CAPITULO 5: LA SORPRESA
Los dos hermanos quedaron en silencio, creían haber escuchado mal, el rubio con determinación los miro repitiéndoles.
-El no tiene porque ser informado-
Al General no le agradaba su monarca, después de todo había hecho sufrir a su niño adorado, pero estaba claro que como súbdito leal no podía ocultarle sobre la existencia de su futuro heredero.
Conrad tampoco entendía los designios de su hermanito, por eso un tanto molesto le pidió que se explicara. El motivo era simple.
-El no es el padre de mi hijo-
Ahora si, ambos hombres estaban confundidos, uno con el ceño fruncido entendía que el muchacho estuviera resentido con su antiguo prometido pero ir hasta ese extremo para vengarse.
Un castaño se encontraba decepcionado del actuar del menor, porque aunque lo negara, todos estaban enterados del furtivo encuentro que tuviera con el maou, una noche en la cual la prometida de este cumpliera dos semanas en su hogar natal.
Lo que no sabían era que dicha noche fue mal interpretada por una de las tantas chismosas de Palacio.
-Jajajaja, que divertido es esto- exclamaba un alegre rey.
-No se porque no se me ocurrió antes- agregaba animoso.
-¡Cállate!, maldito enclenque- gritaba exhausto un demonio de fuego hecho una furia.
-No entiendo porque tenía tanto miedo antes-
Un rubio iracundo le lanzo sin pensar una bola de fuego que ágilmente fue esquivada por el moreno.
-¡Si!, si, si soy el mejor- decía el monarca alzando los brazos de emoción.
Cada palabra dicha por el moreno hacían enfurecer aun mas al Mazoku, como no hacerlo, se presentaba disque hablara con su amigo a altas horas de la noche, para colmo quería convertirlo en su confidente personal, si seria baka(idiota). Para como se había burlado del amor que le había profesado en sus años de compromiso, el cual todavía seguía latente dentro de el.
-¡Ahaaaaaaa!-
Fue lo único que pudo decir al ver encima suyo al idiota de su ex.
-Jejeje, ¡si!, ¡gane!, ahora soy el que manda-
Decía entre risas, ante los intentos fallidos del rubio por zafarse de el, lo cual le daba mas rabia a este, el enclenque había crecido, para colmo ya se había percatado antes que su fuerza superaba la suya, ¡rayos, maldito medio humano!, pensaba en su interior.
El moreno acerco su rostro al suyo, podía sentir su aliento, su corazón se altero con apenas ese detalle, su amado se aproximaba con una cara claramente lasciva, no importaba si el mundo se acababa, siempre recordaría esa mágica noche, en esos segundos, miles de recuerdos le pasaron por la mente, cuanto había añorado algo así.
Para su mala suerte subió demasiado alto y la caída terminaría destrozándolo por
completo.
-He, Wolf que ideas se te vienen a esa cabecita-
El demonio de fuego comenzó a temblar bajo su rey, ambos se percataron de ello, esquivo la mirada del moreno, estaba realmente nervioso.
-Wolf…no me digas…que aun… me amas-
Le dijo en tono suave, mientras el chico apresado tragaba con dificultad, giro su cabeza para negárselo pero antes que abriera la boca el otro ya había respondido por él.
-Jajaja, es una broma, jejeje, debiste ver tu cara-
-¡Quítate maldito enclenque!-
El muchacho soltó su agarre sin parar de reír, no podía dejar de hacerlo, eso provocaba de sobre manera al rubio. Eso había sido desde él desde un principio, un chiste, un maldito mal chiste.
-¿Dónde esta Maki-san?- pregunto sabiendo la respuesta.
-Jeje, umm, en casa- al final el heika se iba calmando.
-No ha pasado mucho tiempo allá- decía el rubio arreglando su pijama.
-Bueno, es que extrañaba a sus padres- respondió un poco mas serio el moreno.
-A, es eso- dijo con malicia el demonio.
-Claro porque más iba a ser-
-No por nada-
El moreno noto su falso tono de voz, era obvio que intentaba de decirle algo.
-¿Por qué?-
-Bueno, es que me trae recuerdos-
-¿Qué recuerdos?- pregunto intrigado el Heika.
El demonio de fuego lo miro con altivez y con toda la ponzoña acumulada en sus venas, dejo salir el veneno que le había estado carcomiendo la vida.
-Me recuerda aquella época,… en la que estábamos juntos- sonrío con malicia-Tu también desaparecías por largos periodos usando la excusa de extrañar a tu familia-
Lo próximo que vio el Mazoku de fuego al abrir los ojos, fue a una aliviada Gisela preguntándole como se sentía, le dolía el lado izquierdo de la cara y la cabeza le retumbaba, intento pararse pero la doctora se lo impidió, de todas formas no habría podido, se encontraba extremadamente mareado.
La peli verde le informo que se había golpeado la cabeza por lo cual el maou lo trajo sin demora, claro, como no iba hacerlo, se dijo para si, de seguro había usado mayoku para dejarlo en ese estado.
-Estaba muy preocupado, me costo echarlo de aquí-
Fue ahí cuando el rubio se dio cuenta que ya no estaba en su cuarto, si no en la enfermería. Baya si tenia fuerza ese enclenque, hacia unos años no era capaz de sostener una espada y mírenlo ahora.
Luego de reponerse le pidió el máximo de discreción a la joven, quien se ofendió un poco con aquello.
-Excelencia, usted sabe bien que no formo parte del club de chismosas, le recuerdo que soy una doctora y me debo a la privacidad de mis pacientes-
Wolfram se sentía un poco apenado, el la conocía, sabia bien que ella jamás divulgaría un secreto, el único problema era cierto peli gris de mirada intimidador. Luego de que Gisela le aplicara mayoku para aminorar el moretón de la cara, el muchacho se vistió con su uniforme, que tan amablemente la peli verde le llevo con discreción. Tras dar las gracias fue directo a la oficina de su aniki para ofrecerse en cualquier misión que hubiese disponible, por lo más insignificante que fuera, estaba decidido, no deseaba ver a quien fuera su prometido, bajo ninguna circunstancia.
Continuara.............................