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Faraway... por himeko-san

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Notas del capitulo:

WAAAAAAAAA!

lamento tanto la aucencia uwu

... he entrado al colegio y toda mi inspiracion se fue al caño;w;

una sincera disculpa..

..los quiero mucho! disfruten el cap.owo 

 

Capítulo 9: Tan cerca…

Un incómodo silencio se hace presente en el cuarto. No se atrevían a decir nada, ¿cómo hablar con alguien después de tener tales…. Fantasías?   El analista se maldijo a sí mismo, nunca en su vida había tenía una baja de moral o de sentido común tan grave, cada minuto que pasaba en ese escritorio frente a ese adolecente era una tortura y no se atrevía tan siquiera a levantar la mirada para ver los ojos de su paciente.  Si hubiese sabido que no era el único así, el adolecente estaba en las mismas o tal vez mucho peor, pues este mantenía su cabeza totalmente mirando al suelo.  Pensaba y pensaba, ¿ahora cómo demonios podía ver a su psicólogo o tan siquiera hablar con él sin pensar en….Eso?

El psicólogo suspiro  cansado, ya era suficiente. Era un hombre adulto, no era ninguna quinceañera. Tomo valor y miro a su paciente.

-¿Y dime Yami…?...-murmura el analista apenas puede- ¿tienes algo nuevo que contarme?

-Pu-pues…-murmura aquel adolecente en un hilo de voz, cosa que extraño mucho al analista. Su paciente nunca había sido tan reservado- N-No hay mucho que contar en realidad…-murmura- ¿Y-Y us-usted tiene algo que contar?...

-¿Yo?...-murmura y sus mejillas se ponen rojas de inmediato-  Na-nada. H-he tenido un día aburrido…-el analista sonríe algo nervioso, en ese momento (para alivio de ellos) suena el teléfono del analista, este rápidamente lo toma y contesta- ¿Hola?, oh eres tu Mai, ¿Qué paso, algo le paso a Mana?...-el rostro del analista se torna un poco preocupado, pero luego se alivia un poco para mostrar otro que era más sorpresivo- oh Ya veo, ¿no tienes forma de venir?...-el analista suspira un poco- está bien, ya voy para allá….-el analista tranca y guarda su teléfono

-¿Qué paso yugi-san?...-el paciente del analista lo mira fijamente.

-Ah, era la niñera de mi hija. Se le presento un problema y no podrá ir a cuidarlo…-susurra y se levanta de su asiento- Lamento esto, pero tendremos que dejar nuestra consulta para otro momento..

-…-El adolecente iba a decir algo, pero recordó algo. Si él se va ahora hacia su casa, lo más probable es que encontrara a su madre “ocupada” con algún tipo,   suspiro pesadamente, no tenía lugar a donde ir. En ese momento una idea se forjo en su mente, tardo en asimilarla, pero luego toma aire y un poco de valor. Así que mirando fijamente a su analista artículo las siguientes palabras- ¿Puedo ir con usted?

-¿Eh?...-murmura, el analista se sonroja suavemente y aparta su vista- ¿Para… para que quieres acompañarme?

-Es que…-murmura y baja la mirada buscando una excusa- Mi madre no está ahora en casa, y me pasare la tarde solo…-murmura- no tengo un lugar donde ir, ¿puedo… ir con usted? –vuelve a preguntarle esperando una respuesta.

-Pues…-murmura el analista. Estaba en una situación precaria, ¿Cómo podía decirle que no?,   era su paciente y no le gustaba la idea de dejarlo sin supervisión tanto tiempo. Pero después de lo que había pasado, ¿era bueno tenerlo cerca?, el analista suspiro suavemente y lo pensó un rato- Esta bien Yami-kun…-dice finalmente- Puedes acompañarme.

-¿en serio?...-murmura el adolecente sorprendido- Mu-Muchas Gra-gracias Yugi-san…-el adolecente baja la cabeza apenado, sonrojándose suavemente.

-Entonces, ¿Nos vamos Yami-kun?...-le extiende su mano el analista y el adolecente la toma tímidamente levantándose de su silla.

Ninguno sabía si aquello era buena idea…

Ninguno sabía si aquello era lo correcto…

Ninguno sabía si eso… tan siquiera era lo mejor.

Pero ambos sabían algo…

Los dos… aunque no quisiera admitirlo, querían estar cerca uno del otro.

………………….

El adolecente se encontraba frente a una hermosa casa, de dos pisos amplios  y de un color rojizo, era una casa hermosa. Tenía un bello jardín con flores y un árbol en casi la entrada de la casa,  el chico estaba sorprendido. Su hogar era totalmente distinto, su casa siempre se le pareció muy fea, la pintura se caía,  las puertas estaban astilladas y las ventanas estaban rotas.  Además de que su casa tenía un olor permanente y asqueroso a madera mojada.  Mientras el chico admiraba la casa de su psicólogo este metía sus llaves dentro de la cerradura abriendo la puerta de esa manera. El psicólogo miro al chico y lo saco abruptamente de su pensamiento.

-Ven Yami-kun…-murmura viéndolo, con una suave sonrisa en sus labios.

-V-Voy…-murmura el adolecente y se encamino hacia la puerta.

-¡¡Papi!!- es lo primero que oye el chico entrar a la casa, ve desde lejos una escena que le conmovió el corazón, el analista tomo en brazos a su hija abrazándola y beso con ternura su frente. El chico miraba la escena con una mirada conmovida,  por un momento el chico deseo…

Que el analista hubiera sido su padre…

-Mi princesa, ¡Cuánto me alegra verte!-le dice el analista acurrucándola- mira traje visitas…-el adulto señala al adolecente- él es Yami-kun, un amigo mío. Salúdalo pequeña…

-¡Hola Yami-san, soy Mana!-le dice la niña sonriendo infantilmente.

-Hola mana-chan…-murmura el chico sonriendo un poco y se acercó a ellos, suavemente acaricio los cabellos de la niña- eres una niña preciosa en verdad, tal y como me lo había contado  tu papá…

-¿En serio?...-murmura la niña sonrojándose-  Papi siempre dice que soy preciosa y eso me apena mucho…-murmura la niña sonriendo apenada- que pena…

-No te de pena pequeña...-murmura el adolecente sonriendo- ¡¡Eres linda y eso es algo muy bueno!!

-Jajaja, me cae muy bien Yami-san papi…-la niña abraza más a su padre- tráelo más seguido… OwO

-Esta bien mana-chan, traeré a yami-kun mucho más seguido…-el adulto le sonríe con mucho amor a su hija, mientras el adolecente bajaba su mirada apenado y con un ligero sonroje en las mejillas.

“¿Cómo puede decir cosas así tan fácilmente?....”

…..

Ahora sin saber cómo se encontraba en la mesa del comedor,  frente a él estaba un plato de comida, una comida muy suculenta y de un delicioso aroma muy agradable,  su psicólogo fue quien hizo esa deliciosa comida, mientras observaba en silencio como el analista y su hija comían con tranquilidad,  no había tocado su comida, no se sentía con la confianza para hacerlo. El analista lo miro y río un poco ante su comportamiento.

-Tranquilo Yami-kun, adelante come con confianza…-le sonríe tiernamente  mirándolo a los ojos.

-Es-Esta bien…-murmura apenado el chico y comienza a comer tímidamente- es-esta delicioso Yugi-san…-murmura sonrojado.

-Yami-san esta rojito…-murmura la niña de cabellos rubios-  ¡qué lindo se ve de esa forma!

-“es de familia decir cosas así…”-Piensa el chico sonrojándose un poco más, apenándose un poco más.

-Hija no digas esas cosas, mira como esta yami-kun ahora. Está totalmente apenado y rojo…-le dice con un tono divertido   y hasta un poco de burla.

-Wa, Lo siento papi…-la niña baja la mirada sonriendo con un toque travieso.

-Eres una pequeña diablita…-murmura el analista riendo un poco.

El adolecente se quedó viendo esa escena, varias cosas comenzaron a pasar por su cabeza.  Entre esas cosas, comenzó a nacer un sentimiento de nostalgia y tristeza, aquello que sus ojos presenciaban era una familia, una verdadera familia cálida y amorosa, algo que él jamás tuvo y tendrá. Una mirada melancólica se colocó en sus ojos color sangre y deseo con todas sus fuerzas un momento que esa bella imagen que tenía en su frente se congelara en el tiempo, mostrando un bello momento, en donde un padre le dedicaba una sonrisa de amor a su hija mientras esta miraba con amor a su padre.

… Ojala esa calidez…. 

Se quedara para siempre en él.

 

……

Miro el reloj eran las ocho de la noche, ya había llamado tres veces a su madre pero ella no le contestaba en lo absoluto. Aun debía de estar con alguno de esos hombres, “Esa puta, ¿hasta cuándo va a seguir tirando a lo loco?, ojala se le pegue algo realmente malo para que se les quite todas las ganas de tener sexo…” pensaba el chico lleno de rabia apretando con fuerza los puños,  mordiendo sus  labios con tanta fuerza que ya comenzaba a lastimarse. El analista salió del cuarto de hija después de leerle un cuento para hacerla dormir,  miro a su paciente y lo vio  apretando sus puños, lentamente se acercó a él y puso una mano en su hombro.

-¿Pasa algo, yami-kun?...-lo mira preocupado, el adolecente levanta la vista y ve al analista. No tuvo otra opción que suspirar y baja la mirada.

-Yugi-san, yo…-murmura el chico-no puedo volver a casa, necesito pasar la noche aquí…-aprieta sus puños- Mi madre… es una cualquiera y ahora mismo está teniendo una orgia en mi casa, no puedo volver…-susurra el chico- Por favor, déjeme pasar la noche aquí…

-Yami-kun…-murmura el adulto, se conmovió ante la situación de su paciente y con una mriada compresiva susurro en voz suave- claro que puedes quedarte aquí, yami-kun…

-Muchas gracias…-murmura el adolecente- Yugi-san…-murmura y como un acto imprevisto, del cual ni siquiera el adolecente fue capaz de entender, se acercó a su analista y planto un suave beso en su mejilla.  Ambos tuvieron vividos recuerdos del día anterior, aquel beso prohibido entre ambos y las secuelas del mismo. Los dos se quedaron mirándose a los ojos sin decir ni una palabra, totalmente apenados. Cada uno perdido en la mirada del contrario. Ninguno tenía el valor de acercarse para por fin juntar ambos labios, pero la tentación de lo prohibido era demasiado grande.

-Te…-murmura el adulto sin dejar de mirar los ojos rojizos del muchacho- te llevare al cuarto de huéspedes…

-Es-esta bien…-murmura el chico apenado,  en silencio el adulto lo lleva  al cuarto del huéspedes, donde el chico pasaría la noche.

……………

Eran exactamente las dos y media de la mañana, el adolecente se revolcaba en su cama, totalmente nervioso e intranquilo. No podía cerrar los ojos sin pensar en el adulto,  sus pensamientos eran cada vez más subidos de tono y eran cada vez más poderosos. Tanto que tenía las ganas de levantarse, ir al cuarto del analista y saciar sus deseos entregándose al analista o en dado caso violándolo.  Suspiro, estaba perdiendo la razón,  el adolecente se levantó de la cama y fue hacia la puerta de su habitación, cuando la abrió, frente a sus ojos estaba su analista el cual al parecer estaba a punto de abrir la puerta pero el adolecente le gano en la acción.

-Yugi-san…-murmura el adolecente.

¿Qué hace aquí?....

Notas finales:

MUCHAS GRACIAS POR LEER.OWO 

nos vemos.nwn


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