CAPITULO 8
EL BEBE DE PALACIO
Un gran alboroto se había armado en el Pacto de Sangre y es que la novedad del comunicado de que pronto un nuevo miembro llegaría a la familia real llenaba de alegría y emoción a todos en el lugar con excepción de cierto rubio que se encontraba en shock desde que se enterara del anuncio.
Las sirvientas ya preparaban un cuarto para el bebe, sus hermanos se preguntaban si esta vez tendrían una hermanita y el maou cada vez estaba mas preocupado por la forma de actuar de su mejor amigo, que hacia tiempo no se proclamaba como su prometido.
Bueno quien lo podría culpar, el siempre fue el menor de aquella familia tan peculiar, el bebe como le llamaba Anisina al escuchar de la noticia e insinuar que se pondría celoso de seguro, a lo cual nadie presto atención, ya que conociendo al demonio eso era muy poco creíble, pero ahora que el arribo de la ex maou estaba próximo, su comportamiento había cambiado notoriamente para sorpresa de todos.
No se podía hablar del bebe sin que este gritara intentando cambiar de tema, el cuarto tan armoniosamente decorado fue descubierto un buen día con manchas negras, notoriamente hechas al prender fuego cerca de sus paredes, los intentos de tenerle un jaguar eran casi imposibles, por que la pequeñas prendas desaparecían misteriosamente y ni hablar de los peluches creados por el mayor de los hermanos, que antes de ser puestos en el cuarto de su futuro hermano menor, un rubio se los arrebataba alegando que el mocoso ni lo apreciaría o simplemente porque lo quería y ya.
Por otra parte se encontraba cierto castaño, que cada vez que podía sacaba al ruedo de cómo cuidaría y mimaría al nuevo Honey de palacio, mal que mal, estaba seguro que nuevamente lo dejarían a cargo del menor de sus hermanos, si hasta planeaba ya como enseñarle a sostener la espada.
Asombrosamente, él aun menor de los hermanos, de la noche a la mañana comenzaba a tratar de coni-chan al castaño, llegando al extremo de casi pegársele a las solapas, haciéndole ojitos tristes, con pucheros que hasta al mismo Yuri enternecían.
Muchos sospechaban que tal algarabía exagerada por parte del hermano del medio, solo eran una excusa par aponer celoso al rubio, ya que en las únicas oportunidades que hablaba del dichoso bebe, siempre fueron en su presencia.
Nadie podía negar que era enternecedor ver esas escenas de antaño, tal unión fraternal que según el general no veía desde la infancia de aquellos dos, pero también solía ponerse algo incomodo cuando el castaño exageraba en su papel con su futuro hermano, porque en ese momento Wolfram explotaba y ya no era nada agradable ver al rubio a punto de hacer una pataleta.
El día tan esperado llego, se podía reconocer a lo lejos el carruaje de la ex Heika por el horizonte, hasta la ultima alma del castillo esperaba su arribo a palacio.
Gwendal se encontraba igual de ceremonioso como siempre, con solo una pregunta en la mente, ¿Quién es el padre, madre?
Conrad estaba con su habitual sonrisa a la espera de su madre y Wolfram, bueno este a diferencia de lo que muchos pensaron, estaba en silencio, hecho un atado de nervios.
Apenas descendió del carruaje pudieron notar como una curvilínea y despampanante rubia descendía radiante de felicidad por tal recibimiento, lo que mas le alegraba era que ninguno de sus hijos le hicieran el quite al darle sus abrazos de oso.
Fue entonces cuando una pequeña pregunto por el bebe, mientras una asombrada Cherry les observaba incrédula, notando como el menor de sus hijos le observaba con ojos de borrego degollado.
-¿Qué bebe?- pregunto la rubia nuevamente observando a su pequeño y antes que comenzara a gritar conclusiones erróneas, el mayor de sus hijos fue directo al grano, preguntando por el nuevo miembro de la familia que había anunciado en su carta.
La mujer agacho la cabeza diciendo que aquel romance había terminado, entonces se pudo escuchar el grito alarmado del General exigiendo el nombre del canalla a lo cual su madre intento tranquilizar, asegurándole que ya tenia un nuevo amor, lo cual no le hizo mucha gracia a su hijo, que no sabia a quien reclamarle por el estado actual de su madre. Ya comenzaba a escucharse sus gritos preguntándole que tenia en la cabeza para dejar a un niño sin padre, cuando la mujer le hizo callar, alegando no saber de que rayos le hablaba.
Todos estaban expectantes a lo que estaba por decir la ex maou, sobre todo un rubio que ya se le notaba una gran sonrisa en el rostro.
Resulto que jamás estuvo embarazada, la carta que envío se refería a su futuro esposo, quien seria el nuevo miembro de la familia, pero que por azares del destino la rubia decidió desechar.
Un molesto peli gris pedía explicaciones a un castaño, quien fue el que difundiera la noticia, el acusado solo se defendía esbozando su habitual sonrisa, alegando el no haber dicho que su madre estuviera embarazada.
Un demonio no podía mas de la felicidad, ignorando por completo el engaño de su coni-chan y agregando que era obvio que a la edad de su madre el tener un hijo debía ser imposible, a lo cual la mujer indignada anunciaba que pronto se daría cuenta de cómo aun podía tener tres hijos mas, si ella así lo deseaba, a lo que no se hizo esperar el algarabía de los presentes.
Un moreno reía a mas no poder al recordar los acontecimientos vividos en su reino, no podía creer el comportamiento infantil de aquellos hombres y mucho menos lo ingenuidad de su prometido, cof, cof, perdón, su amigo, que tanto le gustaba aparentar madures.
Apenas se hubo cambiado de ropa, se dispuso a bajar hasta el comedor, allí se encontraban sus padres y hermano muy contentos, se preguntaba cual seria la noticia que tenían que darle, entonces lo vio, su madre sosteniendo un trajecito, un mameluco de bebe para ser exactos, con una sonrisa de oreja a oreja.
-Yu-chan no es lindo-
El alma se le salio del cuerpo dejándolo caer de bruces al suelo, mientras un furioso Shori regañaba a sus padres por querer regalar las cosas de bebe, de su querido hermano menor, a una tía que apenas y habían visto en un par de ocasiones.
FIN