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CUANDO ALGUNA VEZ ME AMASTE por DRAGIOLA

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Notas del capitulo:

Este es el ultimo episodio de esta historia que escribiera hace meses, como dije en un principio, es mi primera historia, asi que se pide comprension.  Ufff, si que me costo pasarla en limpio, mas arreglarla, me van a creer que la empese como tercera persona pero que a veces la encontraba en primera, que problema, a veces me pasa eso, pero aunque me costo, lo arregle, ufff, que cansada estoy, ademas de correguir como mi bendito word ortografico la caligrafia, ya que sin el, no soy nadie, triste pero cierto.

Bueno espero que hayan disfrutado esta historia tanto como yo, gracias a todos los que la leyeron y me hicieron comentarios.

 

CAPITULO 18

LA LUZ DE PALACIO

 

Los años pasaron sin tregua alguna, al mirar al pasado las ganas de llorar oprimían el pecho.  Todos se encariñaron de inmediato con aquel bebe tan frágil y desprotegido, tanto así que hasta Cherry-Sama dejo en claro que ella cuidaría de su nieto tras cualquier posible desgracia, que hacia tiempo una peli verde venia preparándolos lo mas sutil posible.  Nadie se opuso, aunque en el fondo sabían que no le duraría por mucho tiempo, el mismo Conrad le había contado como apenas nació Wolfram su madre se lo había entregado para que lo cuidara, además de que las veces que le viera eran tan raras que por ello el mazoku de fuego se crío en la soledad absoluta por lo cual siempre se había obsesionado con la idea de tener una familia propia.

 

Su querida hija también se ofreció a hacerse cargo, deseaba criar a su pequeño hermano, se lo debía a su amado padre, pero luego desistió al escuchar a Conrad junto a Yozak, quienes le hicieron entrar en razón, ya que al igual que un medio mazoku, uno de sangre pura no le seria tan fácil vivir en tierras humanas, bien lo sabían el segundo que por muchos años de su niñez había sido discriminado por ese hecho.  Con gran tristeza se decidió de su hermanito, ya que no podía dejar por mucho tiempo su reino, las lagrimas no se pudieron evitar, ella ignoraba cuando podría regresar a verle.

 

Al escuchar lo sucedido con su sobrino, Lord Walterona llego a Pacto de Sangre, imponiéndose como de costumbre.  Sin que nadie se lo imaginara pidió que se le hiciera entrega del pequeño, ya que pensaba criarlo, tal como lo había hecho en un tiempo con el mismo Wolfram.  Por supuesto que el asombro por dicha petición era generalizada, pero no por ello la aceptaron, después de todo el había rechazado al rubio apenas se entero de su estado, mas cuando se negó a casarse con alguien escogido por el mismo, para así limpiar su tan preciado apellido, como había dicho aquel día iracundo.  Tras negarse a esto, lo desheredó, no tan solo lo rechazo desde ese día, si no que lo negó como miembro de su familia ante cualquiera que lo mencionara en su presciencia.  Para colmo, cuando se entero de la muerte del padre del hijo que esperaba, ni siquiera se acerco a dar el pésame, es mas, era bien sabido por varios nobles que el esperaba la llegada de su rebelde sobrino, pidiendo arrepentido por su perdón, lo cual para su molestia jamás ocurrió.  Ni siquiera había tenido la delicadeza de presentarse al conocer el delicado estado de salud de este, luego de cuatro semanas aparecía, no pidiendo como creían en un principio, si no dejándoles en claro que era una exigencia, que debían entregarle a quien les daba paz y vida a todos los miembros del castillo, ¿y porque?  Por la maldita línea del apellido Von Bielfield. 

 

Estaba molesto pero no tanto como aquel tío que abandono a su querido rubio en el momento en que mas lo necesitaba.  Se puso firme en la decisión que tomara, sin importar lo que pasara, no daría su brazo a torcer, ese niño no saldría del Pacto de Sangre, ahí estaba su familia y si Lord Walterona Von Bielfield deseaba verlo, nadie se lo impediría, siempre y cuando estuviera acompañado por miembros de la familia.  Esto hizo estallar de ira al noble, nunca pensó verlo de esa forma, tanto así, que hasta los hermanos de su ángel tuvieron que interferir en su ayuda, aunque con la cólera que sentía dentro de el, no creí necesitar ayuda alguna para defenderse.

 

 

Si, los años pasan rápido cuando hay felicidad de por medio, casi y podían ir olvidando los tristes momentos vividos en el pasado. 

 

 

Escucho risas a lo lejos, debía ser la pequeña luz de esperanza que les había regalado a todos.

 

 

-Heika, disculpe, Lady Greta, reina de la provincia de Surita, acaba de llegar a palacio- le comunica un soldado.

 

Aun le costaba acostumbrarse al titulo que adquiriera su pequeña con el paso de los años, mas todavía al verla con una apariencia mayor a la suya, lo cual no le causaba ninguna gracia, como si sabia lo hacia entre otros.

 

 

-¡Padrino, padrino!, ¡mira lo que me trajo mi hermanita!-

 

 

Gritaba un pequeño que no aparentaría mas de 5 años entre humanos, pero que en tierras mazokus bordeaba los 25 años, pero aun con la mentalidad de un niño pequeño, todo debido a la vida longeva de los demonios.  Su gran sonrisa le recordaba siempre  aquella que en tan pocas ocasiones le viera a su padre, junto con esos ojos azul oscuro que graciosamente sin ser del mismo color de su madre, igual podía sentir como se perdía en ellos. Eso si, su cabellera rubia y revoltosa  le recordaba sin duda al rubio de sus sueños.

 

 

-Padrino puedo jugar ahora-

 

 

Le pedía un emocionado niño que no paraba de dar saltitos de alegría, sabia la respuesta, solo faltaba la confirmación para marcharse.  Greta reía, al igual que el pequeño sabia lo que vendría a continuación.  Un rey pensativo tomo su mentón, mirando con prudencia de reojo  al pequeño para después ver el gran cielo que se cernía sobre sus cabezas, dejando pasar así un rato para luego darle su aprobación al pequeño.

 

 

-¡Viva!, voy a jugar ahora, ¡yupiiii!-

 

 

Saltaba y gritaba emocionado el querubín de palacio, estaba contento, su hermana mayor siempre le llevaba juguetes nuevos y extraños, que le recordaban mucho a ciertos inventos del cuarto prohibido de su tía Anisina.

 

 

-Papa-

 

 

Dijo la hija del rey dándole un fuerte abrazo, acompañándolo con un tierno beso en la mejilla.

 

 

-¿Crees que sea prudente?, ya va siendo hora de cenar- le decía tranquila la morena.

 

-¡Esdrudal!, ¿que haces en esa fuente?-

 

-Padrino Heika me dio permiso-

 

 

Decía orgulloso el niño al dirigirse aquella persona que le regañaba.

 

-¡Enclenque!, ¡¿acaso no sabes que vamos a cenar?!-

 

 

 

Un moreno un tanto nervioso, intentaba ponerse lo mas firme posible frente aquella persona que se le acercaba notoriamente molesto.

 

 

 

-¡Respóndeme!-

 

 

 

Esto le causaba mucha gracia a Greta, quien apenas ahogaba su risa tapándose la boca.

 

 

-¡Esdrudal, sal de ahí ahora!-

 

 

 

El niño miraba curioso a ambos hombres para luego responder.

 

 

-No, Heika me autorizo y el manda en Shin Makoku-

 

 

 

El Maou comenzó a temblar, la mirada de esa persona provocaba eso en él cada vez que se metía en la crianza de su ahijado.

 

 

-¡Mira lo que haces debilucho!-

 

-Padrino no te dejes, tu eres el Heika, tu mandas aquí-

 

 

 

Le decía un sorprendido niño, que aunque, ya estaba habituado a ese tipo de peleas entre ellos, aun no comprendía como el Mao bajaba su cabeza ante el otro.

 

 

-¡Me importa un rábano que seas el rey!, sal de ahí ahora Esdrudal-

 

 

Ordenaba al pequeño que ya estaba con la mitad del cuerpo en el agua.

 

 

-No puedo, soy un soldado y obedezco ordenes-

 

Dijo entonces el pequeño poniéndose firme cual soldado en formación.  Esto causo en más de alguien que pasaba por ahí una sonora carcajada que de inmediato ocultaban al ver la expresión molesta del mazoku.

 

 

-¡Es una orden!- grito el joven.

 

-Lo siento pero mi lealtad y obediencia es para su majestad Yuri Heika-

 

 

Continuaba contestando solemnemente, ante la creciente furia del otro que no paraba de mirar con rabia  a un mas nervioso moreno.

 

 

-Podemos hacer una excepción con él, no crees-

 

 

Dijo indicando a quien se encontraba cada vez mas cerca de él.

 

 

-Pero padrino…-

 

 

Decía con un puchero de lo mas adorable, su ultima arma, que bien sabia derretía el corazón de todos en el castillo.

 

Al verle así el moreno sintió un apretujón en su pecho, pero antes de poder decir algo una voz se alzo dejándole claro a ambos quien mandaba.

 

 

 

-Esdrudal Von Bielfield, sal de ahí ahora mismo si no quieres ver de lo que es capaz tu madre-

 

 

Con esas palabras el niño salio enseguida de la fuente, tomando apresurado su juguete, su padrino estaba pálido, eso significaba solo una cosa, ya era hora de huir, por suerte estaba su hermanita, quien enseguida le tomo de la mano.

 

 

-Vamos Esdrul, es hora de cambiarte esa ropa para cenar-

 

 

Le decía la joven guiñándole un ojo, en plena complicidad con el pequeño, aun un tanto asustado por el posible castigo que tendría, pero que en el fondo una castaña sabia bien no llegaría.

 

Ahí estaban en su escena diaria, estaba molesto, lo sabia pero aun así no podía evitar pensar en lo bello que se encontraba, como los años en vez de menguar solo aumentaban su ya característica belleza.

 

-Cuantas veces enclenque-

 

-A que te refieres-

 

-¡¿Cómo que a que?! te he dicho que no lo consientes-

 

-Pero si yo no soy el único-

 

-Pero por ser el Heika el te respeta y cree que tu palabra es ley-

 

 

Ya tenia sus puños cerrados en los costados de su cintura, realmente estaba molesto.

 

 

-Acaso no lo es-

 

 

Dijo sin pensar, tapándose en un segundo la boca al percatarse de su error.

 

 

-¡Sabes bien a  lo que me refiero!, y no me mires así-

 

 

Dijo un tanto nervioso tras el regaño dado.

 

 

-¿Cómo?-

 

 

Preguntaba incrédulo el Mao que ya sabia a lo que se refería el rubio, le encantaba ese juego coqueto que ambos tenían y que el demonio se negaba aceptar como tal.

 

 

-¡Eso per…pervertido!, deberías hacerlo con tu esposa- le gritaba incomodo a este.

 

-Pero Wolf, sabes que no tengo-

 

 

Le dijo en tono infantil, como al mismo tiempo triste, a lo que el otro solo soltó un bufido al cual añadió.

 

 

-Pues consíguete una y deja de fastidiar a los demás-

 

-¿Pero de que hablas?, yo solo hago esto contigo-

 

 

Decía acercándosele, tomándole delicadamente sus manos entre las suyas.

 

Un nervioso rubio no se atrevía a mirarle a los ojos.

 

 

-Basta, por…-

 

-Wolfram te quiero como  mi…-

 

 

Antes de poder terminar la frase un grito resonó desde el fondo del jardín.

 

 

-¡Siiiiiii!, ¡padrino demuestra quien manada!-

 

 

Wolfram se soltó de su agarre, yéndose enseguida en dirección de su retoño.

 

 

-Mami, mami, no era en serio-

 

 

Decía el pequeño al ser tomado de la mano.

 

 

-Mami, ¿Por qué tu y Heika padrino no me regalan un hermanito?-

 

-¡Que!, pero que dices-

 

 

A esa distancia el moreno al igual que su hija que se encontraba apostada en otra dirección, alcanzaban a escuchar la petición, notando como un ruborizado demonio de fuego le dirigía una mirada fulminante a su rey, sin la necesidad de decir palabra alguna este tubo claro que le haría pagar por las impertinencias de su querido ahijado, porque según el rubio, el era quien le metía esas ideas en la cabeza a su hijo.

 

Si los años pasaban rápido, tomados de la mano les veía alejarse, esa era aquella familia que pudo ser suya, cuanta razón había tenido su hija al decírselo hacia tiempo atrás. 

 

Cuantas personas le habían intentado abrir los ojos sin que el les hiciera caso, cuan cobarde fue. 

 

Ya era tarde, todos lo sabían, el rubio jamás volvería a sentir lo mismo por él. Todos estaban seguros de ello, mas en el fondo, él sabia que ahora era su turno de ser persistente, de estar a su lado, de perseguirle, ¿Quién sabe?, quizás de a poco recobraría su amor, se casarían, tendrían los hermanos tan deseados por su ahijado, se convertirían en la feliz familia que tanto había anhelado su amor y que ahora el tanto añoraba.

 

Sin importar el tiempo que pasara, él no se daría por vencido, ya que ahora era su turno esperar por su amor.

 

 

 

 

 

Fin

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Como ya les habia dicho, muchas gracias a todos los que leyeron y comentaron, para ellos les tengo una noticia, ejemmm, bueno, la historia si finaliza aqui, pero cuando la termine al cabo de una semana escribi otros episodios, no puedo decir que sean epilogos, eso si, puedo decir que son extras o mas bien agregados de esta historia, son exactamente tres si mal no recuerdo.

Si hay alguien que desee leerlos hagamelo saber para subirlos, eso si me tomara un tiempo, ya que pasar en limpio toma tiempo y no dispongo de mucho.

Como siempre muchas gracias por leerme.


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