CAPITULO 14
LA VERDAD SIEMPRE SALE A LUZ
Maki estaba furiosa, se la pasaba casi todo el tiempo molesta, no la entendía, intentaba por todos los medios complacerla pero al parecer, eso solo empeoraba las cosas.
Se retiro de su despacho tras su novia, sin importarle los reclamos de Gunter que últimamente deseaba que el rubio jamás hubiese dejado de ser el prometido real, porque si el demonio era un dolor de cabeza, al menos su rey lo ponia en su lugar cuando era necesario, mas con esa joven nada de eso sucedía. Claro esta que nunca se atrevería a decirle nada al respecto a su majestad, quien si debía aguantar sus reclamos y desahogos no era otro mas que cierto General que últimamente deseaba verlo tragado por un agujero negro, quien podia entender al consejero real, nunca estaba conforme.
La joven intento encerrarse en la habitación, pero su prometido se lo impidió. Estaba angustiada, ella habia cambiado o quizás siempre habia sido así y su amor lo cegó para no ver con claridad la realidad.
No podia evitarlo, en esos últimos meses todo se habia vuelto mas pesado, su trabajo no era mayor al de antes pero aun así podia sentir como su alrededor iba cambiado.
Greta los habia visitado ya en tres ocasiones, al parecer le emocionaba el reciente embarazo del rubio, mas convertirse en hermana mayor que fue lo que siempre deseo desde pequeña. Se la pasaba toda su estadía con su padre, emocionada, mostrándole los regalos para el pequeño aun en su vientre, ambos se veían radiantes de felicidad, a veces les acompañaba y podia ver un dejo de nostalgia en los ojos de su hija, el sabia bien a que se debía, ella se lo habría comentado la primera vez que llego a palacio, tras conocer la noticia.
-Padre, ese pudo ser tu bebe. Que hermosa familia hubiésemos sido-
La critica le habia dolido en des manera, la muchacha se percato en seguida, sin perder tiempo le pidio disculpas por su falta de tino, no quería herir los sentimientos de su padre de ninguna manera.
El sabia que su niña no lo hizo con mala intención, pero igual podia sentir como un trozo de su corazón era arrancado de cuajo de su pecho.
No importa, se decía, muy pronto me casare, tendré hijos y Greta tendrá tantos hermanos que mimar que se volverá loca, ajajá. Pero sus sueños se estaban desvaneciendo sin siquiera percatarse, su prometida perdía la paciencia últimamente con mayor facilidad, evitaba permanecer por mucho tiempo en su futuro mundo, dando por excusas a su familia, luego, un dia le comunico que tenia un empleo en la tierra.
Intento persuadirla par que permaneciera en su reino, tendría el trabajo que fuera de su mayor agrado, eso se lo aseguraba él, mas ella se nego rotundamente.
Ella era tan diferente a su antiguo prometido, eso fue lo que le atrajo, sobre todo lo mas importante, era mujer, de eso se habia asegurado al mes de ser novios. Recordaba esos apasionados encuentros, luego de semanas apartados, siempre en moteles de precios módicos, encerrados por horas hasta que el dia se desvanecía, en aquella época no se atrevería a faltar una noche a su hogar, después de todo en su reino tenia todo lo necesario, mas en su mundo no era mas que un muerto de hambre, por lo cual seguía visitando a sus padres con la excusa de extrañar su hogar. Claro esta que siempre llegaba con las manos llenas de regalos, en especial para una emocionada Jenifer que siempre intentaba de sonsacarle a su hijo la fecha de su próximo matrimonio, ya que según ella, estaba mal vivir tanto tiempo con su prometido en pecado, sin formalizar todavía luego de tantos años.
Esto en otro tiempo le era molesto, luego le causaba gracia, ahora simplemente le ignoraba como todo un experto. Cono no hacerlo, si no se caso cuando tenia a Greta como escusa de darle un buen ejemplo a su hija, menos lo haría ahora que tenia a Maki. Se ponia un poco nervioso al pensar en ella, no podia negar que solo pensar en la reacción que tendrían sus padres al conocerla se le hacia un nudo en el estomago. Sobre todo por su madre que adoraba en sobre manera a Wolfram, a tal punto de ya tener el nombre para cada hijo que tendría con este, si hasta ya les tenia la ropa de bebe como para diez infantes, a veces pensaba que su madre le faltaba un tornillo.
Las mentiras siempre salen a la luz, eso lo sabia bien, pero nunca creyó ser descubierto por una horrorizada Jenifer, para colmo fuera de un motel y besándose, no podia haber alguien con tanta mala suerte.
Su novia comprendió enseguida que ocurría, lo que ella sabia hasta ese momento, era que su madre lo habia comprometido cuando pequeño y para rematarla ¡con un chico de un país extranjero!, todo a causa de un mal entendido, pero aun así, la mujer no daría su brazo a torcer, su pobre hijo tendría que casarse, lo quisiera este o no.
Lastima que la muchacha solo conociera una versión de la historia, porque dentro de poco se enteraría de la peor manera de todo ese asunto, la cual seria detonante frecuente de sus futuras peleas.
Tras discutir por varias horas con sus padres, una decepcionada Miko-san le decía.
-Tienes derecho a enamorarte es cierto, pero no tienes porque engañar a tu prometido de esta forma, el te ama, lo sabes-
Wolfram, siempre Wolfram, que tenia el que todos se volcaban en su contra para ponerse a favor de un muchacho que todos no cesaban de tildar como caprichoso, nunca lo entendería, para colmo hasta sus padres estaban ahora en su contra, a caso no tenia derecho a ser feliz.
-Espero que no llegue el dia en que te arrepientas hijo-
Fueron las frías palabras que le dijera su padre.
Al parecer estaría solo, porque con excepción de Shori, a todos les encantaba su prometido, al menos eso creía, porque pudo notar sorpresa en el rostro de su hermano al contarle lo ocurrido, que demonios les pasaba, acaso no eran su familia. Por supuesto, que a diferencia de sus padres, al menos él, le prometió apoyarlo en lo que fuera necesario.
Se le acercó para acariciarle la mejilla, esta le esquivo, intento tomar su rostro entre sus manos, pero se Safo de él, deseaba tanto depositar un beso en sus calidos labios. La tomo de la cintura, ella no se opuso, de a poco la giro frente suyo, estaban tan cerca, le dio un suave beso, ambos cerraron sus ojos al profundizarlo, estaba en el cielo, lleno de angeles llamados Maki, pero por una extraña razón, siempre que deseaba ver su rostro aparecía otro con grandes orbes verdes.
En un beso, en una caricia, en sus sueños, hasta en su cama, el recuerdo de aquel prometido salía a relucir. Sus besos calidos, no se parecían aquellos fugases que le eran arrebatados por la noche, mientras fingía dormir, sus caricias no eran tímidas, su piel pálida no se comparaba con la nívea del otro, su aroma no lo embriagaba por las noches al punto de irse con urgencia al baño. Su cabello le recordaba la oscuridad de la noche, mas la del otro el de la luz del dia. Sus ojos demostraban confianza, mas la de él con un dejo de tristeza que en el fondo de su corazón siempre deseo que cambiara por felicidad.
A ella podia verla a la cara por horas, en cambio a él no, siempre le perturbaba el verse perdido en la perfección de aquel joven que no paraba de decirle que lo amaba. Si hasta en sus sueños seguía presente, dormido o despierto, siempre estaba ahí, a su lado, sin siquiera saberlo. En la cama, amando a cualquier muchacha que se prestara para una noche de pasión, en esos besos, caricias, en la misma penetración, en cada vaivén, hasta llegar al éxtasis del clímax, solo para percatarse avergonzado de cómo su imaginación se burlaba con descaro de su dueño.
Todo aquello fue cambiando al conocer a Maki, estaba feliz, por fin se quitaría aquel fetiche enfermizo que tenia con su amigo. Sabia bien que podia caer, en el momento menos pensado, tambien que este no se negaría a recibirle con los brazos abiertos, ¡pero no!, jamás iba aceptar tener ese tipo de relación con un hombre, mucho menos con el rubio.
Maki era perfecta, todo habia quedado atrás, hasta el dia que supo del embarazo, entonces su recuperación sufrió un tras pie, del cual su nueva prometida se fue dando cuenta paulatinamente, sin que este se percatara.
Continuara.....................................................................