Capitulo 2:
No supo cuanto tiempo estuvo dormido. Sus ojos -Que seguramente estarían hinchados- le ardían. Estaba oscuro, apenas entre las sombras podía distinguir algo. Un cuarto. Se encontraba acostado en una cama, la cual extrañamente se le hacia cálida, reconfortante y segura. Enterró su rostro en la almohada, obligándose a si mismo a no llorar más. Ya no era un niño, el cual iba a su habitación corriendo para ocultarse en las sabanas. No, hace mucho que dejo de ser un niño, y tal vez ese era el problema de todo.
Los pensamientos pueriles y los sueños idealistas se desvanecieron desde el momento en que lo obligaron a madurar.
No quería seguir sintiendo aquello que desde hace pocos años comenzó a formarse en su pecho, no le gustaba ese sentimiento que le oprimía. Nada solucionaba estando en esa cama hecho un ovillo, pero no podía evitar sentirse seguro ahí. Como desde hace mucho dejo de sentirse en su propia cama, que la veía como un extraño que solo le recibía para dormir, nada mas. Ya no había seguridad para el entre esas lanas de algodón.
Le gustaba estar ahí, el único lugar que hacia que ese apresarte sentimiento no lo terminara asfixiando. Donde podía darse el lujo de recuperar aquello perdido.
– Estas despierto – Susurraron con calma. Una voz tranquila y pacifica que le salvaba de sus más oscuros pensamientos.
–Si– Contesto con voz rasposa, levantándose lentamente de la cama para quedar sentado.
Las suaves mantas se deslizaron de su cuerpo, dejando ver que aun portaba el uniforme escolar. Aquel azul marino que no le gustaba para nada.
–Te he traído algo para cenar. No has comido nada desde que llegaste.
–No enciendas la luz– Suplico, mirando la silueta del mayor que se iluminaba por la luz del pasillo dirigirse al interruptor.
–Claro– Cerró la puerta.
Escucho el ruido del seguro al ser puesto, no pudo importarle menos.
Aquella alta figura caminaba a paso seguro hasta él, con una bandeja de alimentos en una mano.
No recordaba que Gaara fuera tan alto, se preguntaba ¿Cuándo había sido la última vez que le había visto? Había tenido que ser realmente mucho para que el pelirrojo cambiara tanto. Por un momento cuando lo vio parado en aquella esquina no supo que era él. Era tan diferente a como su memoria recordaba ¿Por qué? Ahora Gaara se mostraba ante él mucho más grande, con músculos fornidos y espalda ancha. Con una voz que apenas identifico por teléfono, pero sin duda la misma que le trasmitía seguridad.
No pudo evitar correr a él al verlo con los brazos extendidos, esperándole. Las lagrimas salieron copiosas cuando esos fuertes brazos le rodearon, y el grito ensordecedor de su garganta escapar cuando esas amables palabras salieron de su boca, acariciándole en dulces tonadas al oído tratando calmar a su alma que se rompía en ese momento “Estoy aquí, tranquilo. Estoy contigo, Naruto” ¿Como evitar no aferrarse a ese cuerpo que le trasmitían tanta calma?
No supo cuando paro de llorar, ni se despego del pecho de Gaara. Solo fue consiente de si mismo cuando se vio en esa habitación. En el cuarto de Gaara.
Sintió una de las manos del pelirojo situarse en su mejilla, acariciarla con delicadeza.
–No deberías pensar tanto, el hacerlo te destruye.
–No puedo evitar hacerlo– Llevo su mano a la blanca, colocándola encima, cerrando sus ojos por un momento, sintiendo el confort que le provocaba estar así con él “Su lugar seguro”
–Gaara– Lo llamo con voz tenue, esperando no romper el agradable momento.
–Dime.
– ¿Cuándo fue que creciste tanto? ¿Eras así de alto antes?
Levanto su mirada cuando el sonido de la risa del mayor llamo su atención. No comprendía que era tan gracioso, ni el por que Gaara le miraba como diciendo “¿De que hablas?” pero no pudo evitar preguntar. Realmente quería saber, no creía que hubiera pasado tanto para que el ojiverde cambiara tanto.
Supuso que Gaara noto su dilema, y tal vez se debía al puchero que ahora se mostraba en su rostro. Acostumbrados ambos a la oscuridad del cuarto, y a la poca luz del exterior que entraba por la ventana, podía verlo perfectamente. Estaba ahí sentado a un lado de la cama, con una sonrisa en sus labios, mirándole fijamente.
–Se llama madurar, Naruto. Es razonable que creciera, no nos hemos visto por dos años. Tú también has crecido mucho.
Bajo de nuevo su rostro, aquello no le había gustado. Por que desde que comenzó a crecer, todo cambio.
–Dos años– Murmuro, no queriendo volver a soltarse a llorar –Te he extrañado mucho. No sabes cuanto– Tal vez no lo conseguiría, su voz comenzaba a romperse, pero el sentimiento de añoranza se había acrecentado tanto.
Se estremeció cuando los brazos de Gaara le rodearon, abrazándole tan fuertemente que apenas podía respirar. Indudablemente, con ese simple gesto las lágrimas salieron libres. Llorando, llorando finalmente seguro que estando ahí estaba a salvo.
No pudo equivocarse tanto.
Supo que “Su mundo seguro” se derrumbaría, de nuevo. Cuando escucho el derrapar de unas llantas, una voz familiar en las lejanías, acercándose… acercándose peligrosamente hasta donde él estaba.
La puerta fue abierta bruscamente, de una patada hecha a un lado como si no fuera nada. E iluminado de la misma manera que Gaara por la luz del pasillo estaba él, el causante de todo. Vestido de ropas oscuras y mirada amenazante.
–Sasuke-niichan– Sus ojos se abrieron con horror y de su boca apenas salía algún sonido.
– Aparta tus manos de mi hermano Sabaku-no, si no quieres terminar muerto.
–Vaya Uchiha parase ser que no has cambiado nada.
~**~
De un momento a otro la tranquilidad se esfumo como el humo. El dolor que aprisionaba su pecho se expandía como un virus sin detenerse, invadiéndole hasta la más ínfima célula. Se vio sacado a la fuerza del cuarto de Gaara, arrebatado de las agradables sabanas entre gritos y amenazas. Apresado por la mano de su hermano que se cernía a su muñeca con inusitada fuerza.
Sus deseos egoístas por escapar aunque fuera por un momento de aquella casa, habían ocasionado lo que ahora presenciaba, era una guerra.
Palabras malsonantes en el aire, como si fuera lo único que respiraba. En un segundo sin saber como los golpes comenzaron a volar. Tal vez cuando fue aventado con rudeza al interior del auto de su hermano.
~**~
Sabía que las cosas se pondrían feas. Y no era para menos al ver la expresión de Sasuke cuando sin permiso y nada mas le abrieron la puerta, como si fuera el dueño de la casa entro con una dirección en concreto, encontrándose con lo único que lo separaba de su objetivo cerrado. Le sorprendió mucho ver a Sasuke tirar la puerta con una patada, pero más fue su sorpresa cuando el rostro de su amigo se deformo al encontrarse con algo para nada de su gusto. Si, fue en ese momento que supo que en esa noche nada saldría bien. Y por un momento deseo que nada malo le pasase a Naruto.
Miro a Sasuke tratar de contener la ira, de no saltar del lugar en el que se encontraba para no ir a cortarle la yugular al pelirojo que abrazaba al pequeño rubio Uchiha, que miraba a Sasuke como temiendo lo mismo que él.
Suigetsu era consiente que de ponerse feas las cosas Jugo tendría que hacer su trabajo de tratar de contener la ira de Sasuke, siendo el único con un cuerpo descomunal -Muy grande para su gusto- capaz de sostener a Sasuke para que no cometiera ninguna tontería. Seguramente ese era el por que de que el moreno les llamara para que lo acompañaran. Sasuke era consiente que nada bueno saldría de visitar a Gaara, y como Uchiha que era no podía permitirse que la policía se viera inmiscuida como la ultima vez que tuvieron que irse antes de que llegara.
Solo esperaba que esta noche no hubiera viejitas chismosas viendo por sus ventanas con teléfono en mano esperando el momento adecuado para marcar a la policía.
Aunque no seria extraño que hubiera con el ruidero que hizo el auto de Sasuke al llegar.
– Aparta tus manos de mi hermano Sabaku-no, si no quieres terminar muerto– Rugió el moreno. Adentrándose en el cuarto con aire amenazante, dirigiéndose con pasos pesados al pequeño ojiazul que parecía petrificado no creyendo lo que veía.
Y vaya que era razonable que estuviera así. Suigetsu era consiente que el rubio como Uchiha que era tenia carácter y orgullo, pero Sasuke había sido muy bueno para imponerle su presencia al mas pequeño cuando se enojaba. Era un dolor de cabeza aquella familia, y ni siquiera sabía por que tenía como amigos a un par de locos.
–Vaya Uchiha parase ser que no has cambiado nada– Escucho al pelirojo hablar, levantándose lentamente como si tuviera mucho tiempo.
Realmente creía que Gaara estaba loco. De hecho todos a su alrededor lo estaban. A veces creía que era el único cuerdo. Y lo suponía por que veía al Sabaku-no retar de aquella manera a Sasuke.
Gaara al mirar al Uchiha dentro - y llamándolo de manera despreciarte- le sonreía a Naruto con dulzura, el cual cabe mencionar no le miraba. Suigetsu veía como el rubio observaba a Sasuke, sin apartar su mirada, y este detallaba al pequeño. Miradas que se vieron interrumpidas al Gaara situarse en el camino visual del mayor.
–Hazte a un lado Sabaku-no.
– ¿Y qué si no lo hago?
–No te gustara saber la respuesta.
Vaya que Sasuke era bueno, en un segundo y con esa tétrica sonrisa en sus labios se encontraba enfrente de Naruto, que miraba asustado como Gaara se encontraba en el piso con sangre escapándosele del labio.
– ¿¡Por qué golpeaste a Gaara!? ¡Él no hizo nada! – Naruto se levanto de la cama tratando de llegar con el ojiverde. Lanzándole una mirada despreciarte a su hermano mayor.
No pudo más que sorprenderse aun más. El pequeño sacaba las uñas, aunque por su complexión era como un perrito ladrando con la cola entre las patas. Asustado.
–Ni te atrevas a mover ni un solo musculo Naruto. Es su culpa por meterse en mi camino, y también tuya por desobedecerme. ¿Acaso no te había dicho que no te quería cerca de él? ¿O no me escuchaste cuando lo dije?
Miro a Naruto bajar la mirada, frustrado. Oye, oye, eso no se estaba poniendo bien. Trato de mediar entre la situación pero se vio retenido por Karin, que negaba con la cabeza, incluso ella sabia que seria suicidio meterse entre esos dos hermanos. Pero eso era algo que no estaba claro para Gaara, por que se encontraba de pie enfrentando de nuevo a Sasuke.
–No te lo llevaras de aquí– Dijo seguro, parándose en la puerta impidiendo la salida de ambos.
Sasuke solo sonrió mas, sujetando de la muñeca a Naruto para comenzar a caminar con el rubio que parecía tener una batalla mental.
– ¿Tú y quien mas va a impedir que me lleve lo que es mío?
Esa simple frase desencadeno el infierno.
– ¡Naruto no es un objeto del que puedas disponer! ¡Merece algo mejor que un tutor legal como tú, por que ni siquiera puedo catalogarte como su hermano! ¡Solo eres aquel que se supone debe cuidarlo, pero ni eso haces! ¡Solo eres basura al que le gusta el libertinaje!
–Me importa una mierda lo que pienses. Solo te lo voy a advertir una vez más Gaara. No te acerques a Naruto de nuevo.
– ¿Y que pasa si digo que no? Esta vez no voy a permitir que te lo lleves.
–Hmn, quiero ver como me lo vas a impedir Sabaku-no.
–Tu arrogancia te costara caro.
Bien, era un hecho los problemas estaban listos para rugir, y efectivamente fue como una tormenta. Rayos, viento, mucha tempestad.
~**~
Old loves they die hard (Viejos amores mueren difícilmente)
Old lies they die harder (Viejas mentiras mueren más difícilmente)
– ¡Ya vasta ustedes dos! –Dijo una voz en tono autoritario.
Asustado, y lo estaba terriblemente. Sus piernas temblaban y sus ojos derramaban lágrimas de nuevo.
–Esta bien Naruto.
Levanto el rostro de sus piernas, estirándolas del asiento de atrás para mirar con asombro al hombre que se encontraba enfrente de él. Asintió con la cabeza, limpiándose suciamente las lagrimas con el dorso de su mano.
– ¿Se puede saber que haces aquí, Kakashi?
–No tienes por que recibirme así Sasuke. Creo que deberías estar contento de que fuera yo el que contestara esa llamada y no Itachi. ¿Ahora alguien me puede decir que sucede aquí?
–No es algo que te incumba, Kakashi – Se alejo, mirando de manera escalofriante a Suigetsu, recriminándole con ese simple gesto como si hubiera sido él, el que llamara al espantapájaros.
– ¡No he sido yo, te lo juro Sasuke!
–Fui yo Uchiha– Respondió Temari, con el teléfono en mano
–Entonces Sasuke… ¿Qué pasa? – El peliplata observo su alrededor dándose una idea de lo que pasaba, y no le sorprendía como sabia que la mayoría de los presentes entendían.
–No seguiré perdiendo más aquí mí tiempo, he tenido suficiente estupideces por un día– Estaba asqueado de la situación, simplemente estar ahí le sacaba de sus cabales algo que nunca sucedía, y todo tenia un por que.
El rubio se estremeció al ver al mayor acercarse, caminar hasta el auto donde él estaba. No quería estar con él, no quería verlo. Por eso el que llamara a Gaara. Trato de bajar del auto, pero la mirada carbón se lo impedía con una advertencia, que estaba seguro esta vez no quería desobedecer.
– ¡No permitiré que te lo lleves! – Escucho gritar a Gaara.
No quería más, no más. “Su lugar seguro” desaparecía como la ultima vez que estuvo ahí. Exactamente igual.
–Son patéticos tus sentimientos– Sasuke se burlaba, y no pudo estar mas asustado como ese momento, cuando su hermano volteo la mirada de Gaara a él y de él a Gaara. Una mirada aterradora, con una sonrisa siniestra en los labios.
– ¿Acaso le has dicho al Dobe del por que de tu aferrada obsesión de protegerlo de mi? ¿De su hermano?
No entendía a que se refería el azabache, dirigió su mirada a Gaara a través de la ventana de la puerta del auto. Suplicante, pidiéndole con ese mudo gesto que le explicara a que se refería Sasuke.
¿Acaso no era por que Gaara le veía como un hermano menor, como el hermano de su alguna vez amigo? Supo que estaba equivocado cuando la expresión de Gaara cambio, cuando le grito a Sasuke que se callara.
– ¡No sabes lo que dices, Uchiha!
–Vamos Sabaku-no, No le mientas. ¿Acaso no son oscuras tus intenciones con él? ¿Por qué no le dices lo que intentaste hacer hace 6 años?
– ¿Hace 6 años? – Logro hablar por fin.
Y Sasuke solo pudo ensanchar más su sonrisa ante el interés del menor.
–Todos aquí piensan que estoy retorcido, ¿Pero quien es más retorcido de entre tú y yo, Gaara? – Volteo hacia Naruto, con aquellos ojos negros regocijantes.
–Si tan solo me hubieras hecho caso Sabaku-no, no tendría por que decirle a tu adorado niño lo que intentaste hacer esa noche hace 6 años. Solo tú me has obligado a decirle. ¿Ahora me pregunto… Naruto querrá estar a tu lado cuando lo sepa? ¿Qué me dices?
“Ahora Naruto ya no tienes un lugar donde llorar”
I´m in love with my lust (Estoy enamorado de mi lujuria)
Burning angelwings to dust (Quemando alas de Ángel hasta hacerlas ceniza)