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ES PORQUE ERES UN HOMBRE por DRAGIOLA

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Notas del capitulo:

Un plan que ya daba marcha, un accidente, una muerte y el descubrimiento de un atentado hara despertar las sospechas en palacio.

 

CAPITULO 13

EL CABALLO

 

 

No lo iba a permitir, ya una vez se lo había planteado y no pensaba echarse para atrás, aun en su actual situación, quizás lo tacharían de mezquino, hasta de cruel, pero el jamás dejaría que alejaran a quien amaba de su lado, Wolfram simplemente no se iría del Pacto de Sangre, así tuviese que encerrarlo en su cuarto, el no se marcharía.

 

 

Su tan ansiada boda  estaba cerca, solo cuatro días y seria al fin, la señora de Shibuya Yuri, el nombre no le agrada para nada, nada noble, ni de estirpe tal como su padre se lo dijera, pero al igual que el, ignoraría este hecho, porque al fin y al cabo con quien se desposaría no era un simple nuevo noble, no, el era el maou de Shin Makoku, el mas poderoso hasta ese momento desde el propio dios Shinoun.  Se acaricio su plano vientre esbozando una sonrisa.

 

-Todo gracias a ti- se decía sin dejar de observarse en ese inmenso espejo de cuerpo.

 

-Mi pequeño fantasma- respiro profundo, todo iba saliendo de acuerdo al plan, todo iba viento en popa.

 

-Jajaja- río al pensar en lo último, ya que no podía dejar de imaginar el momento en que viera marchar por fin al rubio para no verle jamás.

 

 

 

Debían hacerle entender que su vida peligraría de hacer tal locura, mas si era obvio que se des compondría apenas pisara el dichoso barco, pero el no daba su brazo a torcer, ya había tomado su decisión, ni siquiera el hecho de que el propio Walterona había regresado a verle tras un par de meses de ausencia, aun dolido por lo que le dijera, lo había hecho retractarse, fue mas que claro también con el, no pensaba regresar a tierras Bielfield para volver a convertirse en su juguete, mucho menos ahora que ya no le servia.  Sus hermanos por primera vez sintieron lastima por aquel hombre que por años en la infancia del menor les había negado el verlo, al parecer Wolfram aun estaba resentido por el asunto del compromiso y no dejaría pasar ninguna oportunidad para herirle.  Ni siquiera el ofrecimiento de Gwendal para quedarse en sus tierras pudo convencerlo.  Tanta fue la desesperación que el mismo Conrad decidió irse junto con el para cuidarlo pero en vez de recibir una sonrisa o un simple gracias, lo único que obtuvo fue un mirada de repulsión y disgusto, junto a una frase que hace tiempo no escuchaba y que no creía volver a serlo.

 

-No necesito de niñeras Sir Weller-

 

 

Su ultima esperanza se esfumo cuando su rey apareció exigiéndole quedarse, ya que según el, aun seguía siendo un soldado y por ende le debia respeto, además de obediencia.

 

Ambos hombres posaron sus manos en sus cabeza, ¿acaso ese joven había olvidado con quien hablaba?, no pasaron ni dos segundos cuando el rubio se hacia escuchar a los cuatro vientos recordándole muy a su pesar que el ya no era soldado y por ende no le debia obediencia.

 

 

-Pero soy tu rey…tu no puedes…además…yo- decía nervioso dándose cuenta al fin de su error el joven moreno viendo como el rubio echaba humo de la rabia.

 

-Le recuerdo Heika que ya no soy soldado, ni mucho menos su prometido, por lo cual, cualquier tipo de obediencia ya no existe y si no desea perder el poco respeto que aun le tengo le pido me deje en paz-

 

 

El moreno agacho la cabeza, debia aceptar que había perdido la batalla, mas no la guerra, porque de algo estaba seguro, al igual que a su amor, a él, tampoco le hacían cambiar de idea muy fácilmente.

 

 

 

Sucedió cuando subían el equipaje al carruaje de Lady Cecile, demasiados baúles y muy poco espacio, ella había insistido en que le prestaran dos carruajes pero apenas pudo contar con el suyo, es que el reino estaba de pies a cabeza con la próxima boda que a todo esto estaba a un día de realizarse.  Suspiraba cansinamente al ver sus preciados perfumes rotos en el suelo, dejando escapar su delicada y dulce fragancia en el aire, sabia que debia empezar a empacar mucho antes, debió haber precavido el alboroto con toda aquella concurrencia, debia haber enviado sus cosas al barco hace días, pero no, ella debia encargarse de los últimos pormenores de la dichosa boda, para colmo aquella muchacha en vez de agradecer como era de esperarse la había desairado de la peor forma, ¿acaso no sabia quien era ella?, fue lo que escucho decir de una de sus sirvientas.  Era claro que sabia, quien podía ignorar que antes del actual regente, quien había gobernado fue Cecile Von Spielberg.  Ardía en rabia por haber sucumbido en su pasión de convertirse en anfitriona de bodas, de haberlo sabido se hubiese negado de plano.

 

Que caballo mas idiota, pensó, al verle lamer los frascos rotos en el suelo.

 

Solo llevaban unos metros de distancia cuando vio como el carruaje se daba vuelta, la rubia grito para que fueran ayudarles, una catástrofe, tras otra, se dijo así misma.

 

 

-¡Que estas diciendo!- exigió saber el general ante la notoria gracia de los presentes en el despacho del rey.

 

-Lo que escucha Sir Von Voltaire, fue envenenado- repetía el soldado algo molesto por las risas ahogadas tanto de su Heika como de los otros dos hombres.

 

 

-Pero quien tendría interés en hacerle algo así- pregunto un tanto bromista y curioso un peli plateado.

 

-Vaya, hoy en día ni los animales se salvan de tener enemigos- dijo el moreno ante una sonora carcajada de su consejero y una gran sonrisa de un castaño que retenía lo mas que podía su risa por temor de ofender al joven soldado que reconocía como un ex hombre de su hermano menor.

 

Algo molesto el joven les miro con reproche exclamando furioso lo que el había visto.

 

-¡El animal bebió el medicamento destinado a mi capitán!-

 

 

Todos callaron y desearon pensar que no se refería a quien ellos pensaban.

 

 

-Explícate- exigió Gwendal más serio.

 

-Esta tarde un par de baúles de su madre cayeron, haciéndose trizas varios frascos, al principio pensamos que solo eran enseres personales pero luego nos percatamos que también habían sido los medicamentos que mi capitán, digo que Sir Von Bielfield debe beber a causa de su enfermedad-

 

Los rostros de aquellos hombres eran inexpresables, el joven soldado se impacientaba ante su ignorancia tras escuchar los hechos.

 

-¡Acaso no entienden, alguien puso veneno en sus medicamentos, el caballo los bebió  y por eso murió!- termino de decir alterado, dándose cuenta de su desatino por haberle subido la voz tanto a su Heika como a sus superiores en cuestión.

 

-¿Quién? ¡Quien fue!- exigía saber el monarca borrando cualquier tipo de expresión divertida que antes tuviera en su rostro.

 

 

 

Era lógico que al primer lugar a donde se dirigirían seria la enfermería, ahí una Gisela no salía de su asombro tras escuchar lo ocurrido, tanto así que exigió exhumar el cadáver del animal en cuestión para cerciorarse de que no eran exageraciones de aquellos hombres y que la muerte del caballo no había sido por otras causas.

 

 

Se pasó toda la noche previa a la boda de su monarca en la tarea, pero no fue la única que realizo esa noche.

 

 

 

 

 

Continuara.....................................

Notas finales:

Bueno espero que les guste, ufff, he tenido una semana complicada, no es mi intencion estresar al resto pero bueno debo explicar algo.  Por el escaso tiempo que tengo en este momento, no se cuando volver a subir mas actualizaciones, lo mas triste es que ni siquiera tengo tiempo suficiente para leer mis amados fics preferidos, snif, Phru, Ciel, 4ever, Languida, Zafira y tantos mas, jejeje, si que soy fanatica, verdad.  Bueno a lo que iba, como tuve un corto tiempo aproveche de subir esto que ya esta listo, intentare de avanzar y seguir actualizando antes del termino del mes.  Obviamente la historia de Hallowen y Dia de Muertos, va, si o si.

¡Vamos, necesitamos mas adeptos!

Gracias como siempre por leer y dejar comentarios.


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