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CUANDO ALGUNA VEZ ME AMASTE por DRAGIOLA

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Notas del capitulo:

Me muero, me dio la maldita gripe de primavera, justo ahora que me ib a ir de parranda por fiestas patrias, la vida no es justa, pero bueno, aproveche de actualizar.

Ahi les va un nuevo episodio.

 

CAPITULO 15

CELOS

 

 

Con el tiempo se fueron distanciando, ella no comprendía el afán de su novio por ayudar a su ex, los celos eran molestos para la muchacha que no estaba acostumbrada a ellos y como no pretendía hacer una escena de esas tan recordadas, además de comentadas por los miembros del castillo, prefirió retirarse dignamente cada vez que los sintiera, el problema fue que le venían demasiado seguido, al punto de no querer regresar al mundo de su prometido, para colmo este ni siquiera se quedaba con ella por mas de uno o dos días, alegando siempre que su reino lo necesitaba, eso le irritaba profundamente, ya que sabia que el verdadero motivo era otro, su misma suegra se lo recordaba cuando se despedía de él, lleno de obsequios para aquel pequeño bastardo que aun no nacía.

 

Ni que fuera su hijo, cada vez que se le cruzaba esta idea por la cabeza quería explotar en llanto, a veces lo hacia, cuando no, deseaba con todas sus fuerzas que aquel rubio sufriera un accidente, muriéndose junto a su vástago.

 

Se odiaba por pensar de esa forma, no se reconocía, sabia que el rubio ya no presentaba ningún peligro en su relación, como muchos le habían comentado en Pacto de Sangre, estaba en cinta, de un soldado cercano a él.  Cuando escucho la noticia se emociono, le encantaban los bebes, aunque se le hiciera raro que un chico pasara por lo mismo que una mujer, pero luego empezó su agonía, la familia no aceptaba al nuevo prometido por no ser de su clase, con muchos nervios se percato como todos miraban a su novio, era como si lo culparan por lo ocurrido y estuvieran exigiéndole, a él, hacerse responsable del asunto.

 

La gota que derramo el baso, fueron las atenciones excesivas dadas por su prometido, quien siempre se escudaba en su estado para hacerlo, en que se lo debía, porque era su amigo. Nadie le prestaba atención, no que lo hicieran antes, pero al menos pensaba que de a poco se los estaba ganando, sobre todo a esa joven que les visitaba cada vez mas seguido para ver a su padre.  Mejor dicho, sus padres, se dio cuenta la primera vez que Yuri les presento, que bajo aquella amabilidad habia un notorio reproche en sus ojos, dedicado a su padre, mientras que para ella, solo una palabra se le venia a la mente, intrusa, invasora, usurpadora. Agradeció entonces saber que la hija adoptiva de su novio viviera en otro reino, no tendría que soportar el peso de su mirada inquisidora llamándola mentalmente “destructora de hogares”.

 

 

 

 

 

 

Sin darse cuenta volvió a caer en las rutinas de antes.  Salía sigilosamente de castillo para luego estando bien lejos poder disfrazarse con mayor tranquilidad.  Visitaba el pueblo impunemente, nadie lo detendría para hacerle reverencias, después de todo era uno del montón, gracias a su nueva apariencia. 

Fue a beber en un bar pero pronto, decidió retirarse, cierta conversación comenzaba a molestarlo pero cuando comenzaron con cierta canción conocida para el, se dio cuenta que la letra habia cambiado y todo su buen humor con ella tambien.

 

 

 

“Lo que no pudo el Heika un simple soldado

Lo logro,

Robarse la tan preciada

Flor casta del prometido

Que jamás toco”

 

 

-Jajaja, o vamos no digan eso- decía un hombre.

 

-Pero es cierto, lo escuche de un soldado- dijo otro.

 

-Yo tambien escuche lo mismo- alegaba una muchacha que servia los jarros de licor.

 

-Marilda cuéntanos, tú escuchaste todo aquí, verdad-

 

 

 

Le preguntaban  con miradas intrigosas a una incomoda muchacha. 

 

Pensó en interferir, la joven se vía poco cómoda con la situación, pero antes de poder decir algo esta se tomo un  buen sorbo de trago de una jarra de licor cualquiera, se seco los labios y muy animosa comenzó a contar lo que sabia.

 

 

-Fue hace unos meses, el joven no quería hablar de lo ocurrido, sus compañeros lo emborracharon, se notaban molestos con él, por eso acepto, je jeje-

 

 

La mujer se veía bastante animada por la atención recibida de la concurrencia.

 

 

-Vamos sigue Marilda- le increpaba un curioso al ver como la muchacha no paraba de reír.

 

-Bueno, hasta borracho se negaba a decir palabra alguna, pero entonces uno de ellos dijo algo que lo hizo enfurecer, casi lo golpea, suerte para él otro que en su estado era fácil de esquivar-

 

 

Se notaba que aquella joven se sentia como un reina en esos momentos.

 

 

-¿Qué fue lo que dijo él otro?-

 

Graciosamente era la misma pregunta que un moreno disfrazado y cabizbajo se preguntaba en la barra de aquel bar.

 

 

-No lo se, ya que estaba tomando otro pedido-

 

 

En ese momento se escucho un sonoro bufido por parte de los presentes.

 

 

-Pero si alcance a escuchar al soldado iracundo, que a esas alturas ya soltaba la lengua sin ningún tapujo, a que no adivinan que les grito a los otros- decía en tono entre coqueto e infantil.

 

-¡Dilo!, ¡vamos que esperas!, ¡desembucha mujer!, ¡cuéntanos!-

 

 

Todos se encontraban mordiéndose las uñas a esas alturas por pura curiosidad, un hombre le dio otro jarro de licor a la muchacha, quien fue mas delicada esta vez al beber su contenido.

 

 

-Je jeje, no lo van a creer-

 

 

Aquellos sujetos estaban a punto de perder la paciencia, es que la joven le daba demasiadas vueltas al asunto.

 

 

-Pues les grito a vivo pulmón, hump- se aclaro la garganta la joven.

 

-¡Eso no es cierto!, ¡yo soy el único, nadie mas lo ha tocado!, ¡es mas tengo la prueba de ello!-

 

 

Una eufórica mesera elevaba el puño emocionada al recordar aquel discurso.  Todos se miraban asombrados para luego volver a mirarla, ella ya conocía la pregunta sin tener que escucharla.

 

 

-Al parecer el joven guardo las sabanas como recuerdo de aquella noche, de amor desmedido-

 

 

Para qué diablos hizo eso, se preguntaba el Maou deseando que alguien lo sacara de su intriga, cuando escucho una sonora risotada que casi lo hace caer del banco en donde se encontraba.

 

 

-¡Increíble!-

 

Era una de las tantas cosas que escuchaba que gritaban.

 

 

-No, no, debes haber escuchado mal-

 

 

La muchacha negaba rotundamente aquella duda.

 

 

-Pero si con su majestad estuvieron años-

 

-Además se dice que dormían en la misma cama, como dicta la santa tradición-

 

-Quizás en su mundo sea mal visto-

 

-¡Pero vamos, en tantos años!-

 

-¡Es cierto!, si yo hubiese tenido aquel belleza a mi lado cada noche, ufff.....-

 

 

Se escuchaba decir a un sujeto en tono un tanto pervertido que hizo voltear al joven incógnito, por primera vez en esa noche.

 

 

-¡Si!, ni que fuera de piedra o fuera….-

 

 

El hombre se callo apenas, para luego escuchar como su frase era terminada por otro individuo.

 

 

-¡Impotente!, ¡nuestro Maou la tiene floja, jajá jajá- gritaba otro.

 

 

Yuri sintió venírsele el mundo a los pies. Si bien era cierto, todos esos años al lado del rubio habían sido una verdadera tortura, sobre todo al llegar la noche, si no hubiese sido por los somníferos traídos desde la tierra, quizás no podría haber seguido siendo hetero, pero sobre todo, gracias a sus escapadas clandestinas que ni eran notadas por un drogado demonio que yacía profundamente dormido.

 

 

 

“Heika, Heika”

 

 

Empezó uno a cantar siendo acompañado enseguida por otro paisano.

 

 

 

“Si su excelencia no pudo,

Dudo que la tal Maki

Su hombría

Logre levantar”

 

 

 

-Jajaja, esta es mejor-

 

 

 

“Heika, Heika, Heika,

Hasta un soldadito

Lo ha logrado superar,

Que mejor prueba

Que el niño

Que espera su ex majestad”

 

 

 

-Jajá jajá, por suerte esto no afecta su mayoku, Jajaja-

 

-¡Ey!, contrólense, recuerden que hablan del Maou, el mas poderoso que hemos tenido- les regañaba la muchacha que contara un momento antes la historia.

 

-Bueno es cierto, pero si para tener el mayoku mas poderoso debo quedarme virgen hasta la muerte, ¡no gracias!-

 

-¡Es cierto amigo, gracias a Shinoun, ninguno de nosotros llevamos ese calvario!-

 

-¡Cierto!-

 

 

 

Los hombres seguían bebiendo y cantando animada mente, cuando un joven forastero se marchaba del lugar, bastante molesto, pudiendo escuchar a lo lejos, la continuación de dicha canción.

 

“Heika, Heika,

Pobre

De nuestro Maou”

 

 

 

 

 

 

 

Continuara..........................................................

Notas finales:

Gracias por los cometarios, jejeje, hay varios que me agradaron mucho, sigan asi.

Si se portan bien para mañana talvez suba otro episodio, talvez, no aseguro nada, debo ver como sigue mi cabeza, ahora me ire a dormir.

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