Cap.4
Despertares
Gracias a los fieles soldados que estaban a cargo de su hermano este se recuperaría, si el hubiese podido, le habría entregado toda su piel con tal de verlo bien, pero Gisela se negó, no una si no en varias oportunidades al escuchar tal locura.
-Conrad, solo puedo quitar una pequeña parte por persona, los injertos si bien son mejor recibidos cuando hay parentesco, no significa que vaya a resultar bien, además, de que me sirve salvar a un paciente cuando tendré que atender a otro-
La situación llego a los fieles oídos de esos jóvenes que no dudaron en perder parte de su piel, inclusive, al igual que el pidieron que les sacaran mas de lo debido ante una molesta peli verde.
Por lo menos ahora su hermanito ya podría tomar un poco de luz con su nueva condición, ya que con la antigua era demasiado peligroso, ya volvía a notarse mas humano, dijo Yuri, a lo cual su aniki lo corrigió, demonio su majestad. Lo único que deseaba en esos momentos era que el rubio despertara, se le hacia un nudo en la garganta al pensar como reaccionaria al verse en un espejo.
-¡Un monstruo, eso es en lo que se a convertido mi hijo, como piensas que puedo volver ahí después de verlo en esa condición!, ¡por Shinoun, porque a él!, ¡es como un castigo!-
Le dolían las palabras de su madre, aunque en cierta forma la entendía, el futuro del rubio era incierto, nadie sabia si sus músculos podrían volver a reaccionar de buena forma, si podría volver a sostener una espada, mucho menos si podría combatir, o inclusive usar su mayoku, después de todo fue el fuego lo que le dejo en ese estado y el trauma causado por este hecho seria evidente según Gisela.
Cuando despertó nadie se encontraba a su lado, al querer levantarse sintió como su cuerpo le traicionaba, apenas y podía sentir sus dedos, quiso hablar pero le era difícil, solo un sonido desagradable salía de su garganta asustándolo en demasía, ¿Qué le pasaba?, ¿Por qué no podía moverse?, ¿Por qué el cuarto se veía tan distinto?
Lo intentaron, dio la orden de esconder cada espejo de palacio, romperlos si era necesario, pero aun así su amigo se dio cuenta de lo que pasaba, como no hacerlo si tenia el cuerpo por completo vendado. Odio profundamente a quien le llevo ese maldito espejo, si bien su grito no se escucho, si como el dichoso objeto se hizo trizas, su llanto era amargo, apenas le vio grito que se marchara, no pensaba dejarlo solo pero sus hermanos le obligaron a salir, su salud no estaba bien todavía como para tener que enfrentarse a una crisis nerviosa, que aunque sabían que la tendría, todos esperaban que eso nunca sucediera.
Gisela lo cedo casi a la fuerza, les alegro saber que al menos recuperaba su fuerza, Greta deseaba verle pero aun se notaba un dejo de terror por la primera imagen que viera de él, le intente de explicar que se encontraba bien, pero ella temblaba al pensar que su padre podía ponerse peor si pensaba que lo odiaba, cuando era todo lo contrario.
Cuando al fin se armo de valor fue el rubio quien se negó a recibirla, no deseaba que su amada hija le viera en esa condición, todos lo entendían, pero aun así intentaban de convencerle.
-Si ni madre me ha venido a ver, después de verme como quede, como piensan que le daré este dolor a mi hija-
Fue lo que el rubio les respondía a sus hermanos derramando unas cuantas lagrimas, sin duda esto les dolía a ambos, pero mas a uno de ellos, mientras que al otro le indignaba la actitud de quien les diera la vida.
Le envío una carta, exigiéndole que regresara, que Wolfram había despertado, no envío respuesta alguna, por lo cual volvió a escribirle, pidiéndole que viniera a verle, que le necesitaba, en esta oportunidad regreso una misiva, por fin se dijo, pero todas sus suposiciones fueron derrumbadas, ella no solo se negaba a regresar, si no que también anunciaba que tenia un nuevo romance y que a causa de este no podía volver por el momento. Arrugo la carta en su puño, sentía tanto odio por aquella mujer por la cual se había desvivido desde que era un niño, ahora entendía cuando los nobles alegaban que era in entendible el motivo por el cual había sido nombrada Maou, sus decisiones eran erróneas, delegaba las obligaciones al corrupto de su hermano y para colmo ni siquiera le importo mandar a una muerte segura a un hijo, que supuestamente era su preferido y ahora esto, todo se lo había perdonado, pero esto. Desde ese día se convirtió en huérfano, porque al igual que su hermano menor el ya no tenia madre y de seguro Conrad opinaría lo mismo al leer aquella carta.
Como se entero no importaba, al parecer su majestad no había querido informarle, mucho menos llevarla consigo, mas a esa mujer, madre del Maou nada se le podía ocultar o negar. Llego con un Heika que no hacia mas que pedir disculpas, mientras ella exigía ver a nuestro hermano, intentamos hacerle entender de su situación, pero apenas supo en donde se encontraba se dirigió hacia él. Le suplico que se marchara, no deseaba que le viera, al igual que al resto de sus conocidos, mas ella sin dudarle fue directo a la cama y sin ningún miramiento le dio un calido abrazo. Aquella mujer, tan diferente a su madre, le brindaba sin ningún temor el amor que esta le había negado.
Continuara...........................................