Capítulo 11 by Nezal
Hay muchas cosas que me gustan de Gay: su modo torpe de hacer el amor, que siempre me deja con dolores, que no use calzoncillos, como un verdadero machazo de película de acción. Mas aun, porque Rambo usaba calzones y mi primo Max Steel también, jojo, los tiene pintados y texturizados como los de las Barbies. Pero lo que mas me gusta es su dinero.
Nunca había estado en la sala VIP de un aeropuerto. Me han hecho la manicura, me han dado un masaje y me he tomado dos copas de champán. Con cada sorbo de Moët, me siento un poco más inclinada a perdonar a Christian por su intervención. Abro el MacBook con la confianza de poner a prueba la teoría de que funciona en cualquier parte del planeta. (Todo lo cursivo es cita textual) Probare a ver si funciona en Iwojima, en la cima del Kilimanjaro y en la cueva de Bin Laden, el ídolo de Gay.
Escribo:
De: Anastasio Steel Fecha: 30 de mayo de 2011 21:53 Para: Christian Gay Asunto: Detalles superextravagantes Querido señor Gay: Lo que verdaderamente me alarma es cómo has sabido qué vuelo iba a coger. Tu tendencia al acoso no conoce límites. Espero que el doctor Jeckyll haya vuelto de vacaciones. Me han hecho la manicura, me han dado un masaje en la espalda y me he tomado dos copas de champán, una forma agradabilísima de empezar mis vacaciones. Gracias, Ano.
Me contesta a los 4 minutos. ¡Santos murciélagos Batman! ¿Por qué se ha tardado tanto?:
De: Christian Gay Fecha: 30 de mayo de 2011 21:59 Para: Anastasio Steel Asunto: No se merecen Querido señorito Steel: El doctor Jeckyll ha vuelto y tengo cita con él esta semana. ¿Quién le ha dado un masaje en la espalda?
Escribo:
De: Anastasio Steel Fecha: 30 de mayo de 2011 22:35 (me ha llevado 36 minutos leer su email y responder este) Para: Christian Gay Asunto: Un negrazo de dos metros con manos como jamones. Querido señor Gay: El masaje me lo ha dado un negrazo de dos metros con manos como jamones, dedos como pequeñas pijas (como la que usted carga estilo comando) y unos labios carnosos como salchichas. Curiosamente, me ha dado un masaje sueco.
Pulso la tecla de envío y espero, sintiéndome un niño muy malo. Estoy a punto de abrazarme a mí mismo de perversa alegría.
¡Jijijijijiji! Gay se pondrá loco de celos. Cuando volvamos a vernos seguramente me dará una paliza. ¡Santa Cachucha, la mártir borracha! Ya quiero sentir su puño estrellándose contra mi ojo dulce y agresivamente, ya quiero sentir las puntas de sus botas de tribalero hundirse entre mis costillas tierna y violentamente.
Miro la pantalla de el macbook con la expresión de un cadáver al que han olvidado cerrarle los ojos. Naturalmente, no puedo hacer otra cosa hasta que EL conteste.
—Señorito Steel, tiene que apagar el portátil durante el despegue —me dice amablemente una azafata supermaquillada.
Me da un susto de muerte. Mi conciencia culpable me castiga.
—Ah, lo siento.
¡Santa Mierda! Ahora me va a tocar esperar para saber si me ha contestado. ¡Ay! ¿Y si rompe con la costumbre de contestarme? ¿Con que vamos a rellenar la novela si no es con paginas y paginas de emails tan intelectualmente estimulantes, divertidos, frescos y tiernos como los que hemos mostrado hace unas líneas?
Zombichú esta tan harto de toda esta (santa) mierda monótona y aburrida en la que no pasa nada que ejecuta un ritual caribeño en el amplio espacio vacio al interior de mi cráneo. Sacrifica a mi Dioso interior, que estaba bailando la macarena con algunos pasos de break dance.
Un portal hacia otra dimensión, en forma de corazón, se abre en el cielo, el avión se dirige irrevocablemente hacia el. El corazón tiene una carita feliz, con colmillos. Me mira directamente a mi, abre sus fauces y el avión es devorado. El pánico cunde entre los pasajeros, pero yo solo sigo mirando la pantalla del macbook, en espera de la respuesta de Gay. Una tremenda sacudida y todo se vuelve rosa…
*
Ojiblanqueo y ceñifrunzo. El macbook yace roto a mi lado. Por lo demás, no hay rastro ni del avión ni de la azafata supermaquillada ni del resto de los pasajeros. Yazgo sobre un césped color fucksia, el cielo es color de rosa y las nubes blancas con sombras lilas. Hay un matojo de flores azules cerca de mi. Me acerco a olerlas y siento una patadita en mi nariz. ¡Oh! Es un pequeño hado con barba y melena de folk metalero, vestido con un rosado tutú, sandalias estilo griego altas a las rodillas de sus peludas piernecillas y alas rosadas con brillitos dorados. Revolotea entre brillitos dorados.
-¡Oh! – exclamo - ¡ Es un pequeño hado con barba y melena de folk metalero, vestido con un rosado tutú, sandalias estilo griego altas a las rodillas de sus peludas piernecillas y alas rosadas con brillitos dorados. Revolotea entre brillitos dorados!
-Y tú eres el tío mas imbécil que conozco. – el hado me escupe un poco de tabaco al ojo. – Mi nombre es Markus el hadito puto y mi misión es ser tu fiel compañero, mierda de vida.
-Encantado de conocerte, Markus, mi nombre es Ano. ¿Dime, en que maravilloso mundo estamos?
-Esta porquería de lugar se llama el reino de Vampírica, y era un lugar gótico, oscuro y hermoso hasta que llego él, ese malnacido, el seudo vampiro, el falso príncipe azul, Edward Christian Culón-Gay, con sus brillos rosados y lo infecto todo. Tú has sido enviado para librarnos de esa peste, asi lo decían las antiguas profecías: “del cielo caerá un niño cursi como ningún otro, sin ningún don, con el talento de ser cargante. Posera una estupidez poderosa, capaz de producir miles de fanáticas entre las mujeres sin autoestima ni inteligencia, y él nos librara del vampiro rosado”
Boquiabrí mientras Markus recitaba.
-Al parecer, las antiguas profecías se olvidaron de añadir que eras feo de cojones. Ven. – me pego una patadita en el ojo y zumbando me condujo a una pintoresca cabañita hecha de condones de colores en sus envolturas metálicas de colores. – La bruja te dará el objeto mágico que necesitas para desempeñar tu misión.
-¡Madre! – exclamo al ver que la bruja no es otra que mi madre – Creí que estabas en Georgia. ¿Dónde esta Bob?
-Mi cuarto marido, Bob Ross, murió tras pintar su último cuadro feliz con colores felices. Y yo no tengo ningún hijo, soy demasiado joven y sexy como para tenerlo. Markus, guapetón, ¿no te gustaría convertirte en mi quinto marido?
El hadito le contesta con una seña obscena.
-Ya caerás bajo mi hechizo… - mi madre, con una gran verruga en la nariz, me dice: - Tú, Anillo, tu has sido predestinado para ser el portador del Anillo. A ti te entrego el anillo de compromiso,
“Un Anillo para enamorarlos a todos, un Anillo para encontrarlos,
un Anillo para atraerlos a todos y en las tinieblas atarlos (con corbatas de seda gris).”
En realidad, el anillo de compromiso debería ser un bonito símbolo del amor entre dos personas, un símbolo del que se puede prescindir, pero personas como tu, que lo han convertido en el objetivo de su vida, en el único símbolo de su realización, lo han rodeado de un aura rosada y cursi, malvada.
En fin, este anillo de compromiso, el único objeto que deseas tener, debes dárselo a Gay y hacerlo que te proponga matrimonio. En ese instante la maldición que pesa sobre Vampírica se romperá, ustedes serán enviados a su mundo, el mundo del Bestseller Vacío, del que nunca debieron salir, y Vampírica volverá a ser el reino de los vampiros reales, oscuros y peligrosos. ¿Has entendido?
-Wiiiiiii!!!!!!!! – grito yo - ¡¡¡Ya tengo el anillo de compromiso!!! ¡¡¡Me casare como he soñado desde que era un niñito!!! ¡¡¡Por fin, tras tantos años de fingir que me interesaba estudiar y realizarme como persona, yo solo!!! ¿Sabes madre? Para mi el amor no es sentimiento compartido con una persona independiente, sino una palabra que no entiendo pero a la que me amaestrado a repetir como periquito. Una relación no es una convivencia con otra persona que me hace mejor a mi y a el, enriqueciendo nuestras vidas, sino un contrato de sumisión mediante el que él controla todos los aspectos de mi vida, quitándome a mi la carga de decidir sobre mi propia vida.
-Eso es mas asqueroso que mis tetas. – opino Markus, el hadito, que iba topless y tenía un par caído por la gordura.
-¿Cómo hago que Gay me proponga matrimonio, madre?
-Que soy la bruja Escaldufa, no tu madre. Pues dale tu virginidad, eso tiene que ser infalible.
-¡Ya se la di! Ahora tiene que casarse conmigo, seguro.
-Seguros el de mi pañalito. – Markus se levanta el tutú y enseña su segurito.
-¿Dónde esta Gay? – pregunto desesperadamente.
-Sígueme. – Markus me da una patadita en la córnea y yo lo sigo, brincando, bailoteando, cantando y esperando que los animalitos de la creación vengan a mi, como princesa Disney o San Francisco de Asís.
Pero los animalitos corren al verme. Seguimos el camino de las losas amarillas y después caminamos por el camino de los caminantes del amor, hasta llegar a un palacete rosa chillón que es la máxima expresión del horterismo. Hago resonar la aldaba en forma de corazón tres veces.
-¿Quién es?
-La vieja Inés, digo, UAU. Los brillitos de Christian Gay.
-¿Qué tienes contra mis brillitos? – Christian tiene los ojos rojos porque es vampiro, no porque haya estado llorando con la telenovela de las 7 - ¿Acaso los odias?
-No, UAU, me encantan. ¡Cásate conmigo Christian Eduardo Antonio Palomino Andres Gay Culón!
-¡No! – chilla Gay, agitando su varita mágica, porque de virtud no. – Estoy esperando a mi machote peludo y fuerte que me cargue, me pegue y me llame puta.
-A mi ni me veas. – dice Markus, elevándose hasta el sol, rosa y en forma de corazón.
-¡Pero Gay! ¡Te he dado mi virginidad, mi primer beso y los ahorros de mis padres para droga! Después de todo eso, ¡tenemos que vivir felices para siempre!
-¡No! Yo no te conozco, ni me drogo: soy un vampiro bueno que va a la escuela, quiere ser normal y no chupa sangre si no la salvia de las flores por no acabar con ninguna vida, ni animal siquiera.
-¿Qué eso no es una abeja? – pregunto.
Una horda de furiosas florecillas de todos los colores arriban en plan de linchamiento, con antorchas y hachas.
-¡Ahí esta el maldito vegetariano de mierda! ¡El torturador de vegetales! ¡El genocida de las plantas! ¡El gilipollas que esgrime con orgullo la palabra VEGANO porque cree el muy estúpido que comiendo únicamente vegetales no atenta contra ningún ser vivo!
-¡Oh por Stephanie Meyer! ¡La flor habla! – exclama Gay.
-¡Hablo idiota! ¡Soy un ser vivo! El mas importante de todos, el organismo autótrofo, la base de la cadena alimenticia, el ser capaz de convertir la energía en materia, imbécil. Muestras muy poca inteligencia y muy poca consideración atacándome solamente a mi.
-Hermana florecita, si no te como a ti, ¿Qué voy a comer?
-¡Come polla, imbécil! – y saca una gigantesca polla de madera y se la clava en el corazón, mientras yo miro con envidia como a esa puta glotona de Gay le regalan un consolador gigante vegano ecológico ecoamigable y a mi nada, snifsnif.
Markus desciende de culo por un arcoíris hasta mi oído:
-¡Rápido! ¡Dile ahora que si te pide matrimonio le quitaras esa estaca del corazón y se la meterás por el culo!
Doy una patada a la flor parlante con mis zapatos de auténtico cuero sintético vegano.
-¡Gay! ¡Si me pides matrimonio ahora te quito esa estaca del corazón y te la meto por el culo!
Estoy preocupado. Gay se ve muy malherido, lanza un fluido arcoíris por el pecho, la boca y las orejas. Le pongo el Anillo de Compromiso en la mano e insisto con lágrimas en los piojos:
-¡Gay!
Gay chisporrotea mas que nunca, pero coge el anillo ecoamigable, una argolla de madera que tiene incrustado un diamante en cuya extracción y pulimento ningún animal fue dañado (bueno, el obrero que lo extrajo murió con los pulmones hechos trizas por el polvo de la mina en pleno siglo 21, pero no era un lindo animalito sino un pobre y feo indocumentado latinoamericano) lo pone en mi dedo y recita la formula mágica:
-¿Quieres casarte conmigo?
-¡Si! – estoy tan emocionado que casi me olvido de mi parte del trato.
-La estaca – susurra Gay.
La saco, ¡por los calzones bombachos de Merlin! Que agujero mas grande ha dejado, le ha quedado el pecho justo como le quedo el culo a aquel putillo del video con el consolador plástico que parecía macana. Salivo ante la vista de su hoyo abierto, chorreante de fluido arcoíris, le doy vuelta y lo ensarto al mas puro estilo de Vlad “El empalador” Tepes o los empleados de las rosticerías de pollo. Gay grita fuertemente y su ano se vuelve mas grande y mas grande, como una puerta a otra dimensión. Me absorbe y todo se vuelve rojo…
*
Ojiblanqueo y ceñifrunzo nuevamente. Estoy en una cama redonda, tapizada de terciopelo rosa con estampado de leopardo, recubierto de plástico de dos milímetros de grosor al que la piel se pega como lengua a hielo. Christian Gay esta a mi lado, ya no brilla y ya no tiene hoyo en el pecho. Que lastima.
-Vaya, vaya. Miren a quienes tenemos aquí: el par de tortolitos.
Catalino Caravaca ha hablado. Esta de pie sobre el negrazo de dos metros y dedos como pequeñas pijas del masaje sueco, vestido con un traje de dominatrix de latex negro. Tiene una fusta en la mano.
-¡Cato! – suspiro aliviado – Gracias a Instagram, hemos regresado a nuestro mundo.
-Estas muy equivocado, Anito. Estamos en el reino de Erotica, al que tu y tu proxeneta habéis hecho mas daño que al reino de Vampírica. ¿Sabes? Aquí en el mundo del erotismo solíamos tomarnos las cosas en serio: Sade, Miller, Nîn, los antiguos hindus, los antiguos romanos; ninguno de ellos escribía payasadas. ¿Sabes que es lo que realmente pasa cuando a una mujer le dan un fustazo en el clítoris o a un hombre en el glande?
-No.
Estoy desnudo y Cato me lo da, el fustazo en el glande. Aullo de dolor y caigo al suelo, retorciéndome de dolor, ¡calzones sucios! Como duele, la punzada permanece, mi glande parece vibrar, emitiendo ondas de dolor que se extienden por todo mi cuerpo. Incluso esta sangrando.
-¿A que te has roto en mil pedazos? – Cato se carcajea.
Gay, vuelto en él por mis aullidos de dolor lo mira asustado.
-Y tu, mamarracho, con tu afición a la mugre de las patas y a meter el pulgar en el ano, ¿crees que basta con ordenarle a alguien que llegue al orgasmo para que llegue?
-N-no… - tartamudea el poderoso Christian Gay.
-Ordenaras al dulce Ano Steel que se corra, y si no se corre, mi negrazo te dara una follada que “te dejara adolorido, nene.”
-¡No, por favor! – exclama Gay, observando el UAU pene del negrazo. Mide 30 centímetros, flácido.
-¿Por qué no? Declaras que te gusta tener a tu pareja adolorida. No serás tan cobarde y abusivo como para hacerle a tu pareja algo que no te gustaría que te hicieran a ti, ¿verdad?
-¡Si, si me gusta! – llora el amo del autocontrol, el de los fríos sentimientos, Christian Gay - ¡Soy un abusivo, un cobarde y un mal amante!
-Ordénale a Ano que se corra.
Con los mocos escurriendo Gay me sacude.
-Ano, nene, córrete para papi, por favor bebé, córrete para mi…
-No jodas Gay, aun me siento morir del fustazo en el glande.
Cato se bajó de un salto del impresionante negro. Este se levantó y fue por Gay.
-¡No, no, nooo!!! – corre por la habitación con vista a Seattle, es fácilmente capturado por el negro - ¡Nooooo!!! – grita al recibir la polla como le gusta darla.
Cuando el negro acaba con el gimotea como un niñito, un delicioso niñito de pelo castaño… AUUU!!!
-¿Quieres dejar ese rollo pederasta?! – Cato me ha dado otro fustazo en el glande – Es asqueroso.
Mi glande sangra copiosamente, como el ano de Gay. ¡Joder! Que el negro le ha dejado un agujero mas grande que el de la estaca de Vampírica.
-¡Cato, amiguito mio! ¡Por lo lamebotas que fui contigo durante nuestros años de universidad, dime que es lo que tengo que hacer para regresar a mi mundo!
Cato ceñifrunze.
-El mundo de Erotica ha quedado tan devastado como el de Vampírica. Ustedes dos habéis hecho un daño colosal a ambos mundos: miles de consumidores poco exigentes, sin gusto ni sentido de la crítica, están ahora convencidos de que su relación es el modelo a seguir. Debido a ustedes, el mundo de Erotica se ha visto inundado de malas novelas que se reproducen como bacterias, con tramas flojas y predecibles y escenas sexuales poco verosímiles y narradas con pobreza técnica e imaginativa. Pasaran años antes de que sus fans se olviden de ustedes. Es algo bueno del paso del tiempo, es una prueba que separa la literatura de verdad buena de las porquerías oportunistas que saltaron a un inmerecido éxito gracias a una malhadada casualidad.
-Cato, de todo lo que has dicho, solo he entendido “escenas sexuales”.
-Como tus fans. ¡Pobres borregos! Se creen que lo tuyo y lo de Gay es erotismo cuando no es ni siquiera mala pornografía. Para volver a su mundo, el mundo del Bestseller Vacío, ustedes deberían tener una escena sexual buena, como la de un fanfic promedio, pero nunca lo lograran. Nunca. ¿Cómo? – pregunto Cato con cierta tristeza – Una pobre boba reprimida e inexperta, que seguramente confunde el orgasmo con el primer estremecimiento de placer, y un mal amante, sádico y tan acartonado que no se le puede distinguir una pizca de personalidad: un verdadero señor Grey, gris, genérico, X.
-¿Eso quiere decir que Gay y yo nos quedaremos atrapados para siempre en Erotica? – chillo.
-¡Ya quisieras! Cuanto antes salgas de Erotica, cuanto antes se te deje de considerar “erotico”, ¡mejor! Te enviare a tu mundo, Anastasio Steel, a tu estúpido, hueco mundo del éxito editorial, de las grandes tiradas de papel higienico. Engañaras bobas uno o dos años mas. Estafaras a algunos incautos. ¡Tendras tu película, incluso! Y luego caerás lentamente en el olvido. Dentro de veinte años solo se acordaran de ti los profesores de literatura, para citarte como ejemplo de literatura basura que triunfa inexplicablemente.
Me pega otro fustazo en el glande y otro a Gay. Sentimos que caemos en el negro pozo del olvido y todo se vuelve gris…
*
Mi blackberry suena: tengo otro email. ¡Si! ¡Estoy dormido en casa de mi madre, la señora Carla Adams (como los chicles)! Y por la cantidad de emails que hay no debo haberle prestado atención ni cinco minutos durante toda mi puñetera visita. Zombichú duerme en la gruesa capa de polvo y pelusas acumuladas en el espacio entre mi oreja izquierda y mi oreja derecha.
Mientras estaba en los viajes dimensionales a los que me envio su ritual vudú han pasado como cien paginas de emails tontos y repetitivos, de situaciones absurdas y monótonas, de diálogos acartonados, de jueguitos de celos en los que lo provoco para que me maltrate, de ocultarle a mi madre mi vida privada, como buena adolescente. De sexo extraño narrado de manera inexperta. Así se resumen estas cien páginas y así podrían resumirse mil: cháchara irrelevante, historia que no avanza.
Blablabla…