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CUANDO ALGUNA VEZ ME AMASTE por DRAGIOLA

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Notas del capitulo:

Bien primero les debo una disculpa, luego de subir el capitulo 3 me di cuenta que jamas llegue a subir el numero 2, pues que creen, se me olvido, pero como ya lo tenia listo en la compu, bueno, ahi se los subo.

Gomen por mi descuido.

 

EXTRA 2

ESDRUDAL

 

 

El niño miraba emocionado la colina por donde venia el carruaje de sus padres, si, ahora tenia dos, al fin su mami se había casado con su padrino.  Tuvo que ser un soldado fuerte, leal y sobre todo eso ultimo, ya que los pretendientes de su mama eran  muchos. 

 

Siempre dispuestos hacer cualquier cosa por él, llenándole de obsequios que sin dudar recibía extasiado pero sin olvidar lo principal, ninguno de ellos se convertiría en su padre, eso fue decidido apenas tuvo conocimiento de sus actos, ya que sabía bien que aquellos individuos solo lo agasajaban para ganarse el corazón de su progenitor.

 

En mas de una ocasión  a esos mismos que le llenaban de mimos frente a su madre, les había escuchado decir a sus espaldas “el mocoso”, de forma cruel y despectiva, por eso, sin importar quien fuera le hacia la vida de cuadritos, claro esta que solo una persona era la excepción de esta regla.

 

Su padrino siempre jugaba con él, muchas veces quiso que el fuera su padre, hasta llego a llamarlo así en varias ocasiones cuando pequeño, a él no parecía importarle, es mas, se ponía muy contento cuando lo hacia, cosa contraria era su mami, quien se molestaba y le recordaba que el ya tenían padre.  Si un padre que jamás llego a conocer, uno que había muerto mucho antes de que el naciera en una misión.  Era un héroe, su propio padrino se lo dijo, un valeroso soldado según su tío Conrad, un gran amigo con el cual siempre se contaba, según quienes le hubieran conocido, en su mayoría soldados de la tropa de su mami, que cada vez que podía iba junto a esta a entrenar con ellos para así poder escuchar historias de su difunto padre.  Esto ultimo no era del agrado de su tío Gwendal, el ogro, como le llamaba en secreto, pero mientras su mama y padrino no se lo prohibieran el seguiría yendo.

 

Su máxima misión en su corta vida era hacer feliz a su progenitor, tarea encomendada por su querida abuela Sherry.  Su hermanita también le había dicho algo similar una vez.

 

 

-Esdrudal, debes amar mucho a papa, sobre todo cuando yo no este aquí, vale-

 

 

Quería tanto a su hermana mayor que cada vez que se marchaba le daban unas ganas tremendas de llorar, ella fue quien le había dado esperanzas de ver unidos a quienes mas amaba en el mundo, cuando aun creía que era un sueño imposible. 

 

Se sorprendió por cierto rumor que había escuchado, al parecer no lo era tanto, su hermana se lo confirmo con algo de incomodidad, su padrino y su mama habían estado comprometidos por muchos años, por ello Greta era hija de ambos y por consecuencia su hermana. 

 

Le asombraba saber como su difunto padre le había arrebatado el amor de su vida al gran maou de todos los tiempos y como este no se atrevió a mandarlo a ejecutar por amor a su madre.  Su padre sin lugar a dudas debió ser una persona excepcional porque para caerle bien al ex prometido del Heika, uauuuuuuu, pero el conquistar a alguien tan voluble como su mami, eso si era un gran logro, porque el mismo fue testigo en secreto de cuan destrozados se retiraban sus pretendientes al ser rechazados, sin que este siquiera los mirara.

 

Pobre padrino, pensaba siempre, como podía ser su mama tan cruel con él, siendo que lo amaba tanto, lo cual no era secreto para nadie en el reino, tampoco de cómo se desvivía el Heika tanto por su excelencia como por su hijo, como solían decir, para que este en variadas ocasiones rechazara y hasta tirara los obsequios sin importar los sentimientos de este.  A veces pensaba que su mama era demasiado cruel con Yuri Heika, por eso había dado su palabra de ayudar a su querido padrino a conquistarle, costara lo que costara, además se sentía solo en ese gran castillo, necesitaba hermanos, por el gran Shinoun y los necesitaba ahora.

 

Cuando le contaron del compromiso lloro de la emoción, al fin serian la familia que tanto había deseado, no que ya no lo fueran  pero ahora podría refregárselos en la cara a todos esos que le llamaban Lord Recogido. Estuvieron a punto de echarse para atrás cuando pudo dejar de llorar, en seguida les tuvo que gritar que si lo hacían jamás volvería hablarles.

 

El carruaje ya estaba en el castillo, corrió para recibir a sus padres, quienes bajaban alegres de una llamada Luna de Miel que según su padrino, era como un regalo solo para los recién casados, donde estos iban de paseo.  Eso no le gusto mucho pero su hermanita le explico que debia dejarlos, ya que era asunto de grandes, algo muy aburrido para acompañarlos. 

 

Estaba emocionado, antes de marcharse su nuevo padre le había prometido traerle un regalo muy especial.

 

 

-¡Mami, papi!-

 

 

Gritaba emocionado el niño lanzándose a los brazos de ambos.

 

 

-Mira Esdrudal, te trajimos un regalo-

 

 

Le dijo su mami dándole una caja que el niño enseguida tomo en sus manitas, para luego dejarla en el suelo, arrodillándose junto a esta, pero al ver su contenido, ambos pudieron notar su mirada un tanto ingenua y dudosa.

 

 

-¿Qué es esto?

 

 

Los dos lo miraron extrañado, ya que sabían que el pequeño deseaba aquello hacia tiempo.

 

-Es el balón de fútbol que viste en tu visita en la tierra- dijo su nuevo padre.

 

-Aaaaa-

 

 

Contesto rascándose la parte trasera de la cabeza, igual que el soberano ahí presente.

 

 

-Enclenque dijiste que eso era perfecto- decía un tanto molesto el rubio.

 

-Pero si cuando fue de visita dijo que quería una, ¿ya no te gusta?- preguntaba inquieto el moreno, a lo cual el pequeño afirmo levantándose.

 

-Esdrudal, no es necesario que mientas- dijo su madre comprensiva.

 

-No miento, pero esto no es lo que me prometió mi padrino-

 

 

El Mazoku miro enseguida al moreno bastante intrigado por lo dicho por su hijo, quien a su vez al igual que el ignoraba a lo que se refería.

 

 

-Padrinoooooooo, lo olvidaste, tu me lo prometiste-

 

 

El nuevo padre se puso nervios, estaba comenzando mal su nuevo papel con aquel pequeño que desde su nacimiento lo veía como su propio hijo.

 

 

-Bienvenido a mi mundo- dijo su mama girando sus ojos al lado contrario de su esposo.

 

-Espera, espera Wolf, no le digas eso, que fue…eto…digo…eso que yo…-

 

 

 

Un pequeño de mirada molesta no aguanto mas y se puso a ser berrinche, igual al que hiciera cierto rubio muchos años atrás.

 

 

-¡Tu me prometiste traerme de regalo un hermanito!, ¡acaso lo olvidaste!, ¡quiero a mi hermanito y lo quiero ahora!-

 

 

Ambos padres estaban en shock, mientras que a espaldas del pequeño podían escucharse unas risas ahogadas, entre ellas la de un castaño que quiso tranquilizarlo.

 

 

-Esdrudal, eso no es algo que se obtenga tan fácil-

 

 

Lo miro un tanto desconcertado, como podía ser si su padrino era el maou.

 

 

-Pero lo prometió- dijo el niño indicando al moreno.

 

-Fue mi regalo de bodas- dijo ante los extrañados presentes.

 

-Enclenque que le has metido en la cabeza a mi hijo-

 

 

Ahora si tenía miedo, lo noto enseguida, es que solo su padre causaba eso en el Heika,

lo cual sorprendía y alegraba a la vez al pequeño, ya que significaba que era hijo de un hombre muy poderoso.

 

 

-Wolfram no te enojes, yo, yo puedo…-

 

-¡Tu puedes que!-

 

-¡Hey!, donde esta mi her…-

 

-Pero si eventualmente tendremos uno- le dijo el maou sonriendo nerviosamente.

 

-Heika tiene razón Wolfram, eventualmente tendrán uno, dos, tres,…-

 

 

Ambos miraron atónitos a Conrad quien creía que sus bromas eran adecuadas en aquel momentos, sin percatarse que cierto pequeño ponía una asombrosa atención a sus palabras.

 

 

Todos se asustaron al escuchar un grito sordo.

 

 

-¡Kyaaaaaaaaaaaa!, ¡yupiiii!, tendré muchos hermanos, podré tener mi propio equipo de béisbol, ¡gracias papi!-

 

 

Sin notarlo Yuri era abrazado eufóricamente por el niño, siendo observado por un en colerizado rubio.

 

 

-Jejeeje, …eto…jejeje-

 

 

No le salían las palabras para arreglar aquel embrollo en el cual le había metido hasta el fondo el castaño, para cuando ya sentía que podían salir, sintió como se le apretujaba el corazón al escuchar al pequeño agregar.

 

 

-Sabia que no me decepcionarías, siempre supe que serias el mejor para ser mi papa nuevo-

 

 

Tras estas palabras los dos recién casados se miraron alegres, si alguna vez tuvieron dudas de cómo se sentía el pequeño con la situación actual de ambos, en ese momento había quedado atrás.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

FIN

 

Notas finales:

Como lo dije anteriormente, no se como se me pudo olvidar subirlo, debo tenerlo como hace dos semanas, jejeje, no se como se me pudo olvidar subirlo, pero bueno, vean el lado positivo, tienen dos episodios por el precio de uno.

Gracias por leer.


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