Cap.9
SENTIMIENTOS ENCONTRADOS
Encerrado en su cuarto el rubio se negaba a recibir a cualquiera que intentase hablarle, es que la ultima persona que había estado junto a el ya se había marchado de palacio y no con una muy buena cara. Tal parecía Lord Walterona jamás volvería a tener un minuto de paz tras salir de ese cuarto en donde su sobrino no solo lo increpo por lo que había planeado, si no que también lo hirió en lo mas profundo de su alma. Como no hacerlo, si le estaba comprando un marido que para colmo no solo deseaba su dote, si no que también de seguro se desasiría de el apenas se viese provisto de lo primero, peor aun, quizás hasta planeara dar muerte a su propio tío y una vez heredada su casa, darle muerte a él para hacerse de esta impunemente.
En esos momentos de soledad por primera vez en todo ese tiempo, no en toda su vida, sintió una rabia irrefrenable en contra de aquel hombre que le criara, si bien le estaba agradecido de hacerse cargo de el cuando su madre lo rechazo y sus hermanos, ni siquiera lo tomaron en cuenta, eso no le daba derecho a hacer y deshacer con su vida, es mas, tan solo recordar todas las veces que hizo lo que el le pedía, aun sin desearlo, le provocaba un gran dolor y revoltijo de emociones dentro de su pecho.
¿Por qué? Se preguntaba a si mismo, ¿Por qué las cosas debían ser así?, ¿Por qué cada vez que intentaba darles en el gusto todo salía mal? , hasta cuando seguirían intentando de controlarlo, cuando se darían cuenta que era su vida y no la de ellos, cuando se darían cuenta de que él podía valerse por si mismo, cuando lo reconocerían como el adulto que era.
Maldijo el espejo enfrente de él, deseo romperlo en pedazos pero sabía bien que cualquier ruido por más mínimo que este fuera, haría que entraran al cuarto, aun sin su permiso.
Unas cuantas lagrimas se deslizaron por sus mejillas, por primera vez se planteaba como podría seguir adelante, si antes se sentía asfixiado por sus familiares, ahora seria peor.
Tal perspectiva lo sofocaba, quizás la idea de su tío no era tan mala después de todo, ese pensamiento hizo que se golpeara a si mismo en la cabeza, cuan bajo podía seguir cayendo, ni el mismo lo sabia. Primero rogando por las migajas de cariño de una madre que solo le veía como un lindo juguete. En segundo intentando de llamar la atención de un padre que lo ignoraba y que a esas alturas apenas y recordaba. En tercero, queriendo que sus hermanos lo respetaran como el soldado que era. En cuarto rogando porque un día su querido tío lo viera como una persona independiente y no fingiera que lo era, como el mismo sabia que lo hacia. Y por ultimo, lo que mas añoraba, desde que le conociera, su amor, el amor de aquel joven puro e inocente que tanto necesitaba, pero que bien sabía jamás obtendría. Su vida era un desastre, siempre lo supo pero no quiso prestar atención a las señales que se le iban presentando, pero ahora en ese lamentable estado, todo era claro, ya ni pena sentía por si mismo, solo odio, un odio, un rencor, una amargura que iba creciendo día a día desde que despertara en aquella cama cubierto por vendas.
-Debieron dejarme morir- pensó en voz alta sollozando.
Tirado en el suelo ya sin fuerzas se quedo dormido ignorando por completo que alguien tras la puerta escuchaba sus lamentos con el corazón a punto de partírsele en mil pedazos.
Llorar no servia de nada, lo sabia, pero como podía evitarlo, su amigo deseaba morir y todo era por su culpa, si tan solo hubiese tenido mas tacto, si tan solo no hubiese sido tan cruel, si tan solo no hubiese querido decepcionarlo, si tan solo, si tan solo, de que le servia pensar en lo que ya no tenia solución, en nada, eso estaba mas que claro, pero dentro de él no tan solo eso le provocaba un inmenso dolor, estaba además el hecho de que muy a su pesar siempre se sintió atraído por el rubio, pero por sus miedos y prejuicios prefirió ignorar este hecho rechazándole desde un principio, aguantándose las ganas de abrazarlo o simplemente decirle una palabra de cariño por temor de que este se lo tomara muy a pecho forzándole a avanzar y el aun inocente, aceptando lo que él le pidiera.
Era un cínico, lo sabia, recordar aquella pelea se lo dejaba mas que claro, “ES PORQUE ERES UN HOMBRE, SI TAN SOLO FUERAS MUJER”.
-¡Idiota, baka, imbecil, como pudiste decir eso, como!-
Se reclamaba a si mismo, mientras con los puños golpeaba ambos lados de su cabeza.
Si tan solo fueras mujer, eso le había dicho aquella tarde, era verdad, en ese entonces solo pensaba en eso.
Si tan solo fueras mujer Wolfram, si tan solo lo fueras, yo podría…seriamos tan felices, ¡pero no, tenías que ser hombre! , porque debía tener tanta mala suerte, porque el destino era tan cruel, ¿por que el era un idiota?, alguien podía explicárselo, alguien, cualquiera podría al menos golpearlo, pero no, el era el Heika y nadie le daría su merecido, sentía las lagrimas cayendo por su ya mojado rostro.
-No me importa que seas hombre, no-
Sabia que aquello ya no tenia sentido, era tarde, de seguro el rubio lo odiaba, como no hacerlo, fue su culpa el quedar en aquel estado y aunque nunca lo admitiera, el sabia bien que antes de estar a su lado preferiría mil veces irse con cualquier imbecil que apareciese. Respiro profundo, ya que sabia que eso no seria tan fácil, se sintió aliviado, pero mas tarde culpable, era mesquino al desear verlo solo, lo sabia, pero que podía hacer, no podía ser suyo, ya lo había perdido, pero no por eso permitiría que fuera de otro, eso no, aun sin un compromiso de por medio, Wolfram se quedaría en palacio de eso se encargaría él, se quedaría a su lado para siempre.
Continuara.......................................