-Ciel- susurre inaudiblemente contemplando a mi pequeño niño con los ojos llenos de ira y…y sin su brillo normal, su ser estaba lleno de un sentimiento de tristeza e ira, de dolor de angustia. Sentí una gran ira, desee matar a la persona que había provocado aquello, quería matar a aquella que le había quitado su encantador brillo, hacerla sufrir y llorar, retorcerse de dolor y suplicar por misericordia, pero ahora tenía un gran problema: hacer o no el contrato.
Si lo hacía al final terminaría matando a mi pequeño y no quería eso, pero si no lo hacía el invocaría a alguien más, y esa persona lo haría sufrir aparte de que se quedaría con su hermosa alma y eso era algo que no iba a permitir, su alma era mía y solo mía desde que lo vi y no dejaría que nadie la tocara.
Ciel miraba hacia el suelo temblando, lo abrace por la espalda y coloque mi mano derecha en su ojo derecho.
Tu deseo se cumplirá y al final yo devorare tu alma-susurre en su oído para después colocar la marca en su ojo.
Ciel comenzó a gritar de dolor, de su ojo corría sangre; trate de no pensar en eso, trate de no escuchar sus gritos, para no retractarme pues ya no había marcha atrás “perdóname” pensaba “perdóname porque ahora sufrirás mas de lo que creías”.
Al terminar Ciel cayo inconsciente, lo abrace tapándolo con la cobija pero logre ver una marca, algo parecido a un tatuaje, en su piel. Mis ojos se tornaron de rojo, esos malditos pagarían. Lo tome en brazos y salí de aquel lúgubre lugar, eche a correr en dirección a la mansión del pequeño, al llegar la vi echa cenizas, me sorprendí.
¿Qué habrá pasado? –me pregunte, deje al pequeño Ciel en el verde pasto y me acerque a examinar.
Al estar lo suficientemente cerca pude percatarme de un grotesco olor, un olor muy característico de la contraparte de un demonio: el olor a ángel. ¿Qué tendría que hacer un ángel aquí? ¿Qué buscaban? y lo más importante ¿porqué los Phantomhive? Esto era algo ilógico y a la vez preocupante pues si ellos habían sido capaces de quemar a una familia era por una razón llamada “justicia divina”, lo cual significaba que la familia de Ciel tenía una deuda o un pecado que los seguía… pero, si era cierto, ellos volverían por Ciel.
Así que sobrevivió-escuche su voz a mi izquierda, le mire, estaba mirando hacía el suelo, seguí su mirada y encontré el famoso anillo Phantomhive, Ciel lo levanto y lo miro tristemente- ha visto morir a su dueño por más de un siglo-se coloco el anillo y me miro- ahora será testigo de mi muerte.
Me quede estático ante su tono, vacío hueco sin ningún sentimiento, sin nada. El no era Ciel, no era el Ciel que yo había conocido.
¿Puedo pedir cualquier cosa verdad?-pregunto de repente.
Si, cualquier cosa-conteste girándome a verlo.
Quiero que reconstruyas la mansión-menciono secamente.
Hai-conteste.
Y otra cosa- me vio fijamente, su ojo brillo- nunca me traiciones.
Yes my lord-respondí arrodillándome ante él.
“que sumiso te has vuelto Sebastián, pero no te emociones con ese niño, no vivirá por mucho, no si yo lo puedo matar. NADIE me quita lo que es MÍO y tu lo eres. Hasta luego Sebastián Michaelis” escuche esa voz, ¡esa maldita voz!
Así que fuiste tú- susurre y sonreí, mis ojos se llenaron de ira prendiendo el rojo en ellos- no te será fácil, yo nunca lo abandonare como hice contigo, yo lo protejere…siempre.