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Faraway... por himeko-san

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Notas del capitulo:

HOLA AQUI ESTOY! OWO

disculpen por no subirlo ayer..-w-U andube de niñera ewé
DISFURTEN EL CAP! owo 

Capítulo 16: A gritos.

Estaba acostado en medio de la oscuridad profunda y densa de su celda, cerro sus ojos suspirando completamente cansando y triste. Sus ojos estaban hinchados de tanto llorar sin consuelo. Estaba desnudo de la cintura para abajo con largos hilos de sangre bajando por sus muslos, Sintiendo un dolor intenso entre sus piernas temblando suavemente.

-Yugi…-susurra suavemente- ¿Dónde…estas?....

****
Había pasado ya tres largas horas desde el secuestro y el analista estaba en su mesa apoyando los codos sobre está. Hundiendo los dedos sobre sus cabellos multicolores cerrando y arrugando con fuerza los ojos. No sabía qué demonios hacer, si decía algo sobre su relación con Yami le costaría el trabajo, su título y su credibilidad como Psicólogo. Pero si se quedaba en silencio había la posibilidad de que jamás volviese a ver a Yami y eso sería aún peor sino mucho más que perder su carrera.

-Ah…-soltó un cansado suspiro completamente agobiado por la situación. Su pequeña hija estaba ahora con su niñera de confianza alejada de todo ese alboroto, su casa estaba plagada de policías, le habían tomado declaración y les dijo de quien sospechaba. Ahora estaban instalando un dispositivo de rastreo en su teléfono para si el secuestrador llamaba se rastreara su ubicación. En silencio el psicólogo rezaba por la esperanza de volver a ver sano a su querido Yami.

De repente el silencio del lugar el roto por el sonido del teléfono de la vivienda. El psicoanalista se levanta rápidamente y va hacia él. Después de escuchar la típica habladuría de los policías tomo el teléfono ya sabiendo que debía de alargar la llamada lo más que pudiera.

-“Bien señor, ¿Ya tomo su decisión?”-escucho una voz distorsionada del otro lado del teléfono.

-¿Dónde esta Yami?...-pregunto sin rodeos, con voz firme- Si él aún está…-traga en seco le costaba decir aquello- Si aún está vivo, confesare todo y les daré el dinero.

-“Me temo quien soy yo el que pone las reglas…”

-¿Y quién te dará dinero por él, aparte de mí?-dice firmemente- Su madre es una prostituta mal habida, no te dará nada por él es más creo que ella causo todo esto…

-“…Buena jugada, Dr Yugi. Bien, le pasare a Yami y lo escuchara. Pero, luego colgare y usted tendrá solo una hora para ir a donde le indicamos y dejar el dinero, sino su lindo paciente morirá…”

-Entendido…-aprieta con fuerza sus puños.

-“…..”- hubo un rato de silencio- “..A-aquí estoy Yugi-san…”-el analista siente como un peso se libera de su espalda al escuchar la voz de aquel adolecente, con sus labios  temblando de ansiedad y temor el psicoanalista contuvo su miedo por la vida del chico.

-Yami… -murmura- ¿estás bien, no te hicieron nada?

-“Me…me violaron…”-la ira comenzó a hervir en su pecho ni bien escucho eso- “Sáqueme de aquí…”

-¡Yami!-de repente el secuestrador tranca, mira a un lado y ve como los policías asienten afirmando que habían rastreado la llamada. El psicoanalista apretó con fuerza sus puños conteniendo su ira, temblando ligeramente.

Yami…”

 ****

Más profundo en le ciudad, en un barrio de no muy prestigiada reputación se hallaba la antigua casa del adolecente, en ella entraban y salían  hombres constantemente. Música muy alta se escuchaba desde adentro de esa destartalada y horrenda casa. En ella una escena deplorable y hasta vergonzosa transcurría. La madre del adolecente compartía un beso apasionado con un hombre que apenas conocía pero que le pagaría una buena cantidad de dinero por dar su cuerpo. Igualmente haría el hombre tras suyo que besaba su espalda y hombros lascivamente.

De repente aquella fiesta de bajas pasiones es detenida bruscamente por la policía que entro al establecimiento arrestando a todos los civiles que están ahí. La mujer la cual estaba bajo las influencias de las drogas es esposada rápidamente y llevada a la camisería de la ciudad. Ella estaba sentada en la sala de interrogación esposada mirando hacia abajo con clara molestia en su cara.

-…-Entra en la habitación un policía- ¿Ahora arrestan a uno por hacer una fiesta en su casa?

-No está aquí por eso señora…-dijo el policía- Su hijo fue secuestrado esta tarde señora…

-¿Y?...-murmura- Ese niño no es problema mío.

-Lamento que piense así señora, pero no vengo solo avisarle eso…-la mira seriamente- Vera tenemos fuertes sospechas de que usted de alguna manera está involucrada en esto…

-  ¿Y yo por que debería secuestrar a mi propio hijo…?-la mujer alza una ceja.

-No usted, sino a los que le debe…-la mira- Usted tiene un gran deuda de drogas, ¿no es verdad señora?

-…..-la mujer guarda silencio.

-Bueno, no importa si usted dice algo o no…-murmura levantándose- Uno de los hombres de la fiesta si tuvo consciencia y dijo la verdad, Usted le debe dinero a uno de los narcos más influyentes de ciudad y para no pagar dio a su hijo como pago. No se preocupe, usted ya ira la cárcel por prostitución, uso drogas y cooficialidad en secuestro. No saldrá de allí en por lo menos 20 años…

-….-Al escuchar la cantidad de años que estaría encerrada la mujer abrió completamente los ojos, asustada.

-He visto a muchas malas madres, y usted señora…se lleva el premio-el hombre se levanta de la habitación y sale de ahí dejando al mujer sola en el cuarto de interrogación.

 ***

En la oscuridad de la celda donde se encontraba aun trataba de escapar de ahí, moviendo sus muñecas y tobillos intensamente. Su piel ya estaba dañada y sangraba desde sus muñecas y tobillos. Ardía y molestaba increíblemente pero ya no quería estar ahí, no quería pasar ni un solo segundo más en ese infierno pero por más intentara aflojar esas malditas cadenas, todo era inútil. Su sangre se enfrió ni bien escucho como alguien abrió la puerta de su celda nuevamente. No otra vez.

-Largo…-murmura mientras se movía más intensamente- ¡¡LARGO!!

-¡Ya deja de gritar!-dijo una voz masculina, el chico de piel morena siente como ese hombre golpea su mejilla en una fuerte bofetada, siente como rompen sus ropas y vuelven esas horribles caricias sobre su piel y esa asquerosa lengua lamerlo, se movía removiéndose del asco mismo tratando de zafarse. Aunque eso le causara más golpes y heridas de las que ya tenía en su cuerpo.  

 ****

El psicoanalista estaba sentando en la parte trasera de una patrulla. Llegaron a las afueras de un grupo almacenes abandonados, y la búsqueda comenzó. Almacén por almacén buscaron donde estaban el joven adolecente retenido contra su voluntad. El psicoanalista apretaba con fuerza sus puños tratando de contenerse las ganas de ir el mismo a buscar a su Yami. Rezando internamente para que esos bastardos que lo habían secuestrado no le hayan hecho nada más por ahora.

***

El joven estaba tirado en el piso de su celda, herido y con sus piernas sangrando levemente, el muchacho se aferra con fuerza al suelo. Temblando intensamente conteniendo la rabia, escucha un “CLIK” que rompe el silencio, mira a un lado y ve algo brillante en la oscuridad una pistola.

-Bien, se acabó ya este juego…-Apunta hacia la cabeza del chico y cuando ya estaba a punto de jalar al gatillo para soltar una bala en la cabeza del chico peor se detiene bruscamente al escuchar un ruido de quebradura tras suyo.

Alguien había roto la puerta.

Notas finales:

GRACIAS POR LEER!! BYE BYE! OWO

 


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