Si el mal supiera lo que puede causar, estaría avergonzado de si mismo…
CAPITULO 17
VERDAD parte 1
“No… no quiero que sea un sueño… no quiero que lo que siento sea una mentira… Sebastián… te amo… por favor, no me dejes…”
El rubio había salido de la casa, estaba triste y eso lo reflejaban sus ojos azules. ¿Por qué tenía que darse cuenta de que amaba de verdad a Sebastián cuando el ya no estaba, cuando todos creían que era un sueño?
-Soy un idiota en verdad…-
No se dio cuenta en qué momento había llegado a aquel parque en donde el claramente recordaba, había hablado con el… caminó mirando los frondosos árboles, sin embargo un par de personas llamaron su atención, frente a él, se encontraban Uchiha Sasuke y Haruno Sakura, y por lo que escuchaba, estaban discutiendo:
-¿Por qué no puedes entender que yo no te amo?- decía un poco molesta ya el moreno que comenzaba a dar vueltas en círculos
-Sasuke, yo se que el compromiso que se hizo, fueron simples negocios, pero yo en verdad te amo- el rubio se sorprendió, jamás en su vida había visto a Sakura así, tan dolida, con los ojos llorosos, siempre había conocido a la altiva, a la arrogante y malvada Sakura, aquella que no se tentaba el corazón para obtener lo que quería.
-Lo siento Sakura… yo amo a alguien más-
-¿Es por Naruto verdad?-
-¿Qué?-
-Siempre supe que tú estabas enamorado de él, y eso me hacia ponerme de mal humor, yo siempre te veía a lo lejos, pero tú siempre lo mirabas a él, solo a él… por eso cuando mi padre me hablo del compromiso me sentí feliz… por que podría estar contigo… y me entregue a ti tantas veces porque pensé que aun que fueras frio conmigo, podrías llegar a amarme… Y ahora qué me dices esto… dime, ¿Qué va a ser de nosotros?-
-¿nosotros?-
-Estoy embarazada, Sasuke…- la pelirrosa se soltó a llorar y se sentó en una banca, cubría con ambas manos su rostro lloroso
“¿embarazada?”
-Abórtalo- ordeno hastiado el pelinegro quien miraba fríamente a la chica- no quiero un hijo, abórtalo; no podría estar contigo ni siquiera por algo así-
-Sasuke…- la pelirrosa miraba con espanto a su prometido
De pronto, un golpe se escucho en aquel casi solitario lugar. Naruto le había dado un puñetazo en la cara al Uchiha; temblaba, Naruto temblaba de ira…
-¿Naruto…?- el moreno que había caído al suelo por el impacto, se llevo la mano a la mejilla
-¿Y te haces llamar un hombre?-
-¿Qué?-
-Un hombre jamás le pediría eso a una mujer… no tienes sentimientos, eres un maldito bastardo…- grito Naruto viéndole con enojo en la mirada
-Yo no la amo, entiéndelo, yo solo te amo a…-
-Yo no…- termino por decir el ojiazul
-Pero tú… incluso trataste de suicidarte por mí…-
-Es verdad… pero comprendí que no valía la pena arriesgar tu vida por alguien que no daría la suya para estar contigo, yo amo a Sebastián, y tuve que perderlo para saber que lo amo en verdad… yo amo a Sebastián, no a ti- la voz determinada del rubio hizo que el moreno sintiera miedo, jamás lo había visto tan decidido al decir algo como eso, ni siquiera cuando había estado con él. Naruto siempre había sido un poco inseguro, pero ahora, ahora todo era diferente.
-Naruto… ¿Quién es Sebastián?-
-Mi sueño hecho realidad…- El rubio sonrió y camino entonces a donde estaba la pelirrosa y con cuidado aparto las manos de su cara. Y le regalo una sonrisa tierna, llena de comprensión y cariño.
-Es verdad que nunca nos llevamos bien, pero te daré un consejo, un hombre que te pide que te deshagas de un pequeñín que no tiene la culpa de nada, no vale la pena… -acaricio la llorosa mejilla de la chica que lo miraba sorprendida y aun sollozando- Eres fuerte, bonita e inteligente, tu puedes salir adelante sola sin necesidad de alguien como él a tu lado…-
-Naruto…-
-Sera difícil al principio, pero yo se que tu puedes hacerlo, tranquila que tienes mi apoyo, ¿sí?- la chica asintió y sonrió, a pesar de que ella había tratado tan mal a Naruto, el ahora mismo le tendía la mano; ahora que la persona a la que amaba le había dado la espalda. El rubio le sonrió nuevamente y comenzó a caminar de regreso a casa…
-Naruto…- grito la pelirrosa- perdóname por todo lo que te hice…- el rubio sonrió radiante y mucho más tranquilo
-No hay nada que perdonar, te lo aseguro-
-.-.-.-.-.-.-.-.-
Suspiró por enésima vez y observo el cielo azul… era tan profundo y le hacía recordar tanto al rubio que le había robado el corazón… esos ojos que lo habían mirado con felicidad, enojo, celos… e inseguridad…
-¿estás pensado otra vez en el, verdad?- Kotomi miro a su hermano con un poco de tristeza
-Te mentiría si te dijera que no-
-¿Por qué no vas a buscarlo?-
-El posiblemente ya no me recuerde, acuérdate que akatsuki borraría las memorias de todos-
-Lo siento…- la chica miro a su hermano y comenzaba a sollozar- yo quería que fueras feliz con él, pero creo que nos equivocamos, hermano…-
-No es tu culpa, linda…- sonreía el ojivioleta un poco extrañado por aquello- Nee, ¿tienes hambre?-
-Si… pero es que la comida humana no es lo mismo- el moreno se sorprendió, era verdad, ellos se alimentaba de almas humanas, pero ahora mismo desde que habían comenzado la misión, no se habían alimentado bien, suspiro
- quizá después, Kotomi; no podemos llamar la atención, ¿recuerdas?, iré a comprar algo, ya vuelvo-
-Nosotros también buscaremos en otra parte- decía Gaara, quien tomaba de la mano a la niña rubia y comenzaron a caminar en otra dirección…
-¡Mooo…!- la pelinegra inflaba los cachetes de manera infantil- me han dejado sola, que malos son…-
-.-.-.-.-.-.-.-.-
-Se han separado, Itachi-
-Bien, comencemos con el plan, Tobi: iras tras Kotomi- el de antifaz asintió y desapareció- Deidara, tu, iras por Naruto-
-Claro- le guiño el ojo y desapareció
-Sasori…-
-Tras Gaara, lo sé, nos vemos…- el moreno suspiro, aun no estaba seguro de cómo saldrían de eso si algo salía mal… seguramente Astaroth le cortaría la cabeza y la agregaría a su interminable colección.
-Yo… iré por ti, maestro…-
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Naruto caminaba por las calles de la ciudad, estaba completamente metido en sus cavilaciones, pensando sin cesar en Sebastián, en su Sebastián, tenía que recuperarlo, si él era un sueño, entonces se volvería un sueño para poder estar a su lado, pero si era de verdad… quería vivir su vida a su lado para siempre…
-¿Sueño o realidad?… lo amas y ni siquiera sabes quién es en verdad- el rubio levanto la cabeza espantado, frente a él, se encontraba un apuesto rubio vestido de negro (no describiré como vestía…XD), su cabello rubio y largo brillaba con la luz del sol, un mechón cubría su ojo izquierdo, y lo tenía atado en una media coleta alta. El chico sonreía y le miraba intensamente con esos ojos azul cielo, tan parecidos a los suyos…
-¿Quién es usted?-
-Un demonio que te quitara la venda de los ojos… ¿vienes?- el rubio mayor se volvió y comenzó a caminar lentamente, sin embargo Naruto no le seguía y sonrió de medio lado- ¿a caso no quieres saber en donde esta Sebastián?-
-Tu… ¿conoces a Sebastián?-
-Si- sonrió el otro burlón- mejor de lo que crees…- Naruto dudo por un segundo, pero quería verlo, saber que era verdad, que Sebastián existía… y así, sin más, comenzó a caminar detrás de Deidara…
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La morena estaba sentada en el pasto de aquel parque, esperando a que sus dos amigos y su hermano regresaran con la comida.
-Muero de hambre…- suspiraba la chica. De pronto, se levanto de un salto y dio una vuelta en el aire, para caer de pie unos metro de tras, frunció el seño, al ver que en el lugar en donde se encontraba, había tres dagas clavadas.-Sal quien quiera que seas…-
-Brillante movimiento…- aplaudía un chico de antifaz naranja fluorescente que la pelinegra identifico de inmediato
-¿Qué significa esto, Tobi?-
-Lo siento, Kotomi-chan… demo, Me han dado órdenes de desaparecerte de este mundo-
-Ordenes… - la chica apretó los dientes, molesta- Sabes que opondré resistencia, y que igualamos en poder… no te será tan fácil terminar conmigo, Tobi-
-Lo sé… Tobi es un niño bueno y cumplirá las ordenes, ¿Nee?, así que juega conmigo, Kotomi-chan- y al instante, el de antifaz se lanzo al ataque con tres dagas en cada mano, se sentía un poco extraño, no tenía nada en contra de la morena, es más, le agradaba más de lo que el imaginaba…
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Gaara y Ai regresaban con una bolsa con sándwiches en ella, la rubia con mirada inexpresiva, caminaba a un lado de Gaara, quien trataba de no demostrar tristeza y dolor por no poder estar al lado de su moreno… al lado de Sai.
-Nos siguen…- dijo de pronto
- Ai, ¿Tu sabes quién es, cierto?-
-Akatsuki…-
-Bien, alejémonos de aquí, hay muchos humanos cerca…-
-Hai…- y así, sin más, se alejaron lo suficiente, hasta llegar a un edificio abandonado, ambos subieron hasta la parte más alta. Gaara le entrego los paquetes a Ai, y se volvió para encarar a su espía.
-Tanto tiempo sin verte, Sasori-san-
-Ha pasado mucho, Gaara…- los cabellos rojos de ambos se movían con la brisa del viento- He venido a reclamar tu alma, “domador de dragones”-
- Sabes que mi alma no está completa, ¿aun así la reclamaras?-
-Es cierto, pero esa muñeca tiene la otra parte, si ese es el caso, los matare a ambos…- Sasori sonrió con altanería y Gaara frunció el seño, el no dejaría que le hicieran nada a su propia creación… a su pequeña mariposa azul…
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Desde que habían comenzado a caminar ya habían pasado unos quince minutos y aun no llegaban a su destino. Habían doblado esquinas tantas veces que ya ni siquiera sabía en donde se encontraban… y entonces una duda opaco su corazón… ¿y si lo habían engañado?... ¿y si no lo llevaban con Sebastián?
-Tranquilízate hombre, que no voy a hacerte nada… ya pronto llegaremos- hablo el rubio mayor sacando de sus pensamientos al rubio que sorprendido lo miraba, ¿a caso aquel chico podía leer su mente?
-Lo siento…- el rubio estaba apenado y bajo la mirada, Deidara no perdía detalle de las expresiones corporales del menor
-Dime Naruto-kun, ¿en verdad amas a Sebastián?-
-Si… -
-No te escuchas muy convencido-
-Estoy seguro de ello- grito el rubio sorprendiendo al mayor, quien sonrió divertido- ¿Qué es tan gracioso?-
-Nada… Bien, vamos… “pobre chico, ojala que cuando se entere de todo, no termine odiándole…”-
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Sebastián iba caminando por una pequeña plazuela un poco alejada del bullicio de la ciudad… necesitaba distraerse y dejar de pensar en Naruto, ese recuerdo le hacía daño, y tenía que sacarlo de su mente y corazón… pero, ¿Cómo hacerlo cuando necesitas de esa persona hasta para respirar?, en ese momento sintió una presencia conocida y detuvo su andar.
-Sabía que Semiramis había mandado a Akatsuki, pero no pensé que quisieras pasar a saludarme… Itachi-
-Maestro- el ojivioleta se volvió y miro al pelinegro frente a él, no había cambiado nada desde que le conoció, desde que había salvado su alma y lo había hecho su discípulo junto con todos los demás miembros de su equipo de asesinos, el equipo de sus amados alumnos…- perdóneme…- Itachi se había inclinado haciendo reverencia al ojivioleta.
-Basta Itachi, no utilices conmigo eso, mi pequeño hijo…-
-No deberías llamar hijo a quien ha venido a matarte- Sebastián no se inmuto ante eso, sabía perfectamente bien lo que Semiramis tenía planeado- He venido a superar a mi maestro-
-No dudes Itachi…- hablo entonces Sebastián con la voz sensual que el caracterizaba- eso fue lo primero que te enseñe, no me defraudes, hijo…-
-Déjame tomar tu eternidad, padre…- y ambos se encaminaron al ataque…