cuerda que se había cerrado en el cuello de la víctima quitándole la vida aún estaba en posición y en donde antes estaban unos hermosos ojos azules ahora solo vacías e inexpresivas cuencas eran el detalle que mas llamaba la atención en esta tétrica escena

 

En el camino de vuelta a su casa el joven caminaba con una canción en su corazón, se sentía tranquilo y feliz, satisfecho y completo, disfrutaba de los pequeños placeres de la naturaleza, el escuchar el canto de los pájaros, el ruido del agua del río cercano al correr, el aroma a pinos y maderas del bosque, ahora podía continuar con su rutina y vida normal, hasta que… hasta que Seiya volviera a llamarlo, hasta que vuelva a interrumpir en sus sueños, hasta que despierte su sed de sangre nuevamente…

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado y espero sus comentarios, muchas gracias por leer y nos vemos pronto en la continuación, saludos, bye

 


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