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Más que Amigos por AkiraHilar

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Notas del capitulo: Shaka ha decidido tener la mejor noche de su vida, olvidándose de Saga y siguiendo el plan de Mu, mientras el tibetano prepara sus armas para hacer caer a Knon ¿Qué ocurrirá esa noche?
Hablaban de todo, comentaba viejas anécdotas, se reían entre ellos en el elegante bar. Milo y otros reían animadamente e instaba a Saga a divertirse con ellos, pero el griego mayor estaba con la mente muy pero muy lejos. Veía a esos antiguos compañeros y empezaba a aburrirse. No podía dejar de pensarlo, la duda de saber en donde rayos estaba Shaka lo tenía totalmente ido.

Llamó a su teléfono y no contestó. Eso lo tenía alterado, ni siquiera las anécdotas de cómo le hacían pagar a los profesores que no les enseñaba bien era suficiente para hacerlo sonreír. Así, que viendo que las cosas no mejoraban, Milo decidió cambiar el tema: Hablar de los demás compañeros.

-¿Se acuerdan del rubio con frenillo?-Saga se le encrespó toda la vellosidad del cuerpo-. Sí, ese que se hizo preparador de informática. Siempre tenía una coca cola en mano y su cabello todo gelatinado.

-¡¡Ah!! ¡El queso amarillo! Sí, sí, ¿qué habrá sido de él? ¿Alguien sabe?

-De seguro debe estar en una oficina pequeña trabajando como burro de carga. Si ese solamente sabía programar en todos los lenguajes posibles-y Saga prefería no emitir comentario, esperando que nadie recordara que él era…

-Saga debe saber que está haciendo. Ustedes hicieron la tesis juntos ¿no? ¿Has sabido algo más de él?-preguntaba el más alto de ellos, Aldebarán, tomando un buen jarrón de cerveza

-Bueno…-sí, vive con él desde que se graduaron, y justo en ese momento estaba con alguien que no conocía, haciendo cosas que no conocía y por supuesto, preocupándole en sobremanera-. Trabaja independiente para varias empresas de software. Es muy conocido en el campo, incluso muchos de los que atiendo lo piden a él para el desarrollo del algoritmo.

-¿Ah sí? ¿Entonces aún lo tratas?

-Sí, pero cuando se graduó ya no tenía sus frenillos ni el cabello gelatinado-aclaró, como si fuese necesario-. Lo que pasa es que ustedes se graduaron un año antes que nosotros.

-Bueno, igual era un Nerd, debe estar todavía sin pareja. Ah, y se acuerdan de…

La conversación siguió, Saga permanecía en sus pensamientos. Sí, ahora mucho menos podía quitarse de la cabeza a Shaka. El muchacho que él conoció con la pinta de Nerd y que esa tarde había visto salir, sencillamente, hermoso. No pudo evitar recordarlo.

Había ido al laboratorio donde le dijeron que estaba. Vestía pantalones desteñidos de jean, algo ancho, una franela blanca con el pingüino de Linux, cargaba unos audífonos grandísimo, una coca cola al lado y parecía estar mi concentrado escribiendo diferentes códigos. El, un hombre hecho y derecho que lo buscaba para pagarle un trabajo de programación, lo miró de pies a cabeza. Un muchacho delgado, con el cabello largo sujeto en una cola descuidada en su nuca, el flequillo gelatinado a un lado; parecía estar más pendiente del código que de los gritos de la moda.

-Oye, ¡ey!-llamaba y nada podía distraerlo. Pasó una mano frente a sus ojos y fue así que dos hermosos zafiros detrás de unos lentes voltearon a verle.

-¿Quieres una maquina?

-Eh… no. En realidad yo…

-¿Algún CD para estudiar? ¿Prácticas de laboratorio? ¿Jugar en red?

-No, no, no… Me dijeron que haces programas de Algoritmo por encargo.

Y allí el rubio le brillaron los ojos con interés, quitándose los audífonos y volteando frente a él, aún sentado, con sus manos tomadas y una expresión digna de los turcos de su tierra; puro negocio.

-La consulta vale 20$-Saga alzó una ceja-. El programa dependiendo de su complicación puede costar hasta 200$-eso, deliberadamente era un atraco-. La documentación del código siguiendo las reglas de ISO son 30$ adicionales y si quieres que te explique el código hecho, 40$ más. ¿Dispuesto?

-¿Me dejas otra opción? ¿Regatear por ejemplo?-el rubio lo miro con desaprobación, antes de colocarse los audífonos y voltear de nuevo hacía la pantalla, en visible expresión de: “no hay negocio”-. Ok, está bien, ¡tú ganas! Me han dicho que eres el indicado.

-Soy el mejor en ello-“¡Vaya rubio creído!” Pensó dentro de sí el griego-. Si quieres hablamos en una pizzería. ¡Tú brindas!

Si, así fue que termino amarrado al rubio, luego de contratarlo para varios trabajos, quedó tan satisfecho que le hizo su compañero de estudio. No fue difícil, a pesar de su joven edad Shaka estaba bastante documentado en variados temas y para alguien tan conversador como Saga, eso era un buen punto de discusión. Recordó pronto aquella primera salida donde lo llevó a varios comerciales y en vez de pagarle monetariamente, le compró un vestuario digno para ser su compañero, botando los jeans prelavados y anchos y las camisetas a lo Linux que tenía en su vestier, lo convenció luego de años intentando, a usar lentes de contacto y dejar la gomantina de lado. Y así, a pesar de ser el delgado rubio con lentes, gomantina en el cabello, frenillo y amante de todo lo que tuviera que ver en la red, le atrajo, en sobremanera, para incluso declarársele. Todavía recuerda ese día…

Había logrado que fuera al apartamento alegando que su computador estaba colapsando. Antes claro, había hecho un respaldo e instalado decenas de virus para que el computador efectivamente lo tuviera bien entretenido. De noche, más de la medianoche y Shaka aún estaba guerreando con los enemigos mortales, farfullando que eso no pasaría si hubiera instalado Linux en vez de Windows y que las empresas capitalistas era lo que tenían quebrado al mundo; mientras que Saga ya iba preparando terreno. Se le había declarado formalmente y el rubio no dio ni muestra de interés, por indirectas, todas se las bateó de jonrón, así que le quedaba una alternativa. Luego de decirle que se iba a bañar, se dio su buen baño, salió con una minúscula toalla en la cintura y apostándose en el umbral de la puerta de la sala, lo llamó.

-Shaka, ¿todavía?-y cuando el rubio volteó para verlo, dejó caer de forma “inocente” la toalla, dejándole a la vista la tan adorada figura.

Los ojos azules bajaron hasta la toalla que cayó pesada al suelo, antes de empezar a subir, muy entretenido, por las grandes y gruesas piernas griegas, deteniéndose un tiempo prudencial en la apetitosa virilidad, subir por el ancho y trabajado pecho, mirarle a los ojos y volver a bajar su inspección. Si Saga espero algún sonrojo, muestra de incomodidad o simplemente que se le lanzaran encima, pues, no, no obtuvo nada de eso. El rubio le hizo la inspección de arriba a abajo de forma tan neutral que se sentía como la hoja de papel que le pasan el escáner. Y para hacerlo más vergonzoso, el rubio tomó un lápiz, una hoja de papel, midió con el lápiz y guiñando un ojo, para después empezar a dibujar. ¡¡DIBUJAR!!

-¡Qué ray…!

-Shh…-le instó el rubio con la expresión descaradamente seria-. Si no te mueves me saldrá mejor.

¿El rubio creyó que le aparece desnudo para dibujarlo? ¡Saga estaba al borde del colapso! Jamás lo habían hecho sentir tan humillado, despreciado y como un objeto como en ese momento. Así que lanzando una bocarada de humo por la nariz, terminó tomando la toalla, maldiciendo todos los ancestros del hindú y metiéndose en el baño.

Y claro, él no supo que Shaka al verlo irse sacó todo el sonrojo, abanicándose con cuanto papel tenía en mano y que claro, no dibujó absolutamente nada. Pero, ¿demostrarle que aparecerle así lo había puesto a correr a millones de ciclos por segundo? No, ni pensarlo. El orgulloso rubio no iba a declinar su decisión de no comer carne griega por que se la ofrezcan en bandeja de plata, gratis y apetitosa. Claro, eso tampoco significaba desaprovechar la oportunidad de verlo y reverlo y grabárselo en su máxima expresión. ¡¡PERO QUE CANTIDAD DE TESTOTERONA AMBULANTE!! Lástima que fuera tan inestable como la versión Windows NT.

-¿Saga?

El llamado de su actual pareja lo sacó de sus pensamientos rubianos para devolverlo a la realidad. Estaba con Milo de pareja, en un bar con ex amigos mientras el rubio anda quien sabe donde, con quien sabe quien, haciendo que sabe que cosas que sólo había hecho con él. No, definitivamente no podía concentrarse. ¡Necesitaba algo que le ocupara todas las capacidades del procesamiento! ¿Y qué mejor que sexo? Con eso en mente se le acercó al oído de su actual pareja, dejando resbalar deliciosamente su mano por la entrepierna, aprovechando la mesa que ocultaba sus tórridas intenciones.

-Quiero que vayamos a la cama, Milo-el griego menor sintió el sobresalto y con turquesas ardiendo de deseo lo observó de frente.

-Eres insaciable, Saga.

Sin más que acotar, se despidieron planeando terminar su encuentro en algún hotel cercano.

Mientras tanto, Kanon llegaba campante a la disco, observando el tumulto de bailarines en la pista y saboreando el momento que en cuanto mueva sus caderas todos esos seres se acerquen a adorarle. Tal como lo había pronosticado, sucedió. En cuanto el griego vestido de milicia naval puso a mover sus poderosos glúteos al ritmo de la música, todas las miradas se plegaron a él, mujeres y hombres por igual, nadie podía salir del encanto de su baile y el griego estaba simplemente en la gloria misma. Con su mirada buscó al jovencito de cabello castaño a quien en la noche anterior le robo el show, sin conseguirlo. Lástima, quería verle la misma cara de frustración que mostró hace unas 24 horas. Sin más, siguió bailando, sin la menor idea que dicho griego león estaba muy entretenido con un rubio hindú en una de las mesas, y es que en cuanto vio la faz del joven vestido de forma tan jovial, ese cabello dorado, esa mirada dominante, el griego literalmente vio un gacela que cazar… una por cierto, muy difícil.

Apenas se presentaron intento hacer un contacto más intimo a la media hora de conversación, donde el rubio sin más le hizo un interrogatorio digno de una entrevista de trabajo, al cual contesto sin problema. Osea, era el hombre más bello que había visto en mucho tiempo y no se iba a detener por tener que decir cuáles eran sus materias favoritas de su carrera o que versión de sistema operativo usa.

-Bueno Shaka, quizás podríamos pasar a la etapa Beta-murmuró el griego en el oído del rubio, pasando disimuladamente una mano por una de las piernas. El rubio, con la elegancia que le definía, quito la mano hasta ponerla en el lugar donde se deben quedar, en las piernas del otro, no sin antes dejarle una ligera caricia que le diera indicios de que no estaba, del todo, incomodo con el acercamiento.

-Calma Aioria, apenas te conozco y me gusta hacer exhaustivas pruebas al producto antes de instalarlo, ¿comprendes?-le siseó, ladeando un poco su rostro, dejando que el flequillo le enmarcara la mirada celeste que tenía al griego en las nubes.

-Mmmm, lo que pasa es que mi conexión es con fibra óptica-volvió a susurrarle, dejando su aliento húmedo en el oído del hindú. Shaka debía admitirlo, eso lo estaba excitando demasiado rápido.

-Mmm, Aioria, baja la velocidad o se caerá la red-se apartó con el pretexto de tomar de nuevo la copa de su coctel.

-Soy un experto en redes, Shaka-de nuevo la mano acercándose a su pierna-. Cualquier problema puedo resolverlos en cuestión de segundos.

-Me temó que tendré que programar en este mismo instante un virus para saturar tu sistema.

-¿Una amenaza, Shaka?-inquiría el griego, cortando el espacio que el hindú se había tomado de distancia-. Prometo no ser duro…

Ok, Shaka ya estaba incomodo. Las cosas iban demasiado rápido para su gusto y aunque debía admitir que el griego estaba como quería, no esperaba esa noche tener sexo. No, pensó en una noche de baile, más no de sexo. Debía buscar una forma rápida de cerrarle los puertos al P2P que parecía ser el griego en cuestión. La pista de baile le parecía una buena opción.

Mientras ellos dos coqueteaban, Mu estaba muy distraído armando un manual mental de “100 formas de matar a un griego”. Imaginaba las mil y una maneras en la que podría usar la valiosa información de su compañero de batalla, llámese Shaka, para hacer que el tal Kanon se diera cuenta que con un ariano NO debía meterse. Y pensando en ello es que, al ver la pista, de nuevo lo vio. ¡Había tenido las narices de regresar al mismo sitio! El color del tibetano le subió hasta la oreja, marcando sus graciosas mejillas de rubor y estrangulando sus dos punticos en la frente. Aioria al detectar la actitud de su primo, sólo atino a ver hacía donde se dirigía esa mirada esmeralda, encontrándose con el marino que le quitó la fiesta en la otra ocasión.

-Ahhh ¡regreso el marinero!-y Shaka subió la vista ante esa información. ¿Marinero? ¿Podría ser qué?-. Se cree mucho, sólo lo ven porque tiene traje de la marina-¿Kanon estaba allí? ¿La vida podía ser más injusta?

Y si, precisamente al subir sus zafiros se encontró con Kanon haciendo uso de todas sus facultades para mover hasta el más mínimo músculo de su trabajado cuerpo. ¡Y vaya que sabía moverlo! Y por el sudor el traje empezaba a pegársele de una forma muy sensual. ¡DIOSES! Con razón todos los veían, ¡era una bomba de testosterona abundante con de paso una trompa en remate! Aunque… eso le daba una devastadora idea. Aioria bailaba muy bien y si él le acompaña, podrían tumbarle el publico al griego… ganarle en su propia pista… era sumamente delicioso. Los zafiros de Shaka se encendieron de nuevo fuego.

-Aioria, ¿te gustaría bailar conmigo?-le susurró con un gesto sensual el hindú. Aioria lo observó complacido. Le mostraría todo lo que le puede hacer en la cama esa noche si él se lo permite.

-¡Vayamos!

Y así, con la música a todo volumen, el león fue llevando a su presa a la pista. Sin perder tiempo, Aioria empezó a mostrarle algunos movimientos sensuales para demostrarle a su ahora pareja lo que le tenía reservada la noche si aceptaba la invitación que le haría. Shaka lo observaba caminando normalmente, con una ceja enarcada, sin perder detalle de cómo esas caderas castañas se movían sinuosamente, mientras las manos gruesas y grandes se acariciaban a sí mismo su pecho, sonriéndole mientras seguía el ritmo pautado. Shaka esperó a estar en el centro de la pista, sólo observándolo, mordiéndose el labio inferior con una sonrisa delictiva, dispuesto a enseñarle también lo que tiene.

El momento había llegado y Shaka empezó a moverse al ritmo de la música, sus caderas se mecían con delictiva soltura, el cabello dorado se movía danzando al ritmo, sus manos y piernas seguían fielmente cada paso y Aioria veía el panorama totalmente complacido. Se acercó entonces a su pareja, una mano en la cintura y dejaron que lo demás chocaran en cuanto el ritmo lo ameritaba, Shaka mostrando todo lo que sabía en cuanto a ritmo, y Aioria viendo complacido la soltura con la que ese esbelto cuerpo le bailaba. ¡Era hermoso y muy sensual!

Y no sólo le pareció sensual a Aioria, en cuanto el rubio empezó a mostrar sin pudor todos los ritmos que conocía y dominaba a la perfección; las vistas cambiaron, ahora viendo la nueva pareja extraña. Y es que el castaño, alto y fornido hacía una contraposición con el cuerpo delgado y un poco menos alto de Shaka y el cabello dorado, lacio y cuidado, empezaba a empaparse del sudor debido a la excitación. Las luces entonces comenzaron a enfocarlos y Aioria, alebrestado por la atención que ahora recibía, empezó a menearle con seductora intenciones al rubio y Shaka le sonreía, complacido por ser tan bien atendido. Aquella cadera se movía, el paquete se podía sentir y nada, pero nada mal, las hormonas del rubio se estaban alborotando al verlo bailar y moverle los hombros en una clara provocación, mientras que en esas enormes esmeraldas estaba claro el deseo que le hervía al griego por comer carne hindú.

Por supuesto, Shaka no iba a desaprovechar semejante demostración y decidió hacerle saber que le estaba gustando todo el juego, siguiéndolo, bailándole con la misma sensualidad, enviándole con la mirada zafiro las indiscutibles intenciones de la noche. Quizás… no se conformaría con sólo bailar.

Y mientras todo pasaba, las miradas de la pistas estaban fijas en la nueva pareja y Kanon empezó a resentir la falta de público. ¿Pero que puede ser mejor que ver un prospecto de 188cm, con facilidad de ser un striper vestido de la marina? Con su vista empezó a buscar que o quien se había atrevido a robarle el show al gran Kanon, pero la multitud se lo dificultaba en sobremanera. Tuvo que salir de la pista, molesto y refunfuñando, tratando de encontrar la razón de su derrota en la pista para entonces enfrentarse tajantemente a ella y hacerse notar. Porque el gran Kanon NO aceptaba una derrota a su apabullante sensualidad.

Las luces seguían enfocando a la nueva pareja y Mu, desde su asiento y bebiendo coctel los observaba. ¡Estaba asombrado! Jamás hubiera imaginado que el Nerd, Geek o como quiera que se diga, podría mover las caderas de esa forma. ¡Shaka era una cajita de sorpresa! ¡Qué bien se movía! Tanto que había de nuevo atraído todas las miradas y casi se ahoga con un hielito cuando su primo Aioria empezó a quitarse la camisa para mostrar su trabajado torso sudado, con pasos orquestados y sensuales muy a lo baile erótico, mientras que todos alrededor gritaban extasiados. ¡Eso se estaba calentando! Y Shaka le sonreía de esa forma tan sensual diciéndole que todo, absolutamente todo lo que le mostraba le gustaba en sobremanera.

Pero ciertas esmeraldas griegas al ver el espectáculo no podía salir del asombro. ¿Era Shaka? ¿SHAKA? Parpadeó decena de veces antes de volver a enfocar la mirada y ver ese torbellino de cabello dorado mientras, sin pudor alguno, y aprovechando que el león se había agachado un poco, Shaka posó sus manos en los hombros del griego para darle una demostración pública de cómo podía mover sus caderas sobre él, con las miradas fijan el uno al otro, el pecho del griego subiendo y bajando de la excitación y Shaka ya sonrojado por el calor y el baile. ¡QUE DESCARADAMENTE SENSUAL! ¿Sería posible? ¿Posible que el rubio estuviera coqueteando con ese castaño en plena vista? ¡No podía negarlo pero ver ESO era suficiente razones para olvidarse de bailar!

De un momento a otro, Aioria no aguantó. ¡Eso era demasiado para su no tan controlado cuerpo! Estaba excitado y quería, quería más de ese saco de dinamita de oro que se había conseguido en la noche, por lo cual volviendo a la altura, lo tomó por la cadera para hacerle el baile sensual, pero esta vez muy cerca, tan cerca para que Shaka pudiera sentir lo que le había provocado. Un jadeo salió de los labios hindús al sentir aquel bulto atrapado sobre su vientre, mientras las caderas no dejaban de moverse y las manos del uno al otro apretaban el cuerpo contrario. Aioria ya tenía las manos en sus caderas, y el hindú posaba las suyas en la espalda, apegando pecho y caderas, moviéndose en descarada provocación.

-Shaka, te deseo…-le susurró el león en el oído, temblando ya por las ansías.

-Mmmm… ¿qué tanto?-un movimiento en las caderas del griego le dieron indicios de que lo aguardaba-. Interesante…-jadeó sensualmente, mirándolo de frente-. Bailemos un poco más antes de… abrir los puertos de conexión.

-Un poco más…

Acto seguido, el griego se asió de los labios delgados del hindú, robándole un fugaz y húmedo beso antes de seguir bailando. Dicho gesto descolocó al rubio, acelerándolo y al mismo tiempo, provocándole un leve picotón de su consciencia. Para ese momento, sólo había sido besado por Saga en mucho tiempo. Sólo a Saga le había entregado sus besos ansiosos y ahora, parecía que la noche terminaría más movida de lo que llegó a pensar en primer lugar. ¿Estaría bien? La mente siempre racional de Shaka empezaba a objetar entre uno y otro argumento. ¡A la mierda con Saga! En ese momento quizás estaría en plena faena con Milo y él, ¿él pensando en que le está siendo infiel? Esa iba a ser su noche y probaría otro platillo griego, al menos antes de volver al departamento. Después de todo, Saga y él, tal como lo habían decidido… sólo eran amigos.

-¡A la mierda! ¡¡Lo besó!!-exclamaba Kanon para sí mismo, viendo semejante escenario.

El baile de los dos se fue acelerando, haciéndose incluso más lúbrico. El pecho desnudo del león mostraba sus pectorales sudados por el baile y no tenía reparo de restregárselos al cuerpo del hindú. Incluso, en ese momento, le estaba meneando muy provocativamente a los glúteos del hindú, y era claro que el movimiento era una insinuación evidente de sus intenciones. ¡Saga debería saberlo! ¡Saber que hacía Shaka en ese preciso momento y con quien! ¿Era buen hermanito a pesar de todo no? Podrá comerse la comida que deja el griego a su paso, incluso, haber probado al hindú en su propio apartamento, pero a pesar de todo, era buen hermanito. Así que saco su teléfono celular y empezó a grabar lo que ocurría, la prueba del delito que cada vez era más irrevocable. Shaka se le estaba moviendo a esas caderas con ansías y los labios del león ya buscaban asilo en el cuello del rubio y para todas esas, ¡Shaka le sonreía! ¡Vaya coquetería que se tenían esos dos!

Y los ojos del tibetano vieron por fin al objeto de su venganza fuera de la pista, viendo fijamente el baile del primo y su nueva conquista. ¡No podía dejar que se inmiscuyera en ellos! Además, era el momento para empezar su plan: Caída de Kanon Fase 1. Sí, los ojitos de la oveja se abrillantaron al pensar que empezaría su tan esperada venganza.

Con tranquilidad, se levantó de su asiento, caminando con pasmosa frialdad hasta llegar a espalda del griego y subir uno de sus dedos desde la base de la cadera hasta el cuello, haciendo que el marino tuviera un respingo de placer. Kanon se sobresaltó con el gesto, volteando aturdido hasta encontrarse con cierta personita que no pensó, en su vida, volver a ver más.

-¿M-Mu?-tartamudeó el griego y no supo si reír o huir cuando el tibetano le mostró una amplia sonrisa. ¡MIERDA!

-Vaya Kanon, el destinó es muy bueno con nosotros, ¿no crees?-siseó con falsa galantería, mientras sus ojos escupían fuego.

-Je… sí, claro…-tragó grueso y buscó enviar rápidamente lo que había grabado a su hermano, antes que de los nervios terminara haciendo una burrada-. Lo disfrutaste ¿no?-acotó buscando distancia-. ¿Así que no hay rencores ciertos?

-Más que rencores, Kanon-murmuró cortando la distancia, posando una mano de forma delictiva en el pectoral derecho del marino, moviéndola hasta encontrar el punto debajo de las telas-. Más bien, me dejaste con más hambre-y el griego empezaba a excitarse-. Si te soy sincero…-los labios del menor se acercaban a los del mayor-, lo mueves mejor que tu hermano.

¡Suficiente! Con eso Mu había logrado lo que buscaba. ¡Kanon estaba en las nubes! ¿Qué lo hizo mejor que su hermano mayor? Eso le gustaba y mucho… extremadamente mucho… Una lujuriosa sonrisa se marcó en los gruesos labios de Kanon, indicándole que había logrado el cometido. Rápidamente le envió el video al número de su hermano, apagó el celular y se dedicó a atender al carnerito que venía por una segunda ración. Pasó así sus dos manos detrás de la cadera del menor, acercándose al oído.

-¿Dónde vamos?-le susurró el mayor, en una clara invitación sin muchos protocolos. El tibetano se sonrío.

-Vamos… al baño…

El baño, sucio y perverso. El griego se sintió por los cielos cuando, luego de una delictiva caricia dejada en su entrepierna, el tibetano caminó tranquilamente dirigiéndose a los baños. Dejó de lado el escenario donde ya Aioria enfatizaba sus deseos para con Shaka, siguiendo al corderito al lugar donde terminaría degollándolo de placer.

Mientras tanto, en una habitación medio iluminada, ya Saga estaba a medio camino de irrumpir de nuevo en el cuerpo de Milo. Besando sin pausa su cuello y lamiendo a su paso, el segundo dedo se movía sin contratiempos dentro de esa cálida entrada, tratando de distraerse. ¡Tratando! Porque ni eso había podido quitarle de la cabeza que Shaka andaba por allí sin saber con quién ni para qué. ¡Jamás le había costado tanto levantar a su amigo como esa noche! No importa que tanto hacía o veía en Milo, le costó terrible esfuerzo que su miembro se irguiera y terminó lográndolo cuando recordó a Shaka bailándole de esa forma en las caderas. ¡Por todos los cielos! ¡Tuvo que pensar en Shaka para excitarse porque pensando en Shaka no podía! Era demasiada ironía.

Finalmente, cuando ya creía estar listo para irrumpir dentro de la cavidad, el teléfono le sonó. Hubiera ignorado la llamada si no fuera porque era un mensaje multimedia y venía, además, de su hermano. ¿Qué hacía Kanon enviándole un mensaje multimedia a esa hora sabiendo que estaba con Milo? Pero conociendo a Kanon, él no era de enviar nada, mucho menos avisar así que debía ser algo importante. Tratando de consolar a su pareja mientras buscaba a su móvil, volvió a ingresar a los dedos, estocándolo con fuerza conforme el cuerpo del menor se movía con delictiva sensualidad en las sábanas.

-¡¡OHHH SAGGAAA!! Hmmmm…-gemía el griego, con sus turquesas empañadas de placer. Saga parecía muy distraído revisando la bandeja de mensaje-. Quien ¡HMMM!… ¿Es?

El movimiento de los dedos se detuvieron, la temperatura le bajó de un solo golpe, la cabeza le iba a explotar de la furia mal contenida. ¡¿QUE ESTABA HACIENDO SHAKA CON ESE CASTA—O?! ¿POR QUE LE BAILABA ASI? ¡¡SOLO LO HABIA HECHO CON EL!! ¿SERA ESE QUIEN LO LLAMO Y LO HIZO CAMBIAR DE HUMOR ESA TARDE? ¡¡MIERDA!!

Se paró casi disparado, dejando a un no contento Milo con las ganas alborotadas. Se puso la ropa apurado, y Milo lo veía contrariado. ¿Pensaba dejarlo ASI? ¡Estaba loco si pensaba dejarlo así!

-¿A DONDE VAS SAGA?-no contestaba, mientras ya se abrochaba su pantalón con increíble velocidad-. ¿SAGA, NO PIENSAS DEJARME ASI O SI?-el griego mayor lo miro de reojo, mientras se abotonaba su camisa-. ¿SAGA?

-Tengo que resolver un problema. ¡Nos vemos!

-¿COMO?-Milo se levantó de la cama y se paró frente a la puerta de la habitación, desnudo y visiblemente excitado-. ¡AQUI TIENES QUE RESOLVER UN PROBLEMA! ¡NO TE PUEDES IR Y DEJARME ASI, GRIEGO!

-¡Lo siento!-el mayor simplemente lo empujó a un lado para salir.

-¡¡¡MALDITA SEA, SAGA!!!

No prestó atención, tenía cosas más importantes que pensar antes de ponerse a ver que dejó a su pareja furioso y quizás sin ánimos de verse más. Con presurosa velocidad llamó a un taxi y a pesar que su hermano no le dijo a donde estaba supuso que se trataba del lugar donde le había dicho que iría. ¡Ahora lo único en lo que podía pensar era en salvar a su amigo!

Y en la disco, ya Shaka evadía por tercera vez la invitación de Aioria para llevar las cosas a otro nivel. ¿Qué se lo impedía? Estaba excitado, no podía negarlo pero simplemente no podía pasarlo a otro rumbo. ¿Será porque estaba consciente que lo que hacía era por despecho? La razón empezaba a ganar terreno en el hindú, quien finalmente dejó la pista de baile, ante un contrariado Aioria que lo siguió de cerca, jadeando.

-¿Qué ocurre?

-Nada, sólo necesitaba un poco de agua.

El griego buscó entonces espacio en la afilada cintura del rubio, reposando su rostro en el hombro, buscando su oído.

-Shaka… ya es hora de abrir los puertos…-un respingo en el menor-. Estoy ansioso de tenerte…

-Apenas nos conocimos…

-Hmmm… siento que te conozco de toda una vida.

-Aioria…

-Déjate llevar, Shaka… te siento nervioso y sé que no es por que seas virgen-se sonroja el rubio, ladeando su rostro a un lado-. Es evidente con semejante forma de moverte para provocarme…

-¿Sí te digo que estoy saliendo de una decepción, dirías lo mismo?-indagó el rubio soltando el agarré y mirándolo fijamente. El griego estudio por momentos la pregunta, entendiendo que trataba de decirle y pensando en una respuesta idónea. Se sonrió entonces, con deseos.

-Entonces, déjame consolarte…

Se acercó y sin protocolo besó sus labios. El hindú por un momento puso resistencia pero no le costó mucho al griego el romperlas y doblegarlas, haciendo que Shaka finalmente cediera al caluroso ósculo que le prodigaba sin recato alguno. Toda duda se dispersaba.

El beso se fue intensificando. Aioria no tuvo que pedir permiso para que su afilada lengua irrumpiera en la cavidad oral del rubio, robando gemidos complacidos, mientras una de sus manos ya atrapaba uno de los glúteos del hindú, haciéndolo temblar. Shaka ya sentía que todo estaba demasiado rápido incluso para su versión del procesamiento. Intento apartarse pero… ¡esa boca besaba divino! Y aunque trato de imponer distancia, terminó contra la pared del local, a oscuras, con el griego que no tenía vergüenza para restregarle su abultado miembro.

De un momento a otro, Aioria tomó la pierna derecha de Shaka, levantándola mientras su boca viajaba al cuello. El rubio ya estaba perdiendo la noción del tiempo y el espacio. ¡Si seguían así se lo haría allí en plena vía pública! No, eso era algo que Shaka jamás haría y con esfuerzo, controlando ya su acelerado cuerpo, atrajó de nueva cuenta el rostro del griego, para mirarlo fijamente. Para Aioria, ver esos zafiros encendidos de deseos lo excito aún más. ¡Qué ojos tan hermosos y claros!

-Tienes unos hermosos ojos, Shaka…-jadeó el león, ya sintiendo que no sólo era la excitación, el rubio de verdad le había llamado la atención y seriamente.

-Gracias pero… no pensaras hacérmelo aquí ¿no?-enarcó una ceja. El león entendió las palabras.

-Tienes razón… no lo mereces…-lo besó de nuevo, para luego murmurarle a sus labios-. Vayamos a mi casa…

Y todo fue visto por Saga, que venía llegando al local y logró verlos a pesar de la oscuridad. El mayor sintió un espadazo en el pecho, una sensación de soledad abrumadora que no sabía cómo definir. ¿Por qué? ¡Jamás había sentido un ataque de celos como sentía en ese momento! Sentía como si el estomago se estrangulara a sí mismo, un ardor, dolor de cabeza e increíbles, increíbles deseos de gritar con rabia. Y allí los veía, se estaban besando y él… ¿él debería acercarse?

Se supone que sólo somos amigos…

Dio un paso atrás, sintiéndose débil, mortalmente herido. Los recuerdos de todo lo que había vivido con Shaka hasta ese año se acercaban a su mente, así como había estado pensando en él toda la noche. ¿Por qué? ¿Por qué se sentía así? ¿Era normal? Le gustaba… lo sabía, sentía algo especial por él, lo reconocía… pero porque, si sabía todo eso, si aún así decidieron no llevarlo a otro plano, ¿Por qué le molestaba que Shaka estuviera recibiendo ese beso ansioso por parte de otro que no fuera él? Aturdido, salió del salón.

-Te prometo que lo disfrutaras-le sonreía el griego, tomando su chaqueta para salir con Shaka en dirección a su casa.

-Sí.

No podía decir mucho, Shaka por mucha excitación que sentía aún sentía la alarma que le indicaba que todo era demasiado rápido, mucho más de lo que él acostumbraba. El no era del tipo de hombres que se acuestan con el primer prospecto que se encuentra en la calle. No era él, no era su forma de ser ni su estilo de vida. Acaso se pondría a dejar sus propios razonamientos, su propia personalidad sólo por el despecho que le creaba Saga. No, Shaka no era el tipo de personas que por nimiedades dejaba que su estilo de vida fuera trastocado, y lo pensaba, conforme daba los pasos al lado del griego que lo sostenía por el brazo, hablándole de su hermano y que de seguro le agradaría. Shaka pensaba, meditaba en si era correcto lo que pensaba hacer… hasta… que al salir del salón, frente a él, lo vio.

De improvisto se detuvo, haciendo que Aioria se detuviera con él. El griego extrañado, siguió la mirada de su compañero, llegando a un griego, igual que el de traje de la marina, pero vestido de forma casual, una chaqueta de cuero negro cubría su cuerpo, su mirada era profunda, penetrante y hasta herida.

Y Shaka estaba desarmado ante esa mirada que le veía a Saga. Podría estar preparado para contestarle con sarcasmo ante cualquier otra pero no… no a esa precisamente, donde lo veía con cierto dejo de dolor y decepción.

-¿El es?-le preguntó Aioria al oído. Los zafiros seguían clavados en él.

-Si…-musitó en un hilo de voz.

Si… la misma mirada, la misma mirada que él le ha estado destinando durante años, viendo como el griego le paseaba las parejas en sus narices… la misma mirada…

Respiró profundo, afiló su mirada, le sonrió en un claro gesto de victoria. Saga sintió que todo lo golpeaba de lleno, demasiado rápido, demasiado severo. Shaka le sonreía… Shaka con la mirada le decía que seguiría con aquel.

Y así fue, Aioria se llevó a Shaka, el rubio le dio la espalda al griego y partieron… a un destino desconocido…

La noche sería larga…
Notas finales: Jajaja ahora veamos que pasara con este par de pillo. Saga dejo a Milo a medio cocer mientras que Mu esta preparando su brasa para freir carne griega y el león saborea de antemano la hindú... ¿como terminará este aprieto? xDDD

Dedicado especialmente a aioryblakdragon que me lo ha pedido por reviews. Gracias por leer a todos, ya contestare los reviews ^^

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