Capítulo 13: Confesiones.
Estaba de pie frente a la puerta de su psicólogo, lo pensó un poco antes de tocar. Toma una gran bocanada de aire, cerrando sus ojos y toco tres veces la puerta. Pudo escuchar la voz de la pequeña Mana decir “¡Ya llego, ya llego, Ve abrirle Papi!...” el muchacho ríe suavemente, escucha pasos acercarse a la puerta seguidos de un “Ya voy, ya voy calma pequeña” seguido a eso se oye como el picaporte de la puerta gira lentamente.
-Yami…-escucha la voz de su psicólogo cuando aquella puerta se abre completamente. Su estimado psicólogo o mejor dicho, su ya proclamado amante le dedica una gran sonrisa- Viniste…-dice conteniendo la emoción de su voz- Gracias…
-No…-susurra el adolecente sonriendo algo apenado- Gracias a ustedes por invitarme….
-Je no te preocupes, pasa adelante hace mucho frío afuera….-le dice con un tono dulce haciéndose un lado para que el entre a su hogar, el adolecente asiente y entra a la casa de su amante, ni bien pone un pie dentro de la casa, la pequeña del hogar va corriendo hacia él y lo recibe con un gran abrazo que casi hace ir de espaldas al muchacho.
-¡¡YAMI-CHAN!!...-grita la pequeña abrazando a al muchacho con fuerza- ¡Qué bueno que has vuelto!
-Jeje…-ríe suavemente- Hola pequeña, me alegro de verte otra vez…-abraza a la pequeña acurrucándola un poco en su pecho, carga a la pequeña suavemente. A su nariz llega un suave olor muy dulce que despertó su hambre- Huele delicioso….
-Papi Te hizo un pastel Yami-chan...-le dice la pequeña sonriéndole con amor.
-¿Ah sí?...-mira de reojo a su analista y le dedica una seductora sonrisa- ¿Por qué no vamos a probarlo pequeña?...-le dice volviendo la mirada a ella.
-Ok, vamos Yami-chan OwO…-dice la pequeña abrazándose al cuello del Muchacho y ambos se encaminan hacia el comedor.
-…-El analista se sonroja un poco cuando siente la mirada del adolecente, solo atina a morderse los labios para luego a seguir a su hija y su amante secreto al comedor. Las horas pasaron con lentitud mientras los tres se dedicaron a comer del pastel que el analista había hecho, los tres eran como una pequeña familia. Una muy cálida y unida, una familia que el Adolecente siempre deseo, que siempre quiso pero que tristemente la vida se lo negó. Soltaba risas muy dulces que jamás había manifestado antes, mostraba sonrisas que nunca se había atrevido a revelar. En secreto, compartía miradas de amor con el analista mientras la pequeña se distraída de vez en vez con algo. En secreto se dedicaban suaves palabras de cariño sin decir ni una sola palabra…
Con solo mover sus labios ambos se comprendían completamente…
Con una simple mirada ya se habían dicho todo…
Pronto la pequeña niña no aguanto más y se quedó completamente dormida en brazos de Yami, lentamente el muchacho se llevó a la pequeña a su cuna dejándola allí, acurrucándola con una sábana. Al salir de la habitación de la niña, el analista y el muchacho se quedaron solos, compartiendo una larga mirada y un breve silencio. Ambos en lentitud se acercan uno al otro mirándose fijamente a los ojos. Sin mediar alguna palabra, el muchacho abraza el cuello de su analista y este abraza su cadera suavemente.
-Me alegra verlo…-susurra el muchacho- en verdad que si Yugi….
-También…-susurra rozando ligeramente sus labios contra los de el- me alegra verte Yami…
-¿Qué tanto esperas?... Bésame ya, psicólogo tonto….
-Hasta que me lo pides…-murmura y toma la nuca del adolecente y planta un suave beso en sus labios, probando con delicadeza los labios rosado claro del chico, acariciando con las yemas de sus dedos la piel canela del muchacho. Mientras este enredaba sus dedos en los cabellos violeta oscuro del más grande. Perdiéndose en el beso que lentamente consumía a ambos, un beso claramente prohibido pero que tenía un sabor tan aditivo que drogaba ambos y los llevaba a un abismo sin fin.
Los arrastra…
Pero ellos simplemente, como hojas en el viento…
Se dejan llevar…
El analista se deja caer con el adolecente a un sofá colocándose encima de él, las manos de ambos comenzaron a desabotonar y a quitar las ropas del contrario, el adolecente abre completamente la camisa de su analista y comienza a estimular sus tetillas, jadeos se escapaban del beso, jadeos que eran de parte del analista que poco a poco se apegaba mas atrevidamente al cuerpo del adolecente.
-Papi…-se oye la voz inocente de una pequeña. Una voz que hace palidece a ambos, rápidamente ambos se separan del beso y ven a la pequeña Mana, sorprendida con sus hermosos ojos violetas bien abiertos mirando la escena ante ella. Se separan rápidamente mirando a la pequeña esperando alguna reacción de parte de ella.
-Mana-chan…-susurra El analista mirando a su hija- Y-yo y Y-Yami-kun….p-pues…
-¡¡Shiii Papi y Yami-chan son familia ahora!!-grita la niña emociona que comienza a saltar literalmente de la felicidad, sorprendiendo enormemente al joven y al adulto.
-¿familia…?...-murmura el adolecente sorprendido- Mana-chan…que….
-Papi me dijo una vez….-dice la niña deteniéndose mirando al adolecente- Que si un día lo encontraba besándose con alguien, es porque esa persona será parte de nuestra familia… OwO y Papi se estaba besando con Yami-chan, eso quiere decir que Yami-chan es de la familia ahora…-dice la niña con una encantadora mirada infantil.
-¿E-En serio eso dijo…?-susurra el adolecente el cual mira con algo de sorpresa al analista el cual estaba casi en un estado de shock.
-Y-Yo….-murmura casi sin palabras el adulto.
-¡¡Seremos una familia!!...-se acerca a ellos y los abraza a los dos, los cuales después de una pequeña risa nerviosa abrazan a la niña, ambos comparten una mirada un poco nerviosa y algo cómica ante la situación. Al poco rato, después del que padre de la pequeña le leyera un cuento, ella se quedó dormida en su cuna. El adulto se encamino a su alcoba y se encontró sentado con las piernas cruzadas al adolecente, sentado casi al borde de la cama mirando con una sonrisa inquisidora y una ceja alzada al su amante/psicólogo.
-Con que… ahora soy de la familia…-dice con un tono divertido el chico- Me lo hubieses dicho, Yugi…
-Perdona…-susurra el adulto sentándose al lado del chico- ¿Te molesta eso…?-susurra sin mirarlo, tratando ocultar sus nervios.
-Jajaja…-el chico suelta una risa y toma la mano de su amante- Claro que no, me encantaría ser de tu familia Yugi… es más, ¿Cuándo puedo mudarme?...
-Yami…-murmura mirándolo sorprendido-¿Lo dices en serio?...
-Claro que sí, lo digo en serio…-se acerca y roza sus labios con los de él- Quiero ser tu familia, Yugi…
-Yami…-murmura- Muchas gracias….
-Gracias a ti….
…..
La mañana llego tranquila, el muchacho se encontraba jugando con la pequeña bajo la tierna mirada del psicólogo, parecían una pequeña familia. Como si Yami hubiera sido lo que tanto había faltado en su hogar, se encontraba tan feliz. Pero las preocupaciones comenzaron a rondar su cabeza, ¿Qué pasaría cuando su romance se descubriera? Le quitarían su licencia de psicólogo y si eso pasaba, ¿Cómo mantendría a su pequeña, como pagaría su educación?, suspiro. Tal vez estaba pensándolo demasiado, pero tenía esa extraña sensación de que… era posible que las cosas no terminaran tan mal como él pensaba.
Escucha como alguien llama a su puerta, deja la taza de café sin terminar en la mesa del comedor y se dirijo a la puerta de entrada. Ni bien pudo abrirla, su cara se puso pálida al reconocer a la madre del chico….
¿Dónde está mi hijo…?...