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.:~*La Prohibición de un Ángel*~:. por Amakaiyr

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Notas del capitulo:

En fin, como tengo que aprovechar que mis musas están de buenas y quieren trabajar... sin más preambulos aquí está el siguiente capítulo.

Capítulo 1



Era muy temprano aún, pero como cada mañana, en la residencia Shindou ya había indicios de movimiento. La servidumbre se encargaba de sus labores diarias entre las que se encontraba despertar y atender en sus preparaciones para el colegio al único hijo de la familia. A sus más de 16 años, Takuto Shindou era lo que todos conocían como un “hijo modelo”; era bueno en los estudios, obteniendo siempre notas sobresalientes; un gran atleta que amaba el fútbol, además de un excelente músico; pero por sobre todo era considerado un genio para aquellos que tenían la fortuna de llamarlo amigo.

Tras su rutina diaria previa a la escuela, salió de casa para recorrer su camino hasta la preparatoria Raimon, en la que cursaba su segundo año. Pero ese camino no lo hacía solo, al menos no durante el trayecto más largo, pues en éste siempre se encontraba con quien había sido su mejor amigo desde el primer día de la escuela primaria hacía ya 10 años. Aunque como ya era costumbre, tenía que esperar unos minutos pues parecía que la palabra “puntualidad” no figuraba en el vocabulario de su querido amigo, Ranmaru Kirino.

-¡Shindou!- escuchó finalmente tras una breve espera, viendo entonces correr por la acera en dirección suya a un chico de cabellos rosas peinados en coletas, que como siempre venía a toda prisa, haciéndole esbozar una pequeña sonrisa.

-Tú sí que no tienes remedio Kirino, tarde como siempre…- su frase trató de sonar como un regaño, pero la sonrisa que aún adornaba sus labios no era de mucha ayuda para darle el énfasis que buscaba. Dejó que el pelirrosa recuperase el aliento después de seguramente haber corrido sin parar las cuatro cuadras de distancia entre su casa y el punto donde se reunían todos los días.

-Lo… lo siento… el despertador se descompuso…- se excusó en cuanto logró recuperar el aliento suficiente, aunque para ese momento, la expresión del de cabellos castaño cenizo se dividía entre contener la risa y estar pensativo, aunque a fin de cuentas le ganó lo primero, cosa que trató de disimular al cubrir su boca, pero fracasando rotundamente.

-Espera jajaja… ¿qué no fue esa la excusa de antier?...- preguntó entre risas, esas que eran escasas y poco conocidas para casi todos menos para Kirino, quien a pesar de verse descubierto, terminó contagiándose, pero es que… ¿cómo no hacerlo cuando la risa que escuchas es tan música y armoniosa como cualquier pieza interpretada en el piano por tu mejor amigo?

-Más bien creo que la use el martes de la semana pasada…- confesó el de coletas una vez que pudo volver a hablar, aunque para ese momento, el estómago ya le dolía de haberse reído tanto. –Ya, está bien… se me “pegaron las sábanas” como diría mi mamá…-

-O sea, lo mismo de siempre- puntualizó Shindou en cuanto había recuperado la respiración también. Después de eso, mientras comenzaron a andar hubo un prolongado silencio entre ambos, aunque no por ellos era incómodo, sino más bien relajado, que les permitía volver a la “madurez” que, con sus casi 17 años, ambos debían mostrar. Fue durante ese silencio y entre miradas furtivas, que sus ojos se encontraron y ya no pudieron apartarse.

-Shindou…-

-Kirino…-


Se llamaron el uno al otro a la vez con un leve tinte de nerviosismo en la voz, mas ante la súbita e inesperada coincidencia, ambos sonrieron y pudieron volver a relajarse.

-¿Qué era lo que querías decirme?...- preguntó finalmente Takuto a su compañero, notando cómo al recordarle que se habían interrumpido mutuamente y tenían al parecer cosas que decir, un tenue sonrojo se dejó ver en el rostro de defensa, aunque éste finalmente negó con su cabeza antes de hablar.

-Dime tú primero…- respondió con una sonrisa de triunfo al ver el ceño en el rostro ajeno fruncirse de manera apenas perceptible y tan solo por unos instantes.

-¿Eso es injusto sabes?...- suspiró finalmente el de orbes rojizas, conocía lo suficiente a Kirino como para saber que si no hablaba primero, no conseguiría nada de él tampoco, ciertamente Shindou podía ser un genio y un gran estratega en muchos aspecto, pero cuando se trataba de su amigo simplemente no había manera de que no se saliera con la suya. –No era nada importante…- empezó a decir, aunque la expresión de su rostro mientras hablaba dejaba ver que era todo lo contrario –es sólo que yo… bueno verás Kirino tú…-

-¡CAPITÁN!- los intentos de Takuto que más bien parecían el repaso de los pronombres, fueron interrumpidos por una voz no muy lejos de ellos, y a juzgar por el hecho de que el volumen de ésta iba en aumento, no era difícil deducir que su dueño se acercaba a donde ambos se encontraban y rápido… MUY rápido.

-Buenos días Tenma…- saludó cortés como siempre el de cabello ondulado, notando como media cuadra detrás de donde había aparecido el menor, caminaba Tsurugi con su característico andar de chico malo.

-¡Buenos días!...- respondió con su energía y efusividad de siempre el de los remolinitos en el cabello, escuchando apenas un “hola” de Kirino mientras que por su parte, el de ojos ámbar solo soltó un “uhm” como saludo. –Se hace tarde para llegar al colegio, ¿qué tal si nos vamos todos juntos?... así será más entretenido el camino- Y antes de que cualquiera pudiera decir algo, sujetó al pelirrosa del brazo y echo a correr rápidamente, haciendo que los otros dos no tuvieran más remedio que ir detrás de ellos durante el resto del trayecto que fue bastante breve a causa de la velocidad de Tenma.

-¡Llegamos justo a tiempo!...- volvió a exclamar tan fresco como una lechuga, no parecía que acabara de pegar semejante carrera, mientras que los otros tres luchaban aún por recuperarse.

-¿De... qué hablas Tenma?... aún no es hora de que comiencen las clases…- quien pudo hablar primero a pesar de que era su segunda carrera del día fue precisamente el pelirrosa que había sido arrastrado por el pequeño “huracán Tenma”, pero instantes después se escuchaba el sonido de la campana que sorprendió a más de uno, tal vez por ser el inicio de la semana les pareció que había sonado antes de tiempo, pero no era momento para ponerse a pensar en eso, pues al igual que el resto del alumnado, los cuatro debían correr para entrar a sus salones sin llevarse de por medio una llamada de atención.

Shindou no estaba acostumbrado a eso de llegar tarde por lo que se preocupó y fue el primero en echar a correr, seguido de Kirino que se despidió de los menores con un movimiento de su mano para entonces seguirlo, después de todo y como ya era costumbre para ellos, ambos estaban en la misma clase. Finalmente los exteriores y pasillos quedaron vacíos, al menos casi en su totalidad pues ya todos estaban en sus respectivas aulas, a excepción de dos personas que caminaban lado a lado con total tranquilidad como si no se les estuviera haciendo tarde o simplemente no les importara, mas a fin de cuentas fue el más ato de los dos quien detuvo sus pasos, ocasionando que el otro le imitara.

-Tienes que dejar de hacer eso…- se escuchó la voz del que se había detenido primero.

-¿De qué hablas?...- preguntó el otro con expresión de no comprender sus palabras, aunque al ver la mirada verdaderamente seria de otro suspiró dejando su eterna sonrisa de lado. –Y tú tienes que dejar de pedirme que lo haga… Kyousuke…-

-Matsukaze…- se escuchó de nuevo la otra voz tratando de persuadirlo aunque con bastante hastío al no poder hacerlo.

-“Matsukaze” nada… sabes que no me harás cambiar de opinión, no dejaré que pase, no puedo y no quiero…- afirmó con una seriedad que no era para nada propia de él. Pero al instante siguiente la campana volvió a escucharse, haciendo que toda esa seriedad se esfumara de golpe al ser reemplazada por sorpresa.

-¡Esa es la de verdad!... ¡rápido Tsurugi o vamos a llegar tarde!- gritó pegando la carrera directo hasta su case, siendo seguido por el de cabellos azules que solo suspiró sin poder evitar pensar en lo que el más bajo acababa de decirle.

“Hay cosas que no puedes borrar ni cambiar por mucho que lo desees y te empeñes en ello Tenma…”

Continuará…


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