Solo en un lugar como aquel, personas tan distintas están condenadas a encontrarse.
Categories: ORIGINALES
Characters: No
Generos: No
Advertencias: Lemon
Challenges: No
Parent Series: No
Stories: 2
Series Type: Abierta
Jackson Road por Pippa
No menores de 18 años; Reviews6Teddy Brooks siempre fue un tipo común y corriente; tocaba el bajo en un grupo famoso, fumaba porros y sus amigos eran unos cretinos aprovechados que utilizaban su casa como picadero para llevarse a sus ligues cuando les apetecía. Llevaba una vida como cualquier otro británico de bien (liándose a golpes con los paparazzi, drogándose en los servicios de las discotecas, destrozando habitaciones de hotel, disculpándose por la tele con el mundo por su conducta), hasta que, un buen día, lo expulsan de Soup Row, el grupo que había sido su vida hasta entonces.
Cruzando la esquina de la calle, apretujado a la entrada de un estrecho callejón de Middlesex Street, estaba Jackson Road, un pub de mala muerte al que nunca habría ido a parar si no hubiera ido corriendo a buscar explicaciones a su forzada marcha. Y si no lo hubiera pisado aquel día (si solo lo hubiera hecho cualquier otro), nunca habría sabido quién era Buddy ni quién era Blue, y todo lo que ocurrió nunca habría ocurrido. Pero Teddy (que siempre fue un tipo normal) fue expulsado de Soup Row, y aquel día (no uno antes, no uno después) fue a Jackson Road y su vida de famoseo y decisiones estúpidas se transformó en un día a día de secretos, mentiras y dobles lealtades. Y es que tener un arma en la nunca, constantemente, encañonando su vida, podía cambiar a cualquiera. De eso sí que estaba seguro.
Nacido del Metal por Pippa
No menores de 18 años; Reviews1Charly Forge era ese tipo con poco corazón, sin paciencia ni ninguna empatía, solidaridad o remordimientos que los estúpidos amigos de su hermano, Neel, veían cada noche sentado al balcón del apartamento de mala muerte que había alquilado en pleno corazón del Soho. Un tío con fama de imbécil integral, pero el mundo, seguramente, estaba hecho para gente como ellos y para gente como él.
Tal vez incluso para alguien como ese tal Dam, amigo del idiota de su primo Dizz, sin preocupaciones ni obligaciones, que no decía casi nada y que no preguntaba casi nunca, elocuente amante de las drogas, al que no le interesaba nada ni le importaba casi nadie. Un tío, en realidad, por el que nadie se atrevería a apostar que seguiría vivo al día siguiente.
Ambos, y toda aquella gente rara que los rodeaba, de caras borrosas y nombres que desconocían, habían crecido allí, en el Soho, habían recorrido borrachos las mismas calles, se habían sentado en los mismos rincones oscuros de los mayores tugurios del país y habían probado suerte con las mismas chicas estiradas que volvían por la mañana descalzas de alguna discoteca de moda, con los zapatos en las manos y el pintalabios corrido.
Probablemente, y de eso todos estaban de acuerdo, solo en aquel Soho loco y borracho podría haber sucedido lo que nadie esperaba: que dos mundos tan distintos como el de Charly y Dam estuvieran condenados a mezclarse.