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ES PORQUE ERES UN HOMBRE por DRAGIOLA

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Notas del capitulo:

Aquella comversacion que escuchara por casualidad le hizo caer en cuenta de la realidad, no podia seguir a su lado, no merecia vivir asi.

 

CAP.5

EL FIN DE UN COMPROMISO

 

Su cabello comenzaba a crecer nuevamente, su rostro ya se veía mas normal, aunque no como antes, el lado derecho de este tenia una notoria cicatriz, al igual que lo que quedara de su oído, descendiendo por su cuello,

 

 -pudo ser peor-, había escuchado decir a unas sirvientas.

 

-al menos aun se pude ver su hermoso rostro, o lo que queda de el-, dijo con algo de malicia una de ellas.

 

-Annette-, le reclamo la otra.

 

-es un justo castigo, recuerda como era, se lo merece-

 

-pobre, era tan bello- decía la otra joven apesadumbrada.

 

-bueno, al menos ahora no se quejara por sus posibles pretendientes o las cartas amontonándose-

 

-como dices eso, él es el prometido del Maou-

 

-vamos querida y por cuanto tiempo crees que dure la amabilidad del Heika-

 

-¡no!-

 

-si, en cualquier momento cancelara el compromiso-

 

-¿como crees?-

 

-ya lo veras, falta poco, después de todo su excelencia ya puede caminar por si solo, nadie le vera mal dejar aquel monstruo-

 

-¡no digas eso!-

 

-pues yo no digo más que la verdad-

 

 

Le dolía lo que escuchaba pero no podía negar que era cierto, faltaba poco para que su compromiso se diera por terminado, peor aun, si no lo había hecho era por pena tras verle en tan lamentable estado, sentía un nudo formarse en su garganta junto a unas traicioneras lagrimas caer por su rostro, no podían seguir así, debía hacer algo, ya que sabia bien que por lastima su amado Yuri jamás rompería el compromiso en su actual estado, deseo entonces que lo hubiese hecho antes, pero entonces se le rompía el corazón, debía hacer lo correcto, por él, por su hija, por su amado y por su reino.

 

 

 

No lo aceptaría, sin importar las excusas que le diera, no permitiría que se marchara, mucho menos cuando por fin comenzaban a verse reales mejorías en su salud.

 

-Usted lo ama- le pregunto un castaño.

 

-Claro que si- le respondió sin dudarlo.

 

-Heika, lo ama realmente-

 

-Ya te dije que si y no es Heika, Conrad, hasta cuando- dijo molesto.

 

-Usted no entiende, los sentimientos de mi hermano son de amor pero los de usted- decía con algo de tristeza su padrino esquivando su mirada.

 

 

Ahí estaba otra vez, aquello que siempre ignoraba por comodidad o simplemente por que era lo mejor para no lastimar a su amigo, era cierto que lo amaba, pero no de la misma forma que este a él.  Su amor era como el que sentía por un miembro de su familia, un amigo pero nada mas, mientras que el rubio hacia él, tenia uno que era mucho mas profundo, tanto así que por su culpa…no, no podía dejarlo solo, no después de que por su culpa había sufrido tan drástico cambio.

 

 

-Lo entiendo Conrad, pero si se marcha que pasara con su recuperación- dijo acongojado el joven monarca.

 

-Su majestad, el hecho de que rompan el compromiso no quiere decir que el abandone palacio-

 

-Pero su tío se lo quiere llevar, ya lo escuchaste-

 

-Ni siquiera Walterona podría hacer algo tan inconciente, el mismo ha visto que gracias a nuestro cuidados, sumados al gran esfuerzo de Gisela, él a mejorado muchísimo y gran parte de esto se lo debemos agradecer a Lady Jenifer también- le respondió con una sincera sonrisa de gratitud en el rostro a su rey.

 

 

Era cierto, como se arrepentía de haberle negado a su madre el enterarse de todo desde un principio, todavía mas al regañarla cuando se coló junto a él y Murata a su reino.  Si ella no hubiese llegado quizás Wolfram no hubiese encontrado las fuerzas suficientes para seguir adelante, aun le era difícil creer que cuando mas le necesitaba su propia madre se negaba a hacerse cargo de el.  Le agradaba ver que aquella situación en vez de alejar a su madre de su prometido, había hecho todo lo contrario, siempre creyó que esta solo lo aceptaba por su belleza, nunca pensó estar tan equivocado, en realidad no podía quejarse, tenia una gran mujer como madre, tal como le dijeran ese par de hermanos cada vez que la castaña se quedara junto a su hermanito por horas brindándole lo que su propia madre le negaba.

 

 

-Lo quiero Conrad, es mi amigo, yo…-

 

-Su majestad por favor, por eso acepte la ruptura, no haga esto mas difícil para mi hermano-

 

 

Apenas se supo de la disolución de nuestro compromiso las cartas proponiéndome entrevistas para posibles prometidas no se hicieron esperar, no podía creer la falta de tacto de esta gente que se hacían llamar nobles, acaso no tenían un mínimo de tacto, cuando supe de la llegada de un carruaje con uno de ellos que de plano se presentaba sin siquiera haber sido citado, me negué rotundamente a recibirles y ni siquiera las suplicas de Gunter por los estupidos protocolos de educación me hicieron declinar mi decisión. Aunque Gwendal quiso apoyarle no dudo en pedirles que se retiraran cuando yo se lo ordene, sabia bien que aun con sus regaños por mi actuar, muy en el fondo pensaba lo mismo que yo.

 

 

 

Papi Wolf había cambiado mucho, ya no hablaba como antes, ni mucho menos me leía cuentos, por eso decidí leérselos yo misma, ya no seria una princesita mimada, debía cuidarlo como buena hija que era.  Me dolía al escucharle decir que no deseaba verme, llore mucho pero luego me explicaron la razón del porque actuaba así, me arme de valor y con ayuda de la abuela Jenifer un día entre a verle.  No deseaba verle triste, tampoco llorar, debía ser valiente, pero no  me gusto verle así, le pedí perdón por ser débil, le ayude a secar su rostro y le di un beso en la mejilla.  Ahora estoy con él, el mayor tiempo posible, no deseo que se vuelva a lastimar, aquellas muletas lo ayudan a sujetarse pero aun esta débil por lo cual intento ayudarle lo máximo posible como digna hija suya, porque aunque mi padre haya roto el compromiso, aunque nunca se hayan casado, para mi siempre Wolfram será mi padre.

 

 

 

Podía escucharle tras la puerta, lloraba, estaba seguro de cual era la causa, el maldito rumor ya había llegado a él, sabia que tarde o temprano lo haría, pero no podía evitar sentir rabia por ello. 

 

Entro tras tocar la puerta, ni siquiera espero su respuesta, últimamente no lo hacia, ya que su voz apenas salía de su boca y no era muy audible todavía. 

 

Le miro con algo de molestia secándose las lagrimas en seguida, sabia que eso le molestaba en desmanara, llorar era un signo de debilidad según su amigo, era imperdonable para un soldado, mucho mas para un noble y orgulloso mazoku. Se le acerco deseando hablar pero le hizo una seña, indicándole que dormiría, el ya sabia eso, estaba con piyama, pudo notar entonces una de sus piernas desnudas, la piel nívea había sido reemplazada por otro color entre anís y tostado, mostrando claramente las cicatrices de las uniones de los injertos, su amigo lo noto y temeroso se tapo enseguida con las sabanas.  No pudo evitar agachar la cabeza, no era su intención hacerlo sentir mal, solo que no pudo evitarlo.

 

Quiso explicarle que lo del supuesto noviazgo no era verdad, mucho menos el del compromiso, pero este solo negó con la cabeza, alegando apenas con una débil voz que no le incumbía.  Se sentó a su lado intentando de hablar con él, si no era de eso de cualquier cosa pero tal se veía, su amigo no deseaba tenerlo cerca.  Le tomo la mano y noto como enseguida este la alejo de él.

 

-Wolf, me odias-

 

-No-

 

 

Como podía decir que no, como podía siquiera hacerle esa pregunta, era obvia la respuesta, al igual que su culpabilidad en lo ocurrido. 

 

 

-No llores enclenque, es de cobardes, recuerda que eres el rey-

 

-Acaso un rey no puede llorar-

 

-No el gran rey de los demonios-

 

 

Sus miradas se cruzaron, ahí frente suyo estaban esos grandes y hermosos ojos verdes que tanto añoraba ver de cerca desde hacia mas de un año, esa respiración agitada que tanto extrañaba en las noches, ese rostro que a diferencia de otros para él era el mismo de siempre.  El beso duro poco pero suficiente para darse cuenta que algo diferente surgía por aquel joven que llamara amigo, el mismo que le miraba sorprendido para luego cambiar sus facciones por odio.

 

 

-¡No necesito tu lastima!-

 

-Wolf…yo…-

 

-¡Lárgate enclenque, lárgate!-

 

 

 

 

 

 

Continuara..................................

Notas finales:

No hay mucho que decir, ya se lo comente a alguien en un reviw, por error escribi el final de la historia, ahora tengo un gran dilema, en realidad es problema, el desarrollo de la historia, asi que no prometo nada para el futuro con respecto a las actualizaciones, mmm, aunque no creo que sea tan larga como mi anterior historia, asi que no se preocupen quienes odian las historias largas.

Gracias por seguir leyendome y por sus comentarios, esos ultimos si que me encantan, se agradecen un monton, asi se que puedo seguir escribiendo.


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