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EL Sótano por carina_mew12

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Notas del capitulo:

hola!! owo

en serio, juro que un día de estos me ahorcan por tardar tanto, pero ya saben, entre la escuela, el trabajo, la flojera y la falta de inspiración... pues no podía hacer mucho.

lo bueno es que al fin les traje un capítulo más de este fic, que al parecer les está gustando -w- de antemano les doy las gracias por seguir aquí a pesar de la eternidad que me tardo en actualizar

sin más que decir, los dejo con el capi, nos vemos abajo!!

3. El chico del Sótano

“Eso es imposible Kid… el único lugar al que no tenemos acceso es el sótano; la puerta está cerrada y la ventana está asegurada con barrotes. No hay manera que alguien entrase…”

Esas palabras resonaron en la mente del pelirrojo una vez más al ver aquellos barrotes cubriendo la ventana del sótano. Eran pasadas las seis de la tarde, y tras su plática con Zoro y sus amigos, decidió ir a investigar de nuevo en aquella casa abandonada. Fue a la pequeña bodega que estaba en el traspatio y la abrió con la esperanza de encontrar algo útil para abrir la puerta del sótano… no había más que madera vieja y herramientas oxidadas, entre ellas un hacha. Tomó el hacha, mas apenas estuvo en sus manos, el mango de madera crujió y se rompió, dejando caer la cabeza del hacha al suelo estrepitosamente.

- tks…- el pelirrojo tiró molesto el palo de madera y se inclinó a levantar la única parte decente del hacha; como era de esperar, no tenía filo, pero era lo suficientemente pesada para romper una puerta. Miró una última vez la imponente construcción desde afuera antes de ingresar a ella.

Aun cuando había luz del sol, la casa seguía viéndose igual de tétrica; la mugre en los vidrios no dejaba paso libre a la luz de afuera, y las sombras de los objetos parecían bailar en el aire, formando extrañas figuras. Ignorando aquella apariencia, Kid siguió caminando hasta llegar a la puerta del sótano, mirando los tres candados que obstruían la puerta. Sujetó con fuerza la cabeza del hacha y comenzó a golpear con fuerza aquellos candados, ocasionando que un ensordecedor eco resonara entre las paredes de aquella casa. Los restos de los candados cayeron pesadamente al suelo, levantando la fina capa de polvo que le cubría, haciendo toser un poco al pelirrojo.

Despejó el polvo agitando una mano en el aire mientras dejaba el hacha a un lado y sujetaba la manija de aquella puerta vieja, sintiendo inmediatamente un escalofrío que le subió por la columna y le erizó cada vello de su piel… ¿a caso así se sentía el miedo? No, era imposible, Eustass Kid no le temía a nada, debió ser sólo la temperatura del aire, que súbitamente había bajado. Tras dudarlo unos momentos, giró la desgastada manija y abrió lentamente la puerta, la cual rechinó horriblemente debido al poco uso que tenía.

Lo único que alcanzaba a ver era los primeros escalones que descendían al sótano, el resto parecía sólo un túnel oscuro que descendía a las mismísimas entrañas de la Tierra. Sacó el celular de su bolsillo y presionó una de las teclas para que se iluminara la pantalla y así poderla usar de lámpara; no alumbraba mucho, pero al menos podía ver en dónde pisaba. Escuchó unas patitas corriendo por el suelo, seguramente algún animalito, una rata que se había alterado con el ruido de sus pasos al bajar por la escalera.

En cuanto llegó al piso del sótano levantó la mano que sostenía su celular y apuntó su luz hacia el frente; justo daba el primer paso para avanzar cuando sintió algo detrás de él, así que instintivamente se quitó, alcanzando a ver que un objeto largo acababa de cortar el aire. De nuevo fue atacado por el mismo objeto, esta vez en forma horizontal, mas pudo detenerlo fácilmente con su mano libre y empujar con esa misma arma a quien fuese que la estuviese blandiendo.

Un aparatoso sonido le indicó que había logrado tumbar a su agresor, por lo que rápidamente se lanzó contra él. Quedó de cuclillas sobre el vientre de su atacante, evitándole moverse mientras buscaba su rostro con la luz del celular.

- vaya que eres fuerte- escuchó una ronca voz seguida de una risa burlona. La luz del celular no sólo le hizo ver que el objeto con que lo habían atacado era un tubo de metal, también logró ver finalmente a su agresor, quien resultó ser el mismo chico que había visto hace un par de días- si no vas a hacer nada en esta posición, será mejor que te bajes…- con aquel comentario el pelirrojo se sonrojó levemente y se puso de pie, tendiéndole una mano al otro para que hiciera lo mismo

- Eustass Kid- se presentó el pelirrojo mientras estrechaba la mano del otro y le levantaba del piso

- Trafalgar Law- siguió el proceso el otro, sacudiéndose el pantalón de mezclilla y la sudadera amarilla con negro que llevaba puestas- un gusto

- tks, me gustaría decir lo mismo, pero me has atacado

- son sólo medidas de seguridad, Eustass~ya. No estoy acostumbrado a que la gente baje aquí- caminó lentamente por la habitación hasta llegar a donde estaba una pequeña mesita de madera, en donde había una pequeña lámpara que no tardó en encender, iluminando apenas lo suficiente para distinguir lo que había en el lugar.

La habitación era tan simple como se podía imaginar; además de la lámpara, encima de la mesa había una jarra con menos de la mitad de agua, un vaso, un plato de porcelana y una cuchara de metal. Debajo de la mesa había un pequeño cuenco blanco y una cubeta; al lado de la mesa estaba una silla igualmente de madera. En el piso polvoriento, no muy lejos de la mesa, estaba un desgastado colchón con un par de cobijas viejas y una almohada encima. Entre la mesa y el colchón estaba la ventana con barrotes en donde había visto por primera vez al moreno, la cual dejaba que entraran unos débiles rayos de sol a cierta hora del día; pero además de esos detalles, otra cosa que llamaba la atención de aquella ventana era la cascada de moho que corría desde su base hasta el piso, seguramente porque el agua entraba en días lluviosos. Al pie de la “cama”, había un librero que sólo tenía a lo mucho seis libros. Además, en la otra esquina de la habitación, estaban apiladas varias cajas de cartón, con otra pequeña puerta al lado de ellas. Debajo de las escaleras estaban tres botes grandes de lo que parecía ser basura.

- ¿y qué haces aquí en primer lugar?- preguntó el pelirrojo, mirando a su alrededor todavía; no podía creer que alguien viviera en esas condiciones

- me dijeron que tenía que quedarme aquí- se alzó de hombros, restándole importancia al asunto mientras se sentaba en la silla, meciéndose de atrás hacia adelante mientras veía al pelirrojo

- ¿alguien te mantiene aquí?

- podría decirse que sí. Ellos vienen a verme todos los jueves; dejan comida, agua, una muda de ropa y luego se van. A veces también se llevan la basura, pero últimamente no lo han hecho y las ratas comienzan a aparecer

- ya veo- su historia no sonaba para nada bien- ¿y por qué te mantienen en el sótano? ¿Lo sabes?

- al parecer quieren dinero, pero no han conseguido lo que quieren, así que me mantienen encerrado en este sitio. Dicen que podré salir en cuanto tengan la cantidad que merecen

Debió haberlo supuesto, era un secuestro. Probablemente el pelinegro venía de familia adinerada y le habían secuestrado para obtener dinero de los padres; los cuales aun no lograban conseguir la fortuna que esos hombres seguramente pedían; era eso o los secuestradores habían encontrado un sustento permanente con el dinero de los padres del chico, y por eso no le dejaban ir.

- [[voy a llamar a la policía]]- pensó, mas no llevaba el celular en la mano. Lo buscó con la mirada, encontrándole en el piso, con la batería salida; seguramente fue cuando los dos cayeron. Le colocó la pila e intentó hacerlo encender, mas el aparato no daba señales de hacerlo.

- no te molestes, Eustass~ya. Sé lo que estás pensando y no es necesario, estoy bien aquí. Aunque… quisiera que trajeran más libros de vez en cuando, esos ya los he leído cientos de veces…- su mirada estaba sobre el librero- ya me los sé de memoria

- no está bien que permitas que te mantengan aquí. Vamos, salgamos ahora que tenemos oportunidad- tomó al moreno por la muñeca de la mano derecha y lo haló hacia la salida, mas el otro se detuvo, obligándole a detenerse también y mirarle- ¿qué haces? ¿no quieres salir de aquí?

- de querer, quiero. Pero no puedo

- ¿por qué?

- tengo mis razones, Eustass~ya. Ahora vete, será mejor que no te involucres en esto- se zafó lentamente del agarre del pelirrojo y sobó su muñeca un poco- Si preguntan por los candados rotos diré que fue otra de esas estúpidas pruebas de valentía… y que al final aquellos chiquillos salieron corriendo al verme… siempre sucede así…

- haz lo que quieras- le dio la espalda al pelinegro y volvió a subir por las escaleras para luego salir de la casa verdaderamente enfurecido, no sabía si era porque el chico no quiso abandonar la casa o porque alguien le retenía en el sótano; seguramente ambas, pues un enojo era consecuencia del otro…

*************************

Al día siguiente, después de clases…

No había podido concentrarse en toda la mañana, y es que desde la noche anterior que el chico del sótano había estado rondando por su mente. Aun recordaba aquella habitación; el olor a humedad y polvo aun inundaba sus fosas nasales, ¿estaría enfermo? ¿No tendría frío durante las noches con sólo un par de mantas y un delgado colchón? ¿Estaría comiendo bien?... ¡Bah! Pero qué le importaba, había intentado ayudarle y se había negado, era mejor que, como había dicho el moreno, se olvidara del asunto. Con mochila en hombro, Kid caminó resuelto a llegar a casa para repasar la lección de ese día

- ¡oi, Kid!- una molesta y escandalosa voz le llamó, pero decidió ignorarla y seguir andando- ¡oi, OI! ¡¡KID!! ¡¡POR AQUÍ!!- aquella situación era bastante bochornosa, así que tuvo que detenerse y girarse al grupo de chicos- Kid, al fin te alcanzamos, shishishi- habló esta vez más calmado Luffy, acompañado de sus amigos- iremos por una hamburguesa, ¿no quieres venir?

- no gracias, tengo cosas que hacer- respondió el pelirrojo con una ronca voz, como si estuviese molesto, pero la verdad era que su voz sonaba así naturalmente

- anda Kid, ¡Vamos!- le animaba el menor del grupo

- Sanji-kun pagará la cuenta, ¿no es así Sanji-kun?- la pelirroja miraba tierna al recién nombrado

- ¡Claro que sí, Nami-swan!- Sanji comenzó a bailotear alrededor de ella hasta que repentinamente se detuvo, con una cara seria- pero sólo invito la comida a las chicas

- ¿qué dices Kid, vamos?- preguntó el peliverde

- otro día- se apresuró a responder el pelirrojo, tratándose de zafar de aquel grupo

- vamos Kid, no seas aburrido- Zoro se colgó a su hombro- después de comer podemos tener esa pelea que te prometí

-…- vaya que eso era una tentación muy grande, necesitaba liberar la tensión de alguna manera- de acuerdo, pero sólo un rato

- ¡¡Sí!! ¡¡Kid paga la comida, shishishi!!

- oi, yo no he dicho eso…- ¿en qué problema se había metido ahora?

***************************

Después del almuerzo con los chicos que eran lo más cercano a la palabra “amigos”, y tras declarar un empate en una pelea que parecía interminable, esta vez Kid sí se dirigió a casa. Pasó a una pequeña tienda por unas latas de bebida energética y regresó a su hogar, encerrándose en su habitación apenas llegó. Tiró su mochila en alguna parte antes de acostarse en la cama, tomó un bolígrafo y una libreta, y se puso los audífonos a todo volumen; era así como se concentraba para estudiar.

Pasó un largo rato así hasta que le entró hambre de nuevo; después de todo no había llegado a saciarse después de que le obligaron a pagar la cuenta de sus “amigos” porque, según ellos, era la tradición. Se quitó los audífonos y se levantó para ir a la cocina, pero unos débiles golpes en su ventana llamaron su atención; la lluvia comenzaba a caer. No supo por qué, pero Trafalgar Law se le vino a la mente… estaba solo en aquel sótano, seguramente con frío y con una inevitable inundación por venir.

- tks… como si me importara…- se dijo a sí mismo antes de salir de su propia habitación

***************************

Law suspiró al ver la lluvia caer, siempre le causaba problemas. Movió el colchón a las escaleras para que no se mojase y se fue a sentar a la esquina más lejana de la ventana con un libro en mano. Abrió el libro en un lugar al azar; no importaba en qué orden leía, ya sabía cuál era el inicio y cuál el final, no se perdía de nada interesante. Cambió la página sin muchas ganas y siguió leyendo antes de escuchar pasos chapoteando en los charcos de afuera. Cerró el libro y se acercó a la ventana, mirando hacia el jardín; unas botas negras se pusieron frente a él, y por inercia levantó la mirada

- ni creas que estaba preocupado por ti, Trafalgar- dijo el pelirrojo con su habitual voz amenazante, cargando un paraguas rojo en una mano y una lámina de aluminio en la otra

- ¿Eustass~ya?- en verdad no esperaba volver a verle, por lo que no pudo evitar sonreír, aunque fuese una expresión casi imperceptible en su persona- bueno, si no estabas preocupado, ¿por qué regresaste a pesar de que te dije que no lo hicieras?

- las ratas pueden ahogarse- pero qué patética excusa, nadie se creería ese cuento. Antes de que el otro tuviera la oportunidad de burlarse de su persona, puso la laminilla recargada en la pared, haciendo un ángulo de 45° con el piso. El agua dejó de entrar por la ventana, y en cambio resbalaba por la lámina hacia el jardín- con eso debería bastar, aunque te restará algo de luz. Puedes empujarla una vez que la lluvia pare

- Eustass~ya…- le llamó el otro, mas la lámina no dejaba verle- ¿por qué no entras mientras la lluvia para? Así te aseguras de que las ratas no se ahoguen y no te mojas de regreso a casa

- estoy bien, traigo sombrilla- pero inesperadamente, un fuerte viento sopló, arrebatándole la sombrilla y llevándosela sobre aquel árbol podrido del jardín; sería difícil bajarla de ahí- joder…

- ¿y bien? ¿no vas a pasar?

Continued…

Notas finales:

y... se nos acabó el capi. Qué les ha parecido? les ha gustado?

yo me tengo que ir, me estoy congelando xD y además tengo otro fic que actualizar, así que espero verlos en el siguiente capitulo

matta ne!!

P.D. o3o me dejarán review?


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