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CUANDO ALGUNA VEZ ME AMASTE por DRAGIOLA

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Notas del capitulo:

Una princesa regresa a su hogar atraida por fuertes rumores de una ruptura de cierta pareja real.

CAPITULO 3: MI HIJA



Si esto no fuera poco, las diez familias nobles, al enterarse de los acontecimientos, pidieron inmediatamente una audiencia con su majestad, quien luego de soportar horas de dudas, reproches, hasta insultos por parte del tío de su ex prometido, termino por sofocar al muchacho, a tal punto de mandarlos al carajo a todos ordenándoles no presentarse ante él a menos que se tratara de asuntos de estado y no de su vida personal.

Era evidente la molestia de algunos nobles, pero no faltaron quienes aplaudieron en señal de apoyo al moreno (Spielberg).

La situación se volvió mas critica cuando uno de los presentes regaño el apoyo alegando que no aceptaría una mujerzuela como reina, por suerte Gwendal, tanto como Gunter, estaban ahí, porque de no haber estado, hubiese habido un derramamiento de sangre.

A las pocas semanas llego de visita la hija del rey, quien atraída por los rumores se presento sin previo aviso ante él.  Ella sabia que no se podía mandar en el corazón ajeno, también sabia del amor que su Otasan-Wolfram le profesaba sin tapujos a su padre, desde que tuviera memoria.  Ante el asombro de todos acepto la nueva relación de su padre con aquella joven, ella no era quien para interferir en su vida, ya que ni siquiera vivía con el.  Al terminar su reunión con su padre fue directo a la habitación real pero entonces recordó a Miko-san, fue obvio que su otro padre ya no residía ahí, entonces fue en busca de Gwendal.  Las sirvientas le informaron que su excelencia se encontraba en una misión y era raro que permaneciera por mucho tiempo en palacio.

Apenas supo en donde se encontraba, arreglo su poco equipaje y así como llego se marcho.  Yuri se hubiese sentido apenado, si no fuera porque la trigueña le había dejado en claro que tenia un asunto urgente que arreglar en su reino, de no ser por la paloma de seguro se habría quedado a conocer a su prometida mas detenidamente, pero le recordó que ya tendrían tiempo para eso.

 

Se despidió alegre de la muchacha, no despego la vista de su caravana hasta que desapareció, tomo de la mano a su novia contento por lo acontecido, lo que mas temía, no se había convertido en mas que un mal presagio, que por suerte resulto ser falso.

Apenas diviso a su rubio padre corrió abrazarle, sabia que eso lo llenaría de alegría, aunque fue mutuo, la muchacha pudo notar en seguida que su padre no se encontraba bien, estaba delgado, un tanto demacrado y con una notoria melancolía reflejada en sus hermosos ojos verdes.

 

 

Al caer la noche por fin pudieron reunirse para hablar con mas calma, el demonio nunca había dejado de lado sus obligaciones, mucho menos lo haría ahora que ya no era el prometido del Heika, la joven lo entendía completamente por lo que decidió esperarlo en la cabaña que este ocupaba mientras estaba en ese lugar.  Ya al caer la noche se reencontraron otra vez, conversaron amenamente mientras cenaban, el rubio siempre tan preocupado por su niña, solo deseaba saber como iba todo con ella en su reino.  La muchacha pudo notar que ni en ningún momento se refería a la gente de palacio, sabia que no debía pero no podía alargar las cosas, ya que no tenia muchos días para estar fuera de sus tierras.

-Otosan-Wolfram, ¿Cómo te encuentras?-

El demonio se hizo el desentendido, siguió conversando sobre otros temas, siempre relacionados con su adorada hija.

-Otosan, por favor, mírame, puedes hablar conmigo, ya no soy una niña-

El rubio agacho la cabeza, sonriendo a la fuerza.

-Estoy bien, porque no debería, mira que hora es, bueno ya debemos irnos a la cama-

En cuanto quiso levantarse su hija fue hacia el, lo abrazo lo mas fuerte que pudo, susurrándole al oído.

-Otosan, ya estoy aquí, puedes llorar, no dejare que nadie se entere, por favor Otosan, confía en tu Greta-shan-

Otosan, pensaba el rubio, la muchacha en frente suyo seguía considerándole su padre, aunque nunca estuviera casado oficialmente, aunque jamás tuvo el amor del padre adoptivo de esta, ella estaba ahí, recordándole que el siempre estaría en su corazón, mi hija, pensó, mía y del enclenque.

La muchacha pudo notar como se convulsionaba ese joven bajo su abrazo, el cual muchos en su reino de Surita creían  un amigo de su niñez, la sorpresa que se llevaban al enterarse de que era su otro padre adoptivo era grande, a veces pensaban que su reina solo bromeaba, pero luego recordaban la longeva vida de esos seres en donde se había criado su monarca y si ella decía que aquel muchacho que a simple vista parecía su pequeño hermano era su padre, bueno, debía ser cierto.

El muchacho se fue calmando en los tiernos brazos de su hija, quien podía sentir su hombro húmedo, ninguno quería separarse pero de apoco lo hicieron, el rubio sabia que la trigueña debía estar cansada, el viaje desde sus tierras solía ser agotador, bien lo sabia él, que luego de viajar tres días  por mar, mas otros dos en caballo, casi lo habían hecho llegar sin estomago a su destino.  En esa época un desubicado Gunter había insinuado un posible embarazo, no por la alegría que esto pudiese significar, si no mas bien porque estaba cansado de ser el árbol del Lord Mocoso, como lo llamaba hacia mucho.  En ese entonces un moreno lo hizo callar, de tal forma que el pobre consejero desde entonces media más sus palabras frente a su Heika, quien aun en esa época no se percataba de la existencia de los donceles en ese mundo.

Vio partir a su hija luego de un par de días, estaba contento, como hacia mucho tiempo atrás, no podía recordar.  Su hija era tan madura, estaba orgulloso de ella a mas no poder, hablaron de todo sin resguardo, ya que mas que padre e hija, eran muy buenos amigos, como no serlo, si desde pequeña quien siempre estaba a su lado, consintiéndola, guiándola, cuidándola y amándola, había sido el, ya que Yuri por sus continuos idas y venidas desde su tierra natal, no estaba tan presente en su vida como el.

Siempre recordaría las palabras de su hija antes de partir.

-Sin importar con quien se despose Otosan-Yuri, tu siempre serás mi padre-

Su joven Greta ya le había aclarado la noche anterior que aunque no se interpusiera ante los deseos de su otro padre, jamás aceptaría aquella relación por completo.  Wolfram sabia que con el gran corazón que poseía su niña, terminaría por torcer su brazo, ya que la prometida del enclenque no era una mala persona, eso fue lo que mas detestaba de toda esa situación, porque aunque deseaba odiarla con toda su alma, no podía.

Aun recordaba la primera impresión al tenerla en frente.


 

Continuara....

Notas finales:

Gracias por los comentarios y por seguir leyendo esta historia, quizas no sea muy interesante pero igual a mi me gusto escribirla por ello la suba.

Gracias.


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