CAPITULO 4
ESOS MISTERIOSOS OJOS
Un nuevo día traía consigo un montón de cosas, desde un rico desayuno, hasta las –para algunos- aburridas clases de literatura en el instituto. Y abría seguido así, de no ser por que entro abruptamente el presidente del consejo de alumnos.
-Disculpe la interrupción, Asuma-sensei- un chico de cabellos negros y extraño corte de “jícara”y cejas de “azotador”, hablaba-, se esta pidiendo que todos los representantes grupales (dicese presidentes y vicepresidentes de clase y profesores responsables de las mismas… orales, me escuche como el “real diccionario de la lengua española”… aun que quizá un poco mas entendible, ¿no?) se reporten a la sala de profesores a una reunión extraordinaria, la rectora Tsunade-sama desea hablar con nosotros-
El profesor asintió y se volvió a sus jóvenes alumnos.
-Dadas las circunstancias de la repentina petición de la directora, tendré que dejarlos solos por un rato, sin embargo, estarán ocupados en la biblioteca revisando parte del tema que estamos viendo…-
Un chico de cabellos negros y piel tan blanca como el papel, suspiraba resignado mientras miraba por la ventana, veía como un chico rubio entraba por la puerta. Por tercera vez en la semana su amigo Naruto llegaba tarde…
-Sai- llamo el moreno profesor- aun que seas una de las personas con mayor calificación en mi clase, por educación deberías prestarme atención…-
-Lo siento- sonrió de manera vacía- es solo que si la clase es aburrida o carente de sentido, dejo de hacerlo, es un algo así como un tic…- el profesor suspiro, así era Sai, demasiado directo, a veces tanto, que podía colmarte la paciencia…
Corría desesperadamente hacia la escuela maldiciendo mentalmente a su poca capacidad de sentido común… ¿Cómo era posible que inconscientemente hubiera “apagado” su despertador con la almohada? (me ha pasado, es experiencia personal…) ¡por tercera vez en la semana!...
Dobló en un pasillo estaba cerca de su aula, iba ya un poco molesto con el mismo y con sus piernas por no correr más rápido cuando el lo necesitaba. Sin embargo, antes de darse cuenta, había chocado de lleno con alguien, cayendo al suelo dándose un buen golpe en el trasero.
-¡ouch, que dolor!- dijo el rubio quien había cerrado los ojos por el golpe recibido.
-Disculpa, no me di cuenta- al escuchar esa profunda voz, abrió los ojos de golpe encontrándose con unos enigmáticos ojos violáceos- ¿estas bien?-
Naruto quedo sin habla, aquella persona era… ¿como decirlo?... ¿un dios griego?, ¿un ángel?... y es que si no era así, podía competir fácilmente con uno de ellos: piel blanca y cabellos negros con destellos grisáceos que le llegaban por debajo del hombro, labios delgados, y unos ojos violetas, que en su vida había visto y que sin duda eran hermosos… y que decir de su cuerpo: alto, media quizá un poco mas que Sasuke, cerca del 1.82 y fácilmente se podía apreciar que tenia un cuerpo y abdomen trabajado debajo del uniforme escolar…
-N-no te preocupes, después de todo, yo tampoco me di cuenta- el aludido sonrió de manera discreta mientras le ayudaba a ponerse en pie. El rubio se dio cuenta de ello, pues el tonto de Sai lo hacia con frecuencia y solo con el- este…-
-OH, lo siento, mi nombre es Sebastián Cerberus, un placer- dijo mientras tomaba de la mano al rubio y depositaba un sutil beso en ella. El ojiazul se sonrojo de tal manera que desconcertó un poco al chico pelinegro
-“¿se parecen?...”- fue el pensamiento de Naruto en aquel momento
-Lamento mucho el haberte causado daño…-
-“no… en lo mas mínimo…”, Naruto, Uzumaki Naruto, y el gusto es mío, Sebastián-san-
-Por favor, solo llámame Sebastián, no seamos protocolarios aquí en la escuela-
-bien… ¿eres nuevo, Sebastián?-
-Si, acabo de regresar de…-si le decía de donde venia lo mas probable es que lo tachara de demente- de un lugar muy lejano…-
-¿Eres extranjero?- (-suspiro- ese Naru… siempre tan divinamente ingenuo… ¿Qué haríamos sin el?)
-Se podría decir que si…- dijo nervioso el ojivioleta
-¡Naruto!- escucho un grito al final del pasillo, sin duda era el latoso de Sai- ¡¡NARUTO!!- suspiro
-Creo que te buscan- señalo al “chico sonriente” que caminaba hacia ellos
-Sai, ¿Qué haces aquí?-
-Asuma me sacó de su clase- levantaba los hombros restándole importancia al asunto, mientras que al rubio le aparecía una gotita en la cabeza, seguramente ese atolondrado debió haber dicho algo que no debía…
-Mira, Sai, te presento a… ¡eh!, ¿en donde esta?-
-¿Quién?- pregunto Sai dudoso, quizás su amigo ahora si se estaba volviendo loco…-¿Te encuentras bien, Naruto?-
-Por supuesto que si, Baka-Sai…-Sonrió, aquel enigmático chico era demasiado hermoso y sin duda enigmático, esperaba alguna vez, volverse a topar con el y continuar charlando…
-Despierta- el moreno le tronaba los dedos para que su compañero reaccionara- si no te apuras va ha ser la segunda clase perdida del día… y a Hinata-san no le va a gustar saberlo…- se burlo el moreno, pues sabia cuanto temor podía llegar a infundir la ojiperla en el rubio.
-¡Camina!- grito el rubio para tomar a su amigo de la mano y salir corriendo al aula de clases
-¿Con que Uzumaki Naruto…eh?... “me gusta”…- fueron sus pensamientos antes de desaparecer dentro de la sala de profesores
La campana que anunciaba el inicio del receso había sonado. Naruto y Sai ahora mismo se encontraban debajo de un frondoso árbol, comiendo del bento* del rubio. Fue en ese momento cuando vio que Sasuke y compañía caminaban por un pasillo y luego perderse en la cafetería. Pero sin duda lo que mas le extraño, ver al Uchiha-bastardo (recordemos que Sai así le llama…), iba acompañado de cierta plas… ejem… digo, de cierta chica pelirrosa, quien iba fuertemente aferrada de su brazo…
-Oye Naru… -
-¿Qué pafsha…?-pregunto el rubio con la boca llena
-¿Por qué el bastardo esta con Sakura-fea si tiene una relación contigo?- Naruto ensombreció el rostro y dejo de comer en ese momento, Sai se dio cuenta y miro a su amigo y comprendió que algo no estaba bien
-El y yo ya no somos nada…- El pelinegro abrió los ojos sorprendido, ¿en serio estaba hablando con el obsesivo masoquista de Naruto?
-¿que te hizo?- pregunto con tono molesto, pues sabia de primera mano que a pesar del maltrato que recibía su amigo por parte de Sasuke, este decía amarlo incondicionalmente. Y para que el mismo dijera que ya habían terminado pues…- dime, ¿Qué te hizo Naruto?-
-Lo siento, Sai, pero ya no quiero habar de eso…-
-Entonces, si ya no estas con el Bastardo, ¿significa que tengo una oportunidad contigo?- sonrió abiertamente, cosa que hizo que el rubio se atragantara con un onigiri
-¡No digas locuras Sai!- grito completamente sonrojado.
-¿Qué?, ¿a caso dije algo malo?-
-¡Claro que si, Baka!- Naruto desvió la mirada apenado, ese baka de Sai si que sabia como sacarlo de sus casillas
La siguiente hora de clase era Arte, para fortuna de Naruto, pues desde la hora del almuerzo, no había dejado de pensar en lo que su amigo pelinegro le había dicho
-“¿Sakura Haruno, saliendo con Sasuke?”- penso, y es que era difícil de creer, pues el sabia que al moreno no le caía nada bien la pelirrosa, aun que a decir verdad, ya mientras ellos aun estaba juntos, el idiota ese le había puesto los cuernos con la zorra esa… suspiro, pensar en Sasuke era algo que no podía dejar de hacer de la noche a la mañana…
-Bien chicos- hablaba una mujer de cabellos oscuros y penetrantes ojos rojos, su nombre: Yuhi Kurenai, profesora de arte y encargada del grupo de Naru- tengo algo que decirles, así que presten atención… y me refiero a ti Naruto- miro al rubio quien sonrió de manera traviesa- bien, supongo que se dieron cuenta que hoy por la mañana nos mandaron llamar a la sala de profesores, pues bien, la intención fue presentarnos a un nuevo alumno que se integrara con nosotros a partir de hoy
-¿un nuevo alumno?-preguntaron todos a coro y es que no era normal que un mes antes de las vacaciones de verano llegara un nuevo alumno a las escuelas. Kurenai-sensei carraspeo un poco y abrió la puerta del salón- puedes entrar-
De pronto, Naruto abrió los ojos como platos. El nuevo alumno era… la persona… el era… ¿Sebastián Cerberus?
-bien, preséntese por favor, joven- pidió amablemente la profesora mientras aquel atractivo chico se ponía en frente de todos los alumnos de aquel lugar. Quienes al verle, no dejaron de sorprenderse ante la belleza física del recién llegado
-Buenos días, mi nombre es Sebastián Cerberus, un placer, vengo de… el extranjero- hizo una reverencia y todas las chicas gritaron de emoción.
-Bien, ¿alguien tiene alguna pregunta para su nuevo compañero?- preguntaba divertida la sensei ante el comportamiento de sus alumnas. Y ante aquella oportunidad, no se hicieron esperar preguntas comprometedoras que iban desde un “¿tienes novia?”, hasta un “¿quieres ser el padre de mis hijos?”… y cosas de ese tipo (como que las compañeras de Naru estaba deschavetadas o algo así, ¿no?).
-silencio, jóvenes- acalló la sensei para luego dirigirse al recién llegado- si gusta puede tomar asiento, hay dos lugares disponibles. Detrás del joven Kai, o bien, al lado del joven Uzumaki-
Al escuchar ese nombre, miro hacia donde se encontraba el aludido y le regalo una de las mas hermosas sonrisas que el rubio hubiese imaginado, y quien se sonrojo en cuanto vio que el pelinegro caminaba en su dirección y se detenía frente a el.
-Hola, Naruto, me da gusto volver a verte…- dijo en voz baja y muy cerca del oído del menor, quien sintió una descarga eléctrica por todo el cuerpo y adopto el color de los tomates maduros, mientras que Sebastián tomaba asiento a su lado.
-Bien, luego de esta pequeña pausa, continuemos con la clase…-
Naruto estaba nervioso y por más que trataba de apartar la vista de su nuevo “vecino” de aula, no podía. Sebastián ante aquella mirada azulina tan insistente volteaba y le miraba a los ojos, cosa que Naru no aguantaba y desviaba la mirada, lo que provocaba una sonrisa de los labios del ojivioleta…