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Desde el principio por Cucuxumusu

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Notas del capitulo:

Whoaaaaa

Miles de gracias por los reviews cielos, es la primera vez que llego a los 100 comentarios asique como recompensa y siguiendo el ejemplo de algunos autores de por aqui pedirme lo que querais, sobre todo tu Korone Lobstar que eres la nº 100 n_n

Bueno aqui os dejo nuevo cap espero que os guste sobre todo a Naomi-chan que me lo lleba pidiendo varios dias, un beso wapa.

 

 

Doflamingo salió a la cubierta arrebujándose más en su abrigo de plumas rosas del que no se había separado en mucho tiempo. Aun así el frio del mar helado por el que navegaban se coló por entre la ropa y le rozo la piel haciéndole temblar.

 

Les había costado dos años llegar hasta allí. El North Blue. El mar helado donde apenas vivía un puñado de gente y unos pocos animales.

 

El sitio perfecto donde Law estaría seguro.

 

—Señor—le llamó uno de sus hombres entre capas y capas de ropa—divisamos la isla hace media hora, llegaremos al destino en un rato, como muy tarde a medio día—

 

Doflamingo asintió al hombre y este se retiró tras dedicarle una reverencia como si fuese el amo del mundo. El rubio se acercó entonces a la barandilla del barco intentando vislumbrar algo entre la nieve que les estaba cayendo encima desde hacía una semana. Su dedos estaban comenzando a entumecerse del frio y le costaba respirar aquel aire helado.

 

Definitivamente odiaba las islas de invierno, pero aquel era el lugar más apartado de todo el mundo y el más seguro para el chico. Vergo había protestado cuando le había dicho que iban a dejar Grand Line y el Nuevo Mundo para ir a aquella birria de océano. Sabía que ambos necesitaban seguir peleando allí, necesitaban reafirmar su posición ante el gobierno mundial y seguir avanzando para encontrar el One piece, pero cuando Doflamingo le explicó porque lo hacia el otro suspiro aburrido.

 

—El chico se está convirtiendo en tu debilidad Doflamingo—le había dicho—ten cuidado—

 

Doflamingo lo sabía.

 

Y por eso lo había sacado de Grand Line, su plan era dejar al chaval en aquel congelado océano y ir a visitarlo de vez en cuando mientras él seguía recorriendo Grand Line forjándose una reputación sin preocupaciones y sabiendo que el chico estaría a salvo.

 

Unos pasos se escucharon en la cubierta y volviéndose vislumbró a un Law de quince años a su espalda. Llevaba un abrigo largo y una bufanda que le ocultaba media cara, pero aun así parecía tener más calor que frio, realmente se iba a adaptar bien a aquel lugar, pensó ligeramente decepcionado el otro.

 

Sus ojos grises le fulminaron vilmente y Doflamingo suspiró.

 

Law sabia porque iban allí, lo que no sabía es que su plan era dejarle allí mientras él vivía aventuras. Aun así había protestado todo lo posible y más por su decisión, incluso se había tirado una semana entera ignorándole sin dignarse siquiera a dirigirle un asentimiento. Al principio a Doflamingo le había hecho gracia, como una pataleta de niño pequeño, luego había acabado irritable y enfadado por no conseguir captar su atención ni sacarle una palabra. Aquella noche en la cama le había abrazado posesivamente en un abrazo estrangulante y no le había soltado hasta que un asfixiado Law se lo había suplicado volviendo hablarle. Luego un par de insultos, algún que otro puñetazo y todo había vuelto a la normalidad.

 

Pero Law seguía enfadado con él por qué cambiase su rumbo por él. Y sus ojos del color del cielo nublado seguían demostrándoselo.

 

—Estamos a punto de llegar—le dijo a Law volviendo a dirigir su vista al mar que navegaban y ignorando su mirada penetrante.

 

—Lo sé—anunció el otro poniéndose a su lado en la barandilla y pegándose a su costado en busqueda de calor.

 

Se quedaron un rato observando el mar en silencio disfrutando de la compañía del otro. Lentamente la nevada paró y pudieron entonces percibir la enorme figura de una típica isla de invierno.

 

No era de las más grandes, era más bien pequeña y la única muestra de vida que veían era un pequeño pueblo de cabañas de madera con los tejados blancos de nieve y las chimeneas encendidas. Había también un bosque de enormes y centenarios pinos y unas no muy altas montañas con más nieve y hielo cubriendo sus picos.

 

Law suspiró decepcionado con la isla. Se había esperado algo un poco más... ¿grande? ¿impresionante? ¿poblado? Miro a Doflamingo que observaba la isla en silencio y se abstuvo de hacer algún comentario. Estaba claro que al rubio le convencía aquel pedazo de iceberg.

 

—¿Ves aquella casa?—preguntó de repente el rubio señalando algo.

 

Law observó más detenidamente la isla y se fijo entonces en una gran casa al lado del bosque de pinos y bastante alejada del pueblo. Parecía la casa de algún hombre rico que se había cansado de la isla y la había abandonado a su triste suerte. Tenía un enorme jardín abandonado, balcones cubiertos de nieve e incluso un pequeño muelle al lado de la playa.

 

—Si—comentó Law.

 

—Allí es donde viviremos—respondió el rubio confirmando sus sospechas con una extraña sonrisa.

 

Law volvió a suspirar rodando esta vez los ojos.

 

.

.

.

Horas más tarde se encontraba recorriendo la casa tranquilamente mientras los hombres desempacaban las cosas. No era tan grande como parecía desde fuera. Un puñado de habitaciones en el piso de arriba, un patio interior de dos pisos donde estaba el salón con el impresionante ventanal, una cocina, un comedor, baños, baños y mas baños, y alguna que otra sala que podía hacer las funciones de despacho, biblioteca o sala de entrenamiento.

 

—¿Es tuya?—le preguntó a Doflamingo que le pisaba los talones por detrás. Law estaba buscando una habitación que le convenciese para apropiársela como suya.

 

—No, se la compre a un amigo que me debía un favor— anunció misteriosamente el rubio aburrido mientras Law abría otra de las habitaciones. Otro baño.

 

Siguieron andando hasta que llegaron a la habitación del final de aquel pasillo.

 

Al abrirla descubrieron una enorme habitación con una enorme cama en medio, la luz entraba por varias ventanas pareciendo estar la cama en medio de la tormenta de nieve del exterior y el efecto se incrementaba aun más por las paredes y mobiliario de un blanco reluciente. Tenía baño propio, una serie de estanterías donde podría guardar todos los libros que quisiese y estaba perfectamente apartada de todos lugares concurridos de la casa.

 

Law ni lo dudo.

 

—Me quedo esta—anunció al rubio.

 

—Mmm, si a mí también me gusta—respondió el rubio paseándose por la sala inspeccionándola más a fondo.

 

Law le miró extrañado deteniendo sus movimientos con cara de sorpresa y confusión. Doflamingo se giró a mirarle curioso al sentirle detenerse.

 

—¿Qué?—preguntó.

 

—Pensé que… iba a tener mi propia habitación—anunció sin moverse de la puerta con el rubio a dos pasos de él. Diciéndolo como si fuese lo más obvio del mundo, después de todo, el rubio había estado quejándose de tener que compartir habitación con él desde el primer momento.

 

Pero en cambio el rubio frunció el ceño y le encaró de frente con sus ojos bicolores ocultos por las malditas gafas.

 

—No—anunció claro y firme Doflamingo, como si estuviese dándole una orden— seguiremos durmiendo juntos—

 

Esta vez fue el turno de Law de fruncir el  ceño molesto.

 

—¿Por qué?—preguntó con tono retador.

 

Doflamingo avanzo hacia el rápidamente y alzando su mano apretó su nuca en un gesto posesivo que tensó a Law. Sus cuerpos quedaron a milímetros y el dedo pulgar del rubio comenzó a trazar círculos por su cuello explorativamente. Dejándole sentir su fuerza en el gesto aparentemente inofensivo. Recordándole a la vez que no podía hacer nada contra él y que era el rubio quien mandaba y él quien obedecía.

 

Law ni se movió y su cara no reflejo emoción alguna, como si aquello no le importase los más mínimo a pesar de ser la caricia más intima que habían compartido en mucho tiempo y a la vez la más preocupante.

 

Aquello cabreo ligeramente a Doflamingo sin saber porque ¿que esperaba que hiciese el chico? ¿Gritarle?¿Chillar?¿Ponerse a temblar?.¿Porque había hecho eso en primer lugar? Simplemente podía haber explicado su punto de vista, la caricia dominante sobraba en todo aquello.

 

Law seguía mirándole con cara neutral, sin moverse ni un ápice. ¿Por qué no le apartaba Law como siempre hacia? ¿Por qué le miraba tan fijamente?

 

—Porque a mí me da la gana—contestó al fin mirándole intensamente para que el otro entendiese lo que realmente significaban esas palabras. Para que dejase de mirarle así.

 

Esperó entonces la más mínima reacción de desagrado o de aprecio del menor, ya le daba igual. Pero Law simplemente se le quedó mirando igual de serio que antes pero con el entrecejo imperceptiblemente más fruncido. Como sabiendo lo que intentaba hacer y negándose a darle lo que quería, con sus ojos metálicos paralizados sobre su persona fulminándole intensamente.

 

Suspiró cansado de aquello.

 

Law llevaba varios días mirándole así, fijamente, sin hacer nada, como esperando algo de él cuando él hacia ese tipo de cosas, dejándole tocarle ligeramente y escrutar su mirada sin quejarse. Y la verdad, no sabía que pensar aquello, le confundía. Sabía que algunas cosas que hacía con el chico solo las harías con un amante, como lo de bañarse juntos o dormir en la misma cama, sabía que no estaba bien, que Law ya tenía una edad suficiente y que debería dejarlo, pero nunca encontraba la fuerza de voluntad necesaria para llevarlo a cabo.

 

Y que además a Law pareciese no importarle o que tampoco se quejase en momentos como aquellos solo le confundía aun más. ¿No se había empeñado en rechazarle?¿Porque ahora le dejaba hacer aquello pero luego rechazaba que le revolviese el pelo? ¿Por qué no se había quejado de los baños o de seguir durmiendo en la misma cama? Si, era cierto que ahora no era como antes, que dormían lo más alejado que podían el uno del otro o que en el baño intentaban tocarse lo más mínimo posible, pero aun así…

 

Frunciendo el ceño se alejo del chico lentamente soltándole la nuca sin entenderlo y dirigiéndose  fuera de la habitación a recoger algunas cosas que necesitaban.

 

Intentando olvidarse a la vez de la piel suave como la seda y cálida como el sol de Law cuando le había tocado.

.

.

.

Doflamingo estaba sentado en el sofá de la enorme casa leyendo el periódico con una humeante taza de café recién hecho en su mano como era su costumbre. Llevaban medio mes asentados allí y habían amueblado por fin la casa, pero aun quedaban miles de cajas en las que poner algo de orden para poder andar sin morir en el intento, había papeles que firmar y cosas aclarar con la gente del pueblo...

 

Sin embargo pese a las miles de cosas por hacer Doflamingo se aburría.

 

No podía salir fuera de la casa a divertirse debido al frio que asolaba la isla y amenazaba con dejarle en estado de congelación aguda en meros segundos. Definitivamente no, con aquel tipo de tiempo él prefería quedarse sentado en el sillón enfrente de la caliente chimenea leyendo alegremente los problemas del mundo y planeando su próximo movimiento. Pero desgraciadamente llegaba un momento en que hasta planear sus retorcidos planes también acababa aburriéndole.

 

De repente la puerta a sus espaldas se abrió y el chico que últimamente conseguía ponerle nervioso con una mera sonrisa entró con el pelo cubierto de nieve y las mejillas sonrojadas del frio.

 

Law se acercó a la chimenea sin decir ni hola y aun llevando el abrigo lago, el gorro blanco y la bufanda que usaba cuando salía fuera. Llevaba algo grande y pesado en los brazos y el rubio le observo curioso.

 

El moreno se acercó a la chimenea y se sentó al calor del fuego con aquella bola blanca colocada protectoramente entre las piernas. La acarició suavemente durante un momento antes de quitarse el abrigo y envolverla con él, pareciendo que intentaba darle calor.

 

—¿Qué es eso?— preguntó ya sin poder contener su curiosidad el rubio.

 

Law le miró por primera desde que había entrado y Doflamingo volvió a sentir aquel escalofrió recorrerlo de pies a cabeza. ¿Qué narices le pasaba últimamente con el chaval? Sus manos temblaron ante la atenta mirada del chico pero gracias a dios no se noto demasiado.

 

—Es un oso—

 

Doflamingo parpadeó aturdido.

 

—¿Qué?—

 

—Un oso—repitió Law mirándole molesto y a continuación volvió a centrar su nublada vista en la masa de de pelo blanco en su regazó—lo encontré perdido en medio de la tormenta de nieve, intenté buscar a la madre pero solo había un rastro de sangre...—

 

El silencio inundo la sala mientras ambos comprendían el significado de aquellas palabras. El animal se movió por primera vez entre las piernas de Law como si hubiese entendido la conversación y el moreno volvió a acariciarle consolador.

 

—Esta desnutrido y tiene síntomas de congelación—anunció con voz suave sin dejar de acariciar al cachorro. A continuación volvió a clavar su vista el rubio— voy a quedarme con él—

 

El rubio le miró serio. No le gustaban los animales y le gustaba aun menos la mirada retadora que le estaba dedicando Law, como desafiándole a llevarle la contraria.

 

Frunció el ceño enfadado. Últimamente Law se empeñaba en oponérsele y desobedecerle en cuando podía. Vergo lo llamaba el periodo rebelde de la adolescencia. Doflamingo no sabía si reír o llorar ante aquello, pero cada vez el menor le sacaba más de quicio y a la mínima que hacia el moreno, Doflamingo estallaba en rabia sin razón aparente.

 

Asique simplemente se quedó callado y volvió a centrar su atención en el periódico ignorando el problema, aunque por dentro simplemente quisiese levantarse coger al menor y enseñarle realmente quien mandaba allí.

 

Escuchó como el menor tomaba al oso y e intentaba calentarle al fuego entre caricias. Al cabo de un rato el cachorro comenzó a responder y a devolverle los suaves mimos con perezosos lametazos. Law sonrió al animal con una mueca cálida mientras soltaba una risilla satisfecha. Doflamingo fulmino con la mirada al animal a través de las gafas odiándole al instante sin razón.

 

¿Por que volvía a estar enfadado? Odiaba sentirse así, sobre todo porque no lo entendía. Observo al par mientras el oso trepaba por el pecho del moreno y comenzaba a lamerle la cara. Law reía encantado acariciándole incansable y intentando apartar la cara de la trayectoria de su lengua.

 

—Jaja para Bepo para—pidió cuando el cachorro comenzó a lamerle la nariz superando sus defensas.

 

¿Bepo?¿Que mierda de nombre era ese? Siguió mirando a los dos. ¿Por qué no le apartaba? ¿por qué dejaba Law que un asqueroso animal le sobase y trepase por su cuerpo mientras le lamia como si nada? ¿Por qué no dejaba que él le tocarse? ¿por qué se había alejado tanto?

 

Y entonces se dio cuenta de lo que estaba pensando por primera vez.

 

Estaba celoso de una mierda de cachorro de oso, porque él no podía tocar a Law y el oso sí. ¿porque quería tocarle en un primer principio?¿ porque últimamente se sentía tan desesperado y necesitado de la atención o aprecio del menor? Él no necesitaba la atención de nadie. Cuando él quería atención simplemente la tenia, nadie le ponía nervioso, nadie le ignoraba o le hacía sentirse celoso.

 

La furia le invadió de nuevo y arrugó el periódico entre las manos sin darse siquiera cuenta.

 

 Law ni lo miró.

 

Levantándose con la sangre hirviendo en sus venas salió de la habitación dando un fuerte portazo que hizo temblar las paredes de la mansión. Sin siquiera parase a ver si se había roto algo, se dirigió fuera de la casa y se adentró en la tormenta de nieve que azotaba la isla para calmarse y enfriar de paso su furiosa mente.

 

 

 

 

Notas finales:

Ha salido Bepo señorees! Y ha habido un intento de algo entre los dos! Uuuuuh vamos avanzando!!

 

Jajaja

 

Bueno digamos que estamos en uno de los picos de la historia ya que Doflamingo se esta volviendo a dar cuenta de ciertas "cosillas" y va a sufrir un poco porque Law se va a vengar a lo bestia por llevarle alli jeje

 

En el proximo capitulo habra más sorpresillas jeje y supongo que os gustaran esta vez (n3n), aunque es un poco enrevesado la verdad.

 

Aun asi mañana me voy de viaje (por eso he adelantado el cap) y tardare en volver. Intentare que no afecte al fic, pero no prometo nada (yo que se a lo mejor se estrella el avion XD) asique tened un poco de paciencia.

 

Pos eso, un beso wapos y dejadme reviews para cuando vuelva.

 

Un beso

 

 


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