CAPITULO 7
EL PRETENDIENTE
No lo podía creer, tan solo hace un mes estaba en cama, contra todos los reclamos, incluyendo al de su medico de cabecera el muy testarudo de Wolfram se habia puesto en pie, no que no les agradara pero Gisela fue bien clara al respecto, un paso a la vez y tal parecía el creí que uno eran diez. Eso no era lo único que preocupaba al joven rey, claro que no, la reciente llegada del tío de su amigo junto a un sujeto lo tenia mas que molesto, era por su causa que el rubio se esforzaba tanto, todo por darle en el gusto a Walterona que insistía en presentárselo. Algo raro pasaba y no era solo el quien lo notaba, sus hermanos también estaban atentos a ese noble de tierras lejanas, tanto así que el mismo Gwendal mando a Yozak a investigarlo, ya que nadie se tragaba tanta amabilidad por parte del sujeto.
Shock era poco decir cuando escucharon su petición, notaron de inmediato como el rubio comenzó a temblar, claro esta que no se pronuncio, estaba mudo al igual que el resto, pero quien si lo hizo fue un Walterona de lo más alegre.
-Claro que acepta, bienvenido a la familia- dijo dándole la mano ante el notorio asombro del rubio.
-¡Alto ahí Walterona!- se pronuncio al fin un peli gris molesto, ante una mirada disgustada por parte del otro.
-¡Wolfram no a aceptado, así que no hables por el!-
-Wolfram- dijo su tío mirando a este que no daba crédito a lo que sucedía.
-¿Cómo es posible que lo pongas en esta situación, más aun cuando acaba de salir de una operación?- dijo la ex maou abrazando a su hijo.
-¡Tú no te metas que esto no te concierne!- le grito el noble.
-¡Lord Walterona, le ruego no hablarle así a mi madre!- dijo molesto un castaño
-¡Madre!, yo pensaba que ninguno de ustedes ya la consideraba como tal o que ya olvidaron lo que hizo- dijo de forma burlona y molesta el tío del rubio.
-Tío por favor- se pronuncio Wolfram sin mirarlo.
-Wolfram, yo solo quiero tu felicidad, al igual que tu tío, permíteme hacerte feliz, por favor- decía un hombre que se aproximaba hasta el, hincándose a sus pies, lo cual puso aun mas nervioso al joven mazoku.
Ya era demasiado quien se creía que era ese sujeto, un aparecido, solo eso era, por ningún motivo permitiría que se lo llevara de su lado, menos en su precario estado de salud.
-Piénsalo bien Wolfram- le decía su tío ya a solas en su cuarto.
-Sir Grant quizás no sea lo que tu soñabas pero es un noble de sangre pura, lo mas importante, no le importa…-
Agacho la cabeza, no podía decirlo, el rubio asintió con la cabeza, quizás le doliera pero era la verdad, en su actual estado soñar con casarse con quien el escogiera ya no era una posibilidad, tan solo al hacerse conocido su accidente y el cruel destino que había corrido, las proposiciones secretas de abandonar al maou habían cesado, para que decir de la infinidad de cartas que recibiera antes de comprometerse, era obvio que todos sus admiradores le habían dado la espalda, quien querría a un adefesio como pareja, peor aun, quien lo desearía como consorte.
-¿¡Como que acepto!?-
Gritaba fuera de si el maou al enterarse de la noticia.
-Eso fue lo que dijo- dijo apenado Conrad.
-No es posible- decía el maou.
-Es obvio que todo fue planeado por Walterona, piensa que así se sacara un peso de encima- alegaba una rubia.
-Tú no eres nadie para decir eso- dijo molesto Gwendal- pero si, tal parece que ambos son iguales-
-No creo que sea eso- dijo pensativo Gunter ante las miradas de extrañeza del resto – perdonen-
-No Gunter, dinos que es lo que piensas- pregunto Conrad.
-Walterona solo piensa en el futuro de Lord Mocoso, siempre le ha preocupado, pero a diferencia de antes su futuro ahora es incierto, creo que solo quiere dejarlo en manos de alguien que pueda cuidarlo-
-¡Cuidarlo!, ¡cuidarlo dices!, ¡el es un perfecto extraño!, ¿¡acaso sabemos de donde lo saco!? – dijo un moreno aun mas molesto.
-Entiéndalo Heika- dijo una triste Sherry, ante las asombradas miradas de sus hijos que no entendían como esa mujer podía cambiar de opinión mas rápida que el tiempo.
-¡No me importa lo que digan, yo no permitiré que salga de palacio!- decía eufórico el moreno.
-Heika le recuerdo que mi hermano es libre de hacer lo que desee- dijo el general un tanto molesto de sus propias palabras.
-¡No me importa, el no sale de aquí, menos con ese tipo!- alegaba el joven rey.
-Y tiene toda la razón Heika- dijo un colorín desde la entrada del despacho real.
-Yozak, averiguaste algo- pregunto sin siquiera pensar en regañar al espía por su falta de educación al no tocar la puerta.
-Por eso estoy aquí General-
Lo habían hecho llamar, le dieron el informe, pero el ni se inmutaba con lo descrito por el General, es mas, estaba demasiado calmado para el gusto de este.
-Lo sabia, si solo era eso- dijo levantándose de la silla.
-¡Que cosa!- grito molesto el maou que hasta ese momento se encontraba oculto tras la puerta.
-¡Como se atreve a interferir en nuestra plática!- dijo Walterona ante el asombro que significaba ver al moreno entrar de golpe al despacho.
-¡¿Qué como me atrevo?!-
-¡Si como se atreve!- se pronuncio ahora un peli gris.
-¿Acaso vas a dejar que se salga con la suya?- dijo asombrado el moreno.
Era claro que Gwendal no permitiría aquello pero la intervención de su rey no había sido la mas oportuna, la discusión que tendría con Walterona duraría horas pero él al entrar tan repentinamente solo había arruinado su plan al punto de ver marcharse al rubio por la puerta.
Obviamente el General no le siguió, pero no así Yuri, quien furibundo le seguía sin darle tregua alguna en sus reclamos.
-A si que eso es Wolfram para usted-
Walterona le ignoraba lo más sublimemente posible, ya que no pensaba rebajarse al nivel de un mocoso que por más rey que fuera, seguía siendo solo eso.
-Antes lo vendía al mejor postor, ahora le compra un marido, que gran noble resulto ser usted-
Eso mas que herir su orgullo le dolió, ya que el amaba a su sobrino y jamás pensó en aquello que decía aquel mocoso impertinente.
-Me va a decir que no es eso-
Yuri se molesto al ver como luego de tal increpación el rubio volvía a seguir su camino.
-Ya escucho a Gwendal, no tiene donde caerse muerto, es mas, no es su primer matrimonio-
Ninguna respuesta, la exasperación paso a disgusto, luego a angustia.
-¡Maldición Walterona, piense un poco en Wolfram!-
-¡En eso estoy pensando, yo no estaré aquí para el por siempre!- grito furioso el noble mazoku dejando salir todas las preocupaciones agolpadas desde que se enterara del estado de su amado sobrino.
-Pues no lo parece- dijo a su vez el moreno.
-Mi sobrino ya no puede ejercer como soldado, sus antiguos pretendientes ni siquiera se han pronunciado luego del rompimiento del compromiso, como cree que no puedo preocuparme de su futuro-
El rostro del bello Walterona Von Bielfield se veía melancólico y apagado tras aquella confesión, se sintió mal por haberlo arrinconado, ya que hasta él mismo temía por el futuro de su amigo, pero de todas formas, ese no era motivo para obligarlo a desposarse con aquel individuo que le daba mala espina.
-Ya escucho de sus otras esposas- continuo el moreno.
-Si, pero todo es un rumor, chismes de la chusma, solo eso-
-Esta seguro de eso, todas murieron en un par de años y a diferencia de Wolf, ellas estaban sanas-
El noble agacho la cabeza, respiro y alzo orgullosamente su rostro para hacerle frente al joven.
-Ya le dije Heika, además,…el no se atrevería- dijo con autosuficiencia.
-Claro que no, después de todo, quien seria tan estupido como para hacerlo enojar, verdad- dijo burlonamente el joven ante el disgusto del mayor.
Continuara............................................