Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Luces Intermitentes por J Bad

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 


Me ha sido imposible no hacer todo un desorden del fanfic, espero todo salga bien, reviews me harán feliz. 


 

 

De alguna extraña manera habíamos terminado en el asiento trasero de una camioneta deportiva y blindada de Kai, evité a toda costa encontrarme con la mirada de SeHun, mi cuerpo entero se paralizaba cuando me observaba o se acercaba, no podía olvidar lo que la noche anterior había pasado, aunque me pregunto si el aún lo recuerda.

 

            -          ¿De verdad no quieres acompañarnos?  - La voz de Kai me despertó de aquel somnoliento momento, Se Hun ya estaba fuera del vehículo y solo negó moviendo su mano vendada aún.

 

            -          Será mejor así, comienza a dolerme – Cuando encontré por primera vez la mirada de Se Hun, fue algo inevitable, su rostro parecía vacío mientras se despedía de Kai, parecía extrañamente doler cuando su mejor amigo hablaba. Iba a ser duro, ¿No, Se hun? Iba a ser duro seguir con este gusto por Kai. – Háblame cuando tengas tiempo libre, ¿De acuerdo?.

 

 

 

            Veinte minutos después nos encontrábamos afuera del aeropuerto, me mordí los labios cuando Kai dejó de hablar.

 

            -          Lu Han, podrías no decirle a Krystal si pregunta, que estábamos con Se Hun. – Alcé el rostro para encontrarme con los ojos redondos y chocolatosos que tenía.

 

-                ¿Porqué? – Murmuré dejando entrever una apenas visible sonrisa.-

 

-                Solo, no lo hagas  ¿Está bien?, te contaré después. – Asentí.

 

Mi suspiro se quedó encerrado cuando la puerta de la camioneta se abrió. Un aroma dulce y adictivo se expandió cual pólvora entre el interior de piel y la voz más agradable que una mujer pudiera tener soltó un grito agregando el nombre de mi amigo en él. ­

 

-          Krystal, te presento a Lu Han – La chica me sonrió aunque su mirada pareció descubrirme como una especie de escáner. Sonreí, inconscientemente lo hice tan amplio como pude ya que Jong In me veía y ahí estaba mi corazón bombeando rápidamente presa de esa intensa mirada.

 

-          Hola, soy amigo de Kai – Agregué como si aquello no fuera obvio y ella pudiera ver y escuchar mi corazón latiendo cada vez más intensamente.

 

-          Oh, Mucho gusto,  Krystal Jung – Ella respondió fríamente, sus ojos parecían cercenar mi piel aunque su voz por otra parte parecía llena de alegría. No necesitaba más para pedirle a Kai que me dejara cerca del edificio en el que vivía, agradecí el gesto cuando abrí la puerta y sonreí insípidamente cuando toqué el concreto frío por la temporada.

 

 

 

 

 

 

 

            -          ¿Dices que estás en Zoo Café? – La voz de Kai lograba relajar a Lu Han, mejor que un  sedante o una de las drogas más fatales.

 

            -          S-Si – Tartamudeó el pequeño en complexión que se encontraba jugando con una de las servilletas que había hecho pedazos pequeños entre los dedos. Mientras escuchaba a Kai, mencionar lo cerca que estaba, su mirada alzó mientras su mano buscaba el vaso de cartón y plástico del latte preparado.

 

            Fue entonces que la sonrisa que había quedado en su mente desde el día anterior destelló desde la mesa más alejada en una esquina oponente. Palideció y su garganta se secó de manera inmediata. Ahí estaba, la novia de Kai. La chica más terriblemente desagradable que había conocido, se encontraba en una charla demasiado animada con un hombre apuesto, vestido de traje entallado y a finales de sus veinte.

 

            -          ¡Kai! –Exclamó ahogadamente Lu Han cuando de un salto se levantó del sofá individual en el que antes estaba tan relajado.- Iré a mi casa ahora, mejor te veo allá ¿De acuerdo?, espérame en la puerta.

 

            -          Pero ya estoy por llegar – La voz nerviosa de Lu Han reapareció deteniéndole.

 

            -          No, Kai, te veo allá. – La llamada se cortó y no tuvo más remedio que acatar las órdenes del venado parlante.

 

 

Minutos más tarde un agitado Lu Han había encontrado a Kai justo al frente de su edificio.

 

            La silueta delgada y bastante detallada debajo de algunas capas de ropa había dejando en esa tensa línea a Lu Han. Kai observaba atento la pantalla de su móvil, mordía suavemente su acolchado labio inferior y sus dedos parecían teclear más rápido de lo normal. Todo parecía correcto en el panorama empresarial y de clase alta que había en ese distrito, en esa calle. Todo parecía correcto menos el rostro de Jong In. Los pasos del más delgado parecían ir entre plomo pues nunca había tenido ese tipo de carga y de verdad era desagradable.  

 

-                ¿Kai?, estoy aquí

 

Cuando sus miradas se encontraron la gracia en los ojos del moreno parecía haberse perdido, había estado llorando y se notaba en los finos lugares algodonados debajo de sus ojos. Los brazos del mismo rodearon tan fuerte por los hombros a Lu Han que el aire pareció faltar por varios segundos. Antes de sentir las lágrimas chocar contra sus mejillas, estas ya estaban un tanto encendidas en un calor incontrolable.

 

            -          ¿Qué ocurre? – El abrazo se volvió aún más frágil pero cerrado. Ya lo sabía.

 

______________________________

 

                       Mientras yo observaba el vaso de cristal en la mano de Kai, él seguía hundido entre lo recóndito de su mente. Se notaba el sufrimiento, era palpable si debía admitir. Esa hora pasada, había conocido casi toda la historia entre Krystal y él.

            Se habían conocido tres años atrás, Krystal era una chica de su mismo grado, era conocida por ser la más hermosa entre la escuela, cosa a la cual Kai, no pudo resistirse. Era la relación perfecta según relataba Kai, ellos eran conocidos como los mejores en el Instituto y ella había sido su primera vez. Ella había sido todo para él, todos sus primeros momentos, todo había sido. Desgraciadamente, la persona con la cuál ella ahora se veía era un amigo del padre de Kai. Siete años mayor que ella y a punto de ser el mejor cardio- cirujano en el país. No tenía competencia.

 

            -          Ella dijo,  “Tu no tienes un futuro apropiado, tu vivirás toda la vida del dinero de tus padres,  yo no quiero ese tipo de vida. Fue divertido, pero ya no puedo seguir saliendo contigo.” – Tragué en seco esa bocanada de agua que había optado por no escupir. No podía creer en aquellas palabras, quizá era demasiado ingenuo pensando que las personas debían ser buenas por naturaleza, o al menos tener tacto suficiente para no lastimar a los demás.

 

Quizás solo era yo un estúpido que no había vivido experiencias amorosas.

 

            -          Yo, por más estúpido que parezca; yo creí que ella era la indicada. – Creo que en ese momento, mi corazón se detuvo por un par de segundos.

 

            -          No digas eso, Kai – Susurré sin darme el tiempo de pensar dos veces esa frase, él lo entendió de manera distinta de la cual mi intención era.

 

            -          Lo se, lo siento. Si me escuchara mi madre, seguramente me mataría. – Escuché un suspiro proveniente de sus labios. La casa se encontraba vacía, mi padre llegaría hasta entrada la noche y como era domingo, no había ninguno de los trabajadores que usualmente cuidaban de ella. Sólo estábamos él y yo, ¿Alguna especie de castigo, Dios?, me pregunté cuando mordí mi labio inferior al verle acomodarse entre mis almohadas. Yo solo atiné en correctamente dejarme descasar en la orilla de una de estas, la más cercana a la puerta de la habitación.

 

            -          ¿A tu madre no le gustaba ella? – Murmuré con un ligero temblor entre los labios, no sabía si era correcto preguntar aquello.

 

            -          Para nada, decía que era interesada. Decía lo mismo que Se Hun – Susurró con cierto pesar que no pude dejar pasar, su mirada se encontraba ensombrecida. Quizás seguía recordando momentos de su relación, aún así, temí preguntar por más, solo quería volver a ver esa sonrisa contagiosa entre sus gruesos y deseables labios.

________________________________

 

 

Nunca había pensado en un hombre de esa manera, con ese cosquilleo entre los dedos por tocar esa piel que no era la mía, por aclamar ver más de su estructurada espalda, de sus músculos condicionándose bajo esa capa de piel bronceada. Simplemente nunca me había sentido de esa manera como lo hacía con Kai. Él había terminado dormido en mi habitación, en mi cama, con la camisa de algodón sutilmente alzada de un costado. Quizás dios si trataba de ponerme a prueba.

            Suspiré por lo bajo acomodando mis manos entrelazadas por debajo de mi rostro. Me hundí entre las almohadas, entre aquellas en las cuales Kai había vagado y ahora su aroma se impregnaba de la forma más certera posible.

           

            Cómo decía, nunca me había interesado por la piel de otro chico, pero desde muy temprana edad, supe que las mujeres no eran lo mío. No encontraba ese atractivo, esa necesidad de tocarlas, no lo entendía entonces. No sabía como comprenderlo. Me gustaba Kai, me gustaban sus ojos, me gustaban sus labios, como me sonreían, como su cabello solía estar despeinado con algunos mechones más largos en el flequillo y costados, me gustaban sus brazos cuando lo observaba tocar la guitarra acústica entre las clases, me gustaban sus piernas al correr cuando jugaba fútbol con algunos compañeros de la Universidad, me gustaban sus largos dedos y sus hombros anchos, esos que hacían la perfecta curvatura en su espalda, esa forma de serpiente, sus dos pequeños hoyuelos en el punto final de la misma, después sus increíbles y extrañamente bien formados glúteos. Si alguien estuviera tocándome el cuerpo en este momento reconocería que estaba más caliente que nunca, solo de pensar en su cuerpo contra el mío, solo por imaginar sus labios contra los míos, jadeando delirantemente.

 

            Me levanté de un solo golpe y caminé lo más rápido que pude al baño, estaba lo suficientemente alejado para que Kai mientras dormía no escuchara mis gemidos en la bañera. Mi ropa entre el mármol blanco del suelo parecían hacer una obra de arte, el agua fría entre mis dedos parecía clamar el fuego incesante entre cada fibra de mis músculos, maldecía el momento en el que mi cuerpo podía crear una erección. “¡Mierda, mierda, mierda!” Grité para mis adentros al sumergirme entre la helada agua eso estaba funcionando de maravilla, mientras no cerrara los ojos y pensara en todos esos videos y lecturas eróticas de las cuales me había enviciado desde el día que conocí a Kim JongIn. Estaba a punto de tocar el glande de mi miembro, cuando el seguro del baño se trabó, el postigo de esta parecía querer abrirse.

 

            -          ¡Lu Han! – La voz del personaje principal en mi soñoliento momento erótico, apareció.

 

            -          ¡AH! -  Grité irremediablemente, mi corazón tan acelerado como se encontraba era el mismo que el de un ladrón al ser descubierto.

 

            -          ¡Lu HAN! ¿ESTÁS BIEN?! – Y si, ahí se habían ido todos mis sueños ardientes y fantasiosos. - ¡LU HAN! –Gritó con más ahínco y desesperación Kai cuando golpeaba fuertemente la madera de la puerta y forzaba el postigo de la puerta.

 

            -          ¡KAI! ¡Estoy bien! – Atiné a decir con la mirada un tanto nublada y con el cuerpo hecho un balde de agua fría por completo, apenas pude levantarme ya con la erección calmada y la forma de mi miembro regresando a su estado natural, maldije un par de veces para mis adentros cuando tuve que colocarme la bata de baño, tan gruesa que me secaría en un par de minutos.

 

Claro, estaría completamente mal, salir de este sitio desnudo, plantarme en la puerta y pedir sugestivamente por ese chico que me había tenido tan perturbado que me inquietaba no ser capaz de alejarlo de mis pensamientos.

 

 

------

 

 

-                Entonces, ¿Estás seguro que es buena idea seguir con la inversión?, ese hombre no me es de confianza y lo sabes, Lu.

 

Un hombre de mediados de los cincuentas seguía con los ojos clavados en su padre. LuHan esperaba que esa platica terminara desde la mesilla de la cocina, aún seguía comiendo su desayuno y era imposible no escuchar esas conversaciones rápidas antes del trabajo del mayor de la familia. Quizás era algo torpe y descuidado de parte de LuHan, estar en ese lugar, escuchando cosas que no debía, esperando por las soluciones de su amado padre. Esas decisiones que sólo él podía tomar. A veces, LuHan se sentía como un niño, como ese tiempo en que su mano pequeña tomaba tan fuerte como podía la de su gran ídolo. Recordaba caminar tras sus piernas, avergonzado por aquella frecuente atención que todos tenían con él, era demasiado lindo desde pequeño y eso le había costado más de cientos de apretones de mejillas. Aún, ahora. Ciertas noches se escabullía en la habitación del otro para poder dormir con él, tal cual como un infante.

 

Hacer eso, impedía que llorara por las noches. Impedía que recordara a su madre.

 

            -          Señor, debemos irnos ahora.- La voz del Chofer apaciguó su mente, tomó el maletín y no espero más para salir. Mientras el automóvil avanzaba no pudo olvidar todos aquellos pensamientos. Quizás su madre nunca le había querido como él a ella, quizás era un momento en el cual había cruzado algo más importante, quizás sólo fue un accidente y tal vez ella quería volver. “Jamás”. Su inconsciente habló por él sin duda.

 

El primer par de clases su mirada había tratado de permanecer atenta, aunque claro aquello era tan imposible como su oído por captar los bajos intermedios de las canciones que tenían que estudiar y analizar en componentes.

 

 

-          Hola – Un cuasi murmullo detuvo a su mano que sostenía el tenedor de ese desayuno servido en la “Cafetería” de la universidad. Por supuesto, era todo menos algo común, “Restaurante” quedaría mejor con todos sus servicios.

 

-          H-h hola – El tartamudeo de LuHan dejó en evidencia lo sorprendido que se encontraba de tener a SeHun a su lado en ese momento. Sentado con un elegante garbo que simplemente le hizo sentir como una vaca torpe. – Kai, no vendrá estos días. –Era cierto, después de aquel trágico día en el cual casi había visto una erección provocada por su persona. Oh, ese día.

 

.

 

LuHan había salido para encontrarse el rostro de Kai algo aturdido y asustado.

            -Dios, creí que algo te había ocurrido ¿Estás bien? –Y el moreno alzó ambas cejas dispuesto a entrar al baño.-

 

            - Todo esta bien  Kai, solo tomaba una ducha ¿Ocurre algo? –Las mejillas de LuHan se notaban incandescentes en ese instante, aunque en una mirada diferente podían confundirse con el vapor del agua caliente.

 

            -Debo ir a casa, mis padres llegaron y quieren que nos veamos –Una sonrisa extendida apareció. Esa misma que había visto cientos de veces pero que ese día hacía que el corazón de LuHan corriera más rápido de lo normal. – Te hablaré el lunes ¿De acuerdo?, quizás no pueda ir a la universidad un par de días, tengo que estar en el estudio. –La voz de Kai se detuvo al llevar su diestra hacía la mejilla del más delgado.- Parece que tuvieras temperatura, debes cuidarte Lu, mientras no estoy debes hacerlo.

 

LuHan tuvo que reprimirse por todo lo que eso le había accionado, se sentía estúpido, acelerado, necesitando de más contacto, todo ello era un conjunto explosivo y su mirada no podía despegar de los ojos negros que le recordaban más a un tigre que a un ser humano. Kai se había despedido, él en cambio, seguía con los pies como acero contra el suelo. Intensamente añorando por ese chico que no tenía una innata idea de todo lo que podía provocar.

 

.

 

 

 

- ¿No vendrá? , ¿Kai? –Las preguntas de SeHun eran amortiguadas por lo grave de su voz, no admitiría que en cierto sentido el menor supiera aquello. Aún sentía un revoltijo de emociones, ese perfecto infante, sus perfectas manos, sus labios detallados, sus grandes ojos y esa nariz puntiaguda que agradecía fuese un chico y no una mujer, si fuera así Kai estaría detrás de él. Eso era seguro.

 

-Me comentó que estaría en el estudio, aunque no se si solo sea por ello – El tono casi sarcástico que había empleado LuHan recibió atención de SeHun en ese instante.

 

- ¿A que te refieres? –El entrecejo del mayor se junto por inercia

 

- Él y Krystal . . . – Los ojos grandes y naturalmente llamativos de LuHan se centraron en los de SeHun por primera vez desde que se conocían. Ambos, aunque lo callaron por siempre, sintieron en su estómago una energía golpearse entre las paredes. Algo que no era fácil describir y ese algo que haría cometer más locuras que cosas aceptables.

 

- Terminaron. – Después de arreglarse el flequillo SeHun fue el primero en volver la mirada hacía otro punto, no aguantaba la idea de ese movimiento en su estómago. 

 

- ¿Cómo lo puedes saber? – El murmullo de LuHan apenas fue alcanzado por SeHun. - ¿Cómo puedes creer que yo siento algo por Kai?

 

SeHun dejó una risa apenas alegre. No, era ácida, vacía.

 

- Todos sentimos algo por Kai – Entonces LuHan calló por unos segundos, su mirada se dispuso en una chica delgada, un tanto morena, de cabello largo, rostro ancho y una sonrisa grande, agradable. Se sorprendió por nunca antes haberla visto.

 

- Dijiste que “era tuyo” – Agregó LuHan, aún no podía dejar de ver ese cuerpo delgado, esa sonrisa alegre, era hermosa.

 

- Te gusta, debía aclarar que no dejaría fácil el camino – SeHun, tuvo la necesidad de volver a tener la concentración de esa mirada.

- ¿Me gusta? –Preguntó anodino el más joven - ¿Cómo puedes saber eso?

 

- Eres gay, eso es obvio.

 

- ¿Obvio? ¿De verdad? – Y un estremecimiento inundó cada parte del cuerpo de LuHan, ¿Obvio?, ¿Era obvio que no le gustaban las mujeres?, ¿Era obvio que se había masturbado pensando en el cuerpo de Kai?, ¿Tan obvio era que se sentía irremediablemente atraído por un hombre?.

 

- ¿Lo estás aceptando? – Los ojos de SeHun entonces se abrieron un poco más de lo necesario.- ¿Te gusta, LuHan?

 

- N-no –El privado tartamudeo que fue escudo de una realidad apareció, justo el momento en el cual los ojos de esa chica se encontraron con los suyos. LuHan bajó la mirada. – No, no me gusta un hombre. –Dijo lo último tan bajo y apenado que pronto sus mejillas fueron quienes le delataron en su mentira. Ese rosa intenso fue el culpable de no poder parecer honesto.

 

- Claro –Añadió SeHun con una risa divertida esta vez al descubrir las reacciones en ese rostro perfilado. - A mi tampoco.

 

- De verdad, no me gusta –Volvió a decir LuHan, tratando de convencer a SeHun. Tratando de convencerse a si mismo que eso que sentía no era nada parecido a un gusto. –No –Negó una vez más cuando sus ojos alzaron la mirada a través de las pestañas.

 

- Hm, ¿Quieres que te crea? – Preguntó ese ser que ante todos era solo un soldado de marfil y burla. Un chico de miedo, altanero, explosivo, grosero y bastante violento. Para LuHan que no conocía nada, solo era todo aquello que el desearía ser. “Elegancia” era todo lo que le había mostrado hasta entonces. - ¿O te estás convenciendo? – Una vez más, le había leído cual libro. - ¿Aún no te has aceptado?

 

- ¿De que hablas?! – El entrecejo fruncido de LuHan y sus manos volviéndose puños demostraron que estaba saliendo de su zona de confort y calma. – Yo no soy así. – “No como tu

 

- Claro y tienes novia y has tenido sexo y te gusta besarla en los senos, te gusta hacerle sexo oral, ¿No es así, LuHan? Te encantan las mujeres, te encantan las cosas cursis, se te ha de poner tan dura como una piedra cada vez que las ves con las tetas al aire. ¿Cierto, LuHan? – Y así un delgado y huesudo puño golpeó la quijada del mayor, los ojos ardiendo en ira habían perdido todo color cálido de ternura, ese cuerpo tenso ahora no parecía más el de una muñeca.

 

- Eres un imbécil. – Masculló con enojo LuHan al pararse, apenas y habían atraído la atención de un par de ojos curiosos. Unos que eran los de la chica que antes LuHan detallaba.

 

.

 

 

Las clases habían terminado, por fin. De verdad, por fin. Parecían las horas más largas de la vida después de haber estado con ese idiota. Si, no me agradaba la idea de pronunciar malas palabras pero ¿Qué podía hacer?. Quizás, le dirá a Kai, le dirá que le golpee. Que soy un bipolar.

 

Pero, ¿De verdad? ¿Porqué tenía que hacer eso?. Odio a SeHun, lo odio por ser el mejor amigo de Kai. Lo odio aún más por su falta de tacto. Lo odio por su perfecto rostro. Lo odio por su sonrisa de burla. Lo odio.

 

-                ¡Hey! – Una voz alegre y femenina, vaya eso si cambia mi prospecto de día.

 

Alcé la mirada de la guía de piedras clavadas en el suelo entre el pasto y ella sonrió, justo como lo hacía en la cafetería. Su exquisito cuerpo, sus delgadas manos y su cabello ligeramente rizado hacían de ella el mejor cuadro maestro.

 

            -          ¡Hey! –Respondí sin intención alguna de quedar como un maleducado. Así que sonreí tan amplio como pude.

 

            - ¿LuHan, cierto? – La voz era dulce, amigable, agradable, su voz era atractiva, tanto como ella.

 

-                Si, tienes razón.

-                Sooyoung, Soy Sooyoung – No entendí, debo admitir porque me lo decía.

Segundos después recordé que era yo quien la había estado observando en la cafetería.

 

-                ¿Sooyoung?, Mucho gusto. ¿Nos conocíamos de antes? –Sabía que no,

o eso creía.

            -          No, no nos conocíamos de antes –Y su hermosa sonrisa reapareció llenando su rostro con claridad. – Pero es un gusto hacerlo ahora, ¿Han terminado tus clases? – Asentí.- Bien, ¿Quisieras salir conmigo esta tarde? – “¿Qué?” No pude pensar en nada más, ¿Las cosas eran así? ¿Las chicas debían invitar a los hombres?. ¿Era algo normal? . Su piel morena me recordaba tanto a la de Kai, su sonrisa amplia también y esos ojos grandes tenían un cierto y vago recuerdo a los de él.

 

-                ¿Qué harás si soy un asesino serial, sooyoung?

 

-          Dudo mucho que lo seas, pero si ese es el caso. No dudaré en gritar y

esconderme bastante bien. – Reí divertido ante aquella casi broma y solo me quedó asentir un par de veces. Ella sonrió un poco más y supe que no había una fuerza necesaria que me obligara a aceptar esa salida, su sonrisa era más que suficiente.

 

 

.

 

 

Después de esa tarde, no podía estar más tranquilo, Sooyoung había resultado ser la chica más simpática, alegre e inteligente que había conocido. Ella era completamente especial y me lo había dejado en claro después de que jugáramos “Call of Duty” en uno de los departamentos de juegos en aquella plaza a la que llegamos. Ella ganó. Sin duda, era especial.

 

 

            - LuHan – Me detuve antes de entrar a la recepción del edificio en el que ahora vivía.

 

            - ¿Qué haces aquí? –Murmuré en busca del rostro de SeHun. Estaba delicadamente recargado contra el mármol de la entrada, su rostro como siempre duro, acusador. 

Notas finales:

Bah, pero ese SeHun es el mayor de los acosadores o un espía de la CIA 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).