Capitulo 8
DURAS PALABRAS
Los gritos se podían escuchar por todos los pasillos de palacio, primero eran suplicas acompañadas de palabras cariñosas para después transformarse simplemente en una discusión venenosa.
Algunos que estaban cerca se aproximaron para detener aquella disputa, ya que cierto peli gris sospechaba que su joven rey no le daría tregua tan fácil a cierto noble, como el pensaba, pero para su sorpresa, quienes gritaban a pulmón partido no eran otros que Wolfram y Sir Grant.
-¡Ya le dije olvídese del compromiso!-
-Pero Wolfram, piénsalo bien cariño-
El escuchar esas palabras le erizaban la piel pero no como ver su cínica cara fingiendo adoración por él.
-¡Lo siento!, pero esa es mi ultima palabra-
-Y que pensara Lord Walterona acerca de esto-
-Mi tío no tiene porque oponerse, después de todo el mismo dijo que era mi decisión-
-Piénsalo Wolfram, conmigo serás feliz, te lo prometo- dijo el hombre tomando sus manos entre las suyas con sumo cuidado, a lo que el joven mazoku las retiro apenas pudo, dando un paso hacia atrás.
-Sir Von Bielfield, para usted y no dudo que me haga feliz-
El rostro del sujeto mostraba consternación por las palabras del rubio, por un lado le quitaba el privilegio de llamarlo por su nombre de pila pero por el otro le daba la razón en lo ultimo, una leve sonrisa se dibujo en su rostro.
-Tal como lo hizo con sus anteriores esposas y consortes, no es así-
-¿Qué?- dijo con asombro el hombre que ya no tenia ni un cuarto de sonrisa en el rostro por lo dicho por el joven.
-Ya lo se todo Sir Grant, así que no finja conmigo, como ya le dije, el dichoso compromiso llega hasta aquí-
Respiro profundo, su rostro cambio bruscamente, estaba rojo de ira, mientras Wolfram lo observaba imponente, haciendo valer ese orgullo tan bien conocido de su casa.
-¡Como te atreves a rechazarme, acaso no entiendes que es por tu bien!-
-Dudo mucho que sea por eso, más bien pienso que es por el suyo-
-¡Cuando Lord Walterona sepa…-
-¡No meta a mi tío en esto!-
-¡Como no hacerlo si fue el quien me prometió un ángel!-
El rubio que hace tiempo no escuchaba esa palabra dirigida hacia el, sintió un leve hormigueo en el pecho, se sentía bien volver a escucharlas luego de tantos años.
-¡Y mira lo que encuentro!-
Quedar helado fue poco tras escuchar esas duras palabras.
-Pues entonces retírese, olvídese del compromiso- dijo un tanto nervioso el rubio.
-¡Pues no lo haré ya que hicimos un trato!- regresaba a la carga el hombre.
-Le informo que yo no estoy a la venta- dijo con voz temblorosa ante la insistencia del sujeto.
-A la venta dices, claro que no lo estas, todo lo contrario- decía con autosuficiencia el sujeto.
-¿Qué cosa?-
Hasta la pregunta le pareció estupida, era claro lo que sucedía, la dote, eso era lo único que le importaba a ese sujeto por que otra cosa se desposaría con él.
-¡Deberías agradecerme que acepte su petición!-
Un golpe sordo se escucho de repente, el rubio se sobresalto respirando agitadamente, su aniki había aparecido de la nada empujando contra la pared al dichoso noble que apenas reaccionaba a lo acontecido.
-Lárguese- fue lo único que dijo el peli gris ante la mirada atónita de su interlocutor.
-Pe…pero…yo…él- decía un tanto temeroso ante aquel energúmeno que se hizo presente.
-Ya escucho a mi hermano- dijo un molesto Conrad que apareció unos segundos después de este.
El sujeto se levanto pero apenas llevaba un buen trecho de camino grito con toda la cólera acumulada al ver sus planes arruinados.
-¡Yo te hacia un favor!, ¡ingrato!,¡vamos a ver quien acepta un monstruo como esposo, ja, ni como amante sirves ahora!-
Ambos hombres quisieron seguirle para matarlo, mas lo único que se los impidió fue el menor de ellos que empezaba a tambalearse mientras agarraba con fuerza el brazo de uno de ellos, en forma de negativa, que ambos supieron entender. Lamentablemente para Sir Grant, cierto moreno le esperaba a la vuelta de la esquina con un gran puño cerrado, preparado para ser plantado en su rostro.
Continuara.................................