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CUANDO ALGUNA VEZ ME AMASTE por DRAGIOLA

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Notas del capitulo:

No soportaba ver como le trataba, pero que podia hacer un simple soldado como el.

EL SOLDADO

PARTE I

 

 

Altivo, orgulloso, valeroso, demandante, bello, hermoso, a si era su capitán, a veces hasta se le olvida respirar cuando lo veía pasar, era una deidad inalcanzable para cualquier Mazoku común, mucho mas para un subordinado como él.  Lo sabia, pero no le importaba porque al igual que sus compañeros estaba feliz con poder estar a su lado, sirviéndole, protegiéndole, cuidándolo, aunque sabia que eso no era necesario, ya que era uno de los espadachines mas valerosos del reino, como no serlo, si había sido entrenado por el mismo León de Gutenberg, el mejor en todo el reino y talvez hasta de toda tierra conocida hasta el momento por cualquier ser vivo.  Pero las cosas habían cambiado, todo a causa  del Maou, quien desde su llegada fue consumiendo a su adorado capitán, quizás el no se había dado cuenta pero ellos, sus soldados lo notaron de inmediato.  De a poco fue rindiéndose a sus demandas, acepto criar a una niña humana como hija propia lo cual dejo sorprendidos a todos, ya que era bien conocido por su arrecido odio hacia los de su especie, luego, empezó a ser permisivo con sus contrincantes a causa de que Heika no aprobaba el derramamiento de sangre, por esto había sido herido, en ese instante el mundo se le vino encima, al igual que a sus compañeros, todo hacia indicar que podía morir, aquella noche lloro como nunca lo había hecho, rezo a Shinon por su excelencia haciéndole todo tipo de mandas con tal de que le salvara.  Sus suplicas fueron escuchadas, aunque deseaba verlo, no pudo estar cerca suyo sino hasta 3 meses después, tanto para el como para sus compañeros habían sido eternos y aunque el legendario León, reemplazo a su capitán, no fue lo mismo.

 

 Le hervía la sangre cada vez que notaba a su señor con el semblante triste, ido, eso solo tenía un nombre, Heika Yuri.  Debía morderse la lengua cada vez que les saludaba, no podía ofender al rey, cuantas veces junto a sus compañeros habían soñado acorralarlo y darle una buena tunda, pero por motivos obvios no podían, al recordar la corte marcial y la segura ejecución por traición al reino.  Por Heika no era tanto, pero si  de traición a su patria, ya que ningún orgulloso Mazoku caería tan bajo, eso si que no.

 

Todos lo veían como el mejor rey que hubiere tenido el reino, lo era, también cuan noble y amable era con sus súbditos, claro que lo era, con todos excepto con su prometido.   A ellos se le rompía el corazón cada vez que notaban como su excelencia llegaba furioso a entrenar, eso significaba que había peleado con su majestad, de seguro luego de desquitar su rabia en el entrenamiento se marcharía a algún sitio y bajo llave se desahogaría de la forma que tan bien sabia que odiaba, porque para su capitán el llanto era un signo de debilidad imperdonable.  Muchos se burlaban de su capitán, porque aun con esa belleza de la cual era dueño, el Maou no le tomaba en cuenta, mas aun, se reían de  sus ridículos celos, ya que para ellos su rey era el ser mas puro. ( rumor echado a correr por Gunter)  Todavía tenia en la memoria la pelea en la cual junto con sus compañero se enfrentaron a unos individuos en el bar del pueblo, es que una cosa era aguantar la comidilla de las mujeres pero otra cosa era la de vagos, que sin dudarlo hasta habían creado una canción en ese preciso momento, estando ellos presentes, a sabiendas que el era su capitán.

 

- “EXELENCIA, EXELENCIA, NO HABRA TANTO LAS PIERNAS, QUE HEIKA SOLO LO PUEDE SATISFACER UNA VEZ A LA SEMANA, JAJAJA”-  

 

-NO ASI NO VA- 

 

- COMO ES ENTONCES-

 

 -CALIENTE, CALIENTE, EL PRINCIPITO ESTA DESDE QUE EL MAOU SOLO LO DEJA, TEN PACIENTE AMADO MIO QUE PRONTO REGRESARE DE MI TIERRA A DARTE TU MERECIDO-  -JAJAJAJAJA-  

 

Reían sin, ya tenia su mano en la espada, pero sus compañeros le advertían que a su capitán no le agradaría ver a sus tropas en medio de una disputa, fue entonces que uno de los hombres les dirigió la palabra y toda advertencia fue olvidada.

 

 -¡HEY¡ USTEDES SON LOS HOMBRES DEL PROMETIDO DEL MAOU, VERDAD- 

 

Hay que ignorarlos se dijeron.  

 

-         ¡OIGAN, VAMOS CONTESTEN!- 

 

No les presten atención, se decían.

 

 – A MI ME ENCANTARIA ESTAR EN SUS FILAS- 

 

- TE ENTIENDO- dijo otro   

 

-SOBRE TODO CUANDO SU MAJESTAD VIAJA Y LA CAMA DEL PRINCIPE QUEDA VACIA-  

 

Ya, la gota que derramo el baso. 

 

La pelea había sido la comidilla de todo el reino, para colmo su capitán les había dado una gran reprimenda, tan enfadado estaba que les aseguro que recibirían un castigo ejemplar, uno de sus compañero quiso contar lo ocurrido, pero fue callado enseguida por otro soldado, cualquiera de ellos prefería el castigo antes de la humillación que podría sentir su capitán por tan agrios comentarios hacia su persona,  el no se lo merecía.

 

En cambio ese enclenque como lo llamaba su excelencia, el si merecía todos los insultos habidos y por haber.  Cada vez que escuchaba cuan posesivo y celoso era su capitán, se le venia a la mente aquella imagen del rey yéndose a una posada con una chica diferente, claro que ella no sabia quien era, iba disfrazado, él tampoco se habría dado cuenta si no lo hubiese, seguido luego de ver una actitud que se le hizo conocida, estaba sorprendido, ya había visto a Heika disfrazado, por eso podía asegurar que se trataba de el. 

 

Esto no solo ocurrió una vez, parecía que el destino le estuviera jugando una broma, porque aunque deseaba decírselo a su excelencia, sabía bien que eso terminaría matándolo. 

 

Todo había acabado, su capitán partía en variadas misiones sin importancia, ellos sabían que era para no encontrarse con el Maou, quien había roto el compromiso luego de años de haberlo tenido atado a el.   En ocasiones especiales iba junto a sus tropas, pero la mayoría de las veces llevaba a uno de sus hombres consigo, no porque el lo deseara, si no, porque era orden del General, quien antes de partir, mandaba a llamar a quien le tocaba el turno de acompañar a su hermano menor, con una solo petición que a veces daba la impresión que en realidad era una orden, esa era cuidar, proteger y vigilar al ex príncipe.  Esas ordenes eran innecesarias, ya que sin pedírselo, tanto el como sus compañeros se dedicaban a velar por su superior sin tregua, desde que se enteraron de la ruptura del compromiso.

 

Llevaban ya casi cuatro días en un pueblo donde habían pedido ayuda con unos cuatreros, la misión había resultado simple, al final resulto que los responsables del descuartizamiento de los animales habían sido perros rabiosos venidos del monte, ya era hora de regresar al castillo, entonces su capitán había dicho que permanecerían ahí un par de días mas, esto no le extraño, su excelencia siempre alargaba la estadía de las misiones, era normal quedarse mas de lo debido tras su ruptura, era obvio que no desdaba encontrarse con la nueva pareja real. 

 

Aun no podía creer el descaro del rey, no había pasado ni un mes de su separación y el ya tenia una nueva prometida, para colmo la tenia instalada en el castillo sin importarle los sentimientos de su excelencia, como si eso fuera poco era una humana venida de su mundo, jamás entendería como era posible que hubiese cambiado aquel ser tan divino por uno tan corriente como aquella muchacha.  Si hasta la gente que chismorreaba de su excelencia estaba en contra de aquel nuevo compromiso, tanto que ya habían creado canciones en contra de la muchacha y a favor del ex príncipe. 

 

Ya llevaban doce días en aquel pueblo cuando su capitán le comunico que se marcharían, pero no a Pacto de Sangre, si no a otro pueblo.  Le sorprendió un poco cuando le ordeno vestirse de incógnito, al parecer quería darse unas vacaciones.

 

-         Si quieres te puedes marchar-

 

Le había dicho cortante al ver su sorprendida cara, de inmediato se negó, jamás lo dejaría a su suerte en esos Lares, mucho menos ahora, que estaba seguro que algo le pasaba, era obvio quien era el responsable, ya que la misión había finalizado demasiado rápido y casi tuvo que suplicarle que le esperara, nunca comprendería como ese pobre caballo seguía con vida luego de galopar con tanta violencia.

 

Había arrendado una pequeña cabaña cerca de un río, bastante precaria, no había duda que el valor cobrado por esta era un robo pero  su excelencia no puso inconvenientes en pagar, ni siquiera cuando el quiso regatear, aunque quiso limpiar solo la casucha, su capitán se negó a quedarse atrás, juntos terminaron de asearla, luego fueron por provisiones y se dispusieron a descansar, el único problema fue la cama, solo había una, grande, pero  obviamente el ni en sueños estaría a su lado.  Se acomodo en la cocina, para su sorpresa el ex príncipe había ido a ver si se encontraba bien, le llevo algunas mantas extras, se negó aceptarlas pero tras una mirada de este decidió no llevarle la contraria.    Al día siguiente fueron a pescar, el semblante de la belleza frente a el se veía mejor, fue cuando lo noto, jamás le veían de frente por mucho tiempo, ya que eso significaría una osadía de su parte, alguien de su nivel  nunca podría compararse con un noble, pero al estar incógnitos le permitía darse ciertos privilegios con los cuales ni habría soñado con tener.   Su mejilla izquierda tenia un tono diferente al resto de su rostro, trato de calmarse pero sabia que no podría mantenerse así por mucho tiempo, se retiro con una excusa cualquiera para no molestar a su excelencia.  Al encontrarse solo pudo despotricar en contra del maou sin tapujos, hasta se dio el lujo de golpear la mesa en varias oportunidades. 

 

Era obvio quien le había hecho eso a su capitán, ahora comprendía porque salieron tan deprisa de palacio, como se atrevía a herir tan hermoso rostro, acaso no le bastaba con todo el daño que le había hecho, ahora mas encima lo golpeaba, estaba claro que jamás le respondería, no por ser el maou, conocía bien el carácter de su superior, sabia que eso no lo detendría, al igual que sabia de su amor no correspondido por este, ese era el motivo por el cual aquel desgraciado se aprovechaba porque de no ser así, su capitán no tendría ni un solo rasguño.  

 

Estaban ya una semana en aquel lugar,  le agradaba estar con su capitán, había descubierto que no era tan caprichoso como decían algunos de sus cercanos, además que cocinaba, no muy bien, pero le hacia la lucha, estas eran las mejor misión de su vida, aunque en realidad eran vacaciones, solo le preocupaba una cosa, esa era el no ser descubierto por el ex príncipe.

 

Cada dos días, al caer la noche, mientras este dormía profundamente, salía al claro con una paloma que cuando necesitaba aparecía por arte de magia o mejor dicho, se mantenía cerca esperando su llamado.   Con ella le enviaba un informe completo del estado de su excelencia, debía informar cada detalle al general, si no quería darse por muerto a su regreso.  Sabía que era una traición hacia su capitán, pero también sabía que de no hacerlo le darían de baja, no podría volver a hacer un soldado y lo peor de todo, nunca mas podría volver a ver a su capitán.  Lo único que calmaba su conciencia era el hecho  de no ser el único, ya que sus compañeros también habían sido amenazados y obligados a hacer lo mismo.

 

Cansado de las miradas e insinuaciones tanto de parte de las mujeres como de hombres, el capitán decidió comprar una gran cantidad de licor, prefería beber tranquilo a ser fastidiado por esa manga de bakas, como había dicho el.  Cada noche lo acompañaba por insistencia suya, para luego verlo caer  en la melancolía, a veces hasta hipiaba, pero se detenía al darse cuenta que no estaba solo, le rompía el corazón verlo así, luego lo llevaba a su cama y lo arropaba con cuidado, jamás comprendería que tenia el maou en la cabeza, como podía hacerlo sufrir, porque lo había dejado en ese estado tan lamentable.  De seguro si recordara lo ocurrido al día siguiente, preferiría morir antes de verlo a la cara. 

 

Pobre de mi excelencia, pensaba mientras le deseaba buenas noches, cuando sentio una calida piel sobre sus labios, por Shinon, no debía haber bebido tanto, como se había atrevido.  Grandes ojos verdes lo miraban en la oscuridad de la noche, de ellos salían lagrimas, entre sollozos le preguntaba porque lo odiaba, que había hecho mal, porque le tenia tanto asco, era obvio que no me hablaba a mi, lo sabia, pero al escucharlo pedirme un beso casi suplicándome, no pudo resistirme mas. 

 

 

 

 

 

 

Continuara..............................

 

Notas finales:

Buenos ya nos acercamos a la parte que tanto me exigen hace tiempo, la pregunta del millon es, ¿acaso es un sueño humedo?

¿es solo producto de una imaginacion exsorvitante?

¿es un cuento herotico de Anisina para levantarle el animo al rubio?

¿Wolfram matara al atrevido sub alterno?

Jejejeje, esa y muchas incognitas mas, seran resueltas en el proximo emosionante capitulo.   Jejejeje, me quedo como TO BE CONTINUED de serie gringa, jejeje.

De ante mano, gracias por leer el fics y mucho mas por los comentarios, muchas gracias, en serio, por ello paso en rapido el borrador en el compu.


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