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COMO PECAS, PAGAS. por DRAGIOLA

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Notas del capitulo:

Cuando estaba releyendo el capitulo note cierto parecido con una historia de que lei hace tiempo, si cometi el descaro de ultraje de obra, pido perdon a esa persona, ¿creo que es Prhu?, espero que no, es que e leido tantas, pero si es asi, perdonameeeeeeeeeeeee, perdonameeeeeeeeeeeeeee, perdoname, en serio fue sin querer queriendo y si no lo borre es por el simple hecho que fue la reaccion mas logica que pude ver en un orgulloso demonio de fuego.

 

 

 

 

 

Apenas vieron a un joven bishounen bajar del barco supieron que se trataba de el, era idéntico a su madre y tan bello como se lo habían comentado sus allegados.  En seguida una rubia corrió abrazarle pero lo que se encontró fue con la fría mirada de un joven que la detuvo a pasos de él con una mano extendida dándole a entender que no deseaba contacto alguno con ella.

 

-¿Wolfram acaso no sabes quien soy?- preguntaba la mujer pensando que los años lejos de su retoño habían hecho que olvidara su rostro.

 

-Por supuesto que lo se- dijo cansinamente, ante una gran sonrisa que se formaba en el rostro de la mujer frente a él.

 

-Usted es Cecile Von Spielberg, vigésima sexta maou de Shin Makoku, mi Heika- contesto fríamente ante la mirada atónita de sus dos hermanos que no reconocían en ese joven al tierno niño que vieran nacer.

 

 

-Wolf…soy mama…yo…-

 

La mujer apenas y encontraba palabra alguna que decir, mientras el rubio solo deseaba decirle lo  que le pasaba en esos momentos por la cabeza, él sabia perfectamente quien era. 

 

“Tengo la desgracia de tenerla como madre, de ser hijo de una reina corrupta, de una mujer libertina, de llevar la sangre de quien me abandora sin dolor alguno en su rostro y peor aun, tengo el horrible deber de ofrecerle mi lealtad si deseo terminar mis estudios  para así convertirme en un soldado”.  Se mordió a duras penas el labio, porque, aunque deseara decir eso, sabía bien que de hacerlo, podía despedirse para siempre de sus sueños de ser un soldado al servicio del reino, tal como fuera su sueño desde la niñez.

 

 

 

 

-¡Es tu hermano!- le gritaba nuevamente furioso su aniki, ante su negativa de tratar con aquel sujeto.

 

-¡No lo es!-

 

-¡Te guste o no llevan la misma sangre!-

 

-Para mi ese infeliz mestizo no es nadie, ¡el no es nada mío!-

 

-¡Claro que lo es!-  le gritaba mas furioso su aniki - recuerda que es tu superior y te guste o no le debes respeto-

 

-¡Respeto!, ¡a ese!, ¡ni sueñes yo…!-

 

 

El mayor de los hijos de la maou lo tenia agarrado con firmeza de las solapas de la chaqueta al menor, ya le había colmado la paciencia, desde su llegada a palacio la vida de todos se había vuelto un verdadero infierno.  Primero se negaba a llamar madre a quien le había dado la vida, alegando que solo era su Heika y nada mas, podía ver como su madre se esmeraba por enmendar sus errores del pasado sin mucho éxito, ya que el menor al parecer no pensaba perdonar tan fácilmente el olvido de la rubia.  Segundo, trataba de la forma mas vil y cruel a su hermano, el mismo que decía adorar en su niñez, no podía creer que aquel era su adorado hermanito, ya había visto atisbos de  desprecio cuando era un  niño, pero siempre pensó que con la muerte del padre esas horribles costumbres inculcadas por el mismo individuo, desaparecerían, cuan equivocado estaba. Lo tercero y ultimo, tal parecía que al único que respetaba un poco, era a él, por lo cual paso a ser, sin desearlo en una especie de tutor desde que los otros miembros de palacio se dieran cuenta de esto y es que el muchacho simplemente, no solo había heredado el temple Bielfield, si no que también sus prejuicios y malos hábitos.

 

 

 

-¡Wolfram!-

 

 

 

Ahí estaban de nuevo, las malditas pesadillas que no lo dejaban en paz, ni de día, ni mucho menos de noche.  Maldijo su suerte, su vida, hasta su propio nacimiento, tal como lo hiciera su madre alguna vez.

 

Frío, eso era lo que sentía calársele hasta los huesos, se sentía empapado, la oscuridad le rodeaba pero aun así podía ver cierta luz provocada por uno que otro relámpago.

 

¿Dónde estaba?, ni el mismo lo sabia, el bosque, otra vez el maldito bosque. Quiso gritar, mas su garganta se negaba a emitir sonido alguno, trato de caminar, pero sus pies no le obedecían, entonces sintió unos brazos a su alrededor y el mundo se le vino abajo.

 

Se había extraviado en plena operación de reconocimiento, una de las mas básicas tareas dadas a los soldados novatos, para su suerte no era el único a quien buscaban, no por eso se sentía menos humillado, fue peor al  ver quien le había rescatado y llevado en brazos hasta aquel refugio. 

 

Suspiro aliviado al ver que eran los únicos, no hubiese soportado otra humillación, menos ante sus compañeros, más siendo un noble de sangre pura y representante de la noble casa Bielfield.

 

Sintió su mano acariciarle sus cabellos al verle despierto, de un manotazo lo alejo de el, no lo soportaba, lo aborrecía desde el fondo de su corazón, el junto a su padre eran los únicos responsables de haber sido repudiado por quien amara desde el fondo de su corazón y que ahora menospreciaba por completo.

 

 

 

 

 

CONTINUARA.........................................

Notas finales:

Gracias por el apoyo, como siempre puedo contar con ustedes, espero terminar de publicar la historia el dia 31, jejeje.

Ya preparo mi historia para esas fechas, le faltan detalles, ademas quiero que sean a lo menos 3, el numero de la suerte.


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