Nombre: legara · Fecha: 08/07/25 18:59 · Capítulo: Rocío al amanecer.
Rocío al amanecer:
Pasaron la noche junto al río.
Cuando el amanecer los descubrió, se ruborizó y enseguida pretendió ocultar sus impúdicos cuerpos con una manta, pero no lo consiguió porque, ingenuamente, la tejió con cristalinas gotas de rocío.
Sin darse por aludidos, ignorando la húmeda envoltura, los dos continuaron besándose y apretándose bajo la tenue y rosada luz avergonzada. Yacían tan juntos que el ligero aire matinal no lograba pasar entre sus cuerpos y apenas se colaba por sus gargantas para hinchar, solo a medias, sus necesitados pulmones.
El hombre no quería que el momento terminara, y hacía un gran esfuerzo para evitar llegar a su clímax.
En cambio el elfo, cuya pasión aumentaba con cada beso, con cada caricia y con cada medido embate del adan, se movía debajo de él exigiéndole más y más, hasta que finalmente, arrastrándolo al borde de la desesperación, consiguió vencer su resistencia.
Y así fue como embriagados de placer: con las bocas entreabiertas, los ojos medio cerrados y las miradas nubladas, ambos acabaron.
Aragorn se quedó tendido sobre la sudada espalda de Legolas, inspirando hondo para normalizar su respiración, mientras, sentía como su ya flácido miembro se salía sin poder evitarlo, y resbalaba despacio de entre las cálidas y mojadas nalgas donde hubiera querido permanecer más tiempo.
-No, ¿por qué? -protestó Legolas.
-No me hubieras apurado. Ahora no te quejes -contestó Aragorn.
Por su voz, Legolas se dio cuenta de que Aragorn estaba algo frustrado, entonces se dio la vuelta y lo abrazó por la nuca, y le acercó la boca al oído para susurrarle palabras amorosas en su idioma nativo.
Complacido, Aragorn sonrió, y, aunque nunca había tenido mucho talento para los piropos, quiso corresponderle con algo romántico, así que se irguió un poco para recorrerlo con la mirada y luego dijo:
-Eres cautivante como... como un bosque virgen.
Al escucharlo, Hoja Verde soltó una fuerte carcajada que provocó que Aragorn cayera a un costado y, ahora algo ofendido, preguntara:
-¿Puedo saber por qué lo que pretendió ser un halago te causa tanta gracia?
-¿De verdad crees que lo que te hace verme “cautivante” tiene que ver con la... virginidad? -contestó Legolas tratando de ponerse serio-. Si fuera por eso, debería parecerte lo menos cautivante sobre La Tierra Media.
-No pienso lo mismo. Tu piel se ve virginal -dijo Aragorn mientras le acariciaba el blanco vientre con la punta de los dedos.
-¡¿Mi piel?! Fue acariciada por tus manos, rozada por tu cuerpo y bañada por tu saliva y tu semen tantas veces, que de virgen ya no tiene nada.
-¡Oh! Bueno... -dijo Aragorn sorprendido por la rápida y explicativa respuesta que recibiera, y se quedó pensando, luego dijo-: Tus ojos son tan cristalinos y de una mirada tan pura.
-¿Mis ojos? Ellos han disfrutado tu desnudez; han visto tu sexo erguirse y tu cuerpo estremecerse al acabar, tantas veces, que de virgen ya no tienen nada.
-¡Vaya! Y… ¿qué me dices de tus orejitas puntiagudas? -preguntó ya en broma, mientras le frotaba suavemente su barbado mentón contra una para provocarle cosquillas.
-Ellas han escuchado tantas propuestas indecentes de tu parte, tantos de tus suspiros y gemidos, que de virgen no les queda nada.
-Y… ¿tu nariz? -insistió en preguntar Aragorn, y con una gran sonrisa que dejaba ver sus graciosos dientes separados, se quedó esperando la respuesta.
-Ella se ha embriagado con los olores más eróticos: el de tu sudor y el de tu miembro a pleno cada vez que estuvimos juntos. Mmm…, ¡tantas veces! -respondió Legolas con voz sensual, continuando así con lo que, de a poco, había pasado de un improvisado piropo a un inusual juego de palabras.
-No sé si preguntar por tu linda boca -dijo Aragorn irónicamente.
-¡No! ¡Mejor no! -contestó Legolas después de pensar una respuesta y ruborizarse como el amanecer.
Y esta vez los dos juntos soltaron una carcajada.
A esa altura, Aragorn ya se había engolosinado con el jueguito, así que se puso de pie a horcajadas del elfo.
Legolas se apoyó en sus antebrazos e irguió levemente el torso, y cruzó las piernas extendidas, y así, recostado sobre el rocío que entibiaba con su cuerpo, miró al hombre sin entender, todavía, por qué este lo observaba de ese modo.
Desde arriba, Aragorn miraba al elfo mientras pensaba si quedaría algo “virgen” en él según su curiosa perspectiva. Al girar la cabeza hacia atrás y mirar hacia abajo, sus ojos grises se clavaron y brillaron pervertidos, y pensó: “¿Nunca?”. -¡Nunca! -expresó repentinamente en voz alta, sobresaltando a su compañero.
-¿Nunca qué? -preguntó Legolas, mientras veía cómo el otro se arrodillaba frente a sus pies.
-Ya he visto que eres capaz de disparar con el arco... dos flechas al mismo tiempo.
“¿Qué tiene que ver eso con lo que estábamos hablando?” -pensó Legolas, y a continuación preguntó-: ¿Adónde quieres llegar?
-Ya verás. Ahora vas a hacerlo, pero… al revés -explicó Aragorn con expresión de satisfacción anticipada.
-Eso no es posible -dijo Legolas cada vez más intrigado por el rumbo que tomaba la conversación.
-¿Ah, no? ¡Veremos si no! -contestó Aragorn con tono desafiante, y para demostrárselo le apoyó sus ásperas manos sobre las rodillas y las fue deslizando lentamente a lo largo de sus piernas hasta llegar a sus tobillos y atenazárselos; luego le descruzó las piernas y le soltó los tobillos para tomarle los empeines, por último acomodó ambos arcos de los pies alrededor su ya medio erguido y ansioso pene y comenzó a moverlos hacia abajo y hacia arriba, primero despacio, pero luego…
Legolas abrió los ojos desmesuradamente, y ni bien se sobrepuso a la fuerte impresión que le causara verlo masturbándose con sus pies, flexionó las piernas para poder acercársele, capturarle la boca y compartir con él un apasionado beso. Luego volvió a mirar cómo sus arcos se curvaban y tensaban alrededor de la imaginaria flecha y, nuevamente excitado, empezó a darse placer a sí mismo.
Y así continuaron hasta que el hombre acabó sobre el pecho del elfo y este derramándose en su propia mano.
Mientras otra vez descansaban abrazados sobre la hierba húmeda, Legolas dijo:
-Nunca imaginé que se pudiera “disparar” de ese modo. Tenías razón.
Aragorn, entusiasmado, y satisfecho por haberle enseñado algo nuevo a un arquero tan avezado, se aprestó a ponerse nuevamente de pie.
Legolas suspiró hondo al darse cuenta de que el insistente humano pretendía seguir jugando, y, de ser así, él cada vez quedaría más lejos de ser “cautivante como un bosque virgen”.
-Suficiente. Llegué a mi límite. Y sé que tú también -dijo mientras ceñía el abrazo para impedir que Aragorn se levantara-. Además, mira, Anor nos avisa que es hora de regresar.
Aragorn miró hacia dónde Legolas le apuntaba, y por un momento se distrajo viendo como las pequeñas esferitas de agua, que habían dejado atrás su tonalidad rosada y ahora se veían celeste cielo, lentamente se iban achicando hasta desvanecerse y volverse humito a su alrededor.
Aprovechando la distracción, Legolas se levantó y corrió a meterse en el río hasta la cintura para darse un rápido enjuague. Al salir recogió su ropa, con la que se secó muy por encima, y su calzado, y antes de que el otro estuviera listo, estaba vestido, montado en Brego y tomando las riendas.
Como la pasada noche habían salido en un solo caballo, Aragorn no tuvo más remedio que montar detrás, pero no le importó, y buen parte del regreso se entretuvo quitando las hojitas y los palitos que habían quedado enredados en el largo pelo del rubio.
Los pobladores de Minas Tirith, acostumbrados a las románticas escapadas del rey y su consorte, ya no se sorprendían cuando los veían llegar a esas horas, sin custodia y vistiendo ropa de campo.
Tampoco a ellos les preocupaba que los más madrugadores los vieran llegar, y contestaban con total naturalidad las reverencias y deseos de buenos días que recibían a su paso.
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La jornada laboral de ese día transcurrió con normalidad, salvo en algunos momentos en los que Aragorn no podía evitar que se le vinieran a la mente imágenes de lo ocurrido durante el alba y sin querer se le dibujara una media sonrisa.
Y casi sobre el final de la reunión, Faramir, que hacía pocos días había arribado a la capital de Gondor para tratar asuntos concernientes al territorio de Ithilien, comentó:
-Ya ha oscurecido. ¿Te parece si seguimos…? Aragorn, ¿me escuchas?
-Disculpa, ¿me decías?
-¿Es idea mía u hoy estás un tanto distraído? Te decía que qué tal si seguimos mañana temprano con lo que resta tratar. Pronto se hará la hora de cenar.
-No me di cuenta de cómo voló el tiempo. Bueno, como siempre, los estaremos esperando a ti y a Éowyn para comer juntos.
-Mmm… Me temo que esta noche no podrá ser. En cuanto puse un pie fuera de la cama, mi querida esposa me pidió que no tomara ningún compromiso para esta noche. Por cómo lo dijo, creo que tiene planes especiales.
-¡Uh, entonces ni hablar! Aún falta para que se regresen a Ithilien, así que tendremos muchas oportunidades para seguir reuniéndonos y pasar buenos ratos. Dale mis respetos a Éowyn.
Faramir abandonó el escritorio preguntándose qué sería lo que tenía el rey, pero aunque se rompiera la cabeza pensando, jamás se le ocurriría que había estado enredado en un juego sexual con su esposo y quedado algo… obsesionado. Mucho menos podría imaginarse a Aragorn y a Legolas en semejante situación, pues ya no eran unos jovencitos y llevaban varios años enlazados, aunque por sus respectivas naturalezas conservaban toda su lozanía y galanura, y seguían sintiéndose tan apasionados el uno por el otro como la primera noche en la que se habían demostrado que no podrían seguir llamando “amistad” a lo que sentían.
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Pero las cosas no habían sido siempre así.
Tiempo atrás, Aragorn se había comprometido con la hermosa hija de Lord Elrond, y de verdad estaba muy enamorado de ella. Pero luego conoció a Legolas. Desde el principio, la valentía y la osadía que desplegaba el elfo en la lucha captaron su atención y despertaron su admiración.
Y a Legolas le ocurrió algo parecido, para él, el jefe de los Dúnedain del Norte era el líder perfecto para los de su propia especie por su gran fortaleza y valentía, y por su noble corazón.
Mas luego, a medida que la guerra transcurría, ambos se fueron conociendo más y estrechando lazos hasta el punto de protegerse mutuamente, y, desde entonces, la amistad que naciera entre ellos, imperceptiblemente se fue modificando hasta convertirse en un gran amor y ya no pudieron pensarse separados. Así que al regreso, Aragorn debió enfrentar a la bella y dulce Arwen para decirle que su corazón había dejado de pertenecerle y le pertenecía a alguien más.
Cuando Undómiel supo a quién amaba Aragorn, comprendió, y sin rencor ni pena lastimando su alma, tiempo después viajaría a Valinor junto a su querido, más que agradecido y muy feliz padre.
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Luego de dejar su despacho, Aragorn caminó de prisa creyendo que Legolas estaría esperándolo en la Recámara Real, listo para ir al Salón Comedor. Pero al entrar al cuarto se quedó extrañado, pues apenas estaba iluminado por la tenue luz de una lámpara y su esposo se hallaba acostado. Algo desconcertado, se quitó la tiara, la capa y se acercó despacio a la cama para no despertarlo, y entonces sintió que desprendía aroma a jabón, y vio que tenía el cabello algo húmedo esparcido sobre la almohada; y cubría su desnudez con la sedosa sábana, parcialmente, pues dejaba expuestas su pierna derecha y la cadera del mismo lado hasta la cintura. Pero algo más llamó su atención: por debajo de la seda, a la altura del vientre, se veía abultado. La imagen le resultó tan bella que no pudo sustraerse a levantar la sábana, y al ver el almohadón que Legolas abrazaba sobre su vientre, comprendió, y, sin más, se inclinó con la intención de besarlo en la frente, pero se llevó la gran sorpresa cuando de pronto éste lo envolvió con sus brazos por la nuca.
Los besos más profundos y las caricias más atrevidas no tardaron en llegar. Se hicieron el amor como nunca, invadidos ambos por una misma emoción especial y un mismo deseo largamente postergado.
A la mañana siguiente, Aragorn despertó primero y miró a su compañero que aún dormía, esta vez de verdad, con los ojos a medio cerrar y una plácida sonrisa que le iluminaba el rostro.
Pasaron los días y Legolas empezó a sentirse extraño: de pronto había perdido el apetito y lo poco que se obligaba a tragar no siempre quería quedarse en su estómago; sus movimientos, naturalmente ágiles, se habían vuelto lentos y pesados, y pasaba el día somnoliento; además se conmovía por cualquier cosa, al punto de ver pasar volando una mariposa, pensar en lo linda que era y emocionarse casi hasta lágrimas. Como en ese entonces Aragorn trabajaba hasta entrada la noche, le fue fácil ocultarle sus malestares. Pero no quiso dejar pasar más y fue a ver al sanador del reino, y cuando le comentó al hombre a qué iba, el pobre no salía de su confusión y asombro, por lo que debió explicarle que su condición de poder gestar una vida siendo varón, se había originado milenios atrás, mucho antes de su propio nacimiento, cuando las antiguas y terribles guerras se habían cobrado la vida de tantos, en especial de elfinas y niños, que su especie había corrido riesgo de perder continuidad sobre la Tierra Media. Como respuesta a los ruegos que se alzaron al cielo, Eru Ilúvatar les otorgó a todos los elfos varones el don de ser gestantes, con la salvedad de que únicamente aquellos que desearan de corazón serlo, podrían ejercerlo, y los que no desearan ejercer el don, igual lo conservarían de manera latente, sin que sus vidas se vieran modificadas en nada. Cuando la situación se revirtiera, todos volverían a la normalidad. Pero cuando la situación mejoró, los que se abstuvieron de tener descendencia, pidieron conservar el don por las dudas de lo que pudiera pasar en el futuro, y aquellos que sí hicieron uso del mismo, pidieron no perderlo porque, en verdad, habían llegado a amarlo.
Después de hacerle infinitas preguntas y de revisarlo por dónde el príncipe le indicara, el sanador, sin poder creer que alguna vez en su vida diría algo semejante, le confirmó que estaba grávido.
Legolas tampoco salía de su asombro, pues creía que nunca llegaría el momento de darle un hijo a su esposo. Pero ahora esa vida venía en camino porque al fin ambos lo habían deseado de corazón. Terminada la consulta, salió al jardín que rodeaba la Casa de Curaciones y fue a esconderse detrás de un gran sauce que crecía junto al estanque sembrado de nenúfares. Quería que el primer festejo fuera solo entre ellos dos: ada e ion, y lloró de felicidad mientras abrazaba su vientre plano. Y pensó en cómo se lo diría a Aragorn, y en cómo este reaccionaría. Habían hablado tantas veces sobre el tema y él siempre le decía: -“Para qué apurarnos. Mejor esperemos a estar más desocupados para tener más tiempo libre.”
Pero los años pasaban, y por eso, cuando recordó cómo ese día Aragorn se entretenía buscando lugares de su anatomía “no invadidos”, pensó que quizá era tiempo de ayudarle a recordar... Y así lo ayudaría: aquella noche esperaría pacientemente a que terminara su reunión con Faramir. Cuando escuchara sus enérgicos pasos acercándose por el pasillo, él correría a meterse a la cama y deliberadamente se pondría un almohadón sobre el vientre para parecer preñado. Conociéndolo como lo conocía, sabía que a Aragorn le llegaría su mensaje. Además usaría su pierna, y más arriba, como carnada para atraerlo. Y entonces fingiría dormir.
Cuando Legolas al fin le comunicó la buena noticia a su señor, este tampoco pudo contener las lágrimas de alegría mientras lo abrazaba y le cubría la cara de besos.
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Los crudos meses de invierno pasaron y la tibia primavera regresó para llenar los jardines de Minas Tirith con los más vívidos colores y riquísimos perfumes.
Aún faltaban varios días para el nacimiento, y todo marchaba a la perfección y sin sobresaltos. Pero durante una tormentosa madrugada, Legolas despertó sobresaltado por el fuerte estallido de un relámpago que cayó muy cerca, y que además iluminó todo el cuarto. Intentó relajarse y seguir durmiendo, pues aún faltaba para que amaneciera. Se puso de un lado y luego del otro, pero, cómo se pusiera, no lograba acomodarse a gusto porque sentía el vientre tenso, entonces metió las manos bajo la sábana para hacerse masajes, como acostumbraba a hacer cada vez que eso le pasaba, y ahí fue que notó que su ropa de cama estaba empapada. Sospechando lo que pasaba, se descubrió e intentó sentarse, pero una contracción aún más fuerte se lo impidió.
-¡Aragorn! -llamó entre dientes, justo en el preciso momento en que se producía otra fuerte descarga eléctrica y se desataba una copiosa lluvia-. ¡Por favor, despierta! -dijo más alto para evitar que el inminente trueno que seguiría a la plateada luz tapara su voz.
A Aragorn, entre dormido y despierto, le pareció escuchar algo, pero al sentir el repiqueteo de la lluvia contra los ventanales, restregó la espalda en el colchón y se cubrió la cabeza con las mantas dispuesto a seguir durmiendo, hasta que un quejido de Legolas terminó por espabilarlo y entonces saltó de la cama y fue a iluminar el cuarto. Al ver a Legolas con las piernas recogidas y separadas, de inmediato entendió que el parto se adelantaba, y lo peor era que los sorprendía sin tener nada preparado para afrontar el momento. Y quiso vestirse para salir a decirle a un guardia que fuera por el sanador que asistiría el alumbramiento, pero Legolas se negó a aquedarse solo y quiso que fuera él quien lo atendiera.
Pasado un rato, Legolas extendió una mano crispada para alcanzar a Aragorn, pero este estaba concentrado en la pequeña coronilla que comenzaba a asomarse por la abertura que el elfo tenía inmediatamente detrás de sus genitales, y no se dio cuenta…
-Ya viene… Un poco más y al fin veremos su carita.
Conteniendo el aire, Legolas hizo un último esfuerzo, y cuando miró por entre sus temblorosas rodillas, vio a Aragorn con los ojos llorosos.Temeroso de que algo malo sucediera por haberse adelantado el parto, preguntó:
-¡¿Qué pasa?
-¡Es... perfecta! -dijo Aragorn mientras contaba los pequeños dedos de las manos y de los pies-. ¡Es hermosa..., una niñita hermosa! -agregó, y seguido la besó en la cabeza.
La pequeña no tardó en hacer notar su llegada a la Tierra Media, llorando a pulmón lleno.
Contagiado por la emoción de su esposo y el llanto de la bebé, Legolas sonrió y lagrimó al mismo tiempo, y extendió los brazos para recibir a la recién nacida, pero debió esperar a que Aragorn encontrara con qué cortar el cordón que los mantenía unidos, y luego, con suma delicadeza, la limpiara y le secara la cabecita recubierta de una suave pelusa que, aún mojada, se veía castaña con reflejos dorados.
Cuando al fin Legolas tuvo a la pequeña en sus brazos, sonrió al ver que había heredado sus orejas en punta; y al ver las lágrimas que se escurrían por las comisuras de sus hinchados ojitos hasta sus mejillas intensamente coloreadas por el incesante llanto, apoyó la mano sobre la del hombre que acariciaba la agitada pancita de su hija para calmarla, y dijo:
-Mira sus lágrimas, son como gotas de rocío al amanecer. Rocío… ¿Te gusta ese nombre? ¿Estás de acuerdo en llamarla así?
En ese preciso momento, la pequeña paró de llorar y abrió los ojos, y dejó maravillados a sus padres con sus irises intensamente azules.
-Es un nombre precioso. Claro que estoy de acuerdo -contestó Aragorn.
-Al final, nunca te agradecí el piropo que me dedicaste aquel amanecer. ¿Sabes a cuál me refiero? -dijo Legolas sonriendo entre pícara y amorosamente.
-Acabas de hacerlo, amor -contestó Aragorn, sabiendo perfectamente a cuál de todos se refería.
Entonces, así fue como llamaron a la niña, y cada vez que la nombraban, recordaban aquel amanecer tan especial en el que un simple piropo terminara convirtiéndose en un atrevido juego erótico y luego inspirara la llegada de alguien que, día tras día, los hacía más felices de lo que ya eran.
Fin.
Nombre: DarkNefert · Fecha: 18/02/15 00:05 · Capítulo: Rocío al amanecer.
Me gusto muchisimo.... muy buen trabajo.
Respuesta del autor:Muchas gracias, y de verdad me alegra que te gustara. Te mando un abrazo.
Nombre: Dak · Fecha: 20/11/14 22:07 · Capítulo: Rocío al amanecer.
Oh por Dios!! Pero que fic mas perfecto!!
El MEJOR definitivamente, mis respetos autor@
Lo ame, ademas del hecho de que me llamo Rocio *-*
Adios y ya nos leeremos mas adelante <3
Respuesta del autor:Ay, disculpá Dak, no había visto tu comentario, y ahora que lo leo no puedo más que ruborizarme. ¡Gracias! Y ya que te llamás Rocío, no puedo más que retribuir tus palabras dedicándotelo también a vos. Un abrazo. Uce
Nombre: garcia-92- · Fecha: 11/08/14 22:32 · Capítulo: Rocío al amanecer.
es precioso no hay otras con lo que explicarlo, esta bien escrita, sin faltas de ortografía y bonita historia, todo esto hace una buena historia asi que nunca dejes de excribir porque aqui se ve el valor :)
Respuesta del autor:¡Ah, garcia-92, mil gracias por tus palabras! Sé que no soy una buena escritora, lo digo en mi biografía, pero al menos me esfuerzo por escribir correctamente, dentro de mis posibilidades. Te mando un abrazo, de corazón.
Nombre: Yuko_ash_yaoi · Fecha: 07/08/14 03:00 · Capítulo: Rocío al amanecer.
Simplmente G-E-N-I-A-L!!!... fue tierno, dulce, con un hermoso final y un toque de escena hard incluida. Espero vuelvas a escribir un nuevo fic así... de verdad que me hiciste llorar de la alegría con el final.
PDT: el nombre de la pequeña <Rocío> le queda como anillo al dedo ;)
Respuesta del autor:¡¡¡Simplemente G-R-A-C-I-A-S, Yuko!!! De verdad, gracias por tus palabras de aliento, lo bien que me hacen. El nombre de la bebé habrás leido que es un homenaje a la primera autora de slash que leí, Midhiel, cuyo verdadero nombre es Rocío. Te mando un fuerte abrazo.
Nombre: Sparkle Nao · Fecha: 17/05/14 14:12 · Capítulo: Rocío al amanecer.
... ¡Me ha encantado! Ha sido muy emotivo, muy lindo.
Gracias por este fic. ¡Nos leemos! :3
Respuesta del autor:Hola, Sparkle Nao. Me alegra saber que has pasado un lindo momento leyendo este oneshot. Gracias por hacermelo saber. Te invito a leer mi otro fic. que pronto terminará. Y, claro, me gustaría saber si también te agrada. Un abrazo. Uce
Nombre: yume · Fecha: 10/03/14 03:47 · Capítulo: Rocío al amanecer.
aw, amo esto *_* bastante erótico, echo babas por la charla tan hot k tuvieron
si un hombre me dice, me muero >.<
Respuesta del autor:Hola, yume, tu mensaje me llega justo hoy que estoy enfermita, y me dio ánimo. Gracias por tus palabras. Te mando un abrazo.
Nombre: Val! · Fecha: 06/02/14 18:02 · Capítulo: Rocío al amanecer.
*O* Esto fue demasiado hermoso :'3 Ame la historia :'3 Casi me largo a llorar, fue una de las historias mas lindas que eh visto :'3
Respuesta del autor:Hola, Val, me alegra que te gustara tanto. Seguimos comunicadas. Un abrazo. Uce
Nombre: waka-yukari · Fecha: 10/01/14 05:19 · Capítulo: Rocío al amanecer.
Excelente, si es un poco !pasteloso! no me gusta leer la pabra "amor" , a veces no van con los personajes que shipeamos, para mi gusto pero cad quien . Fuera de eso es asombrosa, cumples con todas mis exigencias como lectora y escritora :)
PD. si tienes lemon, se más explicita en el ;O; -amo el lemon- si lo hubieras detallado un poco mas, sería +10 (?)
Besos.
Respuesta del autor:Hola, Waka-yukari. Viste que era pasteloso y cursi, características que me agradan bastante. En cuanto a que los personajes se llamen "amor", tenés algo de razón, pero no sé de qué otra forma se podrían tratar. Tampoco me desagrada tanto. Sobre el lemmon, definitivamente no sé hacerlos, me falta aprender mucho para escribir uno que le erice la piel al lector. Me encantan los que escribe Galaxia, si hasta siento el aroma que desprenden los cuerpos de los personajes. Pero te juro que salto de alegría con tu comentario. Gracias. Te mando un fuerte abrazo. Uce
Nombre: cryzt3live · Fecha: 28/06/13 06:31 · Capítulo: Rocío al amanecer.
Comenzare por confesar que esta es la primera vez que leo un fic, no solo de esta couple sino un slash literario (en general). Vamos, me encantan como pareja pero jamás me había interesado leer un fic sobre ellos, y no me preguntes como llegue aquí porque ni yo misma lo sé.
Justo ahora estoy en shock, no es lo mismo leer un fic de algún anime o de couples de grupos (que es lo que yo hago mayoritariamente) a este tipo; no sé, ha sido… nuevo, interesante, impactante, ni siquiera sé como decirlo.
Misteriosamente me ha gustado… y mucho! Por tu culpa ya estoy buscando mas fics sobre ellos! ¿Será que me has vuelto adicta? Tal vez no adicta, pero es que… my god! Fue increíble.
No tengo favoritismo, ni estoy en contra del mpreg; regularmente no me importa cuando la historia independientemente de ese detalle es buena, pero imaginar a Legolas con su pancita fue como –inserte arcoíris, corazones y flores-.
Me encanto, creo que ya tengo una nueva categoría de fics para buscar diariamente :)
Respuesta del autor: Hola cryz, bueno, lo primero que me sale contestarte es que me siento feliz por ser la responsable de que desde ahora leas fics sobre el Señor de los anillos. Verás la cantidad de historias buenísimas que hay en este fandom; conocerás autoras excelentes como Galaxia, Midhiel, anestel, VTHA, etc (a su lado, yo no existo) Por otra parte, te agradezco tus palabras para Rocío... Te mando un fuerte abrazo. Uce ¡¡Ah, y que disfrutes de tu nueva "adicción" !! =)
Nombre: Anónimo · Fecha: 27/06/13 22:00 · Capítulo: Rocío al amanecer.
Me gusto mucho tu historia sobre todo los juegos de palabras y el modo en que le das a todo un nuevo punto de vista . Es hermoso que cuando esten solos el otro es lo unico que existe .No dejes de escribir y suerte
Respuesta del autor:Hola, lástima no saber tu nick, de todos modos gracias por tu comentario. En cuanto a seguir escribiendo, te cuento que tengo otras historias empezadas, pero de aquí a que las termine pasará un ratito. Gracias, nuevamente. Saludos. Uce
Nombre: tropical · Fecha: 16/03/13 17:15 · Capítulo: Rocío al amanecer.
Qué bien escrita está esta historia, la redacción, la ortografía y la puntuación, son muy buenas, da gusto leerla =) Saludos
Respuesta del autor:¡Ay tropical, me dejaste sin palabras, y eso no es fácil! ¡¡¡¡¡Un millón de graciaaaaaas!!!!! ¡¡¡¡¡Hoy me voy a dormir feliz, feliz, refeliz!!!!!! Un besazo. Uce
Nombre: bonbon · Fecha: 11/03/13 02:26 · Capítulo: Rocío al amanecer.
Hola me encanto estubo super me encanto la pareja besitos
Respuesta del autor:¡Qué rápida sos para contestar! Bueno, gracias. A mí esta historia me encanta; fue la primera que hice, y se la dediqué a Midhiel porque fue la primera autora que leí. No te molesto más. Beso
Nombre: legara · Fecha: 19/02/13 15:14 · Capítulo: Rocío al amanecer.
Ay, que calentito y dulce como una crepe de manzana miel y canela. Me gustó mucho. Es el primero que leo de esta pareja mi preferida.
Respuesta del autor:Hola legara: ¡jajaja, me causó mucha gracia tu comparación, y también me se me hizo agua la boca!. Gracias por tus palabras, te mando un abrazo.